Archivo de abril 2008

2ª Parte. Acoso escolar. Bullying. Como descubrirlo, evitarlo y educar a los hijos para que no lo hagan

ESCUELA PARA PADRES

2ª Parte. Acoso escolar. Bullying. Como descubrirlo, evitarlo y educar a los hijos para que no lo hagan

Continuación del artículo: 1a Parte. Acoso escolar. Bullying. Como descubrirlo, evitarlo y educar a los hijos para que no lo hagan,

Orígenes (2ª Parte).

  • El acoso o bullying puede empezar en los primeros años de vida. Hay niños que cuando acuden al colegio, muerden, arañan o quietan juguetes, ropas o comida a otros niños de su misma edad. Suelen ser niños que durante su crianza en casa, han estado totalmente consentidos a tener todo lo que pedían, lo mismo cosas que fueran de ellos, de sus hermanos o estuviera al alcance de su mano en las tiendas. Están acostumbrados a que nadie les lleve la contraria, por lo que cuando se encuentran conviviendo con otros niños en la escuela, no admiten que lo que ellos quieren, no se lo den inmediatamente. Es entonces cuando les sale la incipiente agresividad y muerden, arañan o roban, para conseguir lo que quieren. Los padres y los maestros, tiene que estar muy vigilantes, para ir corrigiendo con mucha paciencia, estos malos hábitos y costumbre de los niños.
  • Los padres en la prevención, corrección y castigo del acoso escolar y sus derivados, no pueden tener ni laxitud, ni tolerancia. Tampoco dejadez, irresponsabilidad o desgaste, por los hechos que ocurren. Tienen que tener preparación, amplios conocimientos, firmeza y sobre todo mucho cariño. Ya que la agresividad y malas acciones de los hijos, son responsabilidad directa de sus padres, por lo que ellos tienen que solucionarla, si fuera necesario, con la ayuda de los maestros y profesionales, aplicando desde el primer momento lo llamado, cero tolerancia en corregir sus manifestaciones violentas.
  • La familia es la escuela de la vida y los padres, los educadores naturales. Las relaciones estrictamente personales que se establecen entre padres e hijos, constituyen la fuente principal de la que emanan los aprendizajes emocionales, sociales y morales. La escuela, por su parte, debe colaborar con la familia, sin usurpar sus funciones.
  • Los padres tienen que educar en los valores humanos, propios de la convivencia en paz y en libertad, pues si no dan a los hijos una formación integral de la persona, es decir de todos los aspectos de la personalidad, incluyendo el religioso, el fracaso en la transmisión de estas reglas elementales, es una fuente segura de desarraigo y del abuso potencial.
  • Algunos hijos tienen de todo, principalmente en cuestiones materiales, están demasiado consentidos. Los padres tienen que recuperar los principios de autoridad e inculcar y fomentar la autoridad del maestro. Tienen que saber poner límites a las actuaciones de los hijos, ya que incluso las leyes civiles recuerdan a los padres, que los hijos tienen el deber de obedecer y respetar a sus padres.

Formas de bullyng: (2ª Parte)

  • La intolerancia, el racismo, la xenofobia, son también formas de acoso y maltrato entre las personas.
  • Lograr que el compañero maltratado, haga cosas que no quiere hacer y que le pueden traer problemas.
  • Exigirle dinero presente o futuro, bajo amenazas. (El de la comida, el de los libros, el de los gastos semanales),
  • Hacerle el vacío, excluyéndole del circulo de amistades, evitando que los demás tampoco se relacionen con él o ella.
  • Insultarle, ponerle motes, burlarse, reírse de él.
  • Sembrar mentiras, rumores, bulos; chismorreos, etc.
  • Amenazas verbales o por escrito. Envío a través del teléfono o del Internet de mensajes desagradables, fotos, correos electrónicos acosadores, etc. Fenómeno conocido como ‘ciberbullying’,
  • Grabar en los teléfonos móviles, palizas dadas a otros chicos y después difundirlas por el Internet.
  • Dar empujones, manotazos, pelearse o pegarle, vejaciones, robo, agresiones, persecuciones, etc.

Los hijos que sufren el Bullying (2ª Parte)

  • En caso de agresiones graves o reiterativas, avisar inmediatamente a los padres maestros o tutores, sin esperar a que el nivel de daño u hostigamiento sea grande. Cuanto antes lo diga, antes encontrará las soluciones para terminar con el problema.
  • Los testigos, en ningún caso reirán las gracias de los agresores y hablaran con el compañero acosado, para consolarle e intentar que cuente su versión de los hechos pasados, los presentes y los miedos futuros de repetición.
  • Cuanto antes pueda, que intenten encontrar el momento adecuado para pedir ayuda y orientación a los padres, maestros y tutores e incluso a algún buen amigo. No es ninguna vergüenza pedir ayuda, pues los jóvenes deben entender que solos, no puedan hacer frente al acoso reiterado de un grupo de compañeros. Si hablan le escucharán.
  • Los padres deben enseñar a los hijos, a que busquen un momento tranquilo para contar los hechos, emociones, sentimientos, inquietudes, miedos, etc. y los deseos de solicitar ayuda. Nunca demostrando ante los acosadores, que está en inferioridad frente a ellos.
  • Pedir a los padres, maestros, tutores o amigos, discreción total y la ayuda para trazar un plan y la forma de irlo cumpliendo y midiendo los resultados que permitan salir del problema del maltrato recibido. Todos van a ayudar, pues nadie quiere que los demás sufran, por las agresiones de unos pocos.
  • Evitar andar en solitario y buscar protección en otros compañeros, con quien relacionarse.
  • Pedirle al maestro que ayude a los alumnos, a crear un código de conducta y respetos entre los alumnos de obligado o voluntario cumplimiento, que fomente el que sean críticos con este grave problema, no permitiendo las bromas pesadas o agresiones y no callándose cuando lo vean.
  • Proponer al maestro que se discuta en profundidad este tema, con todas sus características y pedirle la creación de un grupo de voluntarios, que ayuden a las posibles victimas y que controlen a los agresores en las distintas formas de cada caso. Diseñando unas estrategias para ayudar, sin tener que enfrentarse frontalmente con los agresores.
  • Pensar que nadie tiene derecho a tratarte mal, de forma reiterada y con intención de hacerte daño, Manteniendo la firme convicción de que la valía personal, es equivalente a la de cualquier otra persona.
  • Intentar no mostrar miedo y tomar las acciones necesarias, para auto respetarse.
  • Comunicar inmediatamente la situación y los sentimientos internos, a alguien en quien pueda confiar y que pueda ayudar a buscar soluciones. Lo mejor es hacerlo rápidamente a los padres, maestros y tutores, para que se trate anónimamente, el problema de la falta de convivencia en la escuela o en el lugar donde se producen los hechos.
  • El silencio ante el acoso, siempre es interpretado como aprobación, aunque algunos agredidos o testigos, se auto justifiquen por el miedo a que si dicen alg,o se pueden ver convertidos también en acosados.
  • Revisar las cosas que dice o hace, que pudieran irritar a los compañeros o amigos, para intentar cambiarlas. Procurando definirlas concretamente, las que sean susceptibles de cambiar y practicando, otras formas de comunicación, ante situaciones concretas.
  • Los padres tienen que enseñar a sus hijos, que puede haber personas que se sientan culpables por ser diferentes físicamente, porque son gordos, delgados, bajos, altos, o porque son de otra raza, país, religión, hablan otro idioma, pero que todos tenemos derecho a nuestra propia dignidad personal y nadie debe ofender a otro, por sus signos externos o por sus diferencias.
  • Los padres deben enseñar a los hijos, cuales son los primeros síntomas del acoso u hostigamiento y a que tengan los oídos y los ojos muy alertas, para distinguir sus primeros signos.

Los hijos que practican el Bullying (2ª Parte)

  • Son personas tiranas, intransigentes, especimenes de déspota, que practican continuamente el culto a la ley del más fuerte y solamente aceptan a los que son como ellos.
  • Mantienen una imagen dura y agresiva, que suele ser reflejo de los problemas o comportamiento agresivo de su entorno familiar, falta de control personal, inseguridad, complejo de inferioridad y querer demostrar dureza ante los demás, incluso haciendo sentirse culpables a los padres, mediante comparaciones con otros niños o constantes quejas, de no ser queridos o no haber recibido suficientes satisfacciones.
  • Se suelen amparar en grupos para atacar o a través del anonimato, con la intención de originar daño y sufrimiento. Siempre hay un líder, al que acompañan otros jóvenes que le arropan, ríen sus maldades y consienten sus actuaciones perversas.
  • Sienten placer por el daño que han hecho, así se demuestran que son más fuertes y que pueden humillar con facilidad y son incapaces de sentir compasión, por los que han hecho sufrir y nunca se ponen en la situación del agredido. Necesitan contarlo al mayor número de personas, para sentir realizada su maldad.
  • Los agresores alegan en su defensa, que lo que han hecho era una broma, que son cosas normales entre amigos y que no tienen la importancia que le están dando, y que el que ha protestado, lo ha hecho porque es un chivato…
  • A los agresores no les han ensenado a resolver, sin aplicar violencia, sus reacciones agresivas, como lo hacen en similares circunstancias, otras personas que han sido bien formadas, que no temen asumir, tarde o temprano, las consecuencias de la agresión.
  • Los padres, maestros y tutores deben enseñar a los jóvenes, técnicas de autocontrol de la ira, para utilizarlas en los momentos difíciles, tanto a los que agreden como a los agredidos.
  • Los padres de hijos agresores, deben aconsejarles y ayudarles, a que busquen nuevas amistades, que no les animen o consientan que les afloren o que se refuercen, las tendencias violentas.

Los hijos que ven el acoso escolar o Bullying

  • Cuando los hijos ven un maltrato físico, verbal o psicológico, de forma continuada, inmediatamente deben ponerlo en conocimiento de los padres o del maestro, para evitar que el acosador se crezca en el abuso, se sienta cada vez más fuerte ante los demás y quiera demostrase a si mismo que es importante, popular y poderoso, hasta sentir que los compañeros le tengan miedo, y pueda convertirse en el matón o en los matones de la clase o del barrio.

Frases

  1. El hijo aprende más de lo que los padres hacen, que de lo que dicen.
  2. Los hijos son una recompensa o un castigo para los padres, según la educación que reciban.
  3. Si alguno dice “amo a Dios” y odia a su hermano, es un mentiroso; porque quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
  4. El odio es la cólera de los débiles y la venganza de los cobardes.
  5. No por ser muy buena persona, debe eludir la sospecha y la acción contra las maldades ajenas.
  6. Las personas que permiten las maldades, son iguales que las que las realizan.
  7. Muchas malas acciones están razonadas y justificadas con pretextos.
  8. La naturaleza humana es buena y la maldad antinatural.
  9. Nada envilece más a un hombre, como el odio a alguien.
  10. El niño sin disciplinar, se comporta como una bestia áspera, astuta e insolente.

Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

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1a Parte. Acoso escolar. Bullying. Como descubrirlo, evitarlo y educar a los hijos para que no lo hagan

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1a Parte. Acoso escolar. Bullying.  Como descubrirlo, evitarlo y educar a los hijos para que no lo hagan

 

Relacionado con: La homofobia, la agresión, la conspiración, la tortura, la destrucción emocional, la persecución, el hostigamiento, las amenazas, el atosigamiento, las molestias, las vejaciones, etc.

La antitesis de: Enaltecer, encumbrar, aplaudir, ponderar, encomiar, realzar, destacar, celebrar, etc.

Introducción:

Conocido también como bullying, palabra ya utilizada en casi todos los idiomas, es el acoso escolar emocional o físico, casi siempre encubierto. Está siempre lleno de violencia y muchas veces se oculta tras el anonimato. Se practica en las escuelas, trabajos, familias y sociedades a través de las críticas malsanas. En estas suele, ser a través de una campaña mediática, para en beneficio propio o ajeno, desprestigiar a las personas o instituciones.

Es una de las principales formas de violencia escolar. Cuando los jóvenes no pueden agredir físicamente, lo hacen sicológica o emocionalmente, maltratando o intimidando a los compañeros, incluso robando la intimidad de otros y aireándola.

Orígenes:

Las agresiones físicas y el culto a la ley del más fuerte, son fenómenos cotidianos, en los mensajes que niños y adolescentes reciben continuamente, por muy diversos medios. Difundir los defectos, mentiras o medias verdades de los compañeros, es una practica común, que la utilizan los jóvenes, utilizando los modernos medios de comunicación, como son el Internet y los teléfonos celulares.

El bullying está íntimamente relacionado, como contrario al quinto y octavo Mandamiento de la Ley de Dios que dicen “No matar” y “No levantarás falsos testimonios ni mentirás”, pues todo el mundo, tiene derecho a la integridad física y a conservar su intimidad y buena fama.

Cuando en una familia o escuela está consentido el bullying, desaparece la convivencia, la paz y la libertad y aparece la criminalidad potencial y desgraciadamente, tiene que resolverla la policía, en lugar de haberlo hecho los padres y los maestros. Esos son los principales lugares, donde se tienen que transmitir los conocimientos y educar en las virtudes y valores humanos, incluyendo los de la convivencia en paz y en libertad.

Los padres que terminan pagando las consecuencias del bullying:

Hay padres que muchas veces lo consienten e incluso lo fomentan, al hacer comentarios deshonesto sobre otras personas, sin quererse dar cuenta que sus palabras y actos, pueden traspasar las paredes de la casa y hacer mucho daño, al quitar la fama de otras personas. No proveen, las consecuencias morales y cívicas, que conlleva el Bulling que realizan los hijos.

Incluso son muy tolerantes, ante la situación que ven en su casa. No toman medidas enérgicas, rápidas y eficientes, para que no ocurra o que no vuelva a ocurrir el bullyng.

Tienen que poner énfasis en las tareas de educación, prevención de problemas y corrección de actitudes. Deben paliar o evitar la agresividad de los hijos con autoridad, flexibilidad, total control de la situación y siempre demostrando mucho cariño. Tienen que encontrar un punto medio, al saber distinguir entre lo importante, lo esencial y lo negociable o innegociable con los hijos. No se puede educar de acuerdo con la ley del péndulo, que va desde el autoritarismo a la flexibilidad total.

La familia es la fuente donde emanan los aprendizajes emocionales, sociales, morales y religiosos y los padres no deben abandonar su responsabilidad irrenunciable, de la educación de los hijos, al dejarla en manos de las escuelas, para que sean los maestros los educadores. Los padres y los maestros tienen que recuperar los principios de autoridad, de dialogo y de mutuo respeto. Algunos padres, equivocadamente, tienden a justificar y amparar el bullyng de sus hijos, alegando que los maestros o la sociedad, dan demasiada importancia o trascendencia a las acciones infantiles de sus hijos.

Cuando los padres regalan a sus hijos algún producto susceptible de ser utilizado como Bullyng, deben educarles previamente de las consecuencias que pueden contraer, para los hijos y para los padres, si lo utilizan en contra de la ley, pues los padres son responsables solidarios económicamente, de las infracciones de sus hijos a las leyes civiles.

Los padres y familiares, deben evitar sus comentarios jocosos y motes, que ponen a sus hijos gordos, flacos o con algún defecto visible, como si fuera una gracia o una apelación cariñosa, pues se les puede quedar para toda la vida e incluso trascender, del entorno familiar.

Los maestros que se percatan de que existe el bullying:

Cuando los maestros se percatan de esta situación en sus aulas, inmediatamente deben hablar con el alumno agraviado, con los agresores y con los padres de ambos, antes de que sea tarde para el agresor y los agredidos y la solución no tenga remedio. Deben trabajar todos juntos, para encontrar las soluciones adecuadas a cada caso.

También las escuelas deben tener una política de tolerancia cero, que se explique bien claramente, el primer día de la clase, que la escuela no tolerará ningún acoso escolar, explicando los castigos y consecuencias, de todos los tipos de faltas que se cometan.

Si el agresor no cambia de actitud, debe ser enviado como castigo a otro centro escolar, avisando de su comportamiento y actitud a sus nuevos maestros, para privarle del entorno favorecedor, de compañeros que suelen jalear al agresor, permitiéndole ejercer el poder de forma abusiva. Además para que se enteren los demás alumnos, que la escuela y la sociedad, no esta dispuesta a permitir ese tipo de conductas inadmisibles, de hostigamiento y maltrato graves. De esta forma se evita que el que tenga que cambiar de escuela, sea la victima inocente que es la que necesita más protección, apoyo y ayuda, por parte del conjunto de la escuela.

 

Los hijos que practican el bullying:

Suelen ser ásperos, astutos e insolentes y muy agresivos con los más débiles, incluso imposibles de convivir en la sociedad. También suelen ser los repetidores de curso, es decir un poco mas mayores físicamente, pero llenos de rencor ante su fracaso escolar y social. En cuanto encuentran un resquicio de debilidad, lo aprovechan para resarcirse de sus propios o incipientes complejos de inferioridad.

Agreden física, emocionalmente y directamente a otros jóvenes o participan en las agresiones colectivas a otros compañeros, de forma aislada o continuada, ofendiéndole y acosándole, o simplemente ignorándole, haciendo como que no existe, que no vale la pena relacionarse con él o con ella. En todo caso, la intención es la de hacerle daño y quedar por encima de esa persona, para que sea aislada y rechazada por todos.

Desgraciadamente, para los hijos que están sin educar y para sus padres que no los han educado, algunos jóvenes pueden llegar a ser terriblemente dañinos para sus compañeros, incluso ocasionándoles miedo físico a costa de burlarse de ellos y maltratarlos.

Ante estas situaciones, los padres tienen que estar muy alertas a los primeros síntomas de que los hijos están empezando a practicar el acoso escolar. Deben llamarles la atención y explicarles la gravedad de lo que están haciendo y lo difícil, si no imposible de restituir la fama a los que se la han quitado o los daños que han producido. Incluso las irremediables consecuencias que pueden ocasionar, tanto para las victimas, para ellos mismos y para la propia familia. También tienen que hablarlo con los maestros, para que estén alertas e informen a los padres de cualquier actitud, que dentro de la escuela puedan observar, pues mas vale prevenir que lamentar.

Los hijos que sufren el bullying:

Suelen ser los chicos mas débiles de la clase, los que tienen algún defecto o los que andan en solitario, ya que por la razón que sea no tienen amigos, que en su caso podrían defenderles, lo que se llama algunas veces “el chico bueno de la clase. Con los más fuertes, porque irradian miedo, nadie se suele meter.

Si el niño es rechazado por los otros alumnos, seguramente no querrá ir a la escuela y empezarán los problemas de depresión y autoestima, con énfasis en el deterioro de sus calificaciones escolares, incluso las enfermedades.

No se soluciona cambiando de escuela, pues las circunstancias personales que motivaron el acoso escolar, pueden continuar. Hay que trabajar fuerte con profesionales, para que el alumno recobre su autoestima. Siempre que sea posible, es más recomendable que la víctima restablezca su imagen ante los demás, allí donde surgió el problema, procurando crear nuevos vínculos afectivos y relaciones más personales, con sus compañeros.

El maltrato recibido o el visto recibir a otras personas, suele impactarles muchos, aunque no hayan estado involucradas, pues les suele suponer que algún día les toque sufrirlo a ellos. No hay que dejar que el silencio lo aumente y de pie al agresor, a abusar con más intensidad. El maltrato se alimenta con el silencio de todos, los que lo hacen, los que lo padecen y los que lo ven y no hacen nada por remediarlo.

Los padres tienen que estar muy alertas, para detectar los primeros síntomas, que a los hijos les produzca el acoso escolar. Además de las heridas o marcas físicas, las preguntas semiocultas relacionadas con la violencia, su estado físico, intelectual, familiar, poético o religioso pueden ser señales de alerta, de que a los hijos, algo les está pasando. Unas conversaciones íntimas y profundas, enseguida harán abrir el corazón a los hijos hacia sus padres. Para cada caso concreto hay una solución, por ejemplo: Si hay agresiones físicas, puede ser la de acompañar al hijo hasta la escuela, hablar con el maestro, hablar con los agresores y sus padres. Si son agresiones emocionales, levantarles su autoestima y hacerle ver las virtudes y valores humanos que tiene el y su familia. Hay muchas soluciones, en algunos casos extremos, los padres y los hijos, deberán acudir donde los especialistas, para contrastar las soluciones a emplear.

 

Continuará en otros artículos.

 

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No mentir. Lo que los padres tienen que practicar para poderlo enseñar a los hijos

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  1. Mentir. El octavo Mandamiento de la Ley de Dios prohíbe “Levantar falsos testimonios y mentir”. Lo que significa no expresar o manifestar alguna cosa contraria a la verdad, o alterarla a sabiendas, con ánimo de engañar o inducir a error.
    1. Para mentir hace falta tener muy buena memoria y ser muy inteligente, pues antes se le coge al mentiroso que al cojo. Mentir es muy fácil, lo difícil es que no te descubran rápidamente.
    2. Calumniar al prójimo es la máxima expresión de la mentira y muy difícil de devolver la fama quitada. El derecho a la fama, está relacionado con la parábola de aventar en el campo las plumas de una almohada y después intentar recogerlas todas, cosa que es imposible. Por eso la mentira, sobre todo en la fama de las personas, suele ser de situación irreversible.
    3. La mentira también tiene diversos grados de gravedad, en función del daño que haga a las personas que la reciben. Por lo tanto la forma de perdonarla o castigarla, ira en proporción a su gravedad.
    4. La mentira está relacionada con: Falsificar, adulterar, alterar, engañar, desdecir, faltar a la verdad, fingir, ocultar, confundir, falsear, la hipocresía, la falacia, la inexactitud, etc.
    5. La verdad, que es la antitesis de la mentira, está relacionada con: La sinceridad, el dogma, la ortodoxia, la evidencia, la afirmación, etc.
  2. Las mentiras de los padres. Los padres con su ejemplo de decir siempre la verdad, tienen que ser los mejores educadores de sus hijos en esta virtud. Un padre que miente, aunque sea en cosas baladíes, siempre será un padre mentiroso a los ojos de los hijos, desacreditado para dar consejos sobre los problemas que conlleva la mentira y también descalificado, cuando habla de las ventajas de la verdad o cuando quiera poner castigos a los hijos mentirosos. Por ello los padres deben estar dando ejemplo continuamente, principalmente cuando están en presencia de los hijos. Los padres tienen que suprimir esas situaciones, en las que obligan a sus hijos a que mientan por ellos, utilizándolos, para que les saquen de un compromiso, como por ejemplo cuando les dicen que contesten al teléfono y que si es Fulano, le digan que no están los padres en la casa. Cuando mienten delante de sus hijos en la edad, para sacar provecho económico en el precio de las entradas. Engañar o mentir en los impuestos, ocultar cosas en las tiendas, (mentira y robo suelen estar muy cercanas), etc.
  3. Las mentiras de los hijos: Los padres deben inculcar a los hijos, desde que son muy pequeños, a decir siempre la verdad y a no mentir, premiando si es necesario, la sinceridad y enseñándoles a valorar el riesgo que los hijos toman, cuando dicen la verdad, riesgo que en la mayoría de los casos es nulo o casi nulo.
    1. La mentira se convierte en hábito en algunos casos, para ocultar o encubrir algunos hechos, que no les gusta que se sepan, debido a que tienen miedo a decirlos o porque temen al posible castigo.
    2. Los hijos siempre están en desventaja e inferioridad, cuando mienten ante terceros, pues su personalidad no sabe enfrentarse, a los riegos que supone la mentira. Les es muy difícil disimular cuando mienten o hacer frente a las aclaraciones, que lógicamente los mayores les cuestionan. Los signos externos de la mentira, suelen ser muy elocuentes para las personas mayores, principalmente cuando ya han perdido la confianza en los jóvenes, pues suele haber muchas pruebas delatadoras de la mentira.
    3. La forma de ocultar la verdad y sustituirla por la mentira, suele ser una prueba donde ellos mismo se van acorralando, hasta que se descubre la mentira dicha. Cuando los hijos empiezan a dar muchas explicaciones, sobre una situación difícil, sin habérsela pedido, suele ser una forma manifiesta de ocultar una verdad o intentar disfrazar una mentira.
    4. La mentira puede y debe perdonarse a los hijos, siempre y cuando, haya un firme propósito de la enmienda y una satisfacción para enmendar, lo que se ha dicho o pensado.
  4. Mentir en el Bulling o acoso escolar. (En otro artículo escribiré sobre este despiadado y actualísimo tema). Mentir personalmente o utilizando los medios de comunicación, como los espacios sociales del Internet, los mensajes de teléfono, pintadas, anónimos, etc. para levantar falsos testimonios, sobre los compañeros de la escuela o amigos, quitándoles la fama a través de mentiras, calumnias, murmuraciones, medias verdades, críticas destructivas e incluso aireando verdades, que debieran permanecer ocultas, se ha puesto tan de moda en algunos grupos, que uno de los principales motivos de la deserción escolar, es el acoso que tienen muchos, principalmente las minorías escolares.. Es casi imposible devolver la fama a los que se la han quitado.
  5. Mentiras ante los maestros. Algunas veces las mentiras de los alumnos están consentidas, apoyadas o inducidas por los propios padres, debido a una excesiva y mal interpretada protección hacia los hijos o por ocultar los problemas familiares. Las frases de “dile al maestro que el próximo día no podrá ir a clase, porque tienes que ir al médico”, cuando la realidad es que la familia, se marcha de excursión el fin de semana. Casos como este de las faltas de asistencia, o los originados porque no han terminado las tareas escolares, son los que, cuando se prodigan, hacen sospechar a los maestros. Estas mentiras dichas en la escuela, son las que quitan autoridad a los padres, ante los maestros y ante los hijos. Luego cuando necesitan emplear la autoridad, al exigir los buenos resultados escolares, las mentiras de los padres se convierte en un arma arrojadiza, que hiere a ellos y a los hijos.
  6. Mentiras ante el trabajo. Las mentiras que los padres dicen relacionadas con su trabajo, maleducan a los hijos para el futuro. Las excusas de supuestas enfermedades o problemas familiares, para no asistir al trabajo, abren la puerta a las mismas excusas, para que los hijos las utilicen ante sus obligaciones escolares, familiares o sociales.
  7. Mentiras ante la familia. Las mentiras dichas en la privacidad de la familia o entre sus miembros, cercanos o lejanos, crean el caldo de cultivo, para que los hijos se acostumbren a escucharlas y posteriormente a decirlas. Si sienten que sus padres o parientes cercanos, dicen mentiras, para los jóvenes será más fácil el acostumbrarse a decirlas. Por eso los padres y familiares, tienen que practicar el decir siempre la verdad, porque de lo contrario, también siembran la costumbre de la mentira en los más jóvenes.
  8. Mentiras ante la religión. Como digo anteriormente, la mentira está prohibida en el Octavo Mandamiento de la Ley de Dios y tiene mucha más gravedad, cuando se miente ante los representantes de la Iglesia. En la Iglesia Católica existe el Sacramento de la Confesión, donde pretender mentir ante Dios es engañarse a uno mismo. La mentira como otros pecados, para que sea perdonada, tiene que tener el propósito de la enmienda y la restitución del daño establecido. Sin estas dos principales condiciones, no existe el perdón de la mentira. De ahí la obligación de los padres de enseñar a los hijos, desde muy pequeños, a que se acostumbren a no mentir y a decir siempre la verdad. Y en el caso de que cometan una mentira, hacerles ver la necesidad de confesarla, pidiendo perdón e intentar la restitución del daño ocasionado. Las siguientes tipos de mentiras dichas en situaciones anómalas, también deben explicarse a los hijos, para que conozcan todos los aspectos de sus obligaciones y derechos relacionados con la mentira.
    1. Mentiras piadosas. En algunas ocasiones, hay atenuantes para decir mentiras. Es el caso de que, diciendo la verdad se puede producir un daño grave e irreparable. Por ejemplo: Cuando en determinadas ocasiones, hay que hablar con un enfermo o accidentado, con el fin de no agravar la situación. Cuando los soldados son interrogados por los enemigos, para conocer cuestiones secretas, que podrían producir muchas victimas. Cuando alguien tiene que incriminarse de un delito, tiene derecho a defenderse mintiendo. Cuando pretenden cometer una injusticia si se dice la verdad y no hay posibilidades de defender esa verdad.
    2. Mentira oficiosa. Es la que se dice para intentar servir, agradar o alagar a otro al fomentar su vanidad. Cuando los padres dicen este tipo de mentiras, también se descalifican ante los hijos, pues quitan la veracidad, cuando verdaderamente la necesitan utilizar.
  9. Mentira. Sentencias relacionadas
    1. Miente mas que habla.
    2. El que dice una mentira, tiene que inventar veinte más para sostener su certeza.
    3. El castigo del mentiroso es no ser creído ni cuando dice la verdad
    4. Cubrir una falta con una mentira, es reemplazar una mancha con un agujero.
    5. Lo que me molesta no es que me mientas, sino que, de aquí en adelante, ya no podré confiar en ti.
    6. Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.
    7. Nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira.
    8. Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más tiempo se hace rodar, más grande se vuelve.
    9. Un vaso medio vacío de agua es también uno medio lleno, pero una mentira a medias, de ningún modo es una media verdad.
    10. Se puede engañar a los hombres pero no a la conciencia.
  10. Verdad. Sentencias relacionadas
    1. La verdad disfrazada es la peor mentira
    2. Nadie está en posesión de la verdad
    3. La verdad sobre uno se conoce escuchando a los enemigos.
    4. La verdad hace libres, la mentira encadena
    5. Decir la verdad aunque nos dañe, es la mejor prueba de honradez.
    6. La verdad, sino es entera, es medio mentira
    7. La verdad no está de parte de quien grite más.
    8. El lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios
    9. La verdad debe imponerse sin violencia.
    10. Aunque digan la verdad, los mentirosos no son creídos

 

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Puntualidad. Cómo practicar esta virtud para enseñarla a los hijos

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  • Si los padres no practican la puntualidad, será imposible que los hijos la aprendan.
  • En los países de más alto nivel de vida, la puntualidad se practica y enseña desde la niñez.
  • A ciertas comunidades les califican mal, e incluso no quieren hacer negocio ni mantener relaciones sociales con sus miembros, debido a su impuntualidad colectiva, calificación de la que no se salvan ni los puntuales.
  • La puntualidad está relacionada con otras virtudes y valores humanos, como el orden, la responsabilidad, la exactitud, la precisión, la rectitud, la formalidad, el rigor, etc. y la impuntualidad con la negligencia, la dejadez, la desidia, la indolencia, la pereza, el desorden, el egoísmo, etc.

 

Puntualidad. La puntualidad es la virtud que representa el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, siendo necesaria para dotar a nuestra personalidad, de carácter, orden y eficacia. Es una de las normas básicas de la buena educación, ser puntual supone un signo de consideración hacia las personas que están esperando. También es la forma de satisfacer una obligación en un plazo determinado, para empezar o terminar algo. Se va construyendo con esfuerzo, voluntad y sacrificio para hacer las cosas a tiempo o estar a tiempo en el lugar adecuado, y así cumplir los horarios aceptados.

Retrasarse es equivalente, a demostrar desprecio por el tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto. La impuntualidad puede excluir, a los que llegan más tarde a las reuniones acordadas.

Es una virtud que debe enseñarse, desde los primeros años de la vida y dentro de la familia, donde las normas y costumbres, establecen horarios para cada actividad familiar.

Practicar la virtud de la puntualidad, es una forma de hacer a los demás la vida más agradable, mejorar nuestro orden e intentar convertirnos en personas dignas de confianza.

La puntualidad está interrelacionada con el concepto del minuto heroico, del que escribí en el Blog 10 Ocasiones para practicar el «minuto heroico». Valores y virtudes. Si se tiene que empezar ahora mismo, una actividad o terminarla, no vale buscar disculpas para aplazarla, hay que hacerla, so pena de tomar el riesgo de que se altere el programa de actividades y posteriormente, no se pueda cumplir con la puntualidad acordada. Para ser puntual, primeramente debemos ser conscientes que toda persona, reunión, actividad o cita, es importante para los que lo organizan y para los asistentes.

Ejemplos. En algunos países, al que llega tarde a una reunión o a una entrevista, se la anulan y no le dan la oportunidad de hacerla en otro momento, pues no suelen dar una segunda oportunidad. En algunas culturas hay una pequeña tolerancia de 5 ó 10 minutos, que se llaman minutos de cortesía, para los posibles problemas de circulación.

Es en esos mismos países, donde la puntualidad se refleja, incluso en los sistemas públicos de transporte, y es tan estricta, que en la mayoría de las paradas de trenes y autobuses, hay un reloj electrónico que indica el número, clase y características del vehiculo que va a llegar y la hora exacta con minutos y segundos. En los trenes, si se produjese un retraso superior a 5 minutos sobre la hora fijada de llegada, la empresa le devuelve al viajero el importe pagado por el billete. Incluso se considera como incumplimiento del contrato laboral, las faltas injustificadas o repetidas de puntualidad o asistencia al trabajo.

Cuando ha empezado un espectáculo, por respeto a los espectadores que han llegado a tiempo y a los artistas, no se permite entrar a los que llegan tarde, hasta que se produzca un intermedio o descanso.

Responsabilidad. La palabra dada al confirmar la asistencia, deberá ser sinónimo de garantía, para que puedan contar con nuestra presencia en el momento acordado, ni antes ni después. Tan malo es llegar tarde, como llegar demasiado pronto. El tiempo de anticipación de cualquier cita debe ser mínimo. Una norma muy común entre la gente puntual dice que “si crees que no podrás llegar a la hora acordada, intenta llegar antes”.

La puntualidad dicen, que es un privilegio de los reyes. Es lógico no estar de acuerdo con esta sentencia, pues solamente haría falta que los reyes llegaran tarde, estando todo el día sin hacer nada.

Normalmente los más puntuales, son los que están mas ocupados, pues tienen que organizar mejor sus obligaciones y no se pueden permitir el llegar tarde, ni que nadie llegue tarde a visitarlos.

Obligaciones de los padres

Práctica. Para poder inculcar en los hijos la puntualidad, lo primero que deben hacer los padres es practicar continuamente la puntualidad, dando ejemplo en todas sus actividades. Necesitan mucha voluntad y sacrificio. Nunca podrán enseñar la virtud de la puntualidad, así como las otras virtudes y valores humanos, sin el ejemplo constante de su comportamiento. Si los hijos no ven la puntualidad de los padres, nunca llegarán a ser puntuales.

Horario Para que la puntualidad sea una constante en las relaciones familiares, escolares y sociales y así poder cumplir con todos los compromisos, debe haber un programa por escrito de las actividades familiares, complementado con un horario, lo más inflexible posible, para el día y la semana.

Si la cena es a las siete de la tarde, a esa hora todos tendrán que estar sentados en la mesa, cumplidas ya las obligaciones contraídas de acuerdo con lo estipulado.

Si la hora de llegar a la casa está previamente acordada, debe cumplirse estrictamente, pues los que están esperando la llegada, sufren hasta que esta ocurre.

La hora de levantarse, también será la convenida, para que no interfiera en las cosas, ni los tiempos que cada uno de los familiares tiene que hacer y cumplir, para ir a la escuela o al trabajo.

Los padres deben acostumbrarse y así educar a los hijos, a hacer un horario a la inversa de los horarios fijados, poniendo la hora acordada al final de una lista, e ir descontando los tiempos necesarios, para poder cumplir puntualmente cada una de las fases, desde el momento actual, hasta el horario acordado.

Método. Los padres deben enseñar a que los hijos, se concentren en las tareas que están realizando y en las que tienen que realizar, poniéndolas como prioridad, para que no divaguen, se distraigan y desperdicien el tiempo que tendrían que emplear en hacer las cosas. Deben cumplir con los tiempos acordados, para que así no tengan que llegar tarde, por hacer las cosas a deshoras o a trompicones.

Se debe establecer un medio adecuado, para reducir las distracciones de las tareas, hacer descansos a lo largo del día; levantarse más temprano para que todas las labores necesarias queden terminadas, antes de salir para el trabajo, la escuela o las reuniones. Incluso si es necesario utilizar pequeños trucos, como cambiar de mano el reloj, colocar el despertador lejos de la cama, o situar papeles recordatorios en sitios estratégicos de la casa, cambiar los objetos de sitios para que la vista no se acostumbres a ellos, etc. Siempre buscando y probando sistemas sencillos, que sirvan de advertencia y seguimiento, a las obligaciones o programas acordados. Recuerden que una agenda pequeña, vale más que una memoria grande.

Orden Los padres deben fomentar en los hijos el concepto del orden, la previsión y la programación, para conseguir que la puntualidad, no se convierta en una situación del azar o de la suerte, por lo que deberán ensayar diversos métodos, para acostumbrar a los hijos a tomar la puntualidad, como un habito o costumbre, que después se irá convirtiendo en virtud. No importa que las demás personas no sean puntuales, la satisfacción de la puntualidad propia, justifica todos los sacrificios hechos al practicarla.

Es importante implantar un método o sistema, para que ayude a tener noción del tiempo que falta, para cumplir lo programado, estableciendo correctamente las prioridades, aunque no sean del agrado y cueste empezarlas.

 

Impuntualidad:

 

1.      Desorganización del tiempo. La impuntualidad del que llega tarde, habla por sí misma, de la escasa o nula organización de su tiempo, por no haber planeado sus actividades y su desprecio a las otras personas.

2.      Poco interés. La impuntualidad. es el resultado del egoísmo de vivir de acuerdo a los propios gustos, sin acordares de los demás, es la pérdida de formalidad en el actuar, lo que origina que poco a poco. se va reafirmando el vicio de llegar tarde. Estas y otras actitudes. son el reflejo del poco respeto, aprecio e interés que se siente por las personas, su tiempo y sus actividades.

3.      Voluntad. Para no caer en la impuntualidad, se necesita tener mucha voluntad, que permita cortar la duración de las actividades que nos gustan, incluyendo el descanso, el trabajo, la reunión de amigos, etc., pues supone un nuevo sacrificio, en nuestra vida diaria, pero nos dejará acercarnos al objetivo de ser puntuales.

4.      Tiempos. Para empezar a fomentar la virtud de la puntualidad, es necesario ser consciente de que hay que empezar a utilizar todos los recursos, desde el momento que se toma la decisión de cambio de vida. No vale decir, voy a ser puntual desde mañana, pues equivaldría a llegar tarde a la práctica de la virtud. Se debe empezar desde el mismo momento, empleando todos los conceptos comentados anteriormente. .

 

10 Sentencias relacionadas

  1. La puntualidad inglesa, la precisión suiza y la disciplina alemana, son conceptos a imitar, para tener una buena conducta en la sociedad
  2. Al que madruga, Dios le ayuda, pero no por mucho madrugar, amanece más temprano
  3. El tiempo es una de las mayores riquezas que poseemos, no la debemos robar al prójimo llegando tarde
  4. Para ser puntuales hay que intentar prever lo que pudiera ser un imprevisto
  5. El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia
  6. Adelantar 5 minutos el reloj, no es quitarlos de la vida, la mayoría de las veces es dárselos al prójimo
  7. La vida es demasiado corta como para pasársela esperando a los impuntuales
  8. No existe el «elegantemente tarde», sólo existe el «maleducadamente impuntual»
  9. Qué importa saber lo que es la puntualidad, si no se sabe ser puntual
  10. Los relojes no fueron los que crearon el interés por medir el tiempo, se construyeron debido al interés en medir el tiempo para la oración y el trabajo

Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

Tolerancia. Como enseñar a los hijos esta virtud y valor humano.

 

ESCUELA PARA PADRES

 

5. Tolerancia. Como enseñar a los hijos esta virtud y valor humano.

 

1. Principios generales:

  • La tolerancia es la capacidad de adoptar formas flexibles y diversas, frente a la vida, para evitar o disminuir los conflictos y supone el respeto mutuo, mediante el entendimiento mutuo. Es un estado mental de apertura hacia las formas de pensar y actuar de los demás, aunque sean diferentes a las nuestras. Se puede no estar de acuerdo con lo que le dicen y además, luchar para que tengan la libertad de decirlo.
  • El ser tolerantes, no implica que deben aceptarse y adaptarse a costumbres o leyes, que vayan en contra de la moral o de las buenas costumbres. Debemos evitar que, por el hecho de nuestra tolerancia, las acciones de otros se conviertan en derechos adquiridos.
  • Transigir por ser tolerante, en las cuestiones importantes de la vida, es un signo de debilidad, motivado por la incultura, la falta de información, porque no se tiene la certeza de lo que se está tratando o porque no se tiene la valentía de enfrentarse a la familia o a la sociedad.
  • Tenemos que ser tolerantes con los demás, aunque aparentemente no sean iguales o parecidos. Incluso tenemos que ser tolerantes con sus costumbres, ideas, formas de comportarse, etc. siempre que estén de acuerdo con las leyes vigentes y no molesten a los demás. Esto impedirá que consideremos lo diferente como algo defectuoso, pues puede ser que provenga de unas circunstancias que nosotros desconocemos. El derecho que tienen todas las personas a que se les tolere, se termina cuando su comportamiento ofende o tropieza con los derechos de los demás.
  • Tenemos que formarnos para estudiar y comprender, las conductas de los demás y así poder ser más tolerantes, pues ser tolerantes impide despreciar lo que se ignora. Si conseguimos conocer las circunstancias que tienen cada grupo étnico, civil o social, evitaremos actitudes de cautela o desconfianza con nuestros prójimos, pues existen actitudes, que son consideradas adecuadas en una cultura y no lo son en otras.

2. Obligaciones de los padres

  • El papel de la educación de los padres, es fundamental en la forma que enseñen los valores humanos, las virtudes y las actitudes como el respeto, la igualdad o la tolerancia, cuyo aprendizaje debe estar realizado, principalmente, en el seno familiar.
  • Los comentarios, gestos o actitudes negativas hacia otras personas o grupos, realizadas por los padres, son el mal ejemplo, que los padres no deben transmitir a sus hijos, pues aunque se hagan en la intimidad del hogar o aparentemente en privado, siempre transcienden a los hijos, que algún día se les quedara grabado en la mente y lo exteriorizaran, en perjuicio de ellos y de sus prójimos. Por lo que los padres tienen que evitar que se incruste en los hijos, desde su temprana edad, motivada por las conversaciones que oigan en casa o por las acciones que vean a los mayores.
  • Los padres deben ser tolerantes, en los conceptos normales y a la vez, intransigentes en los conceptos fundamentales. Pero no se debe ser ofensivo, ya que más se consigue con miel que con hiel y siempre habrá la oportunidad, de reconsiderar las opiniones, a través de estudiarlas en profundidad o pidiendo el consejo a especialistas profesionales.
  • Los padres deben ser firmes, en las decisiones de asuntos esenciales, pero serenos, en la forma de expresarlas y no deben ser tolerantes con los hijos, en los conceptos de su formación familiar, religiosa, educativa o social. Tienen una responsabilidad adquirida y no la pueden ni delegar, ni renunciar.
  • Ahondar en el valor humano de la tolerancia, permite aprender la importancia de soportar nuestras mutuas debilidades y nos permitirá tolerar en otras personas los defectos similares a los nuestros, pues es muy fácil encontrar defectos en el prójimo y muy difícil tolerárselos y mucho más elogiárselos.

3. Inmigrantes, extranjeros o nacionales.

  • En cualquier tipo de familia, sea nativa de donde vive o inmigrante, y aunque no tenga parientes o amigos inmigrantes de otros países o de la misma nación, los padres deben inculcar en sus hijos el amor a todos sus semejantes, sin distinción de sus procedencias. De alguna manera todos somos o hemos sido inmigrantes. La humanidad siempre ha emigrado para intentar mejorar. Poner una raya a las fechas de la emigración no es correcto, ni humano ni religioso. No existe ninguna religión en el mundo que haga distinción entre los inmigrantes y los nativos.
  • Los padres tienen que enseñar a los hijos, en beneficio de ellos mismos, a ser tolerantes con los demás y a convivir de forma, que todos puedan practicar sus costumbres. Es cierto que la tolerancia de unos, obliga también a los tolerados a mantener un profundo respeto por las leyes, normas y costumbres de la comunidad donde han sido acogidos.
  • La tolerancia es la auténtica prueba de civilización y por lo tanto, el soporte de la paz entre las personas, las comunidades y las naciones. Ante Dios y ante la historia, todos seremos responsables, si no somos lo suficientemente tolerantes para evitar las discordias, los problemas, las víctimas y el dolor que supone la intolerancia.

4. Negros, hispanos y otros colores o culturas.

  • A los hijos debe enseñárseles que ejerzan la tolerancia con todas las personas, incluyendo las que tienen un color, cultura o educación diferente al suyo. Nadie puede presumir por haber nacido de un color diferente a otros. El color no hace la diferencia entre las personas. Los estereotipos sobre los colores o culturas en las personas, solamente sirven para empequeñecer al que los utiliza. Vivimos en un mundo donde están mezcladas todas las razas, además de que se interactúan continuamente, incluso en los matrimonios y las familias. Ninguna comunidad vive aislada de las otras y menos en esta época tan globalizada.
  • ¿Cómo es posible que alguien hable mal de otras personas, si esas diferencias las tiene incluso en su propia familia o amigos? Es cierto que en algunas sociedades hay y ha habido leyes, que permiten la intolerancia con otras razas o creencias, que no sean las dominantes, pero son leyes absolutamente injustas e inhumanas, que nadie está obligado a cumplir. Ejemplos claros fueron las leyes contra los esclavos, contra los judíos, contra los gitanos, contra los vencidos, etc.

5. Homosexuales, lesbianas, etc. Los padres deben inculcar en los hijos la tolerancia, hacia estos grupos de personas, teniendo en cuenta los siguientes puntos:

  • La tolerancia no significa la admisión de sus actividades, se trata de intentar comprender y amar a los que las practican, pero sin que por eso los hijos pierdan los principios básicos de los valores humanos universales. Los hijos nunca deben caer en la tentación de que, por ser tolerantes también deben adaptarse a las cosas, que no están bien hechas. La tolerancia es contraria a la adaptación cómoda.
  • Se debe estar en contra del homosexualismo, pero también se debe tener mucha tolerancia con los homosexuales, siempre que su ejemplo no sea perjudicial para las personas más débiles. Aborrecer la homosexualidad, no es aborrecer al homosexual, por la misma razón de que odiar el hambre, no supone odiar al hambriento, ni odiar el sida, significa aborrecer al que tiene esa enfermedad. Nadie es quien para pedirles cuentas de los actos que realicen en privado, solamente tendrán que arreglarlo con su conciencia. La mayoría de las veces, desconocemos los motivos de sus actitudes y si estas han sido por motivos genéticos o adquiridos por su propia voluntad. Debemos enseñar a  respetar, el que todas las personas tienen derecho a ejercer su libre albedrío. Aunque denominar matrimonio, a la unión homosexual es un insulto, pues hay un límite, en donde la tolerancia deja de ser virtud.

6. Estereotipos

  • Los padres deben enseñar a los hijos a que, calificar despectivamente a otros grupos de personas, debido a su origen, raza, religión color, idioma,  conocimientos, obesidad, sexo, etc. es una discriminación y una falta de tolerancia. Esas burlas, intransigencias y comentarios despectivos, se incluyen entre los pecados sociales, ya que son una gran falta a la caridad con el prójimo.
  • A todo el mundo le gustaría estar lo más cerca posible, de la perfección física e intelectual y ser de la raza dominante, pero nadie tiene derecho a criticar a los demás y menos, a encasillarles despectivamente en un grupo.

7. Riqueza y pobreza.

  • Los padres deben enseñar a los hijos, que significa un gran desconocimiento de la realidad, poner en un mismo nivel intelectual, económico, religioso o político a toda una nación o a todo un grupo de personas. El hecho de que otras personas, sean de un país menos rico o que tenga una religión mayoritaria diferente, no pueden ser calificados despectivamente, pues normalmente se suelen ignorar las circunstancias de las personas y del país.
  • La calificación colectiva, despectiva, entre ricos y pobres, es una de las mayores causas de los problemas entre las naciones, los grupos y las personas individuales. Suele ser causa de problemas, el añadir estos calificativos a conceptos como escuelas, iglesias, barrios, amigos, familia, etc.

8. Cultura.

  • También deben enseñar la tolerancia, hacia las personas y grupos de personas, que por las circunstancias que sean, no han podido, no han querido o no han sabido tener, la misma formación cultural o académica que los hijos. La que cada uno tiene, suele ser fruto de unas circunstancias de educación en esta vida, que la mayoría de las veces, no es responsable de las mismas o tiene muchos atenuantes, sobre las condiciones de su formación.
  • El hecho de tener un tipo de educación elevada, no debe ser causa de discriminación hacia otras personas, mas bien la tolerancia puede convertirse en una virtud, cuando la utilizamos para que los hijos intenten pasar desapercibidos, sin demostrar arrogancia con sus conocimientos o posición cultural y académica.
  • La tolerancia nunca debe estar soportada por la creencia, de que es un derecho adquirido, que se ejerce en función de la benevolencia de las personas. Nadie adquiere el derecho a ser benevolente, es una virtud que se debe ir adquiriendo con la práctica, para que vaya creando hábito y así poder ejercerla con naturalidad.

9. Religión.

  • Los padres deben enseñar, que la tolerancia está íntimamente relacionada con otras virtudes y valores humanos, como la paciencia, la mansedumbre, la benevolencia, etc.  La tolerancia en religión, es una virtud difícil, pues para algunos el primer impulso, es odiar o despreciar a todos los que no piensan igual. Pero esa actitud se denomina intolerancia, rechazo, Intemperancia, intransigencia, etc.
  • Tolerando los defectos del prójimo, es donde mejor se ve y se practica esta virtud, pues muchas veces, vemos los pequeños defectos del prójimo, pero no vemos los propios, aunque si nos gusta que nos toleren si hemos cometido algún error o han visto alguno de nuestros defectos.
  • El miedo y la ignorancia, son las principales raíces que causan la intolerancia. Se debe ser tolerante por respeto a las otras personas, siempre que mantengamos nuestros principios básicos, aunque nos molesten o no estén de acuerdo con nuestros pensamientos.

10. Sentencias relacionadas

  • Cuesta mucho mas tolerar un solo defecto, que adquirir cien virtudes.
  • Se tolerante con tú enemigo, porque es el primero que ve tus defectos.
  • Hay ciertos defectos que si fueran tolerados, brillarían más que las virtudes.
  • Los defectos del gran hombre, son el consuelo de los necios que no los toleran.
  • La vida enseña más a ser tolerante, que todas las universidades.
  • Si quieres encontrar las perlas de los amigos, debes tolerar los defectos que tienen.
  • Los defectos de los demás, acrecientan en los sabios la tolerancia.
  • Tolerar la impuntualidad, hace a las personas que sean descuidadas.
  • Si los ojos los usáramos para ver lo que nos toleran, descubriríamos rápidamente nuestros defectos, que no vemos. 
  • Si no hubiera defectos, no habría tolerancia.
Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

Felicidad. Como enseñar a los hijos este valor humano

ESCUELA PARA PADRES

Ampliación del artículo publicado en el Blog «10 Deseos de los padres para la felicidad de sus hijos». 
  • Enseñanza. Los padres deben enseñar a los hijos, las formas para conseguir que sean felices, vivan contentos y se mantengan optimistas, pues la felicidad es algo que cada uno puede decidir con anticipación, si quiere vivir con esa actitud, ya que está en su interior, reflejada en las cosas sencillas y cotidianas, sin caer en la actual obstinación por la felicidad artificial.
  • Decisión. Ser feliz es una decisión que debe enseñarse a los hijos, a que la tomen cada mañana, para que sean felices durante todo el día, sin que se dejen amargar por los problemas que se le echen encima.
  • Secreto. Ser feliz no tiene ningún secreto, solamente es necesario querer serlo y tomar las medidas para hacerlo. Hay muchas personas que no tienen nada material, incluso ni salud, pero son felices, porque saben dominar su estado de ánimo y su mente. No es más feliz el que más tiene, si no el que menos quiere. Hay que ser feliz con lo que se tiene y disfrutarlo plenamente, sin querer más inútilmente. Enseñe a los hijos que la felicidad, siempre camina de la mano de la verdad. La mentira y la falsedad, antes o después, acabaran por llevarles a la ruina física y moral.
  • Poder. No lleva a ningún buen sitio el ansiar el poder, el excesivo poseer, la belleza física, la salud, el dinero, etc. La felicidad consiste en superar las dificultades y aprovecharlas, para gozar de lo que se tiene, incluso en la adversidad.
  • Condiciones. Para ser felices plenamente es necesario: Liberar el corazón del odio. Liberar la mente de las preocupaciones. Vivir humildemente, por debajo de las posibilidades. Dar más y esperar menos. Luchar por conseguir los buenos deseos y disfrutar posteriormente de lo que se ha conseguido.

 10 puntos, puestos alfabéticamente, para que los padres reflexionen, sobre lo que tienen que enseñar a los hijos en este tema. 

1.       Bondad. Inculcar la bondad en los hijos, es una de las primeras obligaciones paternales. Hay tanta violencia en el ambiente, que aunque sea muy difícil luchar contra corriente en esta área, deben organizarse para contrarrestar la violencia dominante. No quiere decir que dejen de estar alerta en la sociedad en la que viven, si no, que no se dejen influenciar por las fuentes externas de violencia. Tener bondad y practicar el bien, les hará ver la belleza de lo que hagan o les suceda. La naturaleza esta rebosante de vida, de verdad, de bondad y de belleza, enséñele a amarla con todas sus fuerzas. La bondad está inherente, en cada una de las personas y es lo que llevara a los hijos, a ser positivos y a tener éxito en la vida. Deben enseñar a los hijos a compartirla con los demás, para que la felicidad sea perfecta.

2.       Buen humor. La ira y la ansiedad, son las mayores causantes de infelicidad y desdicha. Enseñar a controlar y dominar bien las mentes y los nervios, para que no permitan que el mal humor y las actitudes violentas, venzan a los hijos. Cuando los hijos están felices,  están en armonía consigo mismo y con los demás.

3.       Pasado.  Los padres deben enseñar a los hijos, a que mantengan una buena higiene mental, aceptando lo bueno y lo malo de su pasado, aunque este sea muy corto. Intentando que no les deje heridas o huellas indelebles, para evitar que los actos futuros les inquieten y que puedan vivir siempre, un presente con plenitud, en el que la alegría de vivir sea una constante.

4.       Perdón. Enseñar a perdonar a los hijos es muy difícil, porque primero los padres tienen que aprender a perdonar. Nada enriquece tanto, como la práctica del perdón, acompañado de la generosidad. Jamás deben olvidarse de perdonarse de cosas pasadas, de tratarte con ternura, de auto valorarse con justicia, de enseñar a sus hijos a que sean, sus propios mejores amigos, para poderse aceptar como son. Enséñenles a que su felicidad, no dependa de lo que los demás piensen y digan de ellos. La felicidad autentica, se genera en cada interior, «desde dentro hacia afuera, y no al revés». Dar y compartir, como salir de uno mismo y sentir los éxitos y felicidad de los demás como propios. Hacer mucho hincapié, en la enseñanza del valor del esfuerzo y su relación con el perdón, los premios y los castigos.

5.       Proyecto de vida. Preparar un plan de vida, perfectamente definido, para la familia en conjunto y para cada uno de sus componentes, que debe incluir los aspectos personales, sociales, religiosos y educativos y la formación en las virtudes y valores humanos. También tienen que vigilar, como se va realizando el plan y estar muy atentos, a las desviaciones que pudieran ocurrir. Enséñenles a disfruta cada día, de lo que son y de lo que tienen, pero, sobre todo, que disfruten sabiendo que con su proyecto de vida, contribuyen a que otros sean menos desgraciados o un poco más felices. Entre todos los de la familia, deben educarse para que, principalmente los hijos, vivan un consumo responsable, pues la felicidad está más en compartir que en poseer; más en ser que en tener; más en dar que en recibir; más en la austeridad que en el despilfarro.

6.       Serenidad. Los padres deben enseñar a sus hijos a buscar en cada lugar, en cada momento y ante cualquier circunstancia, la serenidad, la paz y el equilibrio interior, como los dones más preciados. Solo desde la tranquilidad del espíritu, se puede acceder a la verdadera felicidad.

7.       Conformidad. Esta virtud, que en algunos casos podría convertirse en un defecto, es la que puede llevar al secreto de la dicha. Enseñar a conformarse con lo que cada uno tiene, no es contradictorio con el espíritu de superación, que los padres deben inculcar a los hijos, pero siempre siendo realistas de que las circunstancias, por las que se atraviesa en cada momento, pueden superarse con tesón y esfuerzo. La conformidad no debe impedir ver las partes buenas de cada situación, evitando que las partes malas las ahoguen.

8.       Señales de alerta. Los padres deben estar muy atentos a las señales de alerta, que los hijos van emitiendo en las relaciones familiares, escolares y amistosas, ya que suelen ser inicios de una falta de felicidad y en muchos casos, el inicio de un problema o la ocultación de la falta de felicidad. Los principales signos que deben observar, es si los hijos están continuamente: Descontentos, insatisfechos, tristes, disgustados, aburridos, pesimistas, apenados, deprimidos, agresivos, etc. Al observar cualquiera de estos síntomas, debe ser comentado personal y privadamente con los hijos, para intentar encontrar soluciones, que permitan eliminar las causas y corregir los daños que hayan producido.

9.       Felicidad ficticia. Los padres no deben educar a los hijos como adictos a la felicidad, para evitar que intenten procurársela a través de medios artificiales o ilícitos. Algunos libros de autoayuda que tratan sobre la felicidad, pretenden inculcar una felicidad artificial, que solamente sirve para ocultar la verdadera situación de los hijos, pues la felicidad no se encuentra, si no que se construye día a día. No se les puede enseñar que se puede, cómo alcanzar el llevar una vida feliz, exenta de problemas y que pensando en positivo, se puede transformar la vida. Esas son cosas que están en algunos libros de auto ayuda, pero que no son realistas.

10.   Frases célebres. Al preparar este artículo he seleccionado las frases que a continuación indico y que me han parecido estupendas y acordes con el tema de la felicidad. Desconozco a sus respectivos autores, pues como digo en la presentación del Blog www.micumbre.com corresponden a lo Visto, oído, leído y hablado. 

·         Cada uno es tan infeliz como cree.

·         Del mismo modo que no tenemos derecho a consumir riqueza sin producirla, tampoco tenemos derecho a consumir felicidad sin producirla. ·         El fundamento verdadero de la felicidad es la educación.

·         El mayor secreto para la felicidad, es estar bien consigo mismo.

·         El secreto de la dicha reside más bien en darla que en esperarla.

·         El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace.

·         En el fondo, son las relaciones con las personas lo que da valor a la vida.

·         Felicidad quiere decir: encontrar la propia alegría y la alegría de los otros.

·         Hay mayor felicidad en dar, que en recibir.

·         La auténtica felicidad siempre es independiente de las circunstancias externas.

·         La felicidad consiste en hacer el bien a los demás.

·         La felicidad es una bendición, pero generalmente hay que conquistarla.

·         La felicidad no viene a las personas, ellas tienen que ir a buscarla.

·         Nada es tan conveniente para conseguir la felicidad, como sustituir las preocupaciones por las ocupaciones. 

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Aquí encontrará respuestas a sus preguntas. Lea este articulo titulado: ESCUELA PARA PADRES. Qué es, para qué sirve y cómo funciona de forma virtual.

Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

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