Archivo de octubre 2013

El vicio de la pereza explicado a padres e hijos.

ESCUELA PARA PADRES

El vicio de la pereza explicado a padres e hijos.

  • Las 18 principales virtudes y valores humanos contrarios a la pereza
  • Las 10 mayores consecuencias del vicio de la pereza
  • Las 17 mejores sentencias sobre el vicio de la pereza
  • 24 Formas para evitar la pereza y ser diligentes en cumplir lo comprometido

3,754 Palabras. Tiempo de lectura 14:00

Algunos artículos recomendados:

Si la pereza tiene algo que ver con dolencias físicas o psicológicas, deben buscar ayuda médica.

La pereza es el pecado capital, vicio, negligencia, tedio o descuido que impide hacer las cosas que se deben hacer. Es la flojedad, el descuido, la ociosidad o la tardanza en realizar acciones o movimientos.

La pereza es considerada como la madre, engendradora y soporte de todos los vicios, e impide realizar las virtudes y valores humanos. Crea adicción, pues nunca va a menos, siempre va en aumento si no se corrige.

Las 18 principales virtudes y valores humanos contrarios a la pereza y cercanos a la virtud de la diligencia: Constancia. Control. Coraje. Decisión. Diligencia. Esfuerzo. Fortaleza. Hábito. Justicia. Madurez. Mortificación. Obediencia. Orden. Penitencia. Perseverancia. Responsabilidad. Sacrificio. Voluntad.

Los clásicos siete pecados capitales y las siete virtudes opuestas:

  • Contra la pereza, diligencia.
  • Contra soberbia, humildad.
  • Contra envidia, generosidad.
  • Contra la gula, templanza.
  • Contra la lujuria, castidad.
  • Contra la ira, paciencia.
  • Contra la avaricia, caridad.

La pereza daña también a quien la ve en los otros, pues le conmina a imitarla, con actos de vagancia, ociosidad, holgazanería, haraganería, zanganería, desidia, negligencia, etc. Es preciso hacer lo posible para que externamente no se vea la pereza. Es muy positivo el ejemplo que producen las personas que obran continuamente con diligencia, laboriosidad, presteza, etc.

Las 10 mayores consecuencias del vicio de la pereza:

1.     La pereza ataca a la buena intención de poner a disposición de los demás las 3T’s (Tiempo, Talento y Tesoro).

2.     La pereza es la enemiga de la perfección, de la perseverancia, de la piedad, del Plan de Vida, del amor al prójimo, de cumplir las promesas, de la razón, de la inteligencia, etc.

3.     La pereza es la nefasta autoridad o predominio de la propia persona y la ratificación del “yo primero” y del “yo quiero”.

4.     La pereza es una plaga en la sociedad actual, debido a la apetencia de que todos quieren que las cosas se las den hechas y ahora, lo mismo en los niños, jóvenes o personas mayores.

5.     La pereza fomenta la inconsistencia, la holgazanería, la intolerancia, la excesiva relajación, la comodidad y el ocio desmedido.

6.     La pereza impide buscar soluciones a los problemas, a los desafíos y a desarrollar nuestras aptitudes.

7.     La pereza imposibilita enfrentarse a situaciones propias que hay que resolver, aunque sean muy desagradables.

8.     La pereza origina: Abandono, apatía, negligencia, despreocupación, desidia, desprecio, desinterés, dejadez, desorden, despreocupación, holgazanería titubeo, egoísmo, impuntualidad, informalidad, indolencia, ociosidad, falta de rigor, etc.

9.     La pereza produce, aburrimiento y el aburrimiento produce pereza. Es un círculo vicioso del que algunos no pueden, ni saben salir.

10. La pereza promueve el no querer aprender a saber lidiar con las dificultades y esfuerzos que presenta la vida.

          La pereza crea una muralla ante todo lo que hay que hacer, primero suele ser a pereza para levantarse de la cama. Una vez levantado de la cama empieza a actuar la pereza para impedir el comienzo de las actividades obligatorias o recomendadas. Después, pereza para estudiar, pereza para enfrentarse a los problemas cotidianos, pereza para ir al médico de forma preventiva, pereza para hacer las cosas de la organización de la casa, pereza para llevar las cuentas de la familia, pereza para hacer un Plan de Vida, etc.

          La pereza suele estar perfectamente alimentada con la facilidad de los medios de comunicación y las pantallas digitales, las cuales son antagónicas a cualquier esfuerzo que haya que hacer. Por eso los perezosos se pasan mucho tiempo en esos medios que les permiten hacer discurrir el día sin hacer ningún esfuerzo, ni físico ni mental. La capacidad de trabajar, disfrutar o prosperar, queda absorbida por el vicio de la pereza. La pereza les convierte en esclavos de la televisión, la cual deja de ser un entretenimiento para convertirse en una obsesión o en un vicio.

La pereza mental es interna y se produce el no querer ni pararse a pensar, ni a reflexionar, ni a buscar, ni a leer, ni a escribir, ni a investigar, etc. es decir, cuando no se quiere hacer nada, como si se tuviera bloqueada la mente. En estos casos se habla a la ligera, sin querer tomarse la molestia de informarse ni de formarse. Se prefiere dejar las cosas “para luego”, incluso pensando que ese luego supondrá el casi seguro olvido de lo que tenía que hacer o decir.

La pereza externa se produce cuando no se quiere mandar al cuerpo que se ponga en movimiento para levantarse o para empezar y continuar las actividades obligatorias o voluntarias que se habían previsto realizar.

Tanto la pereza mental como la pereza externa pueden ser producto de situaciones anímicas, de las cuales no siempre las personas son responsables. Cuando la pereza se convierte en una costumbre o en un hábito, es necesario consultar con los profesionales de la salud o de la educación, para encontrar los medios para corregirla o eliminarla, antes de que se convierta en un vicio empedernido.

La pereza suele ser una disculpa para defender un modelo de vida donde a sabiendas, no se hace nada. Con esa disculpa se pretende tapar muchas actitudes que perjudican la vida de las personas, como: El sedentarismo que origina muchas enfermedades, tales como la obesidad, la pérdida de memoria, etc. El achacar a la pereza el modelo de vida, normalmente desordenado, que se lleva. Es la forma de tapar otras actitudes.

La pereza, además es un vicio que mata poco a poco, como las drogas. Cada vez el cuerpo y la mente exigen más dosis de pereza, y en muchos otros campos, aunque el perezoso no quiera enterarse de que es muy peligrosa para salud del cuerpo y de la mente.

Los perezosos dejan de hacer lo que tienen que hacer, aunque tengan obligaciones físicas, de salud, profesional o familiar y se van encontrando que poco a poco se les están entumeciendo todos los sentidos. Se encierran en la pereza para justificar todas las acciones que tienen que hacer, pero que no hacen. Pasa el tiempo y la pereza se ha adueñado tanto de ellos, que es muy difícil que vuelvan a ser diligentes con sus obligaciones.

Algunos necesitan una desintoxicación de su pereza para vencer desde la mañana su indolencia. Poco se va a hacer durante el día, si no se ha ganado la primera batalla. Les sugiero que para fortalecer la voluntad a alejar la pereza y no debilitar el carácter, lean el artículo: 10 Ocasiones para inculcar, fomentar y practicar el “minuto heroico”. Sus valores y virtudes

La pereza hace a las personas crearse su propio mundo, donde el “mañana, mañana” o “luego, luego” son las justificaciones para no hacer lo que tienen que hacer y cuando lo tienen que hacer. Esa posición origina un anquilosamiento degenerativo de las capacidades de actuar. Las personas se convierten en muebles que están ahí, pensando en que no tienen ni tiempo ni ganas de hacer las cosas.

La pereza profesional muchas veces es la que arruina los negocios. Algunos empresarios saben que tienen que tomar determinadas medidas para salvar el negocio o para mejorarlo, pero por pereza no se deciden a hacerlo. Y cuando ya han vencido la pereza y lo quieren hacer, ya es demasiado tarde. Perdieron el último tren de la oportunidad.

La pereza de la conciencia moral o tibieza espiritual, también llamada acedia, es la que se refiere a rechazar a Dios, o el no querer acercarse a Él, ni a los bienes espirituales, al prever que eso puede exigir algunos esfuerzos incomodos sobre la inercia que llevamos en la vida diaria. Esto equivale con mucha frecuencia a un ateísmo práctico, pues supone no querer sacudir o vencer la pereza para emprender o continuar con buen ánimo la tarea de acercarse a la religión. Este aspecto lo pueden consultar con un sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que profesen.

La pereza quita el precioso e irrepetible tiempo que disponemos. Cuanto más lejos estén los pensamientos, sobre la posibilidad de no hacer las cosas, cuando se deben hacer, de menos tiempo dispondremos para disfrutar de esta maravillosa vida. Hay que acordarse de la fábula de la cigarra y la hormiga. Hay muchas personas que se comportan como la cigarra y luego se lamentan.

Con la pereza empieza una cuesta abajo que no tiene fin y donde es muy difícil frenar. Es el principio de adocenarse, convertirse en uno del montón o en un vago. La pereza modifica el carácter y produce el síntoma de la falta de fijeza en todo lo que debiera de concernir a una persona diligente. Un viejo refrán dice: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

Los perezosos no pueden ser buenos padres de familia, ni esposo ejemplares ya que la práctica continua del vicio de la pereza, produce vagancia incluso para educar a los hijos y amar al cónyuge. Origina el abandono de la imagen personal, daños en el cuidado de la salud, alejamiento de la sociedad, problemas en los estudios o trabajo y desidia para empezar un cambio de actitud ante los problemas que presenta la vida. Hay que luchar inteligentemente para apartarse de ese vicio.

Descansar no es practicar el vicio de la pereza. Descansar no es no hacer nada, puede ser una distracción en actividades que exigen menos esfuerzo.  La ociosidad que continúa, esa sí que es una buena muestra de los perezosos.

Es muy bueno y recomendable reflexionar antes de actuar, sin confundirlo con la pereza para actuar. No es censurable tomarse el tiempo necesario para cerciorarse de que la toma de decisiones difíciles requiere madurarlas y ponderarlas.

Los padres nunca deben dejar de insistir, a tiempo y a destiempo, proclamando los peligros y las consecuencias del vicio de la pereza. Deben reprender y reprochar con firmeza a sus hijos por sus actos perezosos, pero con mucha paciencia, amor y deseo de educar. 

La pereza esclaviza para estar siempre buscando la forma de no hacer las cosas, para rehuir el esfuerzo y para encontrar la forma de hacer menos o que lo haga otro.

La pereza produce tristeza, desgana y el anquilosamiento de la voluntad, lo que supone un grave impedimento para disfrutar de la vida y mejorar el espíritu. Con pereza y sin voluntad no se puede hacer nada en la vida. Es el camino para ingresar muy fácilmente en el pelotón de los perdedores.

La pereza, que también genera cobardía, hace que una gran mayoría de jóvenes y adultos, permanezcan gustosamente en la minoría de edad toda su vida, dejándose utilizar y aprovechar por los que se erigen en sus dominantes. Hay quienes hacen tanta ostentación de su vicio de la pereza que por presumir de ella terminan en situaciones lamentables. La pereza les ha podido incluso socialmente.

A la pereza no se llega de modo repentino, a no ser que sea motivo de una enfermedad. Se llega poco a poco por dejadez, al ir cediendo a la tentación de erradicarla de raíz. Enfrentarse a la pereza es un esfuerzo que vale la pena iniciarlo y mantenerlo, para que ella no nos domine, pues es la madre de todos los vicios.

Rendirse ante la pereza es siempre una renuncia malhumorada y triste, que genera indiferencia, después tristeza y posteriormente evasión de la realidad. No se vence a la pereza mirando para el otro lado, sino estando muy vigilante ante sus primeros síntomas y atacándolos con la virtud de la diligencia. 

La pereza en las relaciones amistosas da lugar a que se abandone a amigos que necesitan de una visita, una llamada telefónica o un correo electrónico. Las respuestas con las que muchos se autojustifican: No sé qué decirle para empezar la conversación. Me da mucha pena verle u oírle como está. Me trae recuerdos que no quiero tener. Se va a sentir mal cuando me vea. Le voy a causar dolor en vez de alegría. Mejor lo dejo para mañana. Pereza diez puntos, compromiso cero puntos. Son excusas de los perezosos, aunque conlleven una gran capacidad de frustración.

La pereza desprecia el tiempo, ese tiempo que ya no volverá. El tiempo está medido y avanza a su velocidad, pero la pereza lo ignora, malgasta, desaprovecha y destruye. Nos da pereza y miedo intentar conocernos a nosotros mismos para no tener que corregir nuestros propios defectos, pero no nos da pereza ponernos a curiosear y averiguar los defectos en las vidas ajenas.

24 Formas para evitar la pereza y ser diligentes en cumplir lo comprometido:

1.     Anotar los progresos en el Plan de Vida, al lado de los objetivos. Eso aumenta la motivación.

2.     Buscar con sinceridad el origen del vicio de la pereza. Conociéndolo, se puede combatir con esfuerzo personal o con los consejos de los que expertos. El origen de la pereza suele estar vinculado a algún factor que nos desanima o asusta. Puede ser por inseguridad, falta de decisión, miedo a la responsabilidad o al riesgo, vagancia, etc.

3.     Controlar los avances y las desviaciones de los objetivos propuestos para corregirlos en caso de que sea necesario, conociendo al detalle los esfuerzos realizados, para evitar la apatía o pereza para seguir luchando. 

4.     Cumplir con las horas de sueño y descanso recomendables, para no achacar la pereza al cansancio proveniente de no dormir o reposar lo necesario.

5.     Darse un homenaje personal, aunque no se inmediatamente, para levantar el ánimo cada vez que se consigue vencer la pereza.  El estímulo de una recompensa proporcional, puede motivar y animar a erradicar los malos hábitos perezosos.

6.     Distinguir entre lo urgente y lo necesario para dar prioridades, sin utilizar la pereza para empezar por lo más fácil.

7.     Dividir los grandes objetivos, desafíos u obligaciones en tareas más pequeñas que sean fáciles empezar y resolver, para así vencer la pereza y el miedo, pues a medida que se van cumpliendo, se va ganado confianza. La única manera de comer un elefante es partiéndolo en trozos pequeños.

8.     Estar organizado: Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa, con las prioridades bien determinadas.

9.     Estudiar con detalle el plan para hacer las cosas o cumplir las obligaciones, para que la causa de no saber cómo empezar, no sea la pereza.

10. Fijarse más en los beneficios que produce la diligencia que en las dificultades y problemas que acarrea la pereza.

11. Fomentar las motivaciones que ayuden a erradicar la pereza, orientándolas hacia actividades divertidas y estimulantes que eviten la repetición y el aburrimiento.

12. Hacer un programa de tiempos de empezar y terminar, para cada una de las cosas que haya que hacer. Trabajar, estudiar, dormir, comer, descansar, divertirse, relajarse, etc. 

13. Inspirarse en los objetivos que otros han logrado, al salirse del vicio de la pereza.

14. Intentar estar saludable, haciendo ejercicio físico y alimentándose correctamente, pues la pereza puede provenir de alguna enfermedad o de la mala nutrición.

15. Intentar tener siempre actividades pendientes de hacer. Las personas muy ocupadas son las que más y mejor hacen las cosas, pues no tienen tiempo para pensar en la pereza.

16. No abarcar demasiado, ya que la pereza puede influir en destruir, aplazar o distraer las energías para decidir porqué empezar. El que mucho abarca poco aprieta.

17. Pensar en los problemas que acarrea la pereza, si por ella no se hicieran las cosas que hay que hacer.

18. Ponerse desafíos personales para enfrentarse y luchar contra lo que nos produce más pereza.

19. Practicar la virtud de la diligencia: Que es la opuesta al vicio de la pereza, fomentando las 18 virtudes y valores humanos relacionados anteriormente.

20. Suprimir las distracciones que empujan a la pereza, poniendo limitaciones a los tiempos y actividades que desvíen o aplacen innecesariamente los objetivos propuestos: Redes sociales, televisión, charlas intrascendentes, cotilleos, etc.

21. Tener la humildad suficiente para pedir ayuda externa. Cuando debido a la falta de conocimiento, el miedo a hacer una tarea obligatoria o planificada,  produzca el vicio de la pereza, es muy conveniente pedir ayuda hasta que desaparezca el miedo o se aprenda a realizarla bien.

22. Tener un horario determinado para: El trabajo, la familia, el descanso, la formación, la vida social, las prácticas religiosas, las obligaciones contraídas, etc.

23. Tener un Plan de Vida: Escrito, permanente, practicado, controlado en sus desviaciones y modificado cuando sea necesario para mejorarlo.

24. Tratar de hacer en equipo, para ayudarse unos con otros a ser más diligentes en las cosas que producen o pudieran producir pereza. La pereza se puede contagiar pero también se contagia la diligencia.

La pereza acostumbra a admitir, e incluso a fomentar otros vicios y miserias, justificándose con la excusa de que “soy así”. Fundamentar con eso el vicio de la pereza no lleva a nada bueno, principalmente cuando ello impide intentar cada día ser más honestos, generosos y fieles con las obligaciones contraídas con la familia, amigos y sociedad. Siempre se puede hacer un cambio profundo en la vida si se desea hacerlo, actuando con preparación, conocimiento, voluntad, disciplina y honradez.

Hace falta valor para llamar a las cosas por su nombre y sin tapujos semánticos. La pereza es un vicio muy grave y por lo tanto hay que actuar contra ella con inteligencia, energía y diligencia en beneficio propio, de la familia y de la sociedad. Se debe tener en cuenta la gravedad de las omisiones que pueden resultar de la pereza, del peligro de su hábito y de los costos económicos y morales de ella, al rehuir el esfuerzo que supone el trabajo. Algunos requieren un periodo largo de tiempo para quitarse la pereza de encima porque no practican: 10 Ocasiones para inculcar, fomentar y practicar el “minuto heroico”. Sus valores y virtudes

La pereza al estar relacionada con la educación de la voluntad, constituye una de las más dolorosas formas de pobreza, pues se paga muy cara, ya que no se hacen las cosas cuando se debe. Mientras unos se están despertando otros ya han ido y han vuelto de buscar y encontrar las oportunidades.

La pereza impide reflexionar cual es el camino más seguro para cumplir los objetivos o enfrentarse a solucionar los problemas. El decir o pensar, “mañana, mañana”, es la vieja táctica del avestruz, que esconde la cabeza bajo el ala, pensando que así se aleja el peligro, para no enfrentarse con los problemas que le vienen encima.

En el fondo nos hemos vuelto muy cómodos o perezosos y por eso no queremos complicarnos la vida buscando nada, que todo nos lo den hecho. Y mucho mejor a golpe de un click. Nadie quiere complicarse la vida haciendo trabajos adicionales de búsqueda. Cuando algo pueda suponer trabajo, empieza el vicio de la pereza a funcionar y a dejarlo para más adelante.

Los padres pueden ver como la pereza les derrumba a ellos o a sus hijos, debido a que tienen muy poca resistencia enfrentarse a las situaciones, ya que cualquier cosa que los contraría, les parece un drama y sienten que no pueden afrontar el cambiar a ser más diligentes.

          La pereza impide cuidar la salud física y mental de nuestro cuerpo, estudiar y trabajar con eficiencia y productividad, y desarrollar al máximo nuestras capacidades intelectuales. Cuando la pereza se incrusta en nuestra mente, se nos hace muy difícil realizar ciertas actividades que requieren aprendizaje, esfuerzo y valentía.

          La pereza hace que la atención que se necesita para hacer las cosas se distraiga con cualquier cosa que pase por delante de los ojos o de la mente. Bloquea, elimina o disuelve de la mente el objetivo principal de lo que hay que hacer. Origina que ante ciertas actividades el cuerpo se sienta mal, desmotivado y sin energía, por lo que alarga el momento de empezar, las aparca para otra ocasión o se busca barreras ficticias para no hacerlas.

Para vencer al vicio de la pereza, lo mejor es empezar a soñar, a anhelar, a idealizar los frutos de los objetivos propuestos en el Plan de Vida. Algo por lo que valga la pena luchar con inteligencia, disciplina, pasión, motivación, energía y confianza en uno mismo. Pero sin olvidar que: Los grandes sueños ocurren cuando se está bien despierto y en actividad. No suceden cuando solamente se es espectador de los acontecimientos de la vida.

Las 17 mejores sentencias sobre el vicio de la pereza:

1.     El perezoso considera suerte al éxito del trabajador.

2.     El perezoso no puede hacer de cada problema una oportunidad, al contrario, hace de cada oportunidad un problema.

3.     En la mayoría de los hombres, las dificultades son hijas de la pereza.

4.     La pereza no es descanso, y por eso le falta la satisfacción.

5.     La pereza no es más que el hábito de descansar antes de estar cansado.

6.     La pereza puede parecer atractiva, pero el trabajo da satisfacción.

7.     La pereza viaja tan despacio, que la pobreza no tarda en alcanzarla.

8.     La pereza, es decir, la pasión de la inacción, tiene para triunfar una ventaja sobre las demás pasiones, y es que no exige nada.

9.     La pobreza es la hermana mayor de la pereza.

10. Los grandes sueños ocurren cuando se está bien despierto y en actividad.

11. Los perezosos desperdician la vida, sin darse cuenta que bastante descansarán en la sepultura.

12. Los perezosos siempre hablan de lo que piensan hacer, de lo que harán; los que de veras hacen algo, no tienen tiempo de hablar ni de lo que hacen.

13. Mi ambición está limitada por mi pereza.

14. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

15. No existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza.

16. No hay camino que no se acabe, si no se le opone la pereza.

17. Un hombre con pereza es un reloj sin cuerda o sin agujas, siendo inútil tanto si anda como si está parado.

Lo sé por propia experiencia: Da mucha pereza enfrentarse al pánico escénico que produce el ponerse frente al público. O cuando se está delante de una hoja en blanco y no se sabe por dónde empezar a escribir, o al atascarse en el ejercicio de la profesión sin saber cómo continuar, etc. Pero hay que sacar fuerzas de flaqueza y no dejarse ganar por la pereza ni por el miedo.

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Padres, enseñen a sus hijos adolescentes a hacer un Plan de Vida.

ESCUELA PARA PADRES

Padres, enseñen a sus hijos adolescentes a hacer un Plan de Vida.

  • Las 4 principales preguntas que suelen hacer en las universidades o trabajos.
  • Los 14 conceptos enunciativos de lo que puede ser un Plan de Vida.
  • Los 10 principales consejos para hacer un Plan de Vida.
  • Las 10 consideraciones a tener en cuenta para hacer un Plan de Vida y seguirlo.

3,545 Palabras. Tiempo de lectura 13:00

Este artículo es la continuación de: La necesidad de tener un Plan de Vida Familiar pero adatado a los hijos adolescentes.

Hacer un Plan de Vida, igual que en el diseño de cualquier otro proyecto, se requiere tener en cuenta unos pasos básicos mínimos: Analizar lo que es necesario hacer, lo que hay que cambiar, lo que no se puede cambiar, lo que no se debe cambiar, los porqués de cada paso y lo que se deben impulsar o fortalecer.

Sin un buen Plan de Vida, los adolescentes no podrán cumplir con sus objetivos en los estudios, en los deporte o en la búsqueda de trabajo. Este Plan de Vida hay que irlo midiendo continuamente y viendo las desviaciones para poderlas corregir. Hay que tener muy claro el concepto del gran esfuerzo que supone llevarlo a buen término.

El Plan de Vida de los adolescentes es lo que va a definir su proyecto de futuro. Si los padres han hecho el Plan de Vida para su familia será mucho más fácil ayudar a sus hijos a hacerlo, pero cuando tengan la edad física o mental para poder discernir lo que están haciendo. No se olviden que todos los hijos son diferentes, aunque tengan muchos rasgos físicos o intelectuales iguales. El Plan de Vida para cada hijo, debe encajar en lo posible, en los principios básicos del Plan de Vida familiar, para evitar contradicciones, choques e incongruencias.

No hay un Plan de Vida estándar para todos los hijos, ni fórmulas mágicas para hacerlo. Cada plan de vida se debe hacer artesanalmente y uno para cada hijo adolescente, pues las características de ellos suelen ser muy diferentes y en muchos casos antagónicas con los otros hermanos. Todos los Planes de Vida tienen que tener unos conceptos principales, comunes a todos. Después hay que irle añadiendo conceptos específicos según las características de cada hijo, la familia, la sociedad y las circunstancias que les rodean.

Padres, no tengan miedo. No están solos a la hora de ayudar a sus hijos adolescentes a que hagan un Plan de Vida. Hay muchas personas que pueden ayudarles. Por ejemplo los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que practiquen. También les pueden ayudar los profesores, consejeros escolares, amigos con experiencia, etc. Todos los consejos que reciban siempre les ayudarán a hacerlo mejor. En las bibliotecas públicas y en el Internet hay mucha información para desarrollarlo, adecuada a las características físicas, mentales y familiares de sus hijos.

El Plan de Vida debe empezar a esbozarse desde la pubertad, concretarlo en la adolescencia y a medida que se va llegando a ser adultos y a vivir como adultos, ir comprobando las desviaciones. No tiene por qué compararlo con el que hicieron sus padres, en el caso de que lo haya hecho. Tienen que seguir las orientaciones que les den los padres para que encaje en el Plan de Vida familiar. Después volaran solos y podrán comprobar las desviaciones. Es imprescindible que los hijos vayan empezando a conocerse ellos mismos, para intentar revertir sus limitaciones, intentado sacarles partido en lugar de sufrirlas.

El Plan de Vida debe hacerse con conocimiento, energía y buen juicio. Sin sentir vergüenza de los duros trabajos que suponga, ni lo que puedan opinar los demás, en el caso que hagan cosas que estén fuera del Plan de Vida propuesto. El Plan de Vida de hacerse comprometiéndose a cumplirlo, con la ayuda de los padres, pero sin más testigos que uno mismo. ¡Qué grandes se hacen los adolescentes que se atreven a hacer cosas tan importantes como es el Plan de Vida!

Todos los Planes de Vida, sean para quien sean, tienen muchas cosas en común. Deben estar bien pensados y estudiados, para que puedan realizarse. Tienen que ser realistas, coherentes, concisos, claros y centrados en la personalidad de cada hijo y en su edad física y mental. Tienen que tener bien definidos los tiempos, los objetivos, los medios a emplear y la forma de analizar los resultados parciales y totales, de forma que se pueda conocer los rumbos que va tomando y la forma de hacer las correcciones necesarias. Es visualizar el futuro y poner los medios necesarios presentes, para alcanzar los objetivos propuestos.

Los padres tienen que ayudar a definir cual es el modelo de Plan de Vida que quieren proponer y en su caso enseñar a sus hijos, pues aunque hay muchos principios básicos, también es cierto que cada hijo es de una forma diferente y sus reacciones varían según sea lo que se le dice, cuándo se le dice o cómo se le dice. El Plan de Vida tiene que sacar a flote las diferencias positivas que cada hijo tiene dentro y unirlas para llegar a una meta u objetivo bien pensada.

Los padres tienen que mediar e influir de tal forma en sus hijos para convertirse en los faros que les guíen en la neblina de la adolescencia, donde suele haber muchas luces, pero también muchas sombras. Tienen que ayudar de tal manera que sus consejos sean como semillas caídas en tierras, que previamente han abonado durante la niñez y la pubertad.

Es necesario y muy conveniente ayudarles a hacer un Plan de Vida para que los hijos sean hombres de provecho el día de mañana. Tiene que contener, además de las virtudes y valores humanos, curiosidad por las cosas buenas del mundo, optimismo ante las adversidades para convertirlas en oportunidades, perseverancia frente a las situaciones difíciles, prudencia y humildad para resolver los casos de convivencia con sus familiares y amigos, creatividad ante la solución de los problemas cotidianos y osadía para enfrentar los retos que la sociedad le imponga.

Una de las primeras preguntas que hacen a las personas cuando solicitan el ingreso en una universidad o en una empresa es sobre el Plan de Vida que tenía hecho y como lo ha ido cumpliendo. Eso demostrará a los que le van a admitir en la universidad o en el trabajo las metas que se puso y lo que ha conseguido hacer. Lógicamente le preguntaran también cual es el su Plan de Vida de Vida para el futuro. Hoy en día los que contratan quieren saber lo más posible de las personas.

Las 4 principales preguntas que suelen hacer en las universidades o trabajos, con independencia de lo que ponga en el currículum vitae:

1.     ¿Qué plan había diseñado para llegar a solicitar estudiar en esta universidad o en ese empleo?

2.     ¿Cuáles son sus planes futuros para seguir estos estudios o para desarrollar este trabajo?

3.     ¿Qué ha hecho en su tiempo libre hasta hoy?

4.     ¿Qué piensa hacer con su tiempo libre en el futuro?

Los 14 conceptos enunciativos de lo que puede ser un Plan de Vida. Hay muchos más y cada uno de ellos debe ser tratado, desarrollado, valorado y tenido en cuenta las circunstancias de cada uno de los hijos adolescentes, dentro del contexto familiar y social.

1.     Amistades: Pasadas, presentes y futuras.

2.     Deportes: Tiempo, costo y energías dedicados a ellos.

3.     Descanso: El que sea necesario y suficiente para el cuerpo, mente y espíritu.

4.     Diversiones: Que sean sanas, sensatas, formativas, etc. y que eviten el aburrimiento.

5.     Estudios: Definir los objetivos y medios a emplear en cada una de sus fases de estudio y trabajo. Hasta dónde he llegado y hasta dónde debería llegar, si quiero mejorar en beneficio propio, de la familia, del trabajo y de la sociedad.

6.     Formación profesional continua: Para estar siempre al día y así, disminuir los riesgos de fracaso profesional y aumentar las posibilidades de éxito.

7.     Formación y práctica religiosa: Apoyada en la instrucción recibida, el propio discernimiento y en los consejos de los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que se practique.

8.     Planificación económica particular y familiar: Planificando todos los gastos, ingresos, ahorros, inversiones, testamentos, etc.

9.     Relaciones familiares: Teniendo en cuenta las relaciones con la actual y los deseos de cómo quisiera formar la futura.

10. Salud: Cuidando la presente y previendo la futura, realizando las dietas y los ejercicios recomendados, junto al dominio de la voluntad, exámenes médicos periódicos, etc.

11. Trabajo: Siendo consciente de los propios conocimientos, aptitudes, preparaciones,  capacidades y posibilidades, presentes y futuras.

12. Viajes: Dándoles un espacio en la vida cotidiana para conocer otras culturas y enriquecerse con los conocimientos y desarrollos de otras naciones.

13. Vida social: La que sea deseable, pero dedicando el máximo de tiempo disponible a la familia y a la formación.

14. Voluntariado en la sociedad. Organizar la cesión al prójimo de las (3T). Tiempo. Talento y Tesoro

Aunque nos propongamos metas y las cumplamos, siempre tendremos que intentan ponernos otras metas más apetitosas, aunque sean difíciles. Siempre nos faltará algo o querremos tener otras mejoras. Ahí está el grado de superación razonable que cada uno quiera imponerse. Cada meta cumplida tiene que ser el peldaño de la siguiente. Nunca pararse porque ya se ha conseguido una meta. Una persona sin metas de superación es una persona arruinada mentalmente.

Las metas no deben ser objetivos que no lleven a ninguna parte. Tienen que ser muy realistas y obedecer a un deseo de superación personal, en lo familiar, religioso y social y estar dentro de un Plan de Vida muy bien pensado y con los controles de cumplimiento adecuados.

Cómo, cuándo, dónde y porqué hacer un  buen Plan de Vida para los adolescentes, es una tarea que los padres tienen que enseñar a sus hijos a desarrollar. Definir los objetivos, sopesar los medios, visualizar las metas, calcular los tiempos, poner los controles para comprobar el desarrollo y tener mucha imaginación para seguir lo acordado y darse cuenta de las desviaciones. Hay que evitar las rigideces en los objetivos, en los procedimientos y en los controles, que además de no ser operativas, desmotivan antes, en y después de la realización del Plan de Vida.

Si de adolescentes no hacen un Plan de Vida, es imposible que de mayores puedan hacerlo para sus estudios, trabajos, amistades, futura familia, ingresos, ahorros, etc. Siempre serán los perpetuos adolescentes que duran así infinidad de años sin madurar, al no tener ningún proyecto de vida.

Los padres tienen que aprender a hacer su propio Plan de Vida familiar, para poderlo enseñar a sus hijos adolescentes. Enseñarles que el Plan de Vida familiar no es solo para educar, ordenar, coaccionar, imponer y formar. Tampoco es para repetir lo que ya fue, sino para ayudar a descubrir lo propio, lo nuevo y lo diferente, en lo personal, cultural y social. Siempre con orden y visión de futuro. Si se hace bien, sirve para acompañar a los hijos en la lucha por descubrir su identidad, su libertad, su autonomía, su originalidad y su exterioridad, con relación a la figura paterna y materna.

Los 10 principales consejos para hacer un Plan de Vida:

1.     Honestidad crítica para autoconocerse.

2.     Honestidad para aclarar cuáles han sido sus principales intereses desde pequeño.

3.     Honestidad para conocer el mundo en el que está inmerso y las posibilidades reales de continuar en él para lograr los propósitos y la realización de los objetivos.

4.     Honestidad para definir cuáles son las condiciones que facilitan, impulsan obstaculizan o inhiben su desarrollo personal.

5.     Honestidad para determinar cuáles han sido las personas y acontecimientos más influyentes en su vida, sus principales características y la forma de cómo le afectó

6.     Honestidad para hacer un diagnóstico generoso, exigente, crítico y valorativo de la realidad personal pasada y presente, junto a las propias fortalezas y debilidades.

7.     Honestidad para meditar cuáles son sus ideas sobre su vida espiritual, emocional e intelectual.

8.     Honestidad para ser sincero sobre cuáles han sido las decisiones más significativas que ha tenido que tomar, voluntaria o involuntariamente.

9.     Honestidad para tener en cuenta cuáles han sido los principales éxitos y fracasos de su vida.

10. Honestidad para tener presente cuáles son los aspectos que más le gustan y los que más le disgustan en relación con sus relaciones familiares, escolares, sociales, etc.

Un Plan de Vida tiene que empezar basándose en tres principales conceptos: Conocerse, aceptarse e intentar superarse. Debe estar soportado en la buena voluntad de hacer un cambio de vida, en el carácter, en el método y en los controles para medir los adelantos y corregir las desviaciones. Nadie se debe conformar honestamente con lo que tiene, si posee capacidades de éxito, en el campo que sea, tiene que explorarlas.

Un Plan de Vida tiene que llevar un examen exhaustivo para descubrir los defectos dominantes y poder corregirlos. Para ello se requieren técnicas, herramientas, constancia, trabajo y controles. Además de los padres, los que mejor pueden ayudar a realizarlo son los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que se profese.

Para hacer un buen Plan de Vida es muy útil y necesario pedir consejos tantas veces como sea necesario y meditar en soledad, mirándose sin miedo al espejo, porque este es un amigo fiel que no engaña. No solamente en el aspecto físico, sino en las preguntas que se hacen desde el interior de la mente para preguntarte y decirte a ti mismo, la realidad de las cosas, lo que estás haciendo bien y lo que estás haciendo mal. Pensando que no importa la personalidad que cada uno tenga, sino la personalidad que hay que tener.

El Plan de Vida individual ayudará a los hijos adolescentes a emprender los caminos, todavía no transitados, por donde para poder crecer, van a tener que caminar fuera de su zona de confort y seguridad familiar, e incluso dentro de ella. Les enseñará a no dejarse llevar por lo que les va sucediendo y les mostrará los ejes de su existencia, en el plano educacional, espiritual, social, profesional y familiar para que puedan atreverse a diseñar, poco a poco lo que quieren, pueden y deben ser, para poder alcanzar el éxito personal, familiar, profesional y social.

El Plan de Vida sirve, entre otras cosas, para poder tomar las decisiones adecuadas en conciencia de los propios valores, creencias y necesidades, dentro de las metas que se quieren lograr, para poderlas ajustarlas o modificarlas cada vez que sea necesario, según las circunstancias y alternativas, teniendo en cuenta su continuo análisis y evaluación, ventajas y desventajas, a corto, mediano y largo plazo.

En el artículo mencionado La necesidad de tener un Plan de Vida Familiar escribo textualmente lo que también debe interpretarse para los hijos adolescentes: “El Plan de Vida Familiar produce muy buenos resultados, si se practica con el sistema denominado “Plan 125”. Es decir hacer un Plan de Vida Familiar, con lo que se espera hacer y obtener a 1, 2 y 5 años vista, ya que permite encontrar los caminos a seguir, para asegurarse dónde se quiere estar, en los próximos 1, 2 y 5 años, e ir comprobando parcialmente, los resultados que se habían proyectado. Adecuándolo anualmente cada 1, 2 y 5 años con las modificaciones necesarias y en su  caso, modificando las metas u objetivos previstos, las acciones realizadas y los medios de control empleados”.

Las 10 consideraciones a tener en cuenta para hacer un Plan de Vida y seguirlo:

1.     Cómo conoceré las condiciones y recursos que ofrece la familia y la sociedad para lograr la realización del Plan de Vida.

2.     Cómo descubriré los mayores obstáculos previsibles que me puedo encontrar para cumplir con el Plan de Vida.

3.     Cómo hallar desde donde quiero y puedo realizar el Plan de Vida previsto para mi futuro modelo de vida.

4.     Cómo mediré la energía, tiempo y esfuerzo que estoy dispuesto a dedicar para hacer, cumplir y controlar las desviaciones del Plan de Vida.

5.     Cómo voy a aceptar la colaboración de mis padres, profesores, tutores, etc. para que me ayuden a hacer mi Plan de Vida, incluyendo a los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes según la profesión que practique.

6.     Cómo voy a diseñar los indicadores que determinen los logros o avances que voy consiguiendo.

7.     Cómo voy a enterarme de las razones de lo que tengo que modificar, y cómo controlo las modificaciones necesarias que debo hacer.

8.     Cómo voy a intentar superar los obstáculos que se me presenten.

9.     Cómo voy a saber cuáles son las diversas formas y las más apropiadas para conseguir los objetivos propuestos en el Plan de Vida.

10. Cómo voy reestructurar mi modelo de vida de una forma organizada, coherente y productiva.

El Plan de Vida sirve para intentar tomar nuestras propias riendas de la vida. Más vale intentar hacer algo que esté bien planeado, aunque luego fracase, que quedarse sin hacer nada por no haber tenido un Plan de Vida. También sirve para ser los propios artífices de nuestras vidas y tener un buen proyecto y estilo de vida.

Hacer el Plan de Vida significa sacudir la mente para evaluar lo que hacemos y aprender a hacer mejor lo que tenemos que hacer. También sirve para conocer, crear, reforzar o rechazar nuestro carácter, hábitos personales, los principales defectos, cambiar nuestro modo de reaccionar ante las cosas y modelar nuestras cualidades. Sirve para examinar la propia identidad y para mirar en el interior en busca de respuestas.

Todos los proyectos de vida personales necesitan un mapa y una brújula mental que nos indique nuestro norte, para poder hacer el itinerario que permita conocerse cada vez mejor y para encontrar sentido a la vida, la cual no puede ser una simple sucesión de días sin dirección ni sentido. Todos tenemos que intentar descubrir nuestra propia misión o vocación, sin olvidar nuestras propias contradicción o incoherencias. Tenemos que evitar o solucionar los problemas sin que entre el desánimo. Si no hay un buen Plan de Vida perfectamente estructurado, puede ser como subir por una escalera de mano y al final encontrase que está apoyada en el lugar equivocado. Eso es una de las trampas de la vida moderna, dejarse absorber por su ajetreo y torbellino, sin saber a dónde se va.

La honestidad, la justicia, la generosidad, el esfuerzo, la paciencia, la humildad, la sencillez, la fidelidad, el valor, la prudencia, la lealtad, la veracidad, etc. son algunas de las virtudes y valores humanos que conforman con hondura el propio carácter, el aprendizaje y la puesta a punto del Plan de Vida de los adolescentes. Estas deben virtudes y valores humanos deben quedar incrustadas profundamente en los adolescentes, siendo primero costumbres, después hábitos y posteriormente virtudes y valores humanos.

Los adolescentes que se centran en la realización de un Plan de Vida bien pensado y dirigido, van alcanzando sucesivos niveles de calidad humana, precisamente porque no buscan el camino más fácil, el de mayor comodidad y el de menor exigencia. Cada vez que los adolescentes se sacuden la inercia e impulsan las virtudes y valores humanos que les inspiran, contribuyen a su propia felicidad y a la de los demás, aunque tengan que luchar contra la corriente.

Sin un Plan de Vida, las capacidades se van adormeciendo, el talento no se desarrolla o se desarrolla muy poco y el adolescente se siente cada vez más insatisfecho y desencantado y comienza un sinfín de quejas llenas de amargura debido a que no quieren entrar en las cuestiones personales de fondo y se mantienen en las superficiales. No se puede pretender lograr una vida plena, sin haber puesto previamente los medios necesarios, como es entre otras cosas, un buen Plan de Vida. Al final siempre se cosecha lo que se siembra.

Muchos se asombran que haya adolescentes que por su comportamiento escolar, familiar y social causan admiración en las personas. Se les suele notar que están criados en base a principios sólidos. Son admirados por su tenacidad, esfuerzo, prestigio, madurez. No ha sido sencillo, pero tampoco imposible, pues han tenido unos padres bien formados y educados que les han ayudado a hacer un Plan de Vida, sin técnicas superficiales que solamente dan resultados a corto plazo. Los verdaderos motivos han sido: Conseguir una verdadera calidad humana, desarrollar una integridad personal muy profunda, obtener un carácter bien formado y haber pasado por un fuerte entrenamiento para enfrentarse a los desafíos de la vida.

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