Archivo de noviembre 2007

Hijos ‘huérfanos’ de padres irresponsables

¿Qué es lo que nos hace suponer, que alguien más tiene la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos, si los padres, que supuestamente son los que más los quieren, no desean tomar esa responsabilidad? Cuando un padre es irresponsable en la educación de los hijos, por que no cumple con sus obligaciones de padre, está creando un hijo huérfano. Los padres tienen que asumir su paternidad y no el desviarse de sus obligaciones, alegando: Que son amigos de los hijos o que ahora son otros tiempos y que los hijos tienen una serie de derecho inventados que está demostrado que les perjudica en su educación presente y sobre todo en los resultados futuros ante la sociedad, su futura familia y su propio desarrollo.
¿Alguien cree que los problemas de los hijos los van a resolver esos comités de funcionarios públicos, policías, periodistas y maestros reunidos para analizar el tema y sacar conclusiones, cuando eso mismo es la responsabilidad de los padres y son estos los que lo tienen que hacer?
¿Por qué queremos creer que son maduros y responsables si nosotros mismos no lo estamos siendo?
Debería haber una ley que castigara a los padres irresponsables.

Cuando demuestran su irresponsabilidad los padres:

  1. Cuando alegan que a sus hijos les venden drogas, alcohol y tabaco siendo menores de edad. La culpa no es solamente del que lo vende, si no de los padres que no les han ensenado a que no deben esos productos.
  2. Cuando alegan que sus hijos llegan tarde a la casa por que se han quedado en las discotecas o bares que cierran muy tarde. Tampoco la culpa es totalmente de esos establecimientos, si no de los padres que no han puesto un horario de llegada a la casa.
  3. Cuando alegan que el hijo ha llegado borracho a la casa a horas intempestivas, siendo menor de edad y habiendo transgredido el horario familiar establecido y los padres no toman ninguna medida por esa trasgresión. Tampoco la culpa es totalmente de los que le han vendido el alcohol siendo menor de edad y estando borracho, es de los padres que no le han enseñado a los hijos a no beber alcohol hasta emborracharse y a respetar los acuerdos establecidos sobre gastos del dinero y horarios de llegada.
  4. Cuando los padres dan el dinero semanal a los hijos que lo pueden gastar sin ningún control ni conciencia de lo que hacen por que saben que cuando lo terminen, seguramente les darán más para acallar los posibles remordimientos de conciencia que los padres pudieran tener.
  5. Cuando los padres sufren las consecuencias de haber comprado un automóvil o prestado el coche familiar al hijo irresponsable, aun a sabiendas que le llegan las multas por conducir a mas velocidad que la permitida, no llevar cinturones de seguridad y conducir bajo los efectos del alcohol. Además que lo utiliza para salir de juerga con otros amigos irresponsables menores de edad.
  6. Cuando los padres saben que los hijos salen de la casa a las once de la noche para ir a las discotecas y a los bares que venden alcohol y que los padres conocen de sobra que no volverán a la casa hasta la madrugada. ¿Y qué están pensando los padres de la jovencita de 16 ó 17 años, que va a conseguir que le regrese a su casa la mamá de su amiga, sin querer enterarse de que esa mamá ni siquiera está en la ciudad?
  7. Cuando los padres delegan la responsabilidad de decidir en manos de quién ponen su vida si todavía no son capaces de decidir de que color pintarse el pelo, hoy con rayitos, mañana mejor negro.
  8. Cuando los padres dan permiso a sus hijas de irse a dormir después de la discoteca a casa de una amiga y cargamos la responsabilidad de que las traigan los novios o amigos de 19-20 años quién sabe a qué hora y no sabemos ni cómo, pues puede ser que tome de más.
  9. Cuando los padres se vuelven ciegos a los peligros por comodidad, se hacen los «buena onda», «es que yo, sí le tengo confianza a mi hija» lo que pasa es que tenemos miedo, flojera, no queremos actuar como padres.
  10. Cuando los padres no piensan que sus hijos no necesitan que seamos sus amigos. Ellos ya tienen un montón de amigos, de su edad. Nuestros hijos necesitan padres valientes y responsables, que pongan reglas y luego estén ahí para ver que se cumplan.

Debería haber un horario, pero el que los padres pongan en su casa independientemente de la hora que cierren las discotecas y los bares. ¿Por qué no pueden reglas y exigir que se cumplan? Si los jóvenes no necesitaran guía, si no necesitaran límites, autoridad a quién respetar, no existirían los padres.

Se nos encomendó, como padres una misión muy especial con la educación de nuestros hijos y por élla nos pedirá cuentas. No se la pedirán al dueño del bar, no al amigo de nuestro hijo que iba conduciendo borracho cuando chocaron, no al policía, no al maestro, ni a los políticos. Nunca, nadie podrá hacer que nuestros hijos regresen a casa a tiempo y a salvo, si nosotros no podemos hacerlo. Es horrible oír de muertes de muchachos así, que han tenido la desgracia de toparse con esos otros jóvenes, hijos ‘Huérfanos’ de padres ‘buena onda’. No existe ley, ni horario, ni funcionario capaz de hacer por nuestros hijos, lo que nosotros no queremos hacer que es actuar como padres y no como amigos. Es estúpido poner en peligro la seguridad de nuestros hijos por quedar bien con sus amigos o con la sociedad. 

Es terriblemente injusto, además, que estén en peligro jóvenes que tienen reglas en su casa, que saben que al llegar, estarán esperándolos sus padres, desvelados pero contentos de saber que se divirtieron y orgullosos de comprobar que van madurando y que actúan de acuerdo a la responsabilidad que se les está inculcando. No estaría mal, ganarnos el respeto de nuestros hijos, tomando las riendas de su vida, haciéndonos responsables de su hora de llegada, de lo que beben, de sus calificaciones, haciéndoles saber lo que esperamos de ellos y creando los medios para ayudarles en su lucha para conseguirlo.

Los padres tienen que poner los pies en la tierra,  y ser concientes que los jóvenes lo único que necesitan, es que actuemos como padres.

Si tienen algún comentario, escriban a francisco@micumbre.com

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3a Parte ¿Se han perdido los valores humanos y las virtudes? Fe, Obediencia, Orden y Sinceridad.

 ¿Que valores humanos y virtudes son necesarios enseñar y fomentar en cada una de las edades de nuestros hijos?

Aunque éstos sean los que corresponden enseñar en cada grupo de edades, no deben dejar de seguir recordándoselos y adoptándolos a sus edades, cuando van creciendo los hijos y se les vayan enseñando otros valores y virtudes adecuados a cada edad. Nadie elige a sus hijos, ni los hijos eligen a sus padres ni a sus hermanos. La familia Dios te la da, aunque los amigos los puedas elegir.

Los padres de familia tienen que tener las virtudes de: Perseverancia, Paciencia y Optimismo para poder fomentar los valores familiares de Generosidad, Sinceridad, Lealtad y Fortaleza. A todos los padres les gustaría que sus hijos fueran ordenados, generosos, sinceros, responsables, leales, etc. y éso solamente se consigue aprovechando los acontecimientos cotidianos de la vida de la familia para irles desarrollando los valores humanos y las virtudes. Seria ideal que los niños lleguen a la escuela con los valores humanos y las virtudes desarrolladas para que allí sólo les ayuden a exteriorizar la cultura.

Hasta los 7 años – Los cuatro valores humanos y virtudes que deben inculcarse en los hijos en estas edades son: Fe, Obediencia, Orden y Sinceridad. (Por edades y orden alfabético).

  1. FE: Fe es creer en lo que no vemos, por que Dios lo ha revelado. 
    1. Los padres tienen la obligación de explicar el porqué creer en Dios seriamente. La familia, llamada también la Iglesia Domestica, es el lugar natural donde se enseña a vivir la fe a los hijos. Desde muy pequeños debe acostumbrarse a los hijos a ver rezar a sus padres y hermanos. Los padres deben rezar con éllos y delante de éllos con oraciones lógicas para su entendimiento. Deben llevarles a los actos religiosos donde vaya la familia, para que vayan viendo como lo hacen los mayores.
    2. Acostumbrarles a rezar al levantarse de la cama, antes de comer, al acostarse, al salir de casa, etc. Enseñarles a que aprendan a querer los principales conceptos y signos de la religión de los padres. La catequesis integral familiar, debe preceder, acompañar y enriquecer cualquier otra forma de catequesis.
    3. Los padres deben ser la transmisión de la fe y de los valores morales evangélicos a las siguientes generaciones para que tengan una familia unida y religiosa. En la familia se debe dar un clima de amor y de afectividad intenso, espontáneo y natural, pues educar es, fundamentalmente, amar. La familia es la que educa los sentimientos, las actitudes, los hábitos y arraiga las convicciones.
    4. Los padres deben buscar los instrumentos prácticos necesarios para poder estar en condiciones de poder ejercitar esa responsabilidad de un modo asequible sencillo y gustoso para éllos y para los hijos.
    5. Se ha acabado la hora de delegar cómodamente la grave obligación de la educación religiosa y familiar y olvidarse del tema. No es lícito delegar la educación de los hijos en la escuela. Los padres son los primeros educadores de sus hijos y conviviendo con ellos en la institución natural es la familia y deben atender la educación porque es connatural.
  2. Obediencia:
    1. Los padres tienen la obligación de educar a sus hijos y la autoridad conferida por Dios para ejercerla.
    2. Los padres deben enseñar a sus hijos, desde muy jóvenes a reconocer el valor de la obediencia, para que la vayan descubriendo y de mas mayores se acostumbren a ejercitarla. Deben dar aún información muy clara, en el momento oportuno y apoyando la orden con cariño y seguir exigiéndola hasta que se cumpla, sin caer en exceso de insistencia en cosas secundarias.
    3. El que manda puede equivocarse, pero el que obedece no se equivoca a no ser que su obediencia se oponga a la justicia. La obediencia produce paz y orden en la familia. Los padres tienen el derecho a ser obedecidos y también deben darse cuenta de los esfuerzos que hacen los hijos para obedecer.
    4. Los padres deben enseñar a sus hijos a distinguir lo que verdaderamente es bueno y lo que éllos quieren, esto les reforzara la perseverancia y la fortaleza. Deben motivarles para que reconozcan la autoridad de los padres por que les dan segundad, cariño y un sentido de estar a gusto. En estas edades la desobediencia suele producir mas peligros físicos que morales.
    5. Los hijos poco a poco irán reconociendo la existencia de su propia voluntad y la irán desarrollando a través de muchos «no». A los padres no les interesa gastar esfuerzos innecesarios en buscar una obediencia superflua o en cosas poco importantes que no perjudiquen a los hijos. Deben enseñar a obedecer a la autoridad del maestro, la de los familiares mayores, la del policía, la del capitán del equipo de deportes, etc.  
    6. Es asumir como decisiones propias las de quien tiene y ejerce la autoridad, siempre que no se opongan a la justicia. El obedecer no sacrifica la propia personalidad, ni supone la negación de la libertad, ni de la iniciativa, ni de la creatividad.
    7. La obediencia entendida como virtud no es la sumisión ciega de un esclavo hay que enseñar a que entiendan lo que es razonable y lo que no lo es, además de demostré así el cariño y el respeto a los padres. Si no se busca más orden, más justicia y más bondad no tiene ningún sentido obedecer a quienes nos pueden guiar por esos caminos
  3. ORDEN:
    1. Normas, mínimas, lógicas, necesarias y jerarquizadas para lograr los objetivos en la organización de las cosas, distribución del tiempo y realización de actividades, incluso para conseguir una convivencia adecuada para la familia y la sociedad. La sobriedad está íntimamente relacionada con el orden. Lo contrario del orden es la comodidad y la pereza.
    2. Los padres deben dar un gran ejemplo de ser muy ordenados, para así poder desarrollar en sus hijos una estructura mental ordenada e irla acomodando a través de los resultados que vayan produciéndose en su trabajo, juegos, relaciones sociales y religiosas, vestimentas, aseo, limpieza personal y de la casa, etc. Deben aceptar a los hijos como son, pero estimularles en su lucha de superación. Debe tener cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa.
    3. Los padres deben enseñar a los hijos la buena distribución del tiempo en lo que es importante y lo que es urgente, sobre todo en lo relacionado con la clasificación de prioridades en las actividades que tienen que desarrollar continuamente, esporádicamente o frecuentemente, analizando cuales son los mejores momentos y respetándolos, para que relacionen el tiempo con sus actividades. 
    4. Deben enseñarles a colocar en primer lugar la realización de las cosas menos agradables para tener la seguridad de que no va a faltar tiempo para éllas. Deben fomentar que los hijos se sientan responsables de acostumbrarse a hacer ordenadamente los encargos familiares o escolares, dándoles los criterios necesarios para realizarlos.  
    5. El primer paso para aprender el valor del orden, es practicar la obediencia, pues a través de élla se va introduciendo el orden. Tiene que haber unos momentos para exigir que haya orden y no se puede pedir desordenadamente que lo haya. Para que haya orden es necesario tener muy buena memoria para apuntar las cosas. Dicen que es mas eficaz un lápiz pequeño que una memoria grande. Sin que los hijos hayan desarrollado el sentido del orden es muy casi imposible enseñarles los otros valores.  
  4. SINCERIDAD. Es manifestar a la persona idónea y en el momento adecuado lo que ha hecho, visto, pensado, sentido, etc. con claridad respecto a su situación personal. Todo el que miente quiere ocultar la verdad, pero no todo el que oculta la verdad miente.
    1. Aunque los niños sean pequeños, los padres deberán irles inculcando, poco a poco y cuanto antes, lo malo que es la mentira, la hipocresía, la adulación, la calumnia, la murmuración, etc. y lo bueno de la humildad, así como el ser justos con sigo mismo.
    2. deberán irles enseñando a distinguir entre lo importante y lo secundario a la hora de ejercer la sinceridad para no evadirse o encubrir los momentos ingratos y la insatisfacción básica con estímulos de otro tipo, aunque todavía no tengan estímulos exteriores ajenos a la familia que les induzcan a imitar malas actuaciones.
    3. Los padres deben enseñar a su hijos a reconocer sus propias capacidades y cualidades para esforzarse a usarlas en bien de los demás, y a si conseguirán una mejora personal. Enseñándoles también a decir las cosas tal y como son, para que así puedan recibir una orientación adecuada. La sinceridad debe enseñarse junto a la prudencia y a la caridad.
    4. Les enseñarán también a que sepan distinguir entro lo que son hechos, opiniones, sueños, interpretaciones y fantasías para que tengan el valor de ser sinceros y hablar con los padres aunque sea manifestando las debilidades personales y la tendencia al peligro de someterse a las influencias perjudiciales externas. La claridad supone una capacidad de expresión y de valentía.
    5. Les enseñarán también a que sepan distinguir bien entre lo que es la realidad y lo que es la imaginación, intentando con el ejemplo, eliminar las situaciones que les propicien a decir mentiras. Los padres deberán evitar dar mal ejemplo con la hipocresía, la adulación, la calumnia, y la murmuración, pues aunque son desviaciones que parece que los niños no las entienden, van dejando una tendencia difícil de suprimir para cuando las vayan entendiendo o tengan que explicarles lo malas que son para la formación moral de las personas.  

Si tiene algún comentario, escriba a francisco@micumbre.com


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Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

No dudeis en comunicaros conmigo para cualquier comentario. Un saludo, Francisco francisco@micumbre.com

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