Archivo de abril 2013

Padres, enseñen a sus hijos a preguntar

ESCUELA PARA PADRES

Padres, enseñen a sus hijos a preguntar

  • Las 3 objeciones principales sobre los diferentes tipos de preguntas
  • Los 24 tipos más importantes de preguntas
  • Los 10 errores más comunes en las preguntas
  • Las 10 cosas que no deben ser las preguntas
  • Las 10 ventajas de las preguntas bien hechas en calidad, tiempo y forma
  • Las 10 mejores reglas para aprender a preguntar
  • Las 30 principales sentencias sobre aprender a preguntar

4,032 Palabras. Tiempo de lectura 15:00

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Saber preguntar bien, es mucho más difícil e importante que saber responder. En la respuesta ya hay un camino abierto, aunque nada más, sea el que ha marcado la pregunta. Afirmar o negar irresponsablemente, está al alcance de cualquier persona, ya que no es preciso ni pensar. En la pregunta no hay camino, se hace camino con la pregunta. Pero hay que aprender bien las dos alternativas, pues en la vida se presentan continuamente, de ambas situaciones.

¿Qué es necesario para saber preguntar?

Para preguntar bien es necesario no sólo escuchar, sino también pensar,  dudar, cuestionar, dialogar, etc. No basta con ser inteligente, también es muy necesario parecerlo. No hay que tener miedo a hacer el ridículo preguntando, si es que se está bien preparado. Pero hay una frase que puede calificar a las personas: “Por las preguntas les conocerás

¿Puede cambiarse la forma de las preguntas, en función de las circunstancias?

Hay muchos y muy diferentes escenarios, en los que cada pregunta debe ser adaptada, para obtener las mejores y más acertadas respuestas. Cada uno de ellos tiene una forma e importancia muy diferente, donde la habilidad de preguntar y de contestar, será el camino para las consecuencias que se puedan producir.

¿Influyen los receptores de las preguntas, en la forma de hacerlas?

Los conceptos para hacer bien las preguntas, dependen de las personas a las que se les haga y del propósito del resultado, que se quiera obtener. No hay una sola manera correcta de hacer preguntas, pues son muy diferentes las preguntas hechas entre: Padres e hijos. Esposos y esposas. Empleadores y empleados. Vendedores y compradores. Maestros y alumnos. Jueces y acusados. Etc.

¿Cuáles son las principales palabras claves en las preguntas?

Las principales palabras claves, que deben soportar las preguntas: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿Por favor? ¿Me puede decir más sobre eso? ¿Nada más?

¿Cuáles son las 3 objeciones principales, sobre los diferentes tipos de preguntas?

1.     ¿Es admisible, bajo los distintos conceptos religiosos, morales, legales y de convivencia social, etc. contestar correctamente con lo que se piensa, incluso cuando unilateralmente, se hayan tomado el derecho a preguntar y la respuesta, pudiera ser incriminatoria o perjudicial para el que la dice?

2.     ¿Tiene todo el mundo el derecho a preguntar lo que quiera, sin tener en cuenta los daños que esa pregunta pudieran hacer, además de las consecuencias de la respuesta?

3.     ¿Es obligatorio tener que contestar a las preguntas, aunque sean consideradas impertinentes, inoportunas, agresivas, humillantes, etc., la haya hecho quien la haya hecho?

¿Los buenos profesionales hablan o preguntan?

El buen vendedor no habla, habla y habla. Solamente pregunta, porque necesita las respuestas del posible cliente, para conducirlo hacia el cierre de la venta. El negociador profesional competente, adquiere una parte muy importante de la información que necesita, haciendo preguntas expertas durante sus conversaciones. Su categoría profesional se mide más, por la calidad de sus preguntas, que por sus respuestas.

¿Cuál es el primer paso para las respuestas adecuadas?

Las preguntas bien hechas, son el primer paso para las respuestas adecuadas. Preguntar bien es el éxito en las respuestas y en los consiguientes diálogos. Cuantas veces las respuestas no tienen nada que ver con las preguntas. O es que el que pregunta, no ha sabido expresarse o el que responde, no ha entendido la pregunta.

¿Cuál es el arte de preguntar bien?

La pregunta debe llevar una parte importante de retórica, es decir el arte de preguntar bien y con eficacia, para aprender, informarse, deleitar, persuadir, conmover, etc. Hay que saber preguntar con sutileza, lo más refinadamente posible, si es que se quieren buenos resultados. La pregunta debe tener como objetivo, escuchar una buena y congruente respuesta.

¿Existe la ética en las preguntas?

Éticamente hay que darle la oportunidad al que responde, que conozca el pensamiento del que le hace la pregunta, principalmente en los temas importantes. No se debe hacer una pregunta, que pudiera tener una respuesta comprometedora, sin previamente haber definido las características del preguntador. Por ejemplo: ¿Qué opina Vd. sobre una cuestión concreta e importante, relacionada con la política, la religión o la familia? Si la respuesta coincide con los objetivos del preguntador, entonces siguen los dos en las misma línea, si es diferente, puede cargarle con nuevas, preguntas que comprometan al que responde.

¿Alguien puede apropiarse del monopolio a hacer preguntas?

Algunos padres, periodistas y funcionarios públicos, que viven en una burbuja especial, creen que tienen el poder total y absoluto, para poder decir: ¡Aquí el que pregunta soy yo! y el que tiene que responder es Vd. ¡Prohibido que Vd. pregunte! Primero se cumple la orden y después se pregunta los motivos de ella. Estas situaciones, costumbres o derecho, se suelen dar en mundos muy alejados de la vida cotidiana y corresponden a posturas intransigentes, o que creen que tienen un permiso especial para hacerlo, lo que conlleva una visión muy parcial del mundo real, tanto en la vida familiar, como en la social.

¿Quién tiene el derecho a preguntar y la obligación de contestar?

Las personas educadas en las relaciones comerciales y sociales, tienen que tener mucho cuidado con la forma y fondo, con que hacen las preguntas. Según la forma de hacerlas o de interpretarlas, los que preguntan o responden, sin profesionalidad o sin educación, pueden quedar descalificados para seguir en la reunión. Ahí no suele haber prerrogativas, que justifiquen su forma de preguntar o su negativa, a ser preguntados. Normalmente el que paga, tiene más derecho a preguntar lo que quiera, que el que cobra.

¿Una pregunta puede producir una mala respuesta y viceversa?

Por sus preguntas los conoceréis. Una buena pregunta, bien pensada, adecuada en el tiempo y en las circunstancias, no puede producir una mala respuesta. Y una mala pregunta hecha inadecuadamente, fuera de tono, contexto y lugar, nunca podrá producir una respuesta acertada.

¿Hay preguntas equivocadas, hechas a las personas equivocadas?

Se debe medir mucho, a quién se hacen las preguntas importantes, no todo el mundo, está capacitado para entenderlas y mucho menos, para responderlas. Después no vale decir: Como me contestaron positiva o negativamente, les hice caso y fue un total fracaso. La culpa no está en el que ha contestado, es posible que conteste sin tener ni idea. La culpa la tiene el que hizo una pregunta equivocada, a la persona equivocada y en las circunstancias equivocadas. Dice el refrán “Puso rama donde no se vende vino”.

¿Se puede y debe preguntar, sobre temas considerados privados?

Preguntar y dialogar sobre temas relacionados con la religión, la política y el estado familiar, está mal visto en algunas naciones y comunidades. Pero muchos otros grupos sociales, entienden que si no se puede preguntar y dialogar sobre estos temas, no vale la pena perder el tiempo, con otros tópicos insípidos. “No preguntes, no respondas” es el lema de algunas organizaciones.

¿Se deben evitar las distracciones, a la hora de hacer preguntas importantes?

En las comidas familiares, solamente se debe preguntar con frases cortas, que vayan muy al corazón del problema, para que la respuesta sea fácil de recordar, a pesar de lo difícil que pueda ser la sobremesa y la digestión. En estas comidas el objetivo es reunirse la familia y no echarla a perder, con preguntas difíciles, que podrían hacerse antes o después. La conversación centrada en algo grave o inoportuno, suele ser muy difícil de mantener, cuando hay otras distracciones.

¿Se deben preparar las preguntas, en secuencias?

Antes de hacer una pregunta, hay que analizar bien la respuesta que se quiere recibir o la que supuestamente, se pudiera recibir, para preparar en caso necesario, una secuencia de nuevas preguntas, hasta que se consiga llegar a los objetivos reales de la pregunta inicial. Hay que tener en cuenta las características de la persona o colectivo, al que se dirige la pregunta. Las preguntas erróneas limitaran o desfiguraran las respuestas  y por lo tanto, la información recibida, no será la correcta.

¿La calidad de las preguntas, determina el éxito de las respuestas?

Es fundamental definir el tipo de preguntas que se quieren hacer, para conseguir los objetivos deseados. La vida cotidiana está llena de preguntas y el éxito de las respuestas, se basa en la forma y fondo de las preguntas.

¿Cuáles son los 24 tipos más importantes de preguntas?

1.     Preguntas a bocajarro, cuando no viene a cuento, hacer preguntas.

2.     Preguntas abiertas y de sondeo, son para descubrir más información útil, ya que permiten explayarse a la persona que contesta, pues establecen un tono amplio, cuando se hacen con interlocutores que son sensibles a expresarse con libertad, a desarrollar ideas complejas, procedimientos innovadores y detalles minuciosos.

3.     Preguntas ambiguas son las que por su vaguedad y confusión, los interlocutores realmente, no puede entender lo que les están preguntando.

4.     Preguntas anónimas a través de las Redes Sociales, son las amparadas en el anonimato del que pregunta y del que responde, permiten mayor sinceridad en ambas direcciones y son muy aconsejables, para asuntos difíciles y privados. Se suele dar más importancia a la pregunta y la respuesta, que a los sujetos.

5.     Preguntas capciosas son las incómodas, traidoras o insidiosas, que tienen doble sentido y buscan comprometer o provocar, para poner en evidencia al que responda.

6.     Preguntas capciosas son las que llevan una dosis de acusación. Por educación no deberían hacerse, para así no zaherir al que responde.

7.     Preguntas cerradas, son las que sólo permiten contestar con un sí o con un no, y se emplean cuando hay muy poco tiempo y el interlocutor es escurridizo, agresivo, tiende a divagar, a no dar su opinión o sólo admite una relación, en el plano estrictamente profesional. Pero el preguntador quiere una información corta y específica, ante dos informaciones contradictorias y le fuerza a que dé su versión de los hechos, ante versiones diferentes.

8.     Preguntas con cuestiones mezcladas, son las que están compuestas por dos o más conceptos diferentes, controversiales y entrelazados, de forma que conteste lo que se conteste, positiva o negativamente, automáticamente se contradice o apoya a los otros conceptos. Son trampas puestas al que responde, pues el que pregunta, siempre tiene las de ganar con ventaja.

9.     Preguntas con respuestas limitadas, suelen ser imperativas, para no dar lugar a posteriores discusiones: ¿Te quieres poner la camisa roja o la verde? ¿Quieres volver a las nueve o a las nueve y media?

10. Preguntas con silogismos, son las que tienen un razonamiento lógico, que consta de dos proposiciones, que permiten llegar a una conclusión, que se deduce de las anteriores.

11. Preguntas creativas, para activar el conocimiento dormido. Las respuestas pueden ser, la premisa de un nuevo razonamiento.

12. Preguntas de confrontación, sirven para desvelar las contradicciones. Deben intentar realizarse, en un buen clima de confianza, para evitar que el que tiene que responder, se niegue a contestar.

13. Preguntas de situación, son las que sirven para ir reuniendo, poco a poco, la información que se necesita, para desarrollar un tema. Deben ser pocas y no abusar de ellas, para evitar que el preguntado, se sienta molesto, desconfiado, y utilizado, cerrándose en no querer responder.

14. Preguntas de sondeo, son las que buscan conocer lo que hay detrás de las respuestas iniciales. Algunas veces, parece que no están relacionadas unas con otras, ya que abren diferentes caminos de consulta.

15. Preguntas indiscretas, son las que van más allá de lo que el parentesco, la amistad, la profesionalidad y la educación.

16. Preguntas motivadoras, son las que sirven para influir positivamente en las personas, de forma que pueden mejorar sus actos y sentirse mejor.

17. Preguntas para reafirmar situaciones en uno mismo, intentando obtener respuestas, que ayuden a justificar nuestras actuaciones.

18. Preguntas retóricas, son las que se presentan sin esperar respuesta, con la finalidad de reforzar o reafirmar el propio punto de vista, dando por hecho que el interlocutor está de acuerdo.

19. Preguntas saduceas o trampas dialécticas, son las que intentan ganar al preguntado, produciéndole animadversión personal o popular y para “echarle a las patas de los caballos” de la sociedad.

20. Preguntas sagaces son las que aparentan astucia, diplomacia, viveza y prudencia, previendo lo que va a ocurrir.

21. Preguntas sin haber declarado previamente, los motivos para querer saber la respuesta.

22. Preguntas sobre respuestas no solicitadas, suelen ser para reforzar la autoridad: ¡No me gustan las zanahorias! ¿Quién te ha preguntado si te gustan o no?

23. Preguntas sorpresivas sobre cosas muy privadas o comprometedoras, haciéndolo a personas que no se podían imaginar, que se las podría hacer su interlocutor.

24. Preguntas y repreguntas sin dejar hablar al interlocutor, incluso atropellando las preguntas, para desconcertarle.

¿Se hacen preguntas para destruir al contrario?

Hay preguntas hipócritas, aduladoras o irónicas, que aparentemente quieren endulzar una situación o pretenden fingir confianza y amor, pero que en el fondo, pretender destruir al contrario, debido a que le odia o envidia.

¿Se hacen preguntas para engañar?

Hay preguntas preparadas para equivocar, realizadas por determinados profesionales, que intentan conseguir respuestas, por las que el que contesta, se autoincrimine y se declare culpable o contrario a lo que quería contestar.

¿Hay preguntas existenciales?

Las principales preguntas existenciales: ¿Quién soy? ¿Qué quiero y he querido de verdad? ¿Qué he sabido y se de verdad? ¿A qué y a quien he sido fiel o infiel? ¿Con qué y con quién me he comportado con valentía o con cobardía? Cada uno responde como quiere, diciendo la verdad o mintiendo. Lo que importa es que al final, se responda con la vida entera.

¿Qué son las preguntas socráticas?

Preguntas socráticas, el juicio socrático o el cuestionamiento socrático, es el usado para describir una serie de preguntas, respondiendo cada una, como si hubiera sido una pregunta retórica, contestando con otra pregunta, como si la primera no lo fuera o fuera retórica. Así se fuerza a realizar al preguntador, una nueva pregunta que aporte más luz al cuestionamiento.

¿Se puede informar preguntando?

Con preguntas en serie descendente, también se puede ir enseñando en función, de las respuestas recibidas. Informar preguntando es una buena forma de ir averiguando, lo que otra persona precisa conocer. Las preguntas para indagar y conseguir una buena y completa información, son como las cebollas, que están formadas por capas y hay que ir desarrollándolas, con un orden de fuera para adentro, hasta llegar al meollo, centro o razón del objetivo.

  • ¿Sabes que tus malas notas, son producto de tu falta de estudio?
  • ¿Sabes que si haces o no haces, esto o lo otro, puedes tener malas, para tus estudios y tu futuro?

¿Cuáles son los 10 errores más comunes en las preguntas?

1.     Empezar las preguntas con ideas preconcebidas, de vencedores y vencidos.

2.     Hacer demasiadas preguntas abiertas, vagas, ambiguas, propiciando que el entrevistado divague o se vaya por otros caminos diferentes, a los objetivos propuestos.

3.     Hacer demasiadas preguntas cerradas, que no permitan al entrevistado contestar con información, que sirva para hacer las siguientes preguntas.

4.     No ayudar al entrevistado a contestar las preguntas difíciles, dando una segunda opción más ilustrativa.

5.     No mantener las buenas formas de educación, realizando interrupciones, gestos, risas, amenazas, etc.

6.     No permitir que el entrevistado también haga sus preguntas, que incluso podrían llevar, a aclarar los objetivos propuestos.

7.     No preparar anticipadamente las preguntas y objetivos de ellas, en función del entrevistado.

8.     No querer escuchar y explorar con mucha atención, las respuestas del entrevistado, ateniéndose exclusivamente las preguntas preparadas.

9.     No respetar los tiempos dedicados, a las preguntas y a las respuestas.

10. No tener preparadas preguntas de repuesto, para hacerlas en función de las respuestas que pudiera dar el entrevistado.

¿Cuáles son las 10 cosas, que no deben ser las preguntas?

1.     Ser acusaciones encubiertas, que de entrada hagan daños irreparables y después no se puedan borrar.

2.     Ser cerradas, no dejando abierta la posibilidad de responder con varias opciones.

3.     Ser condenatorias o con juicios prematuros, que comprometan al preguntado.

4.     Ser inconcretas, teniendo uno o varios motivos, para posteriormente poder eliminar la respuesta o no tenerla en cuenta.

5.     Ser irrespetuosa o que pueda conducir, a respuestas irrespetuosas.

6.     Ser largas o enredadas, para equivocar al preguntado y aprovecharse de sus posibles errores al contestar, o de su mala interpretación de la pregunta.

7.     Ser obligadas para el preguntado, para que forzosamente tenga que justificarse.

8.     Ser preparadas para dirigirlas hacia respuestas comprometedoras, para el que responde.

9.     Ser realizadas sin haberlas pensado, por si pudieran ser hirientes o comprometedoras, al que las tiene que responder.

10. Ser utilizadas como respuestas, a no ser que la pregunta esté incompleta y la falta de definición, pudiera acarrear problemas.

¿Hay que aprovechar el tiempo del que escucha?

No hay preguntas finales, porque no existen respuestas definitivas. El que pregunta, tiene que aprovechar el tiempo de escucha del preguntado, utilizando creativamente su tiempo, pues el preguntado tiene dos orejas para escuchar, el doble de lo que puede decir una sola lengua, la del que pregunta.

¿Cuáles son las 10 ventajas de las preguntas bien hechas en calidad, tiempo y forma?

1.     Permiten ahorrar energías personales, familiares y sociales, para solucionar los problemas.

2.     Permiten comunicarnos mejor al conocer a los interlocutores, más profundamente.

3.     Permiten conocernos a nosotros mismos, a nuestros prójimos y a nuestro entorno.

4.     Permiten eliminar esfuerzos innecesarios, debidos a la ignorancia.

5.     Permiten encontrar soluciones a los problemas propios o ajenos.

6.     Permiten esquivar los malos entendidos y por consiguiente, la acumulación de problemas.

7.     Permiten evitar el temor a: Sentirse inferior, ser descortés, parecer ignorantes, ofender a otros, etc.

8.     Permiten poder ayudar más y mejor, al manejar los resultados de las preguntas.

9.     Permiten tener mayor seguridad, al tener certeza de lo que necesitamos saber.

10. Permiten tomar mejores decisiones, al estar más y mejor informado.

¿Cuáles son las 10 mejores reglas para aprender a preguntar?

1.     Aprender a preguntar, es una asignatura pendiente, que normalmente no enseñan en los sistemas educativos y por lo tanto, muy pocas personas aprenden a hacerlo, unas por ignorancia y otras por dejadez. Sin embargo, acertada o equivocadamente, nos pasamos la vida preguntando.

2.     Entre pregunta y pregunta, debe darse un tiempo razonable, para que el interlocutor pueda escucharla y comprenderla bien, y preparar la respuesta. Aunque siempre hay que aceptar, el tenerla que repetir.

3.     Existe un personaje en las familias y en la sociedad, que es el eterno y constante preguntón: Entrometido, husmeador, cotilla, fisgón, curioso, chismoso, correveidile, alcahuete. Este personaje suele ser el perfecto consumidor, de las revistas del corazón y la razón, por la que ellas existen.

4.     La pregunta debe hacerse clara, concisa y concreta, que no solamente la oigan los interlocutores, sino que también la escuchen y la entiendan. Se evitarían muchos malentendidos y errores irreversibles, si al hacer determinadas preguntas fundamentales o importantes, se diera una definición clara y no ambigua de algunas palabras claves, para evitar confundir los diferentes significados de algunas de ellas.

5.     La pregunta no debe llevar ningún juicio predeterminado, pues eso coarta la respuesta del interlocutor.

6.     Las preguntas de implicación, son las que exploran las consecuencias positivas o negativas, de los problemas que tienen el interlocutor y el preguntador.

7.     Las preguntas de utilidad, buscan demostrar los beneficios de resolver los problemas, las necesidades y las consecuencias de las acciones del interlocutor, con la ayuda de su colaboración, demostrando el intercambio de necesidades y beneficios. Más sabiduría debe haber en preguntar, que en contestar, si es que se quiere enseñar, a que la otra persona recapacite lo que está haciendo.

8.     Las preguntas en oleadas, producidas en la edad de los ¿Por qué?, son señales de que se van abriendo la mente, a interesarse por descubrir lo que ignoran. Si no tienen interés, no preguntan y no se educan.

9.     Una buena serie de preguntas, debe profundizar en sucesivas aproximaciones, hasta ser comprendidas por el interlocutor y satisfacer al preguntador.

10. Las preguntas  malintencionadas, pueden y debe llevar como respuesta, otra pregunta llena de ironía o retorcimiento, que le haga ver la mala fe de su pregunta, u  ocasionar una mentira no deseada. Pero para responder, hay que estar muy alerta, en pensar lo que quería conseguir, el que preguntaba.

¿Cuáles son las 30 principales sentencias sobre aprender a preguntar?

1.     A los sabios se los reconoce por sus preguntas, a los inteligentes por sus respuestas.

2.     Buenas preguntas logran respuestas fácilmente. Malas preguntas solamente consiguen disgustos.

3.     Desconfía de aquellos que poseen más respuestas, que preguntas.

4.     El arte y la ciencia de hacer preguntas, es la fuente de todo el conocimiento.

5.     El problema no son las preguntas que los niños formulan, sino las que nosotros, nos tenemos que hacer después.

6.     El que no duda, no pregunta.

7.     El sabio no es el hombre que proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas.

8.     El trabajo consiste en hacer todas las preguntas que se puedan, y hacer frente a la falta de respuestas precisas.

9.     Hacer preguntas, es prueba de que se piensa.

10. Hay preguntas muy desagradables, envueltas en condescendencia.

11. La forma de preguntar, determina la forma de responder.

12. La memoria y la inteligencia, juegan a preguntar y responder. Un dato  se convierte en información inteligente, cuando es convocado por una pregunta feliz.

13. La respuesta principal, a los más altos valores, es el amor.

14. La respuesta suave, calma la ira del que pregunta, así como el aceite, calma las olas.

15. Las preguntas pueden ser destruidas, por respuestas interesantes.

16. Me gustaría preguntar lo mismos sobre mí, a las personas que quiero, a las que admiro, y a las que me odian.

17. Ni siquiera me enseñaron, a plantearnos preguntas interesantes.

18. No es la respuesta solamente la que aclara, también lo hace la pregunta.

19. No hagas muchas preguntas, para que no te digan muchas mentiras.

20. No os avergoncéis de preguntar, para resolver vuestras dudas, avergonzaros de no haberlas hecho.

21. No preguntes con aspereza y así no serás contestado con ella.

22. No se debe perder el tiempo preguntando, lo que ya se sabe.

23. Para centrar tu persona, tienes que saber quién eres y saber qué quieres.

24. Por cada respuesta realizada, hay al menos tres preguntas sin responder.

25. Preguntar para pedir permiso o preguntar para pedir perdón.

26. Si sabes las respuestas, antes que las preguntas, es que han preguntado poco.

27. Siempre espera una bella respuesta, quien hace bellas preguntas.

28. Siempre son las mismas preguntas, que traen las mismas respuestas sobre los asuntos interesantes. Nada cambia.

29. Una pregunta puede ser una trampa, y una respuesta poner el pie en ella.

30. Vivir no es otra cosa, que arder continuamente en preguntas.

¿Qué hace falta para saber preguntar?

Para saber preguntar es necesario saber ver, no solamente mirar. Saber pensar, no solamente hablar. Saber escuchar, no solamente oír. Saber responder, no solamente preguntar. Saber aceptar, no solamente mandar.

Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

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90 Preguntas sobre la infidelidad matrimonial, una de las causas principales de los divorcios

ESCUELA PARA PADRES

90 Preguntas sobre la infidelidad matrimonial, una de las causas principales de los divorcios.

  • 4 Opciones frente a la infidelidad matrimonial
  • 10 Pretextos más usados para aplicar la tolerancia en la infidelidad
  • 5 Banderas rojas que anuncian al cónyuge la llegada de la infidelidad
  • 20 Tipos de infidelidades sociales, personales y familiares
  • 30 Preguntas relacionadas con la infidelidad matrimonial

3,381 Palabras. Tiempo de lectura 12:00

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La infidelidad matrimonial es la defraudación de la confianza, lealtad, compromiso y promesa que se debe al otro cónyuge. Quebranta el vínculo contraído y los derechos de la institución matrimonial. El adulterio, el divorcio, la poligamia y la unión libre, son ofensas graves a la dignidad del matrimonio.

¿Se puede aceptar la infidelidad matrimonial?

La infidelidad matrimonial no es negociable, ni aceptable, ni consentible. Es una injusticia y por lo tanto, en ningún caso se puede utilizar para hacer el bien. O hay cien por cien de fidelidad o no hay fidelidad matrimonial. No hay infidelidades del 1%, ni fidelidades del 99%. En la in fidelidad no hay juegos de palabras que la suavicen, ni actos atenuantes, ni eximentes. No se puede justificar con paliativos como: Errores,  justificaciones, coqueteos, imprudencias, debilidades de la carne, compromisos, etc.

¿Cuáles son las 4 opciones principales frente a la infidelidad matrimonial?

1.      Exigir al cónyuge infiel, al confirmar la infidelidad matrimonial, que inmediatamente abandone el hogar familiar. Si es necesario, cambiar la cerradura de la casa. Después, según las leyes de cada país, denunciarlo a la policía y presentar la consiguiente demanda judicial.

2.      Marcharse del hogar familiar y según las leyes de cada país, denunciarlo a la policía y presentar la consiguiente demanda judicial.

3.      Aceptar el arrepentimiento total del cónyuge infiel y su correspondiente propósito de la enmienda, soportado en actuaciones y controles debidamente comprobables.

4.      Consentir y someterse a la infidelidad matrimonial, aceptando vivir en el infierno, que el cónyuge infiel ha dispuesto para la familia.

¿Se debe consentir la infidelidad matrimonial?

Tener que consentir a la infidelidad y someterse al cónyuge infiel, suele ocurrir más veces, cuando el otro cónyuge vive bajo una total dependencia económica, física, familiar, emocional o psicológica, no tiene ninguna otra posibilidad de vida alternativa y no tiene suscrito, ningún contrato de capitulaciones prematrimoniales, donde se refleje la situación de infidelidad.

¿Se puede ser tolerable con la infidelidad matrimonial?

En la infidelidad matrimonial es muy difícil, por no decir imposible, aplicar la tolerancia, aunque suponga el no tener confianza personal, en uno mismo. La tolerancia consiste en dejar subsistir un mal, para evitar otro mayor, aunque con el riesgo de que esto conlleve peores males, que los que se desean evitar. La tolerancia puede ser una irresponsabilidad o una obligación, pero no puede apoyarse en la infidelidad, argumentando una serie de pretextos, para no tomar la decisión adecuada cuando hay una infidelidad.

¿Cuáles son los 10 pretextos más usados para aplicar la tolerancia en la infidelidad?

1.      Exagerar el desconocimiento de los peligros que acarrea la impunidad.

2.      Exagerar el miedo a luchar contra la infidelidad y sus consecuencias.

3.      Exagerar el riesgo que pueda suponer para la familia, la toma de una acción enérgica.

4.      Exagerar la cobardía a ser intolerante ante la infidelidad.

5.      Exagerar la debilidad a asumir los riesgos de la infidelidad propia, ante la de terceros.

6.      Exagerar la desconfianza en la fortaleza mental de uno mismo, para aplicar o no aplicar la tolerancia.

7.      Exagerar la ignorancia de la infidelidad sufrida, siendo hipertolerante y cerrando los ojos, ante las consecuencias presentes y futuras.

8.      Exagerar la posibilidad de que las cosas se arreglen por sí mismas, incluso cuando no se toma ninguna acción, o éstas son muy débiles.

9.      Exagerar las ventajas de una actitud conformista, ante la infidelidad.

10.   Exagerar simpatías con la realidad de la infidelidad sufrida, o con la persona causante.

¿Cómo empieza la infidelidad matrimonial?

La infidelidad empieza al no ser fiel y leal con uno mismo, ni con nuestra propia palabra, ni con la conciencia, ni con los propios principios y creencias. Desgraciadamente, eso transcenderá a nuestras relaciones personales, familiares, sociales, religiosas, políticas, económicas y profesionales.

¿Pueden permitirse concesiones voluntarias en la infidelidad matrimonial?

La fidelidad se tiene que mantener a ultranza, sin ninguna fisura, que pueda ser el inicio de un derrumbe. Muchos problemas de infidelidad comienzan, por una pequeña concesión, aparentemente sin importancia, que yendo poco a poco a más, hasta que se hace enorme e imposible de corregir. Hay que tener mucha energía y entereza, para ser muy fieles con el cónyuge, los hijos, los familiares, los amigos, la sociedad a la que se pertenece, etc. En definitiva con el prójimo.

¿Cuáles son las 5 banderas rojas que anuncian al cónyuge, la llegada de la infidelidad?

1.      Las fantasías sexuales con otras personas, diferentes al cónyuge.

2.      Los pensamientos obscenos, relacionados con otras personas diferentes al cónyuge.

3.      Las salidas intimas con otras personas, que no sean el cónyuge.

4.      Las conversaciones directas o virtuales, anónimas o conocidas, con personas de diferente sexo, para pasar el rato, sobre temas relacionados con la privacidad personal.

5.      Las excesivas atenciones de tiempo y detalles, hacia personas por las que se siente determinada atracción y sucede la reciprocidad, hasta volverse inmanejables.

¿Cuáles son los 20 tipos de infidelidades sociales, personales y familiares?

1.      La infidelidad a los amigos, a los que aparentemente se había dado toda clase de confianza y posteriormente, se les critica o rechaza, en los momentos que más lo necesitan.

2.      La infidelidad biológica, al no querer transmitir o acoger, la vida humana generada o por generar.

3.      La infidelidad celosa al ver fantasmas en todas las situaciones de los cónyuges, familiares o amigos.

4.      La infidelidad cultural, al no transmitir los obligados valores y tradiciones ético-sociales, de los padres y de los responsables sociales.

5.      La infidelidad de integración social, al no querer que el cónyuge se una a la sociedad dominante, para marginarle, dominarle y aprovecharse de él.

6.      La infidelidad de la palabra, al hablar mal de otras personas, que por familiaridad, amistad o relaciones sociales, no podía esperar que alguien pudiera hablar mal de ellos.

7.      La infidelidad económica, al no proveer voluntariamente los bienes materiales necesarios, para la subsistencia del cónyuge y la familia.

8.      La infidelidad familiar motivada por: Dedicar más tiempo, energías y dinero, al disfrute de satisfacciones propias personales, despreocupándose de las obligaciones contraídas, con el cónyuge y los hijos.

9.      La infidelidad financiera de los propios cónyuges al engañar y ocultar sus ingresos, gastos, ahorros y propiedades. Si se han casado para compartir todo, no es correcto que en ese todo, no quieran incluir la parte financiera. Bien sea la escasez, la mala administración, el despilfarro, las cuentas dobles, etc. Este engaño de llevar cuentas dobles o secretas, suele ser una importante bandera roja, que avisa el principio de las desavenencias y divorcios.

10.   La infidelidad fraternal, al romper las relaciones profundas, que debe haber entre los hermanos y otro familiares.

11.   La infidelidad hogareña motivada por: Dedicar más tiempo del necesario, a estar voluntariamente en el trabajo, con los amigos, con los deportes, en el gimnasio, etc.

12.   La infidelidad laboral, técnica o económica, que traiciona la confianza puesta entre administradores y trabajadores, fabricantes y clientes, inversores y directivos.

13.   La infidelidad matrimonial, (adulterio) al no monopolizar con el cónyuge, la afectividad e integración irrenunciable, incompartible, indivisible, exclusiva y obligatoria de las relaciones matrimoniales.

14.   La infidelidad parental, al destrozar las relaciones que debe haber, entre padres e hijos.

15.   La infidelidad producida por el deseo indebido, que abre las puertas para el disfrute ilícito, y prepara el camino para la infidelidad real.

16.   La infidelidad protectora al no querer ofrecer la seguridad, a la que tienen derecho los familiares y los menos favorecidos.

17.   La infidelidad real al engañar al cónyuge con otra persona, contraviniendo la grave obligación, prometida mediante los votos matrimoniales, de fidelidad matrimonial.

18.   La infidelidad religiosa, política o social, al incumplir los compromisos contraídos mediante votos, promesas, juramentos, etc.

19.   La infidelidad sexual al romper el compromiso del amor mutuo, exclusivo y para siempre, produciendo la desconfianza, traición y el fracaso.

20.   La infidelidad social al ignorar las necesidades de las personas, que han sido confiadas bajo la protección de organizaciones o individuos.

¿Cuáles son los músculos en la fidelidad matrimonial?

Los músculos inteligentes del matrimonio son: La fidelidad inquebrantable, el amor sincero y profundo, la entrega total, la aceptación sin condiciones, la confianza total, etc.

Los músculos destructivos o limitantes del matrimonio son: La infidelidad, la violencia familiar, las amistades toxicas, el machismo, el egoísmo, la separación de bienes económicos, la despreocupación, la ignorancia consentida, la desconfianza hacia el cónyuge, etc.

¿Puede justificarse la infidelidad matrimonial?

La infidelidad no puede justificarse achacándola al desquite, a la represalia, a la revancha, a la soberbia, al orgullo, a la mala educación, al aburrimiento, a la curiosidad, a la obtención de experiencia, a la manipulación, al egoísmo, a la violencia, al despilfarro, a la necesidad, a la esporicidad, a la monotonía, a la falta del equilibrio amoroso, a los vicios o las drogas. No hay ningún atenuante, para la infidelidad matrimonial.

¿Es perdonable la infidelidad matrimonial?

La infidelidad en el matrimonio no es negociable, pero pudiera ser perdonable, si se dieran las condiciones, con hechos y palabras, de demostración sincera de arrepentimiento, propósito de la enmienda y pruebas contundentes de cambio, de forma de vida. Incluyendo el cumplimiento de unos objetivos y controles muy claros y concretos, que ayuden a ver cualquier principio de desviación del comportamiento.

¿Cómo se puede soportar el perdón a la infidelidad matrimonial?

El posible perdón matrimonial, tiene que estar soportado por la Paz, la Piedad y la Justicia. No existe la Paz sin la Justicia, no hay Justicia sin Piedad y no hay Perdón sin Arrepentimiento. Siempre es mejor un mal matrimonio, que un buen divorcio, salvo excepciones muy contadas. Sobre todo teniendo en cuenta, el derecho de los hijos, si los hubiera. La infidelidad quebranta los derechos, del otro cónyuge y de la familia completa.

¿Se puede evitar la infidelidad matrimonial?

El que evita su ocasión evita la tentación y el peligro que supone. Hay que intentar con mucha atención y esfuerzo, mantenerse alejados de la posible infidelidad matrimonial. Huir de la tentación, es de valientes. Es preferible quedar como un cobarde ante los amigos, que ser un valiente, pero infiel en el matrimonio. Para enfrentarse a la infidelidad matrimonial, no hay soluciones fáciles, rápidas, ni baratas. Está la solución del amor y entrega incondicional, construida día a día. Dándose al cónyuge, con la plena e incondicional renuncia a la propia libertad.

¿Se puede suponer la infidelidad matrimonial?

La suposición de infidelidad, requiere comprobaciones periódicas, mediante auto exámenes, y a poder ser ayudados por profesionales como sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que se practique, para adelantarse y conocer, los primeros detonantes de posibles síntomas, trampas o peligros en los que se ha caído o pudiera caerse.

¿Después de la infidelidad, es posible perdonar y ser perdonado?

Es posible perdonar, ser perdonado y perdonarse, si se tiene la firme intención de hacerlo, más la colaboración de personas expertas y queridas, que ayuden a pasar ese abismo, en el que se ha caído. La infidelidad es una de las causas más graves, que afectan a las relaciones matrimoniales. Suele estar acompañada de traición a la confianza, al respeto, al amor, a la continuidad de la unión y a la integridad que los esposos, han edificado entre ellos, generando una crisis compleja a nivel personal, matrimonial y familiar.

¿Puede tener solución la infidelidad?

Sí, si los cónyuges fueran capaces de arrepentirse, perdonarse, perdonar y dejarse ser perdonados, además de comprometerse a remediar los daños causados. El que perdona no se humilla, ni humilla al perdonado, pues perdonar es un acto voluntario, valiente, noble, recto y lleno de amor, que permite liberarse de las cadenas que suponen la infidelidad.

¿Se puede perdonar la infidelidad matrimonial?

Perdonar no es olvidar o ignorar el daño recibido. Es recordar sin dolor, sin amargura, sin la herida abierta. Es renunciar a la venganza, superar el dolor, librarse del rencor, de los resentimientos y de los malos pensamientos, que impidan llegar al perdón. Pero hay que estar alerta, para que no vuelva a ocurrir la infidelidad matrimonial, tanto del ofensor, como del ofendido. La infidelidad al cónyuge, es un camino lleno de espinas, en el que se alternan momentos de falsa felicidad, con periodos de profunda amargura.

¿Se puede perdonar a medias, o solamente un poco, la infidelidad matrimonial?

Hay que perdonar desde lo profundo del corazón, al 100%. Los perdones a medias, no sirven. Hay que dejar bien claro, que será una sola vez. Que no habrá lugar para engaños o repeticiones, porque no se puede volver a tolerar o aceptar algo semejante, ya sería dejar la puerta abierta, a que se transforme en un hábito del cónyuge o del matrimonio.

¿Se debe perdonar la infidelidad matrimonial?

            La infidelidad es una espina clavada, que causa una herida prácticamente imborrable. Pero hay que intentar sacar esa espina, para que no aumente el daño producido y destruya la capacidad de amar y vivir. La infidelidad es un síntoma, de que algo no funciona como debería en la relación. Eso es lo primero que hay que conocer y corregir, a través de un profundo y sincero dialogo con el cónyuge. Siempre hay cosas, que se pueden cambiar para mejorar.

¿Se puede olvidar la infidelidad matrimonial?

Olvidar es casi imposible, pues es borrar algo que sucedió y sería negar la realidad. Esa negación unilateral, casi nunca trae consigo buenas consecuencias. La extraordinaria, sensata y correcta decisión de perdonar, va a ayudar a dejar atrás el hecho, aun sabiendo que existió y que de vez en cuando, se aparecerá en la mente. Pídale ayuda a Dios y seguramente encontrará paz y tranquilidad de espíritu, hablando con un experto sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que cada uno profese, que son los que más y mejor experiencia tienen, para resolver estas desgraciadas situaciones. A partir de que se encuentre una solución, hay que dejar el pasado atrás, y mirar hacia el futuro con otros ojos.

¿Puede reiterarse la infidelidad matrimonial?

Sí, es muy difícil, pero no imposible, que las cosas vuelvan a ser como antes. La situación de infidelidad, puede llegar a olvidarse e incluso a mejorar la relación matrimonial, al darse cuenta del valor del otro cónyuge, para formar o continuar una estrecha y sólida relación. Nunca se debe dar vuelta a la página y abandonar la situación, siempre hay que trabajarlas, por si tiene arreglo.

¿Cuáles son las principales 30 preguntas, relacionadas con la infidelidad matrimonial?

1.      ¿Conoce o sospecha de algunas actividades, que pudieran influir en la posible o innegable infidelidad matrimonial?

2.      ¿Cree que cada cónyuge se entrega amorosamente al otro, para que ambos estén contentos y así, hacer huir al demonio de la infidelidad matrimonial?

3.      ¿Cree que su cónyuge tiene verdadero arrepentimiento y propósito de la enmienda, si hubiera sido infiel?

4.      ¿Cree Vd. que con dinero entregado al cónyuge o a la familia, puede comprar la humillación que produce su infidelidad?

5.      ¿Cuáles pudieran ser las posibles o reales causas, de la infidelidad en su matrimonio?

6.      ¿Durante su noviazgo dejaron bien claro, sus compromisos de fidelidad presente y futura?

7.      ¿El cónyuge es manipulador, en cuestiones de infidelidad matrimonial?

8.      ¿En las prácticas religiosas de los cónyuges, tiene algún peso específico, la infidelidad matrimonial?

9.      ¿En su familia de origen, en su vida profesional o social, y en la de su cónyuge, está extendida, consentida o ignorada, la infidelidad matrimonial?

10.   ¿Están dispuesto a enfrentarse ante la infidelidad matrimonial o prefieren rumiarla en silencio, para que nadie se entere?

11.   ¿Están dispuestos a llegar a acuerdos, de perdón condicional, en el caso de que hubiera habido infidelidades, por una o ambas partes y a empezar un nuevo camino?

12.   ¿Están educando a sus hijos en la práctica de las virtudes y valores humanos, dándoles buen ejemplo, para que no caigan en la tentación de la infidelidad?

13.   ¿Ha habido o hay, algún signo externo, de posible infidelidad o de indiferencia matrimonial grave?

14.   ¿Han hablado con su cónyuge, sobre la posible o real infidelidad que sienten?

15.   ¿Han hecho un proyecto por escrito y lo va realizando paso a paso, para comprometerse a cambiar y tratar de eliminar, las posibilidades de caer en la tentación y en la acción de la infidelidad?

16.   ¿Han tenido experiencias anteriores a su matrimonio, relacionadas con la infidelidad?

17.   ¿Para evitar la posible infidelidad han puesto primero el TU, no el YO?

18.   ¿Prefieren lamentar y asumir sus penas y angustias, relacionadas con la infidelidad, antes de pedir consejo o ayuda?

19.   ¿Qué opina su cónyuge, sobre el concepto y los límites, de la infidelidad en el matrimonio?

20.   ¿Qué opinan sus hijos, familiares y amigos, sobre alguna supuesta o real infidelidad en su matrimonio?

21.   ¿Qué tipo de matrimonio o relaciones, tiene con su cónyuge o compañero sentimental?

22.   ¿Se han propuesto construir cada día un matrimonio mejor, para que no pueda penetrar la infidelidad y se vayan cumpliendo las metas y objetivos?

23.   ¿Se sienten avergonzados ante sus hijos, cónyuge, familia y amigos, cuando traicionan con la infidelidad?

24.   ¿Se sienten Vds. seguros, contentos y animados, para poder externar todos los sentimientos contra la infidelidad?

25.   ¿Son conscientes que “El que anda con fuego se quema” y que la infidelidad, puede ser de consecuencias irreversibles e irreparables, para las relaciones matrimoniales y para el futuro de los hijos?

26.   ¿Tienen contratos prematrimoniales, donde se contemple la posibilidad de las consecuencias de la infidelidad?

27.   ¿Tienen la fuerza de voluntad, la entereza y la predisposición, para consultar su problema de infidelidad, con un buen mediador o un experto sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que Vds. practiquen, o ya lo han hecho?

28.   ¿Tienen planes futuros, que pudieran ser truncados por la infidelidad?

29.   ¿Trata a su cónyuge como lo hacía cuando eran novios, o ha sacado a relucir la parte mala de su carácter?

¿Qué males acompañan a la infidelidad matrimonial?

La infidelidad suele estar acompañada del engaño, del maltrato, del abuso físico y emocional, de la sumisión económica, del chantaje, del desamor, de la codependencia al amor imaginario, de las enfermedades venéreas, de la ira, de los embarazos extramatrimoniales, de la vergüenza, del concubinato, de la irresponsabilidad, de la perdida de salud física y mental, de la manipulación hasta la destrucción, del abismo social, del deterioro profesional, tristeza, depresión, negación, etc.

¿Con qué se suele mezclar la infidelidad matrimonial?

La infidelidad matrimonial se suele mezclar también, aunque sea ocasionalmente, con el deseo sexual, la imaginación mental, los celos, los conflictos sentimentales y las rupturas provocadas. Estas situaciones ayudan a crear, una autopista rápida que conduce al adulterio.

La infidelidad puede ser supuesta o comprobada. Siempre es imprescindible identificar los hechos, las causas y todas las esquinas que producen el dolor. Pero hay que hacerlo de la forma más fría e inteligentemente posible, para que las decisiones sean también displicentes y profundas, pero cerebrales.

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33 Preguntas para enseñar a los hijos a saber ganar y a saber perder

ESCUELA PARA PADRES

33 Preguntas para enseñar a los hijos a saber ganar y a saber perder.

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En la vida casi todo es competir. Se compite diariamente en la familia, en los estudios, en el trabajo, en los negocios, en el deporte, en la sociedad, en la política, por el dinero, por el amor, contra las enfermedades, contra la conciencia, contra las virtudes y valores humanos, contra los vicios, contra los otros pueblos, etc. En esas competiciones se gana o se pierde, muy pocas veces se empata. Por eso es muy importante aprender a saber ganar y a saber perder.

¿Qué se entiende por saber ganar?

Saber competir y ganar, no es solamente vencer, conquistar, dominar y derrotar a otros. Es, en buena lid, saber alcanzar unas metas para conseguir prosperar, lograr y obtener los objetivos o triunfos propuestos, sin jactancia ni egoísmo.

¿Qué se entiende por saber perder?

Saber competir y perder, no es solamente fracasar, desilusionarse, hundirse, fallar, frustrarse, tener resquemores, tristezas, ni deseos de revancha. Es aprender una lección que si se aprovecha, se puede sacar de ella una buena experiencias e incalculables beneficios. Jugar y perder, callar y pagar. 

¿El saber ganar que vicios tiene en contra?

En la vida también hay que saber ganar, sin dejarse llevar por los vicios de: La arrogancia, la soberbia, las trampas, las manipulaciones, los engaños, la furia, la egolatría, la deshonestidad, la inmoralidad, la maldad, la ira.

¿Cómo se aprende a perder?

Se aprende a perder, perdiendo. En la vida hay que saber perder, aunque se haya entrenado muy duro para ganar. En una familia bien estructurada, donde se han practicado por todos, las virtudes y valores humanos, relacionados con el saber ganar y el saber perder, la mente sabe discernir cuando es necesario tener la deportividad, incluso, dejarse ganar por un adversario, no importando que eso suponga la caída de un héroe o de un mito, para los seguidores. La deportividad es una virtud que enaltece a los jugadores, ganen o pierdan y se debe ejercer, de acuerdo con la personalidad de cada uno y las circunstancias del momento.

¿Por qué todos se acuerdan del primero y nadie del segundo?

En algunas culturas muy materialistas, todos se acuerdan del primero y le ensalzan, pero nadie se acuerda del segundo, ignorándolo. El segundo es el primero de los perdedores. Ese es el mensaje que los padres, entrenadores y maestros equivocados, enseñan a sus hijos. Luego así les van las cosas y se sorprenden cuando algunos, por el hecho de ganar, hacen cualquier cosa, buena o mala, legal o ilegal, perniciosa o saludable, sin tener en cuenta los resultados de sus decisiones. De ahí sale la vigorexia, el doparse con el consumo de drogas, los estimulantes, esteroides, etc. para ganar a cualquier precio.

¿Se enseña a saber ganar?

Saber ganar con caballerosidad, es una expresión de respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Esos gestos, la mayoría obscenos, que hacen algunos deportistas cuando ganan, dice muy poco de ellos. El señorío se debe demostrar cuando se gana y cuando se pierde.

¿Se enseña a saber perder?

Saber perder con nobleza, ayuda a fortalecerse mentalmente y a tolerar la hipotética frustración, del hecho de aceptar y asumir con humildad, la victoria ajena. No importa sentirse triste y decepcionado, por el gran esfuerzo realizado, pero nunca debe permitirse reacciones desproporcionadas. La honestidad hace verdaderos vencedores, aunque hayan perdido.

¿Tiene que haber siempre vencedores y vencidos?

En las negociaciones, discusiones, discrepancias o disputas, no se tiene que  ganar por encima de todo. En ellas tiene que haber siempre, la voluntad de saber perder si fuera necesario. La buena ética, recomienda que no haya sensaciones ni manifestaciones públicas, de vencedores, ni vencidos. Lo normal es que ambos tengan la sensación, de que han perdido algo o bastante. Ahí es donde todos han sabido ganar y perder.

¿Los padres tienen que enseñar a sus hijos a saber perder?

Los padres que no enseñan a sus hijos a saber perder y quieran que siempre ganen, incluso exigiéndoselo, aunque no se lo han merecido, porque no han hecho los méritos suficientes, ni han competido contra otros o contra sí mismos, están totalmente equivocados. No les inculcan que las cosas, hay que ganarlas con esfuerzo y en la base de devolver con creces lo obtenido, para evitar que al día siguiente, los hijos, continúen pidiendo, sin haberse ganado nada de lo que piden.

¿Pueden exigir los padres a sus hijos, que siempre y en todo, ganen?

Los padres no pueden exigir a sus hijos, que la única alternativa que tienen es la de ganar, siempre ganar y a cualquier precio. Es muy conveniente que los hijos, aprendan a perder, para que pongan a prueba las enseñanzas recibidas de los padres. Los derechos y obligaciones irrenunciables, no se entregan con dignidad y caballerosidad, a no ser que sean arrancados por la fuerza o con violencia. Cederlos sin lucha no es perder, es dilapidar, desatender, degenerar, etc.

¿Deben los padres enseñar a sus hijos a ganar a toda costa?

Eso produce en los hijos la idolatría a personajes y héroes falsos, que muchas veces están drogados o fuera de las leyes morales. Los padres deben recordarles los héroes, que verdaderamente se han entrenado y sacrificado muy duro, para poder ser los mejores, en cualquiera de los campos honrados de esta vida.

¿Qué es la elegancia moral de saber perder y saber ganar?

Los padres deben educar a sus hijos, en la elegancia moral de saber ganar y de saber perder. Enseñarles a ser caballeros en el deporte, en la vida escolar y con los amigos. Al final de todo, es muy duro no saber, ni ganar, ni perder, pues se llega a autodestruirse el propio equilibrio mental, que hay que tener en ambas situaciones.

¿Qué es el victimismo de los perdedores?

Los padres tienen que enseñar a sus hijos, que normalmente la cantidad y calidad del esfuerzo realizado y no la suerte, es lo que está más cerca del ganar y del perder. Cuando se aplaude o se achaca a la suerte por haber ganado, se está quitando valor al esfuerzo necesario para competir y ganar, y se está fomentando el victimismo en los perdedores.

¿Puede enseñarse la grandeza humana y la caballerosidad?

Los padres deben enseñar a sus hijos a tener y demostrar grandeza humana, tanto en la vida familiar, escolar, como social. Tienen que enseñar a ser muy caballeros dentro y fuera de la competencia deportiva, y serlo con naturalidad, generosidad, humildad y tenacidad, habiendo ganado o perdido. Sin perder de vista que, disfrutar de haber ganado y sufrir el haber perdido, deben ser sentimientos muy propios de todos los humanos.

¿Pueden los padres renunciar a educar a sus hijos?

Hay una gran crisis de padres, pues muchos han cedido su irrenunciable labor educativa y referencias morales, a las escuelas, a las pandillas y a los medios de comunicación. Olvidándose de que no hay nada, ni nadie en el mundo del deporte, de la música o de la cultura, que congregue y atraiga tanto a los hijos, como la religión y sus manifestaciones multitudinarias, de seguimiento a sus líderes, pues siempre las personas, tienen un ansia de religión, aunque algunas veces esté adormecida. La antítesis de esas reuniones religiosas, son las que hacen para seguir a los falsos ídolos, que suelen conllevar el beber, fumar, drogas y sexo.

¿Es importante el papel de los padres en enseñar a los hijos a saber ganar y a saber perder?

Los padres tienen que enseñar a sus hijos, el aprender a ganar, pero que la vida no es un camino de rosas, para que no se crean, más de lo que son y cuando llegue, acepten el perder, no creyéndose ni más ni menos, de lo que son. Enseñarles a tolerar la frustración, de saber perder con dignidad, y en su caso, a saber sobreponerse. También enseñarles el valor del sacrificio, del esfuerzo y del trabajo duro y constante, en su formación y en su autodominio, el cual se forja con el trabajo duro y callado, sin importar, si se gana o si se pierde.

¿Es importante aprender a solidarizarse con el adversario?

Los padres tienen que enseñar a sus hijos, a que midan sus reacciones cuando ganan y cuando pierden. Ello les demostrará hasta dónde están educados, para manejar los sentimientos en sus éxitos y en sus adversidades, y a reconocer el mérito de los que se esfuerzan, aunque hayan perdido y no solamente, de los que ganan. Deben aprender a ser congruentes, con lo que se dice y con lo que se hace y tanto, cuando se gane o se pierda, hay que solidarizarse con el adversario.

¿Hay que aprender de los errores propios y de los ajenos?

Los padres tienen que enseñar a sus hijos, a examinar su comportamiento, para conocer lo que tienen que mejorar o suprimir, tanto en el deporte, como en la actitud ante la continua competición de su vida familiar, escolar y de amistad. Analizar la posible frustración por haber perdido, o la arrogancia de haber ganado. Aprender a jugar limpio y a evitar las quejas y protestas, aceptando las decisiones de los padres, maestros o árbitros. Seguir luchando por la victoria, con ilusión y honestidad, aprendiendo de los errores propios y ajenos.

¿Es fácil la vida?

Los padres tienen que enseñar a sus hijos, que la vida no es fácil, y que tienen que acostumbrarse a que, cuando pierdan, sepan sobreponerse y tolerar la frustración. Asumiendo todo lo relacionado, con la victoria y la derrota. Son lo que son y tienen que acostumbrarse a convivir con sus virtudes y defectos, éxitos y fracasos, siempre intentando mejorar. Es muy duro aceptar la derrota, pero mucho más duro es ganar con trampas, pues el remordimiento de conciencia, puede ser para toda la vida.

¿Hasta dónde se debe saber ganar en los negocios?

En los negocios, también es fundamental el saber ganar y saber perder. Saber dejar ganar a otros, el último centavo, no se debe interpretar como perder o dejar de ganar. El hacerlo puede disminuir el riesgo, de perderlo todo. La avaricia en los negocios, hace que muchas veces quieran ganar por encima de todo y ganar todo. En los últimos centavos del beneficio, está oculto el peligro de la pérdida total. No se pierde solamente el último centavo, sino que pueden perderse, todos los anteriores que se habían ido ganando. El saber decir, aunque cueste hacerlo: Hasta aquí hemos llegado y no vamos a ir más lejos. Más vale una retirada a tiempo, que una derrota.

¿Hay reglas morales en los negocios, sobre el saber ganar y el saber perder?

Los negocios se hacen para ganar, dentro de “la ética del beneficio”. Una interpretación de la palabras negocio es “la negación del ocio”. El que no quiera competir y arriesgarse a ganar o a perder, no debe entrar en el mundo de los negocios. Ese mundo no suele tener siempre unas reglas muy claras, ni muy morales, sobre lo que es ganar y lo que es perder. Lo que es, queda reflejado en unos resultados, pero enseña mucho a obrar con cautela, pues los errores se pagan con pérdidas, a un precio muy elevado. Tan elevado como el beneficio, que se quería obtener al ganar. El dinero y otras cosas, son como la materia, ni se crea ni se destruye, solamente se transforma. Unos ganan y otros pierden, lo que había en juego.

¿Hay juegos obligatorios para los hijos en algunas elites sociales?

Los juegos del ajedrez y del Monopoly y sus variantes, son una extraordinaria actividad de inteligencia, que los padres deben enseñar a sus hijos, para que practiquen el saber ganar y el saber perder con deportividad, traducida a las situaciones de la vida real. Estos juegos son obligatorios en la educación de muchos niños y jóvenes, de las elites sociales. Como muchas competiciones, requieren una gran preparación, valentía, prudencia, reflexión, firmeza y medición de los riesgos, antes de entrar en las batallas parciales, para tener certeza de que, se van a ganar. Siempre tener muy bien preparado un plan B, para las posibles derrotas.

¿Pueden ser algunas pérdidas consideradas como semillas para alcanzar beneficios?

En muchas situaciones de la vida, saber perder es de inteligentes, cuando lúcidamente se dice: ¡Basta, ya he perdido suficiente! Se ve que por ahí, no es el camino. Algunas veces saber perder es saber sembrar, para después recoger la cosecha. No solamente en la agricultura y en la pesca, con el macizar, sino en las inversiones de los negocios, que pueden parecer pérdidas, cuando en realidad son inversiones, bien calculadas, que esperan las ganancias, en determinados plazos y condiciones.

¿Se puede perder el tiempo?

Saber perder el tiempo, si se es consciente, nunca es perderlo. Principalmente cuando se emplea para meditar, rezar, orar o poner en orden, la mente y el espíritu de cada uno, o para ayudar a otros.

¿Cuáles son las principales virtudes y valores humanos que hay que practicar para ganar?

Las virtudes y valores, tienen que ejercitarse antes, dentro y fuera de las competiciones, para ganar en buena lid, que sólo se consigue con inteligencia, educación, capacidad de trabajo, tenacidad, constancia, sacrificio, orden, disciplina, grandeza humana, caballerosidad, dando lo mejor de uno mismo, temple moral, buena actitud, etc.

¿Cuáles son los principales vicios que deben procurar eliminar los ganadores?

Los que de verdad saben ganar, nunca deben humillar a los que han perdido, haciéndose los creídos, vanidosos, engreídos, arrogantes, insolentes, etc. Más bien deben dar la imagen de discreción, prudencia, sensatez, sencillez, modestia, humildad, etc.

¿Hay que enseñar a los hijos a reconocer el esfuerzo realizado por los que han perdido?

El hecho de ganar, conlleva el saber reconocer el esfuerzo realizado, por el contrincante, respetándole, alabándole y reconociéndole su mérito al competir. Esto puede ser un referente educativo para los hijos, que ven en sus padres una humana relación, con los que han perdido, bien sea en sus competiciones propias o en las ajenas, en los espectáculos deportivos o en los concursos u oposiciones.

¿Es fácil saber perder?

La industria del dopaje, es la creadora de los ídolos falsos y los héroes de barro, para que los fanáticos, se sientan bien. Está reñida con la ética deportiva y con la buena imagen, de los que compiten honrada y limpiamente para ganar o perder. Los fanáticos son los que defienden ciegamente, con tenacidad desmedida y apasionamiento, creencias u opiniones, deportivas, religiosas, políticas, económicas, etc. Es muy duro para ellos el no ganar, siempre, a cualquier precio. Jamás admitirán que han perdido, pues no saben perder.

¿Es difícil saber perder?

Es muy duro y muy difícil, saber perder con elegancia y respeto hacia el que ha ganado, y felicitarle, agradecerle y reconocerle, que lo ha hecho mejor. Sobre todo si se tienen los sentimientos de disgusto, sorpresa, tristeza, etc. Hacerlo pone de relieve un corazón generoso, noble en los momentos grandes de ganar y en los amargos de perder. En la vida siempre hay alguien, que tiene que ganar, y alguien que tiene que perder. Unas veces toca a uno y otras a otro.

¿Qué es más importante, participar o ganar?

No siempre es correcto decir a los hijos, cuando han perdido: “Lo importante es participar, mucho más que ganar” pues eso les quitaría el estímulo de lucha, superación, preparación, esfuerzo y disciplina. Haciéndoles disminuir el deseo de querer seguir compitiendo. Para algunos esta frase llena de virtud, ha quedado obsoleta y ha pasado a formar parte de la historia, cuando las personas competían en buena lid. Ahora dicen que hay que ganar, ganar siempre y como sea. No se valora a los hijos por el número de veces que han ganado, sino por el número de veces que han perdido, pero han intentado volver a luchar.

¿Se puede buscar una excusa para justificar el haber perdido?

Saber perder es aceptar que la causa pudo ser que el otro era mejor, o que fue una equivocación propia, una falta de entrenamiento, una falta de esfuerzo, una escasez de conocimiento, etc.  Pero nunca debe buscarse una excusa, para justificar la pérdida, echándoles la culpa a otros o a las circunstancias. Es mucho más honrado decir: He perdido, que, me han hecho perder.

¿Qué es jugar limpio para ganar?

Hay muchas cosas positivas, detrás de saber ganar y saber perder. Entender lo que es el jugar limpio y ver que hay algo más allá del ganar, a toda costa. Aunque no tengan repercusiones externas, existen acciones que son mucho mejores que el ganar, como es el no aprovecharse, con malas artes o situaciones, de los otros. Esto es muy importante, demostrarlo en todos los ambientes, en la familia, con los amigos, en las competiciones deportivas, en la sociedad, en la política, etc. Si bien parece que hoy todo vale, un gesto de honradez, va muy bien.

¿Está bien querer ganar siempre?

Vivimos en una sociedad muy competitiva, en todos los órdenes de la vida. “Al camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Todo el mundo quiere ganar y ser el mejor, comparativamente, con las otras personas. Está muy bien querer ser el mejor, en algunos ámbitos y áreas positivas del quehacer cotidiano, como en: La familia, el trabajo, el estudio, el deporte, las relaciones amistosas, etc. Pero no se debe olvidar el saber perder, pues no siempre salen bien las cosas y a nadie gusta que le humillen, por haber perdido.

Hay una elegancia moral detrás del saber ganar y saber perder, que no se improvisa, hay que enseñarla y practicarla, desde pequeño con los padres, para poderla demostrar, en los momentos fáciles y en los difíciles. Perder una batalla, no es perder una guerra. Siempre quedará tiempo, para levantarse y volver a intentar ganar. No se debe decir a nadie, que no pasa nada por perder, hay que decir, que no se debe sentir derrotado, por haber perdido una vez.

30 Sentencias sobre saber ganar y saber perder.

1.      De nada sirve al hombre ganar el mundo, si pierde su alma.

2.      Aquel que pierde dinero, pierde mucho, aquel que pierde un amigo, pierde mucho más, aquel que pierde la fe, pierde todo.

3.      El guardar bien ya es ganar.

4.      Cuando pierdes, no pierdas la lección.

5.      El amor es como una escuela, en la que tu maestra es la experiencia, aprendes cuantos tipos de personas hay, que errores no cometer, aprendes a perder, aprendes a ganar, aprendes a amar… el amor es una escuela, de la que nunca te graduarás.

6.      El ganar es ventura y el conservar, cordura.

7.      El perder con paciencia, enseña a dar con liberalidad.

8.      El verdadero medio de ganar mucho, consiste en no querer nunca, ganar demasiado.

9.      En la vida no gana el mejor, gana el que sabe ganar.

10.   Es imposible ganar, sin que otro pierda.

11.   Estuvo difícil. Es la forma en que está todo, cuando hay guerra. Se puede ganar o perder, vivir o morir y la diferencia es justo una pestaña.

12.   Hay dos clases de virtudes: las que hacen ganar el cielo y las que hacen ganar la tierra.

13.   Hay mucho que ganar y poco que perder.

14.   Jamás se pierde, el bien que se hace.

15.   Juego honestamente y juego para ganar. Si pierdo, tomo la lección.

16.   La pérdida de nuestras fuerzas, es debida más bien a los vicios de la juventud, que a los estragos de los años.

17.   Las tragedias son una herramienta para ganar sabiduría en la vida, no una guía para vivir.

18.   Lo que habéis heredado de vuestros padres, volvedlo a ganar a pulso o no será vuestro.

19.   Locura es no guardar, lo que sudores, cuesta ganar.

20.   Los pobres y la clase media, trabajan para ganar dinero. Los ricos hacen que el dinero, trabaje para ellos.

21.   Más vale caer con honor, que ganar con fraude.

22.   Nadie se ha perdido aún, en un camino recto.

23.   No hay como el orden, para enseñar a ganar tiempo.

24.   No se puede ganar una guerra, como tampoco se puede ganar un terremoto.

25.   No trabajas para ganar dinero, sino para justificar la vida.

26.   Para ganar, lo primero que hay que hacer, es llegar y trabajar.

27.   Quieren ganar con méritos ajenos.

28.   Un arreglo tiene el apostar para siempre ganar: no apostar.

29.   Uno a ganar y cinco a gastar; milagrito será ahorrar.

30.   Vencer sin mérito, es ganar sin esfuerzo.

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Aquí encontrará respuestas a sus preguntas. Lea este articulo titulado: ESCUELA PARA PADRES. Qué es, para qué sirve y cómo funciona de forma virtual.

Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

No dudeis en comunicaros conmigo para cualquier comentario. Un saludo, Francisco francisco@micumbre.com

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