Padres, enseñen a sus hijos a hablar por teléfono (Normas, consejos y etiquetas)


ESCUELA PARA PADRES

Padres, enseñen a sus hijos a hablar por teléfono (Normas, consejos y etiquetas)

  • Los 15 parámetros no verbales que influyen para mejorar lo que se dice y lo que se comprende de las conversaciones telefónicas
  • Los 23 puntos más importantes para mejorar y conseguir una buena actitud en el uso del teléfono, dentro de las normas de educación y cortesía
  • Las 10 principales normas para los hijos, sobre la tenencia y disfrute del teléfono

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Hablar por teléfono es muy fácil, pero para hacerlo bien, se necesitan conocer algunas técnicas, normas de conducta y reglas de educación. Todo el mundo llama y recibe llamadas telefónicas y algunas veces, ambos se hacen tan desastrosamente, que los resultados son lo contrario de las intenciones.

Los 15 parámetros no verbales, que influyen para mejorar lo que se dice y lo que se comprende, de las conversaciones telefónicas: La voz agradable, la sonrisa, el estilo, la dicción, la fluidez, el acento, el tono, la terminología, la entonación, la velocidad, la cohesión, la entonación, la monotonía, los gestos, la postura del cuerpo, etc. influyen en la mutua satisfacción y percepción de las  conversaciones telefónicas. Cada uno de ellos, requiere un próximo comentario aparte.

La conversación telefónica está determinada por muchos otros factores, como es el estado anímico, el nerviosismo, la salud, el cansancio, el aburrimiento, el esfuerzo, la alegría, la tristeza, etc. No se puede descuidar la imagen personal que queremos dar, con la que se da, cuando no tenemos control de nuestros sentimientos más elementales. Los buenos profesionales de la comunicación, saben cómo llamar, hablar y escuchar por teléfono, es cuestión de conocimiento y entrenamiento.

Al hablar por teléfono, hay que dar una imagen de persona triunfadora, afable y buena comunicadora. Los interlocutores perciben el estado anímico de lo que sienten las personas, a través de la voz amable, amigable y resolutiva, bien sea en positivo o en negativo. La situación mental influye en el físico de cada persona y en su imagen personal, que también se refleja en las palabras realizadas por teléfono, al expresar los sentimientos, condicionando la forma en la que realizamos y transmitimos todos los gestos.

Para aprender a hablar bien por teléfono no caben excusas, como: No puedo, no sé, es muy difícil, voy a fracasar, etc.  Hay que sobreponerse y reaccionar, para hacerlo lo mejor posible. Después agradecerá el haberlo intentado y conseguido.

Los textos enviados por teléfono, MSM, Facebook, Twitter y las video conferencias, están cambiando la cultura de llamar por teléfono. Hay algunos segmentos de la población, que casi ya no hablan por teléfono, prefiere utilizar esos otros sistemas para comunicarse. Además su escritura ha cambiado enormemente, pues utilizan frecuentemente abreviaturas y textos recortados. Pero este artículo les vendrá bien, para cuando tengan que emplear el teléfono.

La cortesía, educación y conocimientos empleados al hacer llamadas o al recibirlas. Es cuestión de sentido común y de seguir las normas de educación, que se requieren para la mayoría de las cosas, relacionadas con la convivencia en la familia, en el trabajo o en la sociedad.

Las empresas, principalmente las que se dedican a hacer y recibir llamadas, tienen unos manuales de utilización, donde recogen todos los aspectos que integran el uso y el buen funcionamiento del teléfono. Si consigue leer alguno, puede que le ayude como complemento de este artículo.

Al hacer la llamada:

Mencione el nombre de a quién o a quiénes se ha querido llamar, después “buenos días” y luego presentarse “Soy, fulano”. No preguntar: ¿Con quién hablo? Para no tener que escuchar: “A Vd. que le importa”, o “Dígalo Vd. que es el que ha llamado”. Lo primero es verificar, con quién se está hablando, saludar y después identificarse. La primera impresión es la que cuenta y nada más hay una oportunidad para ello.

Al responder la llamada:

Si fuera posible, intente contestar a la primera llamada o cuanto antes. Responda con un educado: ¡Hola!, ¡Diga!, ¡Dígame! o similar. Sea quien sea el que llama. Si en la comunidad o en el trabajo hay otras normas, deberá cumplirlas: Diciendo el nombre propio, el de la empresa o las frases de respuestas normalizadas.

Al despedirse:

También hay una sencilla etiqueta, que debe seguirse en función de la costumbre o de las reglas profesionales. Nunca despedirse cortando sin más la comunicación. No se olvide que lo que haga Vd. hoy, con quien le llama, mañana le tocará a Vd. llamar y no le gustará que corten la conversación, sin más.

Si está muy ocupado, en otras cosas o hablando algo muy importante por teléfono, no le importe dedicar 30 segundos de cortesía y decírselo a quien le llame, añadiendo la promesa de devolver la llamada lo más pronto posible. Pero no debe cortar la comunicación, con el qué está hablando, hoy en día, es muy fácil con los servicios que ofrecen la mayoría de las empresas suministradoras, tomar la segunda línea. No se olvide que no debe dejar empantanado al que le esté hablando, para empezar a hablar con quién le llama. El sabio dicho de “el primero que llega, es el primero en servirse” debe utilizarlo en la etiqueta del uso del teléfono.

Los 23 puntos más importantes, para mejorar y conseguir una buena actitud en el uso del teléfono, dentro de las normas de educación y cortesía:

1.      Analizar cómo interpretará la otra parte la conversación, en función de los complementarios signos o expresiones corporales, las inflexiones de voz, el rostro, la mirada, los gestos, etc.

2.      Aprender a distinguir entre los temas, que pueden ser hablados por teléfono y los que mejorarían, si la comunicación fuera presencial. Hay cuestiones que si es fuera posible, deberían tratarse cara a cara, puesto que requieren una conversación larga y profunda, para que resulte más fructuosa.

3.      Contestar cortésmente al primer o segundo sonido de llamada.

4.      Dar prioridad en las conversaciones a las personas presentes y no a las que interrumpen, a través de las llamadas del teléfono.

5.      Dejar la tarea que se está haciendo y concentrarse en la llamada, que se va a atender. Ha de procurarse mantener una “escucha activa”, transmitir que se está escuchando. La falta de atención se nota y resulta molesta.

6.      Desconectar siempre el sonido del teléfono portátil en los actos públicos, por ser una norma de elemental respeto y cortesía a los demás, en: La escuela, iglesia, cines, teatros, conciertos, reuniones, conferencias, comidas, fiestas, etc.

7.      Despedirse agradeciendo el tiempo y la atención prestada, para no dejar al interlocutor con la sensación de haber perdido el tiempo. A poder ser, deje la puerta abierta para una posible continuación de la relación, una respuesta posterior o una segunda llamada.

8.      Diga las mejores palabras que se pueden decir al descolgar el teléfono: ¡Hola!, ¡Diga!, ¡Dígame! o similar, o las normas de cortesía que haya en cada empresa o comunidad.

9.      Evitar el mayor número posible de ruidos personales, como masticar, suspirar, bostezar, rascarse, carraspear, toser, a no ser que sea imprescindible, etc.

10.   La acción de descolgar el teléfono, es como abrir una puerta, inmediatamente la otra persona imagina con quién habla, por eso, se debe estar relajado. La respiración sosegada, da impacto a las palabras y suaviza la tensión que pudiera existir.

11.   Mantener una postura física erguida, ya que la voz se distorsiona y decae. Si estamos inclinados sobre la mesa o con la mejilla apoyada en la mano, es una actitud que se trasmite.

12.   Medir bien los tiempos de entrada en la conversación y acercamiento al objetivo de la llamada. Tratando de no darle muchas vueltas, ni ser desconsiderado con las prisas.

13.   No cortar la conversación precipitadamente, amparándose en la no presencia, pues equivale a dar un desagradable portazo.

14.   No interrumpir con la amenaza de cortar la comunicación, escuchar atentamente y ser dialogante, aunque no se esté de acuerdo.

15.   Pensar si ambos interlocutores preferirían, si fuera posible, hablar personalmente esos temas, en lugar de hacerlo por teléfono.

16.   Preguntar al que se le hace la llamada, si en ese momento está disponible para hablar, pues tal vez esté ocupado en otra llamada, en otra cosa o le convendría más, hacerlo en otro momento.

17.   Procurar no hablar por teléfono, ni poner textos mientras se conduce un  automóvil, pues es muy peligroso, además que suele estar prohibido. Si es muy urgente o importante, pararse con mucho cuidado y hacer o recibir las llamadas.

18.   Si tiene que dejar un mensaje en el contestador automático, recuerde que normalmente ya queda grabado su nombre, fecha y hora. Así que el mensaje debe ser corto, específico y con las palabras importantes, para que cuando le devuelvan la llamada, se puedan acordar fácilmente de los principales motivos a tratar.

19.   Sonreír por teléfono es una de las mejores maneras de comunicar simpatía, interés y amabilidad. La sonrisa se percibe instantáneamente y resulta agradable para el interlocutor.

20.   Telefonear puestos en pie delante de un espejo, es un buen ejercicio de entrenamiento, para mejorar la conversación, pues ver la propia imagen, ayuda a comprobar todos los gestos de impaciencia, aburrimiento, enfado, alegría, etc.

21.   Tener la certeza de que las conversaciones importantes, no van a ser escuchadas maliciosamente por terceras personas, que intimiden o impidan hablar a las partes con claridad, convencimiento, libertad y confianza.

22.   Utilizar un tono de voz natural y cordial, más bien bajo, pues el teléfono acentúa o distorsiona el volumen.

23.   Vocalizar bien y hablar despacio, articulando correctamente.

Al llamar o contestar por teléfono se puede dar, sin querer o queriendo, una imagen agradable, agresiva, profesional o amistosa. Normalmente se siguen una serie de rituales, modas o rutinas aprendidas, que primero son costumbres, después hábitos y luego virtudes o defectos.

Manejar bien la mente, es la mejor herramienta para dar una buena imagen, pues aunque hoy no se vea por teléfono, salvo en las conversación realizadas por Skype o similar, la voz y el cuerpo, hacen trascender la imagen que se da o quiere dar.

Las 10 principales normas para los hijos, sobre la tenencia y disfrute del teléfono:

1.      Cualquier duda sobre su utilización o búsqueda de contenido, previamente deberá ser consultada a los padres.

2.      El teléfono es una estupenda herramienta, para mejorar la calidad de vida de las personas, pero no la utilices para perjudicarte, ni para perjudicar a otros.

3.      La posesión del teléfono, no la propiedad, es un privilegio que te conceden los padres. Si no hay buen comportamiento, ese privilegio podría perderse.

4.      Las adicciones a la Nomofobia y a la Mobilfilia deben ser rechazadas, pues son actitudes que modifican negativamente el carácter y el comportamiento de las personas.

5.      Los horarios, tiempos y lugares de utilización, tienen que ser autorizados por los padres y maestros.

6.      Nunca practiques el “sexting” ni el “grooming”, debido a que conllevan consecuencias gravísimas para ti y para otros.

7.      Selecciona bien a las personas que quieres llamar y las que quieres que te llamen. Algunas amistades hechas por teléfono, pueden traer graves consecuencias.

8.      Su principal objetivo es tu seguridad física, no es para jugar ni para divertirse, aunque también sirve como ayuda para estudiar, por lo que tienes que tenerlo siempre disponible para recibir y realizar llamadas.

9.      Su utilización tiene que estar presidida por la buena educación y las normas familiares y sociales de convivencia.

10.   Tener y usar el teléfono no es gratis. Todos los gastos del teléfono serán de tu cuenta, aunque podremos negociar la forma que puedas conseguir, con tu esfuerzo, el dinero para pagarlo.

Las 10 frases que no deben decirse por teléfono, ni para afianzar la conversación: (lenguaje apodíctico)

Es mucho más difícil ser persuasivo o enfático por teléfono, que una conversación coloquial y presencial, donde estos adjetivos suelen ir acompañados, de gestos corporales e inflexiones de voz, que remachan lo expresado con una técnica asertiva para darle más certeza, evidencia, autoridad e irrebatibilidad.

1.      A las pruebas o evidencias me remito.

2.      Básicamente, absolutamente, indiscutiblemente, evidentemente, única y exclusivamente.

3.      De una vez por todas.

4.      Eso lo digo yo y basta.

5.      Eso no es de esta discusión, eso es de otra diferente.

6.      Esto lo digo por activa, por pasiva y por perifrástica.

7.      Esto se hace sí, o sí. Puede contestar, si, o si señor.

8.      Lo tomas o lo dejas.

9.      Nada más y nada menos, tanto y aquí añaden una cifra, dato o fecha terminante.

10.   No hay más que hablar.

11.   Poner encima de la mesa, refiriéndose a argumentos, propuestas o razonamientos.

12.   Porque lo digo yo. No hay más que hablar, no admito argumentos en contrario.

13.   Queda terminantemente prohibido o totalmente prohibido.

Hay una regla llamada 3–6–9–12, sobre las edades adecuadas para el uso de cada una de las nuevas tecnologías. Pueden leerla en: Nomofobia y Mobilfilia nuevas adicciones al teléfono y su influencias en la familia y en la sociedad. Esta regla puede complementarse con la del uso y posesión del teléfono móvil o celular, según las edades:

  • Menores de 12 años: No deben estar autorizados a utilizarlo, salvo algunas excepciones, pues no suelen tener necesidad, motivo, ni criterio para tener que usarlo. Suelen hacerlo por caprichos o presunciones de los padres.
  • Mayores de 12 años: Según la edad mental, la educación recibida, su comportamiento y su responsabilidad demostrada en otros conceptos, puede ser aconsejable, que midiendo bien las circunstancias que concurran en la familia y en las actividades externas de los hijos, se vayan a acostumbrando a utilizarlo con criterio y una gran supervisión. De esta manera, según vayan siendo mayores, ya habrán adquirido el hábito de saberlo manejar bien.
  • Mayores de 16 años: Los hijos que hayan superado la prueba de usar el teléfono, durante los años anteriores, ya deben hacerse responsables de la utilización de su propio teléfono, de acuerdo con las normas establecidas por los padres. El teléfono es una pieza muy importante en sus estudios, trabajo, relaciones, seguridad y en la tranquilidad de los padres.

El teléfono es una maravilla tecnológica, que nos ayuda a mejorar la calidad de vida y a vivir con libertad responsable, si sabemos comportarnos y utilizarlo con creatividad, cumpliendo las reglas que ayuden también a los demás, a no tener que sufrir los inconvenientes, que pudiera tener sobre el control personal.

El teléfono es un instrumento básico e imprescindible, en la comunicación con nuestro entorno y uno de los aspectos básicos de la vida familiar, social y de trabajo. Puede ser un desahogo para uno y también un buen mensaje para otros. No es fácil comunicarse bien verbalmente, máxime si no se ve a la otra persona. Por eso hay que aprender a mejorar la forma de hablar por teléfono. Estos conceptos se deben enseñar en el entorno familiar, a una etapa muy temprana de la vida, para que permanezcan en la memoria, aunque sea de forma oculta.

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