Archivo de octubre 2008

¿Quiere que sus hijos vayan a la Iglesia?

ESCUELA PARA PADRES

 

¿Quiere que sus hijos vayan a la Iglesia?

 

  • ¿Porque algunos jóvenes no van a la Iglesia?
  • ¿Que es lo que no les han explicado sobre su necesaria formación religiosa?
  • Los mejores 15 consejos que los padres pueden dar a sus hijos para que vayan a la Iglesia.

 

La Iglesia continuamente se está reinventando, sin perder la esencia que le ha mantenido viva y pujante, durante más de 2,000 años. Esta cambiando y adaptándose a las circunstancias actuales, de diferentes formas de pensar y de vivir. Los Mandamientos de la Ley de Dios, las virtudes y los valores humanos son los mismos desde el principio.

Antes las iglesias tenían las puertas abiertas y llamaban a los feligreses a través de las campanas. Ahora salen a la calle a buscar personas, en otras denominaciones, en todas las edades, condiciones económicas y situaciones sociales. No son Clubs cerrados, al contrario, se adelantan a las necesidades que tienen las comunidades, para ofrecerles los servicios, que van desde la escolarización, la enseñanza de idiomas, la ayuda en la salud, hasta la conserjería mental, social, legal y económica.

En la Iglesia y en la familia, es donde se aprenden las prácticas religiosas, para circular por el buen camino en esta vida. El hombre necesita la alimentación espiritual, tanto como la alimentación corporal, para conocer y practicar las virtudes y valores humanos.

 

Sean optimistas. Cuando le digan que la Iglesia, se esta haciendo vieja y que los jóvenes, ya no van a las iglesia, sinagogas, templos, mezquitas, etc. dígales que eso no es cierto, que hay muchos más jóvenes que van a la Iglesia, que los que se quedan fuera. Los que van a las Iglesias son la mayoría silenciosa, los que se quedan fuera suelen ser la minoría que chilla.

 

Trabajen con los sacerdotes pastores, rabinos o imanes, de la religión que cada uno tenga, para que conjuntamente fomenten entre los padres e hijos esa participación tan necesaria e importante en la vida de los jóvenes, alrededor de sus líderes religiosos

 

 

1-       Enseñen a sus hijos desde muy pequeños, a practicar la religión, la misma que usted. practica. La que usted. considere que es la mejor, sea católica, protestante, judía, musulmana, budista etc. Pero nunca los eduque, en las prácticas ateas o agnósticas. No deje para mañana lo que tiene que hacer hoy. No vale decir, que los hijos elijan cuando sean mayores, porque entonces será muy tarde. No tendrán formación religiosa, tendrán deformación hacia la religión.

2-       El hombre es un ser religioso por naturaleza y es obligación de los padres y familiares, educar a los niños en la religión. Si los padres no lo hacen, lo deben  hacer los padrinos o los familiares más cercanos, en estrecha colaboración con los sacerdotes. Bajo ningún concepto, puede criarse a un hijo, al margen de la religión.

3-       Eduque a sus hijos en la práctica de las virtudes y valores humanos, enseñándoles que la Fe, con mayúsculas, es el eje central de la vida. Si no los educa en la Fe, no asistirán jamás a la Iglesia. Aunque viva en un país donde exista la cultura laica, de arremeter siempre contra la Iglesia, enséñeles las razones, por las que las leyes de la Iglesia, tienen que estar por encima de las leyes del Estado, aunque también haya obligación de cumplir las del estado. Enséñeles a obrar, en rectitud de conciencia. Haga respetar el derecho que Vd. tiene a ejercitar su libre, indiscutible e irrenunciable derecho de objeción de conciencia ante las leyes que vayan en contra de las Leyes de Dios.

4-       No espere, ni pretenda, que sus hijos aprendan ellos solos los aspectos de la religión., Desde la cuna necesitan de sus enseñazas. Aunque seguramente irán a la Iglesia, con más fervor y convencimiento, cuando maduren mentalmente y se den cuenta, de las ventajas que tiene el poner a la Iglesia, en medio de la vida de cada uno. 

5-       Rece a Dios, con ellos y por ellos, para que puedan entender, que únicamente estando en Comunión con Dios, se puede hacerle frente a las adversidades de la actualidad y tener fuerzas para apartarse del mal.

6-       Involucre a sus hijos, junto a ustedes en las actividades de la Iglesia, para motivarles al acercamiento y convivencia, con los otros miembros de la parroquia. Algunas de las cosas donde ustedes no pueda llegar, es posible que otros de la Iglesia puedan ayudarles a hacerlo.

7-       Mantenga siempre un dialogo totalmente abierto con sus hijos, dándoles lo mejor de su tiempo disponible. No cuando usted. o sus hijos están cansados. No se asuste con sus preguntas, ni con la interpretación de sus respuestas. En lo que no les haya quedado suficientemente claro, trate de consultarlo con profesionales religiosos. Nunca se acierta a la primera, es cuestión de insistir y volver a insistir, en los análisis religiosos.

8-       De ejemplo de sus practicas religiosas, no solamente yendo a la Iglesia, si no en la vida cotidiana, dentro de la casa y en la calle. Mantenga las costumbres religiosas heredadas de sus ancestros, e intente que se le note el convencimiento de asistir a su Iglesia, procurando que sus hijos le acompañen y le vean participar activamente en todos sus actos.

9-       Hábleles de sus actividades y prácticas religiosas, internas y externas para que vayan adquiriendo los hábitos, que posteriormente se convertirán en costumbres. De esta forma sus hijos, no preferirán contemplar a los personajes, que la sociedad ha erigido como ídolos mundanos, tales como cantantes, deportistas, artistas, etc.

10-   Nunca abandone sus principios religiosos, aunque disienta de algunos hechos o comentarios aislados de su Iglesia. Preparase documentalmente para poder estudiar y rebatir esos hechos, ya que la mayoría de las veces, son ataques que hacen a la Iglesia y no son verdad.

11-   Evite educar a sus hijos en el consumismo, en la vida fácil y en el hacer lo que les de la gana. Si se acostumbran a una vida placentera, siempre encontrarán, que todo lo que los enseña la Iglesia, son prohibiciones y sacrificios. Tienen que enseñarles que la Fe es la expresión de la máxima libertad. Nunca es opuesta a la libertad, al contrario, nos hace responsables ante la sociedad.

12-   Cuando los de siempre le digan, que hay muy pocos jóvenes en las Iglesias, dígales que tampoco los jóvenes están en la opera, ni están en los consejos de administración de las empresas, ni oyendo música clásica. Es cuestión de madurez y enseñanza. Los que son maduros y bien formados, si van a la Iglesia. Cada cosa tiene su tiempo de ejecución. Demuéstreles, que sus vidas pueden ser divertidas y fructíferas, dentro de la Iglesia y no aburrida y estériles, como algunos piensan.

13-   Demuéstreles que con buenos y sólidos principios religiosos, se puede alcanzar mejores relaciones interpersonales, ya sea en su lugar de estudio o trabajo, y que estos principios, se adquieren con una buena practica, de asistencia a la Iglesia y formación en las virtudes y valores humanos.

14-   Explíqueles cómo, hay una mayoría silenciosa de magníficos jóvenes, que está en contraposición con la minoría alborotadora, que siempre sale en los medios de comunicación. Hay muchas Iglesias, donde realizan prácticas religiosas, destinadas especialmente para los jóvenes, que están llenas continuamente, por que allí les hablan en un lenguaje que entienden, ya que la liturgia tiene muchas formas, muy convincentes, de expresar el sentido de la Iglesia.

15-   Explíqueles que hay una enorme cantidad de organizaciones, ONG’S, llenas de voluntarios jóvenes, que trabajan al servicio de las comunidades, dedicando millones de horas al prójimo. En algunas de las iglesias parroquiales, hay más de 100 organizaciones, puestas al servicio de la comunidad interna y externa. Para algunos, esa es su Iglesia y su forma de pertenencia.

 

¡Padres! Adquieran la máxima formación religiosa posible y transmítansela a sus hijos, pero no se culpen por no haber hecho lo suficiente por ellos. Ustedes tienen que poner unas fuertes bases, pero son ellos también, los que tienen que ir aumentando continuamente su formación. No se extrañen, si algún hijo les dice que ustedes. no hicieron todo lo que tenían que haber hecho, en su formación religiosa. Es una disculpa, para justificar su actitud ante su falta de religiosidad.

 

¡Hijos! No echéis la culpa a los padres, por no haberos formado bien en temas religiosos. Es posible que muchas de las cosas que hacéis, tampoco las hayáis aprendido de vuestros padres y sin embargo las hacéis. A partir de ciertas edades, la obligación y responsabilidad de la formación religiosa, os corresponde exclusivamente, a vosotros. Es muy simple decir: Ahora estoy así, por que no me enseñaron mis padres lo suficiente.

 

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De ciudadano a inmigrante ilegal*

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De ciudadano a inmigrante ilegal*

 

  • ¿Le han preguntado sus hijos el por qué, algunos desprecian, atacan, explotan y persiguen a los inmigrantes?
  • ¿Les ha comentado a sus hijos, lo que nos podría pasar a la familia, si las circunstancias cambiaran y nos convirtiéramos en inmigrantes ilegales?
  • ¿Les ha comentado a sus hijos que los emigrantes, legales o ilegales, también son Hijos de Dios y que Dios dijo, que hay que amar al prójimo, como quisieras que te amaran a tí? 

Les comento una historia verídica, que puede servir para iniciar la conversación, sobre las preguntas anteriores. (Por discreción, tengo que omitir los nombres de personas y ciudades).

 

Unos conocidos míos, muy patriotas, que odiaban a los inmigrantes legales y sobre todo a los ilegales, se pasaban el día, despotricando contra ellos. Eran sus enemigos patrios. Aducían reiterativamente un montón de falacias y sofismas, que incluso habían llegado a creérselas. Sus principales ataques eran que los inmigrantes venían al país, para quitar los trabajos a los ciudadanos, que traían enfermedades contagiosas, propiciaban el terrorismo y que sin pagar impuestos, utilizaban los servicios sociales, como escuelas públicas, hospitales, ambulancias, etc. También decían que los inmigrantes, se quedaran en sus respectivos países y que dedicaran sus esfuerzos a arreglarlos política, social y económicamente. Lo de siempre.

 

Un hijo de esta pareja, era militar destinado en Alemania, casado con una alemana y tenían un hijo. El nieto de esta historia.

 

En un accidente se mató el militar y la viuda alemana, se quedó con el hijo huérfano, el cual, aunque muy joven, estaba metido en pandillas, vivía prácticamente en las calles, utilizaba drogas y casi no asistía a la escuela, pues nadie se encargaban de él, ni le educaban, ni controlaban, ni le hacían caso, pues ni su madre, ni nadie de su familia le querían. La madre también vivía de una forma disoluta, totalmente irregular.

 

Ante esta situación, de abandono total y de peligro físico del nieto, los abuelos decidieron viajar a Alemania, para intentar llevarse al nieto a su país, adoptarlo o estar cerca de él, para enderezar su existencia, sacándolo de la vida en la calle, donde se estaba criando, para intentar que no terminara en un orfanato, cárcel juvenil, hospital o en la morgue.

 

Desde el país de los abuelos, intentaron reclamarlo legalmente pero no les fue posible, por lo que vendieron todo lo que tenían, para conseguir dinero para el viaje y para los gastos de vivencia y tramitación, que tendrían que tener durante el proceso de reclamación. Con lo que obtuvieron por la venta de sus pertenencias y ahorros, se trasladaron a Alemania, para desde allí iniciar los difíciles trámites de adopción o cesión, pues el nieto era alemán y sin el permiso de la madre, no podía salir del país. Si no lo conseguían adoptar o que se lo dejaran bajo su patria potestad, intentarían vivir cerca de él para educarlo y evitar su destrucción.

 

Los abuelos no consiguieron un visado de inmigración, para estar el tiempo que duraran los trámites y se marcharon como turistas. Cuando pasó la estadía legal como turistas, se quedaron como ilegales. También coincidió que agotaron el dinero que llevaban y tuvieron que ponerse a trabajar sin documentos.

 

Cuando tuvieron que ponerse a trabajar, no encontraron trabajo, pues no sabían alemán, no tenían papeles, no sabían hacer nada, más que labores agrícolas al estilo de su país y no de la forma alemana. Al solicitar trabajo, tenían que competir con los turcos, saharianos, árabes, rumanos, etc. muchos de ellos mejor preparados, más jóvenes y con más energías físicas. Solamente encontraban trabajos muy duros, mal pagados, temporales y escasos, que eran adjudicados a los familiares o amigos  de otros inmigrantes. Aunque tarde, se dieron cuenta que fuera de su país, no tenían la capacidad de poder trabajar y de ganarse la vida. Tenían que aceptar cualquier trabajo que les dieran, por muy bochornoso que fuera. Ellos que tanto habían criticado a los inmigrantes, ahora se encontraban en su misma situación. Ahora rogaban que les dieran los trabajos que en Alemania nadie quería hacer, aunque fueran a cualquier precio. La de veces que habían despreciado a los inmigrantes en su país, porque hacían los trabajos, que los ciudadanos no querían hacer.

 

Cuando iban a los centros oficiales a pedir ayuda, para ellos o para el nieto, no sabían ni como hacerlo, pues en el pueblo donde vivía su nieto, no había ningún inmigrante de su misma nacionalidad, ni nadie que supiera su idioma.

 

Además estaba el miedo a las redadas en los lugares de trabajo, en las esquinas donde buscaban trabajo y a las denuncias, que los patronos hacían a Inmigración, para que los detuvieran y así no pagarles los salarios atrasados. Tenían terror a que los metieran en la cárcel o que los deportaran al país de origen, a uno solo o a los dos, separándolos entre ellos y de su nieto. Además no tenían donde volver, pues habían vendido todo, para hacer el viaje.

 

Todos estos sacrificios económicos y personales, los hicieron por amor al nieto, sabiendo que el sacrificio de ellos, bien valía los beneficios que el nieto podría obtener para el presente y el futuro, si enderezaba su vida y salía de ese infierno en la tierra, donde estaba metido.

 

Estaban desesperados, pero su amor hacia el nieto y el deseo de ayudarle a crecer en los valores tradicionales, les hacia seguir allí, sufriendo, pero con la esperanza de ahorrar algo de dinero, para conseguir adoptar al nieto, obtener el visado de permanencia y en el mejor de los casos ahorrar lo suficiente, para volverse con el nieto a su país de origen, en cuanto tuviese la mayoría de edad.

 

Voluntariamente han destrozado sus vidas para intentar salvar la de su nieto, al crearle un futuro más prometedor. Dicen que todos los esfuerzos y sacrificios que han hecho, hacen y les tocara hacer, bien valen la pena, por amor a su prójimo más cercano, que es su nieto.

 

Ahora se acuerdan, de todo lo que despotricaban de los inmigrantes que llegaban a su ciudad, de donde ellos eran orgullosamente ciudadanos, y de como les criticaban, abusaban, despreciaban, atacaban, explotan y perseguían. Aunque muy tarde, han empezado a comprenden lo egoístas que eran, ya que no querían ni regalar lo que les sobraba, preferían tirarlo, a tener que regalarlo o compartirlo con los que lo necesitaban.

 

Aunque tarde, los abuelos se acordaban, de que el la Ley de Dios dice que “Amarás al prójimo, como a ti mismo y que no quieras para el prójimo, lo que no quieres para ti”. Ojala hubieran estado más cerca de las enseñanzas de la Iglesia, pues así no habrían sentido y demostrado tanto odio hacia los inmigrantes.

 

*Utilizo el adjetivo ilegal*, en lugar de indocumentado o irregular, para poner énfasis en la forma despectiva, que algunas personas denominan a los inmigrantes, aun a sabiendas que gramaticalmente, no puede denominarse ilegal a las personas. Ilegal puede ser el acto, no la persona.

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Libertades, responsabilidades y límites en las edades de los hijos

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Libertades, responsabilidades y límites en las edades de los hijos

 

La experiencia demuestra que cada edad de los jóvenes, está destinada a hacer determinadas cosas, que les son imprescindibles, para ayudarles a realizar su crecimiento familiar, intelectual, social y religioso. También está demostrado, que hay otras cosas que no deben hacer, hasta que alcancen la edad y madurez necesaria.

 

Los jóvenes quieren saltarse los tiempos y los espacios, para hacer lo que consideren oportuno, sin tener en cuenta sus edades y correspondientes capacidades, para entender lo que deben y no deben hacer, así como también, las de asumir las consecuencias de sus hechos y omisiones.

En cada edad, hay un espacio de tiempo para hacer deporte, leer, ver cine, oír música, tratar con amigos, etc., pero cada cosa a su tiempo y a su nivel. Intentar pasar de nivel en cada actividad, suele traer malas consecuencias y en muchas ocasiones, de forma irreversible. Es muy atrayente para los jóvenes, dar un salto hacia niveles más altos, creyendo que están blindados contra los peligros que ello conlleva, olvidándose de la responsabilidad de asumir las consecuencias. Para eso están los límites en las actuaciones de los hijos, que nivelan su libertad y su responsabilidad.

 

PADRES

La obligación de los padres es estar bien informados, para educar a sus hijos en las virtudes y valores humanos, de la libertad y de la responsabilidad. Tienen que saber educar y persuadir a los hijos, para que los tengan en cuenta, en todas las decisiones que tomen, para dar los pasos que deben ir dando, en su normal búsqueda de mayores conocimientos, en todos los órdenes de cosas que la vida les plantea. Pues hacerlo sin el consejo de los padres, suele ser muy peligroso para los hijos, ya que hay muchos peligros que tienen que sortear, durante su formación humana. Persuadir y convencer a los hijos, sobre las ventajas de depositar la confianza en los padres, ya que es fundamental para evitarles o disminuirles el número de disgustos.

Pero los padres no lo podrán hacer, sin una formación y la ayuda de sus líderes religiosos, sociales y educacionales.

 

LIBERTADES

Los hijos no deben sentirse libres, sólo cuando pueden hacer lo que quieren. Deben sentirse libres, cuando saben administrar la libertad que tienen, son consecuentes con la responsabilidad que conlleva y se mantienen, dentro de los límites familiares, religiosos y sociales.

Los hijos deben asumir, que la libertad conlleva responsabilidad y que, a medida que van conquistando cuotas de libertad o se las van cediendo, también van contrayendo  las cuotas inherentes de responsabilidad. No pueden pedir tener libertad, para hacer lo que quieran, sin querer asumir las consecuencias.

 

LIMITES

En beneficio de los hijos, los padres deben ponerles límites en sus actuaciones. Limites que en algunos casos, no pueden ser negociables. Está muy bien que los hijos, vayan tomando cuotas de libertad y asumiendo las responsabilidades correspondientes, pero tienen que tener en cuenta, por su propio bien o por la responsabilidad civil, moral y social subsidiaria de los padres, que tiene que haber límites a sus actuaciones.

 

RESPONSABILIDADES

Cuando los hijos no pueden cumplir las responsabilidades, derivadas de sus libertades, son los padres los que tiene que hacerlo subsidiariamente. Por eso tienen que existir los límites en las libertades.

Las estadísticas demuestran, que los patrones de mal comportamiento y sus consecuencias en los distintos grupos sociales, son muy predecibles. Por eso los padres tienen que hacer todo lo posible, para no perder el control de las situaciones y evitar, que sus hijos sean parte de las estadísticas de esos patrones, de mal comportamiento.

 

ETAPAS

Las edades van marcando una serie de etapas, que conllevan enormes cambios físicos, de ambientes, amistades y situaciones sociales, para lo cual tienen que estar muy bien preparados y así poder desenvolverse sin tropiezos. Estas etapas son, las que se producen al ir ascendiendo en las escuelas a grados superiores, al llegar a la universidad y posteriormente, entrar en el mercado del trabajo.

En cada uno de estos pasos, que algunas veces les produce tanto asombro, se les van abriendo mundos anteriormente desconocidos. Pasan de ser los mayores en edad en un ciclo escolar, a ser los más jóvenes en el siguiente ciclo. Pasan de la disciplina escolar, a la libertad universitaria. Y pasan de la libertad universitaria, a la disciplina empresarial.

 

Para cada uno de estos cambios escolares, que suelen conllevar cambios físicos, de amistades, comportamientos y responsabilidades, los hijos deben estar bien preparados, sobre todo en las primeras etapas, que suelen coincidir, con las principales transformaciones físicas y de personalidad, que van a ir ocurriendo, por el desarrollo de sus cuerpos.

 

También se encuentran ante nuevas amistades, de uno y otro sexo, que les suelen producir deslumbramientos emocionales. Por primera vez, conocen a otros jóvenes que se interesan y preocupan por ellos, de forma muy distinta, a todo lo que habían sentido anteriormente. Pero esta situación conlleva fuertes frustraciones, al dejar de ser los que mandan y son admirados, del ciclo escolar anterior. En el nuevo ciclo, pueden pasar a ser los menos interesantes del grupo, por la edad o por los menores conocimientos, en todos los campos donde actúan los jóvenes.

 

Los padres tienen que preparar bien a los hijos, para que sepan interpretan bien y acostumbrarse a convivir, con estos dos conceptos contradictorios, la admiración por el acceso a la nueva situación y la tristeza de verse disminuido, en comparación a otras etapas anteriores, sabiendo que esa misma situación, se repetirá en el nuevo ciclo escolar, en el paso a universidad y en el acceso al mercado laboral.

 

Al pasar a la universidad, se tienen que enfrentar a nuevas alternativas, pues si bien en la escuela, los tiempos los marcaban los maestros y la disciplina de horarios y tareas eran impuestas, en la universidad los horarios y la disciplina, la pone cada alumno. Pero también cada alumno, tiene que descubrir y asumir, las nuevas responsabilidades que conlleva la libertad de elección, del modelo de estudios y comportamiento que quiere desarrollar.

La libertad y la responsabilidad, será uno de los soportes de sus relaciones profesionales, cuando termine su ciclo total de estudios y se incorpore al trabajo.

 

La libertad hay que conquistarla, nunca es gratis. La responsabilidad no se puede delegar, hay que asumirla y los límites nos los tenemos que poner antes de que nos los impongan.

 

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Educación de los sentimientos

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Educación de los sentimientos

Acabo de leer que cada año, sólo en Francia, se fugan de sus casas cien mil adolescentes, y cincuenta mil intentan suicidarse. Los estragos de las drogas -blandas, duras, naturales o de diseño- son conocidos y lamentados por todos. Parece como si las conductas adictivas fueran casi el único refugio a la desolación de muchos jóvenes. La gente mueve la cabeza horrorizada y piensa que casi nada se puede hacer, que son los signos de los tiempos, un destino inexorable y ciego.

Sin embargo, se pueden hacer muchas cosas. Y una de ellas, muy importante, es educar mejor los sentimientos. El sentimiento no tiene por qué ser un sentimentalismo vaporoso, blandengue y azucarado. El sentimiento es una poderosa realidad humana, que es preciso educar, pues no en vano los sentimientos son los que con más fuerza habitualmente nos impulsan a actuar.

Los sentimientos nos acompañan siempre, atemperándonos o destemplándonos. Aparecen siempre en el origen de nuestro actuar, en forma de deseos, ilusiones, esperanzas o temores. Nos acompañan luego durante nuestros actos, produciendo placer, disgusto, diversión o aburrimiento. Y surgen también cuando los hemos concluido, haciendo que nos invadan sentimientos de tristeza, satisfacción, ánimo, remordimiento o angustia.

Sin embargo, este asunto, de vital importancia en educación, en muchos casos abandonado a su suerte. La confusa impresión de que los sentimientos son una realidad innata, inexorable, oscura, misteriosa, irracional y ajena a nuestro control, ha provocado un considerable desinterés por su educación. Pero la realidad es que los sentimientos son influenciables, moldeables, y si la familia y la escuela no empeñan en ello, será el entorno social quien se encargue de hacerlo.

Todos contamos con la posibilidad de conducir en bastante grado los sentimientos propios o los ajenos. Con ello cuenta quien trata de enamorar a una persona, o de convencerle de algo, o de venderle cualquier cosa. Desde muy pequeños, aprendimos a controlar nuestras emociones y a también un poco las de los demás. El marketing, la publicidad, la retórica, siempre han buscado cambiar los sentimientos del oyente. Todo esto lo sabemos, y aún así seguimos pensando muchas veces que los sentimientos difícilmente pueden educarse. Y decimos que las personas son tímidas o desvergonzadas, generosas o envidiosas, depresivas o exaltadas, cariñosas o frías, optimistas o pesimistas, como si fuera algo que responde casi sólo a una inexorable naturaleza.

Es cierto que las disposiciones sentimentales tienen una componente innata, cuyo alcance resulta difícil de precisar. Pero sabemos también la importancia de la primera educación infantil, del fuerte influjo de la familia, de la escuela, de la cultura en que se vive. Las disposiciones sentimentales pueden modelarse bastante. Hay malos y buenos sentimientos, y los sentimientos favorecen unas acciones y entorpecen otras, y por tanto favorecen o entorpecen una vida digna, iluminada por una guía moral, coherente con un proyecto personal que nos engrandece. La envidia, el egoísmo, la agresividad, la crueldad, la desidia, son ciertamente carencias de virtud, pero también son carencias de una adecuada educación de los correspondientes sentimientos, y son carencias que quebrantan notablemente las posibilidades de una vida feliz.

Educar los sentimientos es algo importante, seguramente más que enseñar matemáticas o inglés. ¿Quién se ocupa de hacerlo? Es triste ver tantas vidas arruinadas por la carcoma silenciosa e implacable de la mezquindad afectiva. La pregunta es ¿a qué modelo sentimental debemos aspirar? ¿Cómo encontrarlo, comprenderlo, y después educar y educarse en él? Es un asunto importante, cercano, estimulante y complejo.

Publicado con permiso de su autor. Copiado del Blog de http://www.conoze.com

 

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12 Preguntas de hijo a padre

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12 Preguntas de hijo a padre

 

Continuación al artículo 18 Consejos de padre a hijo (I)

 

Los hijos, a cualquier edad, son unas maquinas de preguntar. No paran de hacerlo, eso es una parte de su inquietud para su formación. Enhorabuena a los padres, que hayan conseguido hijos preguntones, señal de que hay confianza y comunicación.

Las preguntas suelen ser casi siempre por los mismos temas, aunque expuestas de forma y contenido diferente, en función de la edad, sexo y otras características.

Los hijos están muy pendientes de la forma y fondo, que empleamos para contestarles y muchas veces, hacen suyo el famoso dicho «por las respuestas les conoceréis», que los padres interpretan, «por las preguntas les conoceréis».

Hemos preguntado a muchos padres cuáles han sido las principales preguntas que han recibido de sus hijos, relacionadas con la educación que los padres tienen que darles. De ellas hemos seleccionado las que son más repetitivas, quizás no sean las más importantes. ni las más ingeniosas, ni las más profundas en cada hijo y en cada fase de crecimiento, pero definitivamente son las más frecuentes.

 

1-       ¿Por qué tengo que estudiar?

a.      Tienes dos opciones, en el caso de que puedas y sepas estudiar. La primera estudiar y prepararte, para la dura lucha que se te avecina, al tenerte que abrir pasó en la sociedad, pero ganado 10 veces más, que los que no estudian. Si estudias, podrás vivir mejor y ofrecer los frutos, de tu esfuerzo y sacrificio a la familia que formes.

b.      La segunda opción, es no estudiar y pasar a formar parte, del batallón de los perdedores socialmente y transmitir ese fracaso, a la familia que formes el día de mañana.

c.       Si atiendes los consejos de tus padres, tendrás un buen futuro, si sigues los consejos, de algunos de los amigos que tienes alrededor, dejaras los estudios, creerás que vas a tener mas tiempo libre y enseguida te arrepentirás, de no haber estudiado.

2-       ¿Por qué tengo que obedecer a los padres, maestros y otras personas mayores en edad, dignidad y gobierno?

a.      Porque se supone, que te están diciendo lo mejor, te va a convenir para que desarrolles tu vida. Además te conviene aceptar su experiencia, que la han obtenido en la vida, la autoridad que la sociedad les ha dado y las leyes que representan.

b.      En los primeros años de vida, hasta que se deja el domicilio paterno, es obligatorio obedecerles, como contraprestación al amor y cuidado que reciben. Después, cuando abandonen el hogar, cada persona puede hacer lo que quiera, pues ya se consideran mayores de edad. Pero no puede haber ese desequilibrio, entre ser menor de edad, para ser mantenido y protegido, y a su vez, cuando conviene al hijo, considerarse independiente y mayor de edad, para no tener que obedecer.

c.       También se tiene que obedecer, a los representantes del gobierno y de la escuela, porque sus mandatos, suelen ser beneficiosos para la sociedad en general y así lo exigen las leyes. Si no se obedecen las leyes puede haber castigos.

3-       ¿Por qué tengo que ser ordenado, limpio, no mentir, etc. y practicar las virtudes y valores humanos?

a.      Además de que estas prácticas, benefician personalmente a los que las realizan, también son el soporte de una buena familia y de la sociedad. Los ciudadanos que no saben comportarse dentro de su casa, ni en el exterior, son los que arruinan a las sociedades. Las sociedades con más calidad de vida, son las que mejor practican las virtudes y valores humanos.

b.      Fíjate en determinados grupos sociales, donde se ve reflejado su desorden interno y externo, a través de su imagen, en sus hogares y calles. Mientras no den los primeros pasos, en la adecuada dirección, para que se produzca el cambio, seguirán siendo los perdedores de la sociedad.

4-       ¿Por qué tengo que aguantar a personas, que no son mis amigos?

a.      Porque algunos de ellos, te aguantan a ti y no protestan. También es posible que haya otros amigos, que no te quieran tratar, pero lo hacen por sus propios principios de convivencia, lo que redunda en tu propio beneficio y sirve como ejemplo de convivencia, en la escuela y en la sociedad.

b.      Porque es muy posible, que no les conozcas bien, ya que no te dignas tratarlos. Si los trataras más y mejor, posiblemente empezarías a encontrar la parte positiva, base para una posible buena relación.

5-       ¿Por qué tengo que programar mis tiempos de estudios, familia, diversión, descanso, etc.?

a.      Para sacar mejor provecho y rendimiento, a tus ineludibles obligaciones, ya que dejar las cosas al azar, para resolverlas, casi nunca traen buenas soluciones.

b.      Es totalmente necesario, hacer un programa con las tareas que tienes que hacer, las herramientas que tienes que aplicar, así como los controles que tienes que poner, para evaluar las acciones realizadas y los resultados obtenidos.

6-       ¿Por qué no me hablas de las cosas de tu trabajo y de las que ocurren en el mundo actualmente?

a.      Voy creciendo y me tratas en las conversaciones, como cuando estaba en la cuna. Parece que se te ha parado el reloj, en aquellos días. Si me cuentas, las cosas en un lenguaje que yo te pueda entender, seguramente será muy provechosos para mí. Si no lo haces, tendré que aprender, esas mismas cosas, en la calle que muy posiblemente, estarán tergiversadas en contra de los valores familiares.

b.      Necesito conocer tu opinión, sobre las cosas y noticias que ocurren en el mundo. Dicen que la información es poder y qué mejor información, que la procedente de mis padres, que además incluya sus comentarios y análisis.

7-       ¿Por qué no me hablas sobra la economía familia?

a.      Si me comentas la situación económica familiar, aprenderé a valorar mejor lo que cuesta conseguir las cosas y a balancear, entre mis necesidades y mis caprichos. No debes pensar, que el hecho de conocer las finanzas familiares, te va a restar ninguna autoridad, sobre la forma de gobernar las finanzas. Muy al contrario, será un acto, de más de confianza hacia la familia, el cual nos unirá más, especialmente en los momentos difíciles. Incluso supondrá un entrenamiento práctico, para el día de mañana, cuando forme mi familia.

8-       ¿Por qué cuando te hablo, no me escuchas?

a.      Necesito hablar contigo muchas veces, pero siempre dices que estas muy ocupado, o muy cansado o que ya no es hora de hablar. Tengo muchas cosas que preguntarte y como no me atiendes, se las tengo que preguntar a mis amigos. Si tu trabajo o relaciones sociales, te impiden dialogar conmigo, deberías plantearte otras alternativas. Yo estoy dispuesto a perder calidad de vida económica, con tal de ganar calidad de vida humana.

9-       ¿Por qué cuando llego a casa, no estas?

a.      Siempre llegas muy tarde, incluso cuando ya me he dormido y a la mañana, me dices que has estado trabajando, socializando con los amigos, o haciendo de voluntario en alguna organización religiosa, política o social. Es posible que ya no te acuerdes, si necesitabas o no, convivir con tu padre, pero yo si lo necesito. Me gustaría que nos conociéramos mejor, que me dedicaras más tiempo, no por eso voy a dejar de tenerte el respeto que te mereces.

b.      Ojala me pusieras entre tus prioridades, en lugar de la socialización y el voluntariado que tanto haces. Seguramente, allí te sentirás mejor, porque te rodeas de personas, con un nivel diferente al mío, pero te recuerdo tu obligación de criarme y educarme, de la mejor manera posible y eso se consigue entre otras cosas, con mucho dialogo. Yo te prometo, que sabré hacer honor al tiempo que me dediques.

10-   ¿Por qué tengo que ir a la Iglesia?

a.      El hombre es un ser religioso por naturaleza. Desde los primeros habitantes de la tierra, la religión ha formado siempre, una parte indisoluble de las personas, por lo que la primera obligación de una persona, es mantener una vida religiosa, que le permita conocer las verdades religiosas. El hombre necesita la alimentación espiritual, tanto como la alimentación corporal, para conocer y practicar las virtudes y valores humanos.

b.      No seremos nada, si no fomentamos el conocimiento y nuestra relación con Dios. En la Iglesia y en la familia, es donde aprendemos las prácticas religiosas, que nos llevaran por el buen camino en esta vida.

11-   ¿Por qué no puedo comprar lo que quiero?

a.      Porque tienes que practicar la virtud de la autodisciplina, la de la responsabilidad, la del dominio de la voluntad, la de la austeridad, la de la generosidad y otras muchas. Aunque tengas el poder de hacerlo, hay cosas que no debes de hacerlas. Al fin y al cabo, eres un administrador de los “talentos” que Dios te ha dado, y algún día Dios o la sociedad te exigirán cuentas, de cómo los has gastado o los has invertido.

12-   ¿Por qué no me hablas de nuestros antepasados y de los familiares actuales?

a.      Necesito conocer de donde vengo, para saber a donde voy. Quienes son mis ancestros, tanto los que hayan aportado algo positivo a nuestros apellidos, como los que no lo hayan hecho. También quiero conocer quienes son mis familiares actuales, aunque vivan lejos o no haya muchas relaciones. Me encantaría saber sus historias, para intentar acercarme a ellos y compartir sus experiencias. Estoy seguro que más de uno de nuestros parientes, estará deseando que nos encontremos, para reiniciar una buena relación. Incluso si conozco algunos antecedentes de su salud, podría ayudarme a tomar determinadas precauciones, por si pudieran tener trascendencia genética.

Es imprescindible que los padres prevean, cuáles son las preguntas que más interés tienen para su hijo, así cuando lleguen, podrán estar preparados para darles las respuestas adecuadas y a su debido tiempo.

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18 Consejos de padre a hijo (I)

ESCUELA PARA PADRES

 

18 Consejos de padre a hijo (I)

 

Para que los consejos de los padres a los hijos, relacionados con la mejora de su educación y comportamiento, tengan más efecto, tienen que estar soportados, con una previa situación de mutuo conocimiento y aceptación del rol de cada uno, buena comunicación y mucha dedicación de tiempo a cada hijo.

Los siguientes consejos ayudarán a sus hijos, a prepararse para cometer menos errores, sobre todo, cuando se tengan que enfrentar en solitario a la realidad de la vida.

 

1. Amigos

Elige a los que complementen y mejoren tu personalidad, no a los que te arrastren hacia actitudes o actividades de perdedores moral, religiosa o socialmente. Evita a los amigos que siempre ven las cosas negativamente, en lugar de buscar las soluciones. Aprende a elegir a tus amigos y a distinguir, quiénes son tus amigos y quiénes no lo son. A los verdaderos amigos, los notarás cuando tengas momentos difíciles.

2. Comunicación

Mantenla con la gente que te importa, recordándoles en sus onomásticas y cumpleaños, mandándoles las fotos que has sacado de ellos y escribiéndoles o llamándoles, de vez en cuando para saludarles, aunque no haya un asunto importante para hablar.

3. Conducta

Mantenla correctamente, tanto en lo relacionado con las normas que te den tus padres, como las establecidas por las leyes civiles, religiosas y sociales. Si otros no las cumplen, intenta darles ejemplo y siempre, tendrás la satisfacción del deber cumplido.

4. Criticar

No lo hagas a las personas, por sus condiciones físicas, económicas o sociales, ten muy en cuenta, que ellos, ya lo suelen saber de sobra y tú, no sabes si al día siguiente, estarás en su misma situación.

5. Dinero

Con el dinero no puedes comprar tu felicidad, pero puedes ayudar a que otros puedan comprar un poco de ella. Tampoco puedes comprar un sitio en el Cielo, pero con la buena caridad, puedes reservar uno.

6. Firmeza

Estrecha la mano con seguridad y fuerza, y mira a la gente de frente a los ojos. Nunca emplees esos signos grupales de dar la mano, que definen a sectores sociales perdedores. El dar la mano, suele ser la primera impresión y no suele existir una segunda oportunidad, para causar un buen sentimiento. No tengas miedo a auto presentarte educadamente ante las personas, que consideres que pudieran ser tus amigos o que te hayan caído bien, aunque no te las hayan presentado.

7. Formación.

Aprovecha el tiempo que te corresponde dedicar, a aprender y el que te corresponda, para divertirte o trabajar. En cada edad, se deben hacer determinadas cosas y no hacer otras. Los hijos que hacen o no hacen las cosas, que corresponden a cada edad, cometen unos errores, que la mayoría de las veces, son irreversibles. Habla con tu padre, para que te indique lo que es propio y lo que es impropio, en cada tiempo.

8. Humildad

Practícala junto a la fortaleza, de mirar a los demás desde su situación y no desde la altura donde crees que estás. El que no sabe servir a otro, no sirve para vivir.

9. Manipular

No manipules a los padres, ni a los maestros, enfrentándoles entre si, por tus motivos. A la larga se darán cuenta y perderás cualquier privilegio o beneficio, que hayas obtenido con la maniobra, además como cuando se miente, será muy difícil que recuperes, el que te crean cuando hablas.

10. Mensajero

Sepáralo bien del mensaje que lleva. Si la idea es buena, no te debe importar quién, ni cómo la exponga.

11. Objetivos

Propóntelos a corto, medio y largo plazo, define las herramientas y procedimientos que necesitarás, para cumplirlos, así como los sistemas de control, para poder comprobar como los vas cumpliendo. No te pongas objetivos inalcanzables, pues suelen ser motivo de seguras frustraciones. Objetivos a plazos muy largos sin controles de cumplimento, suponen dejarlos al azar del destino.

12. Padres

Intenta pasar con ellos y con las personas mayores, todo el tiempo que puedas escuchándoles, y aunque ahora digas, que ellos no saben nada, dentro de muy poco empezarás a darte cuenta, de que saben mucho más de lo que suponías. A lo peor, cuando te des cuenta, ya es muy tarde para aprender de éllos.

13. Preguntas

No hay nada más difícil que responder, a las preguntas de los necios, o que los necios entiendan, por lo que cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a los amigos. Se comedido al hablar y muy espléndido al escuchar, pero no esperes que los otros sepan, lo que tu quieres, si no se lo has dicho.

14. Prioridades

Tenlas muy claras, principalmente las que sean en beneficio de tu persona, amigos o comunidad. Las que estén relacionadas con tus gastos, sobre todo, en los dedicados hacia los que sean, para presumir externamente, los necesarios y los superfluos. Se realista para distinguir y separar tus deseos, con tu realidad y valorar bien tus posibilidades, haciendo lo que sea correcto, sin que te importe lo que otros piensen.

15. Religión

Estudia y practica la religión que consideres conveniente, católica, protestante, judía, musulmana o la que quieras, pero practícala intensamente. Intenta que tus amigos también sean practicantes religiosos, tendrás muchas más posibilidades de entenderte y prosperar moralmente, además de que así, te mantendrás alejado de muchos de los problemas, que aquejan a la sociedad por la falta de religiosidad.

16. Respeto

Demuéstralo hacia las personas, que no tienen tus mismas oportunidades y les toca estar a tu servicio, o bajo tus órdenes, o tienen que hacer trabajos que a ti te desagradan, o que los consideras de baja calidad. Es posible que también algún día te toque estar al otro lado.

17. Riesgo

Está en todas partes. Saber reconocerlo, medirlo, asumirlo o evitarlo, es un desafío, que tienes que ir acostumbrándote a practicar desde joven.

18. Virtudes y valores humanos

Para sentirte mejor y conseguir una convivencia más efectiva entre tu familia, amigos y sociedad, estudia y practica las virtudes y valores humanos: Amistad, Amor, Austeridad, Ayuda, Caridad, Castidad, Fe, Felicidad, Fidelidad, Esperanza, Honestidad, Humildad, Justicia, Lealtad, Libertad, Orden, Paciencia, Paz, Perseverancia, Respeto, Responsabilidad, Sencillez, Serenidad, Tolerancia social, Unidad, etc.

 

Hijo: Estos consejos provienen de las enseñanzas, que los padres reciben y transmiten de generación en generación y que han sido probados exitosamente. Recuérdalos y transmítelos también a tus futuros hijos.

 

Próximamente Preguntas de hijo a padre (II)

 

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Relaciones tóxicas – Parte 1

ESCUELA PARA PADRES
 

Relaciones tóxicas – Parte 1

Si estás inmerso (o inmersa) en un vínculo de pareja que te produce mucha pena y desdicha y poca alegría y buenos momentos, que en ciertos momentos te hace sentir que de algún modo llegas a desdibujarte como persona en pos de mantener una armonía o una comunicación ficticias, es bien probable que formes parte de una relación tóxica. Determinarlo te será de suma utilidad para desactivarla y acceder a una vida emocional más satisfactoria.

 

Una relación tóxica es aquélla en la cual una o las dos personas sufren mucho más de lo que experimentan dicha y placer por estar juntos.  Uno de los integrantes (y en algunos casos ambos) se ven sometidos a un gran desgaste por tratar de sostener la relación. Este tipo de vínculos provocan más insatisfacción que felicidad, y la sensación de bienestar que pueden proporcionar en escasos momentos es muy efímera ya que para vivenciarla es necesario silenciar o pasar por alto ciertas cosas que, de darles la importancia que efectivamente tienen, causarían un profundo dolor e incluso llegarían a poner en peligro la continuidad de la pareja. Ten presente que nada bueno puede surgir de uniones entre personas que generan actitudes y emociones lacerantes que nublan tu capacidad de alcanzar la plenitud emocional que te mereces.

Las relaciones ideales entre las personas son ganar-ganar. Una relación tóxica nunca puede catalogarse como tal, son de ganar-perder y, en muchos casos, las dos personas involucradas pierden. Si tú eres quien en estos momento se está planteando si el vínculo que te causa insatisfacción y momentos desagradables es de esta índole, piensa si hay comportamientos tóxicos involucrados. Si de a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hiere y te entristece visceralmente, si utiliza mecanismos tales como la culpa, el sarcasmo y la burla para manipularte, si mina tu autoestima y tu capacidad de que decidas de manera individual lo mejor para ti, si has llegado al punto de no reconocerte a ti mismo, entonces eres parte de una relación tóxica y eres tú quien sin dudas pierde en esta forma de comunicación despareja.

¿Qué nos lleva a involucrarnos en relaciones tóxicas? Hay diferentes razones, a continuación detallo las más usuales:

La baja autoestima. Si nuestras creencias están basadas en sentir que no somos merecedores de la atención, el respeto o el amor de otra persona, quien aparezca será considerado (o considerada) nuestra tabla de salvación, a la que nos aferraremos con uñas y dientes porque sin esta persona, ¿quién nos querrá? O ¿quién pagará nuestras cuentas? O ¿quién nos cuidará?

El creernos salvadores. Fantasear que nosotros podemos cambiar a esa persona, que hemos llegado a su vida para que se transforme en otra clase de ser humano, mejor, más como nosotros queremos que sea, suponer que con nosotros se comportará de una manera diferente a la que suele hacerlo, que lograremos que se operen modificaciones impensadas, son caminos de ida hacia el sufrimiento. Podemos ayudar a que otras personas cambien rasgos de su personalidad que les molesten, siempre y cuando se den cuenta de que este cambio los favorecería, decidan hacerlo y además quieran que los ayudemos. Lo que sí tenemos es la capacidad concreta de lograr que se produzcan cambios asombrosos en nosotros mismos si así lo deseamos: esta capacidad es innata, por lo que nada ni nadie podrá privarnos de ella nunca. Es sólo cuestión de tomar la decisión de hacerlo y poner manos a la obra.

Asumir el rol de víctimas. Quién nos va a querer o a aceptar como esta persona que se digna a darnos ratos de su tiempo, o a convivir con nosotros, en definitiva, a darnos momentos su (mala) compañía cuando le place. El asumir este rol implica que estaremos generando (o aceptando) a una persona que se comportará como victimario.

La urgencia de muestras de cariño. Este tipo de deseo imperioso es muy mal consejero, y se suma a la necesidad de suplir carencias profundas. A veces da como resultado el tolerar cualquier cosa por un poco de lo que atisbamos como cariño (una demostración de afecto, sexo, un regalo), pero que en realidad encubre otro comportamiento de fondo (uso, abuso, egoísmo, maltrato, falta de respeto, etc.).

Estar acompañado a cualquier precio. El miedo a la soledad es el paso preliminar hacia una posible relación tóxica ya que, vuelvo a mencionarlo, toleraremos literalmente cualquier cosa con tal de no estar solos. Considero que no hay mayor sensación de soledad agobiante que el creer que uno está acompañado por alguien que le va a hacer bien cuando esto en realidad no es así y esa persona no sólo no cumple con nuestras expectativas más esenciales sino que atenta (con marcado éxito) contra nuestra calida de vida. ¿Cómo confiar en alguien que demuestra que no quiere nuestro bien? (Aunque diga otra cosa).

El aburrimiento. La búsqueda de nuevas sensaciones, de una manera de alejarnos de la monotonía o de la rutina puede hacer que sólo veamos una faceta de la personalidad de quien nos atrae, la divertida y agradable que nos saca del letargo en el que estábamos, y no logramos visualizar el resto de la personalidad de quien nos atrae, en la cual hay comportamientos tóxicos que en un principio no identificamos. Encontrar a alguien que tiene gustos similares a los nuestros es muy bueno – ¡enmascarar una relación tóxica no lo es! Una vez inmersos en un vínculo de esta índole, se nos dificulta salir porque creemos falsamente que volveremos al aburrimiento inicial…. ¡esto depende enteramente de nosotros! Hay muchas personas que comparten nuestros gustos y sueños que no precisan crear un vínculo tóxico para relacionarse.

La necesidad imperiosa de cumplir algún rol social, como por ejemplo el de esposa/o, madre o padre tal vez pueda llegar a hacernos priorizar el fin antes que ver a la persona que elegimos como realmente es. Algunas veces tratamos por todos los medios posibles de enmascarar la realidad para seguir manteniendo las apariencias y la estructura social, aunque el costo interno suele ser demasiado alto.

El miedo a seguir avanzando en la vida. Si tenemos un vínculo con una persona que nos pone frenos o nos cercena en nuestro crecimiento y nos estancamos en cierta área de nuestra vida (ya sea personal, laboral, espiritual o profesional) ¿no somos nosotros mismos quienes aceptamos quedarnos en una zona conocida en vez de crecer, desarrollarnos, cambiar y superarnos? Tal vez ésta ha sido tu ganancia secundaria y por eso has sostenido este tipo de comunicación por más tiempo del que quisiste o creíste poder soportar.

Pasado mañana, la segunda parte de este artículo, con ideas para dejar este tipo de relaciones atrás.

Publicado con permiso de su autor. Copiado del Blog de www.mejoraemocional.com

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El tiempo libre de los hijos. (III) La familia como valor humano.

ESCUELA PARA PADRES

 

El tiempo libre de los hijos. (III) La familia como valor humano.

 

  • ¿Les ha explicado bien a sus hijos, el privilegio que tienen de pertenecer a una familia y las obligaciones y ventajas que conlleva?
  • ¿Les ha explicado bien a sus hijos, que su presente y su futuro, depende en gran parte de su familia? 

Continuación a los artículos El tiempo libre de los hijos. 4,392 horas anuales y El tiempo libre de los hijos. (II) El deporte como valor humano

La familia es uno de los tres soportes de la sociedad. Familia, Escuela e Iglesia. Los padres tienen que educar a los hijos, para que se den cuenta del enorme valor humano que tiene la familia, para ellos y para todos sus componentes. Es cierto que la primera obligación de los padres es dar ejemplo, de “hacer familia”, pero también de que los hijos comprendan, los beneficios de pertenencia y permanencia en su familia.

La familia es el pilar de la sociedad, la cual prosperará o declinará en función de lo que hagan, cada uno de sus componentes en el interior de su familia y lo que haga, el conjunto de las familias.

Será mucho mas fácil para los hijos, recibir buena educación de los padres, si tienen un arraigado concepto de pertenencia a la familia, ya que por esta razón, admitirán mucho mejor los consejos y observaciones, que los padres les vayan dando.

 

La familia como valor humano

La familia es el lugar donde se comparten las alegrías y las penas, el lugar donde se aprende a convivir en sociedad y el lugar donde se comparte en beneficio de los demás, todo lo material y espiritual que se tiene. Es el lugar donde se aprende y se enseña, cada uno a su debido tiempo y circunstancias, donde se protege a los más débiles, interna y externamente y donde se siente protegido por los demás. Donde se aprende a servir y a ser servido, a dar y a recibir, sin cuestionamientos egoístas.

La familia no es un hotel de paso, es el lugar donde se reúnen sus componentes, para apoyarse unos con otros y disfrutar de la mutua compañía. Es el refugio en la adversidad, pero también el hospital, donde se curan las enfermedades o sentimientos de sus miembros.

Los hijos que junto con sus padres, fomentan las tertulias, conversaciones y juegos en familia, consiguen estar más unidos entre si y a quererse más.

Los hermanos mayores, deben saber lo que los padres esperan de ellos y valorar la importancia de su ejemplo, en el comportamiento con los otros hermanos.

Una familia para ser feliz, debe vivir los valores humanos de la confianza, la lealtad, la generosidad, la fidelidad, la sinceridad, la ayuda a los otros, la autoridad y el servicio. La mayor parte de los hijos con problemas, provienen de una familia de padres con problemas.

 

La familia como orgullo de pertenencia

Con que orgullo algunos jóvenes, dicen su apellido, sobre todo cuando esto les supone reconocimiento a una situación, heredada de sus padres o ancestros. Incluso para indicar pertenencia, si alguno de sus parientes ha sobresalido en las áreas sociales, económicas, políticas, científicas o religiosas. Pregonan su origen familiar, para demostrar una diferencia positiva con los demás.

Los hijos deben sentirse orgullosos de la familia presente y pasada, por eso es muy recomendable acostumbrarles a realizar el árbol genealógico, llegando hasta lo más antiguo y extenso que se pueda. Guardar las fotografías y otros recuerdos, poniendo una nota con las personas que aparecen o el origen de los recuerdos, para así al irlo transmitiendo, de generación en generación, crean ese nexo de unión generacional tan importante, para ir creando pertenecía a la familia, tanto por parte de la madre, como la del padre.

Los miembros de cada familia, deben estar perfectamente unidos en las decisiones. Los hijos que viven unidos con sus padres, tienen muchas posibilidades de poder enfrentarse con éxito, ante las adversidades internas y externas de la sociedad. La  mayoría de las veces, deben anteponer las necesidades de la familia, a las apetencias individuales.

Los hijos tienen que acostumbrarse, defender a ultranza a la familia y a ayudarla incondicionalmente, incluso en las malas situaciones. La pertenencia familiar, nunca puede ser cuestionada por nadie.

Cuando falla la adhesión a la familia verdadera y las ventajas de amor, seguridad y protección, empiezan a sustituirse por las falsas promesas, que ofrecen otro tipo de familias, como son las maras o pandillas. Estas ofrecen falsa protección contra las otras pandillas, además de un falso concepto de pertenencia, pues allí se entra voluntariamente, pero no se puede salir voluntariamente.

 

La familia y el tiempo libre

Dedicar parte del tiempo libre de los jóvenes, a convivir con la familia, no quiere decir que tienen que estar entre las cuatro paredes del hogar. Con la familia se puede estar en la calle, en los paseos, haciendo deportes al aire libre o compartiendo las muchísimas actividades sociales.

Esta convivencia familiar, les llevará a ayudar a unos o a ser ayudados por otros. Ese es el enriquecimiento personal y familiar, que los padres deben fomentar en la educación de sus hijos, a través del valor humano de la convivencia familiar.

 

La familia propia y la familia política

La familia nos la da Dios, la elegimos voluntaria o involuntariamente a través del matrimonio o llega por decisiones ajenas a nuestra voluntad. Los padres, en beneficio propio y en el de sus hijos, tienen que estar muy unidos a sus familias. Una vez realizado el matrimonio, ya no hay dos familias, hay una sola, entre otras cosas, porque los hijos y nietos  tendrán las dos familias en común. El matrimonio es la pareja y sus circunstancias.

Lo importante es sumar, las ventajas de cada una de las dos familias. La suma de las dos, suele ser más rica en valores, que cada una separada, por muchas diferencias que haya, siempre que sean razonables.

 

La familia como ejemplo hacia los demás

Los jóvenes pueden dar un buen ejemplo, ante otros familiares, sus amistades y sobre la sociedad en la que viven, por su ejemplo de apego, respeto y admiración que tengan hacia su familia, tanto la de su hogar como la de sus ancestros. Ese ejemplo, puede servir para que otros compañeros les imiten y les respeten más. Además evitarán recibir propuestas de actividades o cosas ilicitas, sabiendo que serán rechazadas, debido a los fuertes motivos de su educación familiar.

 

10 sentencias sobre los hijos y su dedicación a la familia

 

  1. Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.

2.       Cada familia debe ser una escuela, donde los padres y los hijos, puedan reflexionar y aprender juntos.

3.       De qué sirve brindar a los hijos todos los caprichos, si no les brindamos una verdadera familia.

  1. El amor empieza en la familia. Si no nos amamos los que convivimos las 24 horas, ¿cómo vamos a amar a los que no vemos, más que una sola vez en la vida?

5.       El futuro de la humanidad, se fragua en la familia, que es el espejo de la sociedad.

6.       La familia es la única comunidad, en la que todos son amados por lo que son y no por lo que tienen.

7.       La familia es un núcleo sagrado y la raíz de la humanidad. La unión más estrecha, profunda y santa que existe, en la vida del hombre.

  1. Los trapos sucios de la familia, se lavan dentro de la casa.
  2. Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre.
  3. Traten de estar más tiempo en casa, porque la familia es mucho mas que la casa donde se vive, es el lugar donde uno es esperado.

 

Si el interior de la familia, es una comunidad de amor, educación y formación, se decidirá mejor el éxito de los hijos, ya que aprenderán a ser más fuertes, más preparados y más solidarios, al heredar las virtudes y valores humanos de sus padres y abuelos.

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Aquí encontrará respuestas a sus preguntas. Lea este articulo titulado: ESCUELA PARA PADRES. Qué es, para qué sirve y cómo funciona de forma virtual.

Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

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