ESCUELA PARA PADRES
- Si los padres no practican la puntualidad, será imposible que los hijos la aprendan.
- En los países de más alto nivel de vida, la puntualidad se practica y enseña desde la niñez.
- A ciertas comunidades les califican mal, e incluso no quieren hacer negocio ni mantener relaciones sociales con sus miembros, debido a su impuntualidad colectiva, calificación de la que no se salvan ni los puntuales.
- La puntualidad está relacionada con otras virtudes y valores humanos, como el orden, la responsabilidad, la exactitud, la precisión, la rectitud, la formalidad, el rigor, etc. y la impuntualidad con la negligencia, la dejadez, la desidia, la indolencia, la pereza, el desorden, el egoísmo, etc.
Puntualidad. La puntualidad es la virtud que representa el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, siendo necesaria para dotar a nuestra personalidad, de carácter, orden y eficacia. Es una de las normas básicas de la buena educación, ser puntual supone un signo de consideración hacia las personas que están esperando. También es la forma de satisfacer una obligación en un plazo determinado, para empezar o terminar algo. Se va construyendo con esfuerzo, voluntad y sacrificio para hacer las cosas a tiempo o estar a tiempo en el lugar adecuado, y así cumplir los horarios aceptados.
Retrasarse es equivalente, a demostrar desprecio por el tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto. La impuntualidad puede excluir, a los que llegan más tarde a las reuniones acordadas.
Es una virtud que debe enseñarse, desde los primeros años de la vida y dentro de la familia, donde las normas y costumbres, establecen horarios para cada actividad familiar.
Practicar la virtud de la puntualidad, es una forma de hacer a los demás la vida más agradable, mejorar nuestro orden e intentar convertirnos en personas dignas de confianza.
La puntualidad está interrelacionada con el concepto del minuto heroico, del que escribí en el Blog 10 Ocasiones para practicar el «minuto heroico». Valores y virtudes. Si se tiene que empezar ahora mismo, una actividad o terminarla, no vale buscar disculpas para aplazarla, hay que hacerla, so pena de tomar el riesgo de que se altere el programa de actividades y posteriormente, no se pueda cumplir con la puntualidad acordada. Para ser puntual, primeramente debemos ser conscientes que toda persona, reunión, actividad o cita, es importante para los que lo organizan y para los asistentes.
Ejemplos. En algunos países, al que llega tarde a una reunión o a una entrevista, se la anulan y no le dan la oportunidad de hacerla en otro momento, pues no suelen dar una segunda oportunidad. En algunas culturas hay una pequeña tolerancia de 5 ó 10 minutos, que se llaman minutos de cortesía, para los posibles problemas de circulación.
Es en esos mismos países, donde la puntualidad se refleja, incluso en los sistemas públicos de transporte, y es tan estricta, que en la mayoría de las paradas de trenes y autobuses, hay un reloj electrónico que indica el número, clase y características del vehiculo que va a llegar y la hora exacta con minutos y segundos. En los trenes, si se produjese un retraso superior a 5 minutos sobre la hora fijada de llegada, la empresa le devuelve al viajero el importe pagado por el billete. Incluso se considera como incumplimiento del contrato laboral, las faltas injustificadas o repetidas de puntualidad o asistencia al trabajo.
Cuando ha empezado un espectáculo, por respeto a los espectadores que han llegado a tiempo y a los artistas, no se permite entrar a los que llegan tarde, hasta que se produzca un intermedio o descanso.
Responsabilidad. La palabra dada al confirmar la asistencia, deberá ser sinónimo de garantía, para que puedan contar con nuestra presencia en el momento acordado, ni antes ni después. Tan malo es llegar tarde, como llegar demasiado pronto. El tiempo de anticipación de cualquier cita debe ser mínimo. Una norma muy común entre la gente puntual dice que “si crees que no podrás llegar a la hora acordada, intenta llegar antes”.
La puntualidad dicen, que es un privilegio de los reyes. Es lógico no estar de acuerdo con esta sentencia, pues solamente haría falta que los reyes llegaran tarde, estando todo el día sin hacer nada.
Normalmente los más puntuales, son los que están mas ocupados, pues tienen que organizar mejor sus obligaciones y no se pueden permitir el llegar tarde, ni que nadie llegue tarde a visitarlos.
Obligaciones de los padres
Práctica. Para poder inculcar en los hijos la puntualidad, lo primero que deben hacer los padres es practicar continuamente la puntualidad, dando ejemplo en todas sus actividades. Necesitan mucha voluntad y sacrificio. Nunca podrán enseñar la virtud de la puntualidad, así como las otras virtudes y valores humanos, sin el ejemplo constante de su comportamiento. Si los hijos no ven la puntualidad de los padres, nunca llegarán a ser puntuales.
Horario Para que la puntualidad sea una constante en las relaciones familiares, escolares y sociales y así poder cumplir con todos los compromisos, debe haber un programa por escrito de las actividades familiares, complementado con un horario, lo más inflexible posible, para el día y la semana.
Si la cena es a las siete de la tarde, a esa hora todos tendrán que estar sentados en la mesa, cumplidas ya las obligaciones contraídas de acuerdo con lo estipulado.
Si la hora de llegar a la casa está previamente acordada, debe cumplirse estrictamente, pues los que están esperando la llegada, sufren hasta que esta ocurre.
La hora de levantarse, también será la convenida, para que no interfiera en las cosas, ni los tiempos que cada uno de los familiares tiene que hacer y cumplir, para ir a la escuela o al trabajo.
Los padres deben acostumbrarse y así educar a los hijos, a hacer un horario a la inversa de los horarios fijados, poniendo la hora acordada al final de una lista, e ir descontando los tiempos necesarios, para poder cumplir puntualmente cada una de las fases, desde el momento actual, hasta el horario acordado.
Método. Los padres deben enseñar a que los hijos, se concentren en las tareas que están realizando y en las que tienen que realizar, poniéndolas como prioridad, para que no divaguen, se distraigan y desperdicien el tiempo que tendrían que emplear en hacer las cosas. Deben cumplir con los tiempos acordados, para que así no tengan que llegar tarde, por hacer las cosas a deshoras o a trompicones.
Se debe establecer un medio adecuado, para reducir las distracciones de las tareas, hacer descansos a lo largo del día; levantarse más temprano para que todas las labores necesarias queden terminadas, antes de salir para el trabajo, la escuela o las reuniones. Incluso si es necesario utilizar pequeños trucos, como cambiar de mano el reloj, colocar el despertador lejos de la cama, o situar papeles recordatorios en sitios estratégicos de la casa, cambiar los objetos de sitios para que la vista no se acostumbres a ellos, etc. Siempre buscando y probando sistemas sencillos, que sirvan de advertencia y seguimiento, a las obligaciones o programas acordados. Recuerden que una agenda pequeña, vale más que una memoria grande.
Orden Los padres deben fomentar en los hijos el concepto del orden, la previsión y la programación, para conseguir que la puntualidad, no se convierta en una situación del azar o de la suerte, por lo que deberán ensayar diversos métodos, para acostumbrar a los hijos a tomar la puntualidad, como un habito o costumbre, que después se irá convirtiendo en virtud. No importa que las demás personas no sean puntuales, la satisfacción de la puntualidad propia, justifica todos los sacrificios hechos al practicarla.
Es importante implantar un método o sistema, para que ayude a tener noción del tiempo que falta, para cumplir lo programado, estableciendo correctamente las prioridades, aunque no sean del agrado y cueste empezarlas.
Impuntualidad:
1. Desorganización del tiempo. La impuntualidad del que llega tarde, habla por sí misma, de la escasa o nula organización de su tiempo, por no haber planeado sus actividades y su desprecio a las otras personas.
2. Poco interés. La impuntualidad. es el resultado del egoísmo de vivir de acuerdo a los propios gustos, sin acordares de los demás, es la pérdida de formalidad en el actuar, lo que origina que poco a poco. se va reafirmando el vicio de llegar tarde. Estas y otras actitudes. son el reflejo del poco respeto, aprecio e interés que se siente por las personas, su tiempo y sus actividades.
3. Voluntad. Para no caer en la impuntualidad, se necesita tener mucha voluntad, que permita cortar la duración de las actividades que nos gustan, incluyendo el descanso, el trabajo, la reunión de amigos, etc., pues supone un nuevo sacrificio, en nuestra vida diaria, pero nos dejará acercarnos al objetivo de ser puntuales.
4. Tiempos. Para empezar a fomentar la virtud de la puntualidad, es necesario ser consciente de que hay que empezar a utilizar todos los recursos, desde el momento que se toma la decisión de cambio de vida. No vale decir, voy a ser puntual desde mañana, pues equivaldría a llegar tarde a la práctica de la virtud. Se debe empezar desde el mismo momento, empleando todos los conceptos comentados anteriormente. .
10 Sentencias relacionadas
- La puntualidad inglesa, la precisión suiza y la disciplina alemana, son conceptos a imitar, para tener una buena conducta en la sociedad
- Al que madruga, Dios le ayuda, pero no por mucho madrugar, amanece más temprano
- El tiempo es una de las mayores riquezas que poseemos, no la debemos robar al prójimo llegando tarde
- Para ser puntuales hay que intentar prever lo que pudiera ser un imprevisto
- El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia
- Adelantar 5 minutos el reloj, no es quitarlos de la vida, la mayoría de las veces es dárselos al prójimo
- La vida es demasiado corta como para pasársela esperando a los impuntuales
- No existe el «elegantemente tarde», sólo existe el «maleducadamente impuntual»
- Qué importa saber lo que es la puntualidad, si no se sabe ser puntual
- Los relojes no fueron los que crearon el interés por medir el tiempo, se construyeron debido al interés en medir el tiempo para la oración y el trabajo
Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com
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