ESCUELA PARA PADRES
Divorcio. Lo que los padres deben conocer y explicar a sus hijos
Los padres deben hablar muy claro con los hijos, cuando llegan a cierta edad, de lo que es el divorcio y de las consecuencias que conlleva. Así entenderán los hijos, lo que les ha sucedido o les puede suceder a sus padres, y lo que deben conocer para evitar divorciarse, cuando sean mayores. También entenderán mejor la situación de algunos de sus familiares, amigos y de la sociedad en general. Desgraciadamente más del 50% de los matrimonios que comienzan, se divorcian por lo menos una vez, y muchos de ellos, dos o más veces.
Los hijos suelen ser los principales perjudicados por esa grave decisión de los padres, ya que en algunas comunidades más del 70% de los niños, viven en hogares monoparentales. Lo que les supone una mala educación, llena de dificultades, para el futuro de los hijos. Los hijos que se crían en este tipo de familia o entorno social, se acostumbran a verlo como normal, lo que les lleva a repetirlo sistemáticamente, cuando llegan a mayores. Es un círculo vicioso, del que es muy difícil escapar. Matrimonios sin educar, más divorcio, equivale a hijos acostumbrados a los divorcios, que producen nuevos matrimonios e inexorablemente más divorcios. Por ello deben tener mucho mas cuidado en preservar sus matrimonios, que ya son de por si, de alto riesgo, poniendo mucho énfasis en prevenir cualquier señal de alarma que se presente, como explico en el artículo “Matrimonios de alto riesgo. 17 banderas rojas que deben corregirse para evitar el divorcio”
El divorcio y los hijos
Los hijos tienen una necesidad extrema, de la unión indisoluble de sus propios padres y siempre, son las primeras victimas inocentes, del drama del divorcio.
Cuando los padres piensen en divorciarse, deben reflexionar seriamente, que esa gravísima decisión unilateral de ellos o de alguno de ellos, van a tener que explicársela a sus hijos, que supuestamente, son sus seres mas queridos y victimas inocentes, indefensas e impotentes, de esa cruel decisión. Las consecuencias del divorcio caerán sobre todos, padres e hijos, pero principalmente sobre los hijos. El divorcio es un proceso largo y traumático para toda la familia, especialmente para los hijos que desgraciadamente, tienen que ser espectadores activos o pasivos, ante las disputas y violencias domesticas, durante todo el tiempo del desarrollo y tramitación.
Es necesario explicar con mucha claridad y con mucho cuidado, para no herirles más, todos los detalles de cómo, el divorcio de los padres va a afectar sus vidas en relación con su nueva familia, vivienda, escuela, sociedad, etc. También tienen que explicarles, que la culpa de lo que sucede no es de los niños, si no que es, una decisión unilateral que han tomado los padres, olvidándose del daño irreparable que hacen a los hijos.
Hay muy pocas maneras y ninguna buena, de explicar a los hijos, lo que es el divorcio de los padres y las graves consecuencias que tendrán para ellos. Es muy difícil explicarles que se quedarán a vivir solos con uno de los padres o irán a vivir con la otra familia que se forme, incluso pudiendo llegar a separase los hermanos. Con la casi completa seguridad, de que al otro padre no volverán a verle, nada más que en situaciones muy especiales y esporádicas, que seguramente tendrán unos diferentes padres, hermanos, abuelos, tíos, familiares, amigos, casa, escuela, situación económica, juguetes, ropas, comidas, mascotas, etc. Que seguramente deberán llevar, para toda la vida, los apellidos diferentes a los de sus nuevos hermanastros. Los padres van a tener que solicitar ayuda religiosa y profesional, para portarse con los hijos lo menos mal posible. Lo más difícil es explicar a los hijos, que aunque los padres se divorcien, se separen y arruinen su vida y la de sus hijos, ellos sus padres, les seguirán queriendo mucho y para siempre, aunque el día que se casaron también dijeran que se iban a querer para siempre y luego no lo han hecho.
- ¿Se atreverán los padres a explicar a sus hijos, que por su divorcio los van a condenar a llevar una vida económica y socialmente, mucho peor que la que tienen, pues está demostrado estadísticamente, que cuando los hijos se quedan con la madre, ella baja su nivel económico de ingresos un 30%, y por lo tanto los gastos dedicados a los hijos también?
- ¿Que seguramente cambiarán de zona de vivir a una más pobre, dejaran de estudiar o no comenzaran estudios universitarios y que pasaran muchas miserias, porque los padres dejan de cumplir con las obligaciones económicas que contrajeron, incluso las ordenadas por la ley?.
Los padres tienen que ponerse de acuerdo para explicar a los hijos, de la forma más sencilla posible, consistente y concisa, pero sin mentiras, ni engaños, los motivos por los que han decidido divorciarse. No debe ser una disculpa pueril, para que los hijos no la consideren frívola y les quede como una posible solución, a imitar cuando sean mayores.
El divorcio y la familia.
La familia es el pilar sobre el que se asientan las naciones y el divorcio, es uno de los peligros más grandes que tiene la familia y el futuro de las naciones. Aunque esté autorizado según las leyes civiles, es una de las grandes derrotas de la civilización humana. El hecho de que se den tantas facilidades para realizarlo, que no esté penalizado, e incluso que se pueda realizar en ausencia de la otra persona, es un aliciente para que algunas personas no duden en divorciarse, a la más mínima adversidad. Eso no implica que las personas lo hagan, porque esté permitido o no penalizado por la ley, lo hacen porque están en la cultura del yo, del ahora y de lo que quiero y cuando lo quiero.
Para los católicos es una falta muy grave, divorciarse y volverse a casar, aunque actualmente sea muy atractivo sucumbir a la tentación tan extendida del divorcio y vuelta a casarse, cuando las cosas no marchan como quisieran que marcharan. Ante las dificultades que surgen entre los cónyuges, se suelen dejar llevar por las facilidades con las que hoy se puede obtener el divorcio civil. Pero el divorcio que aparenta ser una solución, en realidad se limita a trasladar los problemas a otros ámbitos, familiares y sociales, además de agrandarlos.
Con el divorcio los esposos se afligen a si mismos una profunda herida, que no es curable, ni con el paso del tiempo, pues siempre se recordarán que han faltado a su palabra y han roto un vinculo vital para ellos y sus hijos.
Incluso ha llegado a tal grado de aceptación del divorcio en la sociedad, que se realizan grandes fiestas para celebrarlos.
Matrimonio religioso. Es la unión ante Dios y ante la sociedad, voluntaria y con pleno conocimiento de lo que hacen, de dos personas, hombre y mujer, para toda la vida, indisoluble, hasta que la muerte los separe, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad.
El vínculo adquirido en el matrimonio es por ley natural indisoluble, porque brota de la esencia misma del amor y de la familia, aunque el divorcio esté autorizado legalmente y no esté castigado penalmente.
El matrimonio no es como los pañuelos de papel, que después de usados se tiran. El matrimonio en la mayoría de las religiones, tiene conceptos y leyes similares, por lo que el que se divorcia de su pareja y se casa con otra, soltera o divorciada, comete adulterio.
Volverse a casar. Divorciarse y volverse a casar con una persona soltera o ya divorciada conlleva varios ajustes en las vidas personales, en la de los hijos propios, si es que los tiene, en la de los hijos de la nueva pareja, en la vida y familia de las anteriores parejas y en sus relaciones económicas y sociales.
La nueva pareja se puede convertir en padrastros o madrastras de unos hijos, a los que posiblemente no los quieran, pero que no tienen ninguna culpa, ni de lo que sucedió, para que llegara el divorcio, ni de la futura situación de la nueva familia.
Deben tener en cuenta que los hijos propios, de cada uno de la nueva pareja, siempre serán sus preferidos respectivamente. Tienen que enseñar a la pareja y a los hijos, propios y ajenos a conocer y resolver esta situación.
Es contraproducente separar el cariño de los hijos, de sus antiguos padres. Siempre hay que fomentarles el amor hacia sus padres biológicos, incluso antes que a sus nuevos padrastros.
La nueva pareja tiene que concretar las condiciones, que espera que se cumplan con los hijos anteriores, e incluso las de los que pudieran llegar de la nueva unión, en todos los conceptos de educación, formación, religiosidad, economía, salud, disciplina, etc. Y tienen que aceptar las responsabilidades económicas adquiridas, voluntarias o legales de la pareja con su anterior familia.
Buscar ayuda. Tendrán que buscar ayuda religiosa, de consejeros sociales, grupos comunitarios y grupos de apoyo, para padres e hijos de familias divorciadas. Los padres solos, no podrán resolver el grave problema en el que se han metido. Hay muchos libros con consejos muy claros, sobre cómo explicar a los hijos, todo lo relacionado con el divorcio, y cómo enseñarles la nueva forma de vida, que tendrán que llevar a partir del divorcio y separación de sus padres. En los libros encontrará las acciones a tomar, en función de la edad que tengan cada uno de los hijos, la situación económica de los padres y el pago para manutención, si hay otras personas interfiriendo en el matrimonio, si los hermanos tienen que separarse o se quedarán con la madre o con el padre, si van a cambiar los hijos de casa, de ciudad o de estado, número de vistas y duración de las mismas, etc. En cada caso específico, cambia la estrategia de comunicación.
Matrimonio civil. Es un acto celebrado ante un juez por el que dos personas se comprometen a vivir juntos para toda la vida o hasta el momento que le parezca a alguno de los dos divorciarse. La ley civil les ampara para, cuando lo consideren conveniente, romper ese contrato civil, y las promesas solemnes que se hicieron mutuamente ante la sociedad. Seria incongruente que después de otorgar la escritura de compra y venta de una casa, e inscribirla en todos las oficinas públicas, al cabo de unos años el vendedor o el comprador dijeran que querían anular el contrato, porque no les gustaba la casa, aunque la compra – venta fue voluntaria, no hubo engaño, ni mala fe, la transacción fue válida y por lo tanto, no es anulable según la ley.
Matrimonios a prueba. En algunos países hay esa moda, pero hacerlo es inmoral y antinatural. No se puede morir a prueba, no se puede amar solamente a prueba, no se puede aceptar a la pareja a prueba por un tiempo o hasta que ocurra algo, como la llegada de un hijo, terminar unos estudios, cambiar la situación económica o resolver un negocio.
Los siguientes artículos ya publicados, le complementarán lo anterior.
- Matrimonios de alto riesgo. 17 banderas rojas que deben corregirse para evitar el divorcio
- 10 Motivos por los que se llega el divorcio
- 10 Cuestiones religiosas y humanas que debo dialogar profundamente con mi pareja, antes del matrimonio
- Cómo conseguir matrimonios duraderos y felices
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