Archivo de junio 2013

La necesidad de tener un Plan de Vida Familiar

ESCUELA PARA PADRES

La necesidad de tener un Plan de Vida Familiar

  • Los 10 objetivos personales que me gustaría ver cumplidos en la vejez
  • Los 10 desgloses de un Plan de Vida Familiar
  • Los 10 conocimientos imprescindibles para elaborar el Plan de Vida Familiar
  • Las 10 recomendaciones para hacer un Plan de Vida Familiar que tenga éxito
  • Las Normas ISO 9000 de la familia y el consiguiente control y mejora de su calidad

3,494 Palabras. Tiempo de lectura 13:00

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Un Plan de Vida Familiar es la intención reflejada en un modelo o proyecto, elaborado anticipadamente y plasmado por escrito. Tiene que estar bien pensado y estudiado, para poder llevar a cabo una vida ordenada, dirigida y encauzada hacia un fin determinado. También debe ser realista, coherente, conciso, claro y centrado. Debe tener bien definidos los tiempos, objetivos, medios a emplear, forma de analizar los resultados parciales y totales, los rumbos que va tomando y la forma de hacer las correcciones necesarias. Es visualizar el futuro y poner los medios necesarios, para alcanzar los objetivos propuestos.

El Plan de Vida Familiar debe abarcar los aspectos familiares, sociales, profesionales, intelectuales, religiosos, físicos, económicos, etc., y los elementos fundamentales de las virtudes y valores humanos, que deben presidir la vida familiar, tales como: Ahorro, austeridad, ayuda, bien común, coherencia, colaboración, comunicación, cooperación, compromiso, confianza, control, dialogo, disciplina, educación, ejemplo, esfuerzo, fidelidad, generosidad, honradez, justicia, lealtad, orden, organización, puntualidad, responsabilidad, sinceridad, verdad, etc.

El Plan de Vida Familiar debe ser realizable, dinámico, revisable, medible y adaptable, según las circunstancias de cada momento, pero sin perder nunca su esencia, ni el norte. Tienen que estar claramente definidos los objetivos, la forma de controlarlos, de medirlos y de analizarlos, para poder cumplirlos. Tiene que tener metas reales, no metas idealizadas, aunque haya que irlas ajustando, en función de las circunstancias, pero sin perder los objetivos propuestos. En algunos casos, hay que practicar la fórmula de, “acierto y error” y volver a empezar.

El Plan de Vida Familiar produce muy buenos resultados, si se practica con el sistema denominado “Plan 125”. Es decir hacer un Plan de Vida Familiar, con lo que se espera hacer y obtener a 1, 2 y 5 años vista, ya que permite encontrar los caminos a seguir, para asegurarse dónde se quiere estar, en los próximos 1, 2 y 5 años, e ir comprobando parcialmente, los resultados que se habían proyectado. Adecuándolo anualmente cada 1, 2 y 5 años con las modificaciones necesarias y en su  caso, modificando las metas u objetivos previstos, las acciones realizadas y los medios de control empleados.

Este mismo Plan de Vida Familiar 125, debe hacerse también anualmente en sentido inverso, es decir, analizando dónde se estaba y qué es lo que se hacía u omitía hace 1, 2 y 5 años, y como se está ahora. Para darse cuenta, de la evolución o retraso experimentado y de los errores o aciertos realizados. Examinándolo con detalle, se pueden tomar las precauciones necesarias para el futuro.

El Plan de Vida Familiar debe ser diseñado por los cónyuges, y si es necesario con la ayuda de profesionales de cada materia, para intentar obtener, un futuro deseable, que se pueda considerar óptimo y viable, para toda la familia. A ser posible, debe prepararse cuanto antes, mucho mejor empezar a esbozarlo y concretarlo de recién casados o durante el noviazgo, pues es cuando se comienza de cero y así, se podrán formar las bases para el futuro. Cuanto más tarde se haga, más difícil será de cumplir, además que se producirán más errores y mucho más grandes. Algunos errores podrían haberse evitados y los que no se pudieran evitar, costarán mucho más, sufrirlos o corregirlos.

El Plan de Vida Familiar debe hacerse siempre, incluso cuando ya se lleven muchos años de matrimonio, con la llegada de los hijos o cuando estos entran en la pubertad o adolescencia. Cualquier hito que ocurra en la familia, es un buen motivo para reconsiderar algunas de las cosas, que no estén funcionando bien, y que podrían o deberían mejorarse. Es muy conveniente que los hijos, también participen en todo o en algunas partes de la preparación, seguimiento y adaptación del Plan de Vida Familiar.

Todos los Planes de Vida Familiar son diferentes, aunque haya unas normas generales, que ayuden a crearlos y a cumplirlos. Son como mapas y brújulas, para guiarnos en el desarrollo de la vida, en función de la personalidad y circunstancias familiares, tanto en los buenos momentos, como en los malos, en el presente y para el futuro.

Nadie discute, que todas las empresas tienen o deben tener, un  Plan de Negocios, donde abarquen los principales conceptos de su desarrollo. Si se hace en las empresas, cuanto más no debería hacerse en la familia, que es lo más importante que tenemos. En la empresa pudiera ser discutible, si se hace bajo el modelo de 125 o si se emplean otros modelos adecuados a determinados proyectos, negocios, productos, países, etc. Pero un Plan siempre tiene que haber, para que la empresa sepa a dónde va y pueda tener éxito.

¿Cómo es mi vejez y cómo me gustaría que fuera? Para que sea una vejez, como la que mentalmente se ha deseado, hay que empezar, cuanto antes mejor, a hacer un Plan de Vida Familiar. Visualizándose en el futuro a medio y largo plazo, dentro de los objetivos fijados, sobre lo que me gustaría que ocurriera, cuando llegue a la vejez y que haya detallado, lo que se debe hacer para alcanzarlos.

Los 10 objetivos personales que me gustaría ver cumplidos en la vejez: Si no se hace desde muy pronto, un buen Plan de Vida Familiar, es muy posible que no se puedan alcanzar estos objetivos.

1.      Una familia que me quieran y que les quiera, con la que pueda compartir las experiencias dulces y amargas de cada día. Y que siempre me traten con cariño, respeto y satisfacción.

2.      Unas amistades que me respeten y que las respete, con las que pueda compartir y disfrutar los ratos de ocio.

3.      Una situación económica, relacionada con la planificación realizada de ahorros y pensión, donde prime el dicho: Quiero poco, y lo poco que quiero, lo quiero poco.

4.      Una buena salud, compatible con la edad, sin pretender evitar los achaques y las limitaciones, propias de los años. Atendida con una asistencia médica, asequible e integral.

5.      Una posibilidad de disfrutar de la vida, con cosas sencillas, como: La lectura, la música, los paseos, los conciertos, la belleza, el arte, etc.

6.      Una buena relación religiosa, que me llene espiritualmente y que trascienda.

7.      Una capacidad intelectual con sabiduría, sensatez, experiencia, gusto, etc. al nivel de las personas que me rodean.

8.      Un carácter alegre y contagioso, para hacer felices a los demás.

9.      Una vivienda cómoda, que sirva también como centro de reunión, para familiares y amigos, en una ciudad segura, limpia y con buen sistema médico.

10.   Un legado para dejar que trascienda a las siguientes generaciones, soportado con un buen comportamiento personal, familiar y social. Unas memorias escritas, con  las experiencias personales, dejada a las siguientes generaciones, etc.

Para conseguir que cuando se llega a la vejez, se cumplan estos 10 objetivos personales, hay que tenerlos en mente, al hacer desde muy pronto, el Plan de Vida Familiar y en todas las modificaciones, que a lo largo de los años se vayan realizando. Si este Plan no se pone al frente, de todas las decisiones, podremos equivocarnos y carecer en la vejez, de esas cosas tan importantes.

El Plan de Vida Familiar, con sus aciertos y errores medidos, objetivos cumplidos y pendientes, produce una gran seguridad, respeto y conocimiento personal, sobre la realidad de las cosas y situaciones, lo que permitirá saber, qué hacer y no hacer, y cómo, dónde y cuándo hacerlo o no hacerlo.

Los 10 desgloses de un Plan de Vida Familiar:

1.      El trabajo, la familia, la formación y el descanso. Cuánto tiempo se dedica al  trabajo, cuánto a la familia, cuánto a la formación, cuánto al descanso y cuánto se debería dedicar a cada concepto.

2.      La economía familiar. Planificar bien los ingresos, gastos, ahorros, inversiones, testamento de últimas voluntades, etc.

3.      La educación y desarrollo de los hijos. Teniendo en cuenta sus diferentes edades, conocimientos y aptitudes de cada uno de ellos, siempre en función de sus posibilidades, presentes y futuras.

4.      La formación continua. Cuánto tiempo, costos y energía hay que estar dispuestos a gastar, para estar al día y así, disminuir los riesgos de fracaso profesional y aumentar las posibilidades de éxito.

5.      La formación y práctica religiosa. Haciendo un programa completo, con un buen método, para reformar y mantener la vida y lograr ser una nueva persona. No es fácil, pues requiere de una buena técnica y de unas bien pensadas herramientas, que solamente las pueden facilitar los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que se practique.

6.      La profesión. Dónde estoy en el trabajo y hasta dónde quiero y puedo llegar, teniendo en cuenta, mis conocimientos, las posibilidades de mejorarlos y el entorno.

7.      La salud. Presente y futura realizando los ejercicios, dietas, dominio de la voluntad, exámenes médicos periódicos, etc. que hayan recomendado. El testamento vital.

8.      La vida social. Cuánto tiempo dedico o debo dedicar, a las relaciones sociales y cuánto a la familia.

9.      Los estudios. Hasta dónde he llegado y hasta dónde debería llegar, si quiero mejorar en beneficio de la familia, del trabajo y de la sociedad.

10.   Los otros conceptos familiares. Están desarrollados en el cuerpo del artículo.

El Plan de Vida Familiar completo, debe estar ensamblado con los planes parciales y personales, que se suelen hacer. Es muy bueno planificar los estudios, las finanzas, las inversiones, etc. pero planificar lo que debe ser la familia completa, debería ser el objetivo principal de los padres, alrededor del cual, tiene que girar todo el quehacer familiar. Aquí deben estar presentes siempre los conceptos: Qué, cuándo, cómo, dónde, para qué, por qué, etc. Para hacerlo, hay que valerse de, por, con y desde todos los  medios, para que quede lo mejor posible.

El mejor método para cumplir los objetivos, previstos en el Plan de Vida familiar, es la unión incondicional entre todos sus miembros, pues la sinergia que producen, les permitirá más fácilmente cumplir el rumbo, la misión, la visión y las funciones, metas y valores establecidos.

            El plan de vida familiar es como viajar por la vida con mapa y brújula, o actualmente con un GPS. Ayuda a corregir los errores y en su caso, a desandar el camino realizado, pues conlleva unas claras y concretas reglas de juego, por lo que los padres e hijos, saben de antemano cómo comportarse.

El Plan de Vida Familiar, intelectualmente, es un ejercicio muy estimulante, pues al hacerlo, como proyecto en común, cada uno de los cónyuges pone lo mejor de sí, a disposición del otro, llegando a negociaciones, acuerdos y compromisos donde los dos estén ha gusto y unidos, en los buenos y en los malos momentos que seguramente les tocará vivir.

Aunque ya existan las ideas del Plan de Vida Familiar, rondando en las cabezas de los cónyuges, incluso se vaya llevando a cabo, poco a poco en la práctica diaria, conviene hacerlo por escrito, sin premuras, con calma, consensuado y con buena disposición, para anualmente examinarlo, corregirlo y renovarlo, si hubiera diferencias importantes.

Los 10 conocimientos imprescindibles para elaborar el Plan de Vida Familiar:

1.      Conocimiento de la relación matrimonial y su análisis general, teniendo en cuenta las debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas.

2.      Conocimiento de lo que cada uno tiene que hacer, particular y conjuntamente, para conseguir elaborar y cumplir el Plan de Vida Familiar.

3.      Conocimiento de lo que hay que negociar, si no se está de acuerdo totalmente. Por ejemplo: Las prioridades, particularidades, proyectos, objetivos, etc. de cada uno, para finalmente construir un Plan de Vida Familiar, basado en el mutuo acuerdo.

4.      Conocimiento de lo que hay que proteger, evitar y eliminar en la familia, para su crecimiento moral, social e intelectual.

5.      Conocimiento de los medios y tiempos necesarios, para conseguir llegar, controlar y modificar los objetivos propuestos.

6.      Conocimiento de que en una familia, uno más uno, suman mucho más que dos, al aprovechar la sinergia de ambos.

7.      Conocimiento de que se debe intentar hacer un Plan de Vida Familiar, que sea un  ganar/ganar para todos, sin dejar a nadie en desventaja, sin expectativas o marginado.

8.      Conocimiento del entorno social donde se vive, para aceptarlo o rechazarlo parcial o totalmente, asumiendo las consecuencias negativas y positivas.

9.      Conocimiento propio y del cónyuge, los gustos, deseos, miedos, habilidades, debilidades, capacidades, limitaciones, posibilidades, virtudes, defectos, etc.

10.   Conocimientos profundo de los hijos, si los hubiera, teniendo en cuenta sus capacidades físicas y mentales, para determinar las virtudes y valores que hay que transmitirles. El estilo de autoridad que se va a ejercer, la forma de llegar a acuerdos familiares, cómo trasmitirles las normas de convivencia y la forma de cumplirlas, etc.

Hacer un Plan de Vida familiar, es el camino para poder sacar tiempo, para todo, aunque hay muchos que dicen, que no tienen tiempo para nada, a pesar de que tengan como todos, 24 horas diarias. Unos las aprovechan y otros las desperdician. Nadie, por mucho que se agobie, puede añadir una hora a su vida. Cuando se tiene un por qué para vivir, se acaba encontrando el cómo. Nunca ha habido tantas personas, sin tiempo para nada, incluyendo a los jubilados, los desempleados y hasta los que están de vacaciones, que no tienen tiempo ni para descansar, debido a su falta de planificación. Para lo único que no hay tiempo, es para volver al tiempo pasado, ni para recuperar el tiempo perdido.

Dentro del Plan de Vida Familiar, tiene que haber un plan específico de horarios para todos, negociado con una disciplina voluntaria, principalmente en las personas mayores, pues en los jóvenes suele haber, una disciplina impuesta inmisericordemente por los padres, los estudios, los trabajos, etc. Es imposible llevar a cabo un Plan de Vida Familiar e intentar conseguir los objetivos previstos, si no se tiene disciplina en los horarios, ya que éstos suelen ser los ejes, sobre los que se sostienen la vida familiar.

El problema surge y es de muy mala solución, cuando las personas mayores, ya no tienen o creen que no tienen, la fuerza de voluntad, para cumplir los horarios, ni nadie que les obligue a hacerlo. Pero siempre se están quejando, de que el tiempo no les llega para nada, cuando en realidad no hacen nada. Casi siempre es por alguna o varias de estas causas: Su propio desorden, su inseguridad mental, su pereza, su apatía, su desprecio a realizar lo que han proyectado o porque están enfermos y no lo quieren admitir.

El Plan de Vida Familia, si se lleva con orden, ayuda a multiplicar el tiempo. Nunca es monótono, si se valoran los objetivos y se pone interés en ellos. Es como una batalla llevada diariamente, pero analizando los resultados periódicamente. Hacerlo y mantenerlo, es una grave obligación y responsabilidad ante la familia. No hace falta ser un héroe para llevarlo, es suficiente hacer lo que se debe hacer, y estar en lo que se debe estar, procurando no dispersarse de los objetivos propuestos, ni con las cosas que lo interfieran o distraigan.

Los objetivos del Plan de Vida Familiar no tienen por qué hacerse, para obtener inmediatamente, altas y perfectas metas, ni resultados exactos. Para no frustrarnos, es muy conveniente irlos planteando poco a poco, con calma, pero con firmeza, sin prisa, pero sin pausa, siempre con pasos intermedios asequibles y coherentes, y con un espíritu de visión, adaptación y perseverancia, para no gastar las energías innecesariamente.

Siempre hay que planear bien las metas y los caminos, que nos llevarán a ellas, así como prever los problemas y circunstancias, que pudieran salir a impedir que podamos cumplir con nuestros objetivos, para no tener que vivir a la deriva, no desmotivarse, ni sentirse fracasado. “Ningún viento es bueno para los navegantes, si no saben a dónde van”. Hay que visualizar lo que se desea, cómo se quiere o puede conseguir, y hacia donde se quiere ir.

Las 10 recomendaciones para hacer un Plan de Vida Familiar que tenga éxito:

1.      Analizar bien los recursos y características personales y familiares, para sacarles el máximo provecho posible, trabajando con lo que se tiene y no pasarse el día suspirando, por lo que no se tiene y gustaría tener.

2.      Conocerse, aceptarse y superarse, que junto a la práctica de las virtudes y valores humanos, son las claves para que el Plan de Vida Familiar tenga éxito.

3.      Enfocarse en lo que se va haciendo y lo queda por hacer, evitando que los objetivos no conseguidos, sirvan de escusa o desaliento.

4.      Hacer un compromiso formal con uno mismo, la familia y con todos los que estén involucrados. Como el compromiso tiene que estar escrito, es un buen recordatorio para todos en cualquier momento. Aunque sea fácil plasmarlo, requiere una técnica, unas herramientas y mucha constancia.

5.      Hacer un inventario real, de los diferentes recursos que se necesitan, para hacer el Plan de Vida Familiar, analizando los que se van gastando y los que se van añadiendo.

6.      Revisar periódicamente los resultados del Plan de Vida Familiar, para hacer los cambios que sean necesarios y cuando sean necesarios.

7.      Ser realista poniendo objetivos concretos y tangibles, para no sentirse frustrado si no se consiguen.

8.      Tener una flexibilidad calculada, con los objetivos y sus fechas parciales y totales, de forma que no sean estresantes.

9.      Tener una visión general pero sin dispersiones, para poder abarcar todos los objetivos propuestos, aplicando en cada uno, las energías que se deban o puedan.

10.   Tomar las decisiones personales y familiares, de acuerdo con el Plan de Vida Familiar establecido, sin agobios ni angustias. Lo que no se pueda hacer hoy, se hará mañana, si hay firme voluntad de conseguir los objetivos.

Si queremos ser diferentes y tener una familia diferente, no podemos ser indiferentes, a las ventajas que tiene el hacer y seguir un Plan de Vida Familiar.

Las Normas ISO 9000 de la familia y el consiguiente control y mejora de su calidad.

Estoy recopilando información para escribir un artículo o varios, sobre este tema. Me gustaría escribir una especie de «manual» que sea el compendio, de lo que tiene que hacer una familia, en el día a día, para sus relaciones matrimoniales, hijos, familiares, etc. Muchas familias quieren comportarse lo mejor posible, y piden un manual que esté ordenado por conceptos, objetivos y soluciones concretas y medibles, sobre asuntos reales de la vida diaria, para que les sirva de guía, en la búsqueda de su perfeccionamiento. Debería ser una aplicación práctica e integral de la ESCUELA PARA PADRES.

Comprendo que alguien pensará que es una deformación profesional, la de querer convertir a la familia, en una medición con las Normas ISO 9000, pero hay muchos padres, que quieren siempre lo mejor para sus familias. Si la idea les parece descabellada, no se preocupen. La mayoría de las cosas buenas que hoy disfrutamos, empezaron siendo ideas descabelladas, que poco a poco fueron tomando forma.

Todas las empresas, productos y servicios importantes, están normalizados y estandarizados. Se puede comprobar a través de los diferentes sellos o logotipos, que lo acreditan y les acreditan. ¿Por qué no puede tenerlo también la familia?

a)     ¿Cómo se puede crear un control de calidad de la familia?

b)     ¿Por qué no hacerlo, aunque sea privadamente, sobre las actuaciones de la familia?

c)     ¿Cómo saben las familias, que están haciendo bien algunas cosas, pero que hay otras, que deberían también hacerlas?

d)     ¿Tienen que estar inventando y corrigiendo sus actuaciones las familias, cuando ya está todo inventado y ensayado, en los diferentes tipos de familias?

e)     ¿Tiene que esperar a los resultados finales, para saber si acertaron o se equivocaron, con las decisiones que tomaron hace tiempo?

Si me pueden ayudar con sus ideas, escríbame, se lo agradeceré.

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El egoísmo explicado a los hijos

ESCUELA PARA PADRES

El egoísmo explicado a los hijos

  • 20 Situaciones donde más se practica el egoísmo

2,274 Palabras. Tiempo de lectura 8:00

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El egoísmo es la condición personal de los que tienen un desmedido, inmoderado y excesivo amor a sí mismo y a sus propios intereses, descuidándose de los demás. No han descubierto que disfruta más el que da, que el que recibe.

Los egoístas siempre van a lo suyo, son incapaces de sentir las necesidades del prójimo. Prefieren encerrarse en su propia torre de marfil, sin querer darse cuenta, ni comprender nada, para no tener que aceptar su propio egoísmo. En el prójimo solamente ven peldaños para ir subiendo, u objetos para utilizarlos en su propio beneficio, sin darse cuenta que ser desprendido y ayudar a los demás, produce más satisfacciones, que todos los actos de egoísmo juntos.

El egoísta no es generoso, es soberbio, inseguro, auto consentido y mal educado. Le falta carácter y es incapaz de rectificar su camino, porque siempre soslaya el deber. No quiere aceptar que su pobre y relativa felicidad artificial, no será duradera, si no lucha contra su egoísmo personal.

El egoísmo está soportado en el vicio de la avaricia, incluso en la distribución de las herencias, en la participación en los gastos comunes familiares, en la ayuda a los padres ancianos u otros familiares necesitados, etc. Desgraciadamente, estos casos de egoísmo extremos, suelen terminar en graves discusiones, enfados y riñas entre los familiares.

No es difícil reconocer a las personas egoístas y sus actitudes. Es cuestión de fijarse en su comportamiento ante los demás, o hablar un rato con ellos. No vale la disculpa, de que quieren cerrarse y concentrase en sus propios problemas. Pero para calificarlos como egoístas, debemos seguir el refrán: Ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. A cualquiera, no se le puede calificar de poco generoso, avaricioso, ambicioso, tacaño, etc. Hace falta darse cuenta y cerciorarse de su egoísmo.

A todos nos gustaría, que todo el mundo dejara a un lado su egoísmo y se comportara con altruismo, generosidad, caridad, filantropía, desinterés, abnegación, sacrificio, humildad, sencillez, solidaridad, etc. Pero cada uno debemos comenzar a practicar esas virtudes y valores humanos, para que así cunda el buen ejemplo y desaparezca el egoísmo.

Todos somos un poco egoístas con nosotros mismos, pero algunos incluso, nos esforzamos en demostrarlo continuamente ante los demás. Nos gustaría no ser egoístas, pero no nos esforzamos lo suficiente en ello, es muy duro pensar primero en el prójimo, antes que en uno mismo. Las alternativas entre dar y tener, muchas veces hoy las consideramos irreconciliables. De ahí viene la práctica del egoísmo.

Hay una raya muy sutil, entre lo que es egoísmo, lo que es supervivencia y lo que es mejor para todos. Algunos padres no pueden hacer todo lo que desearían hacer para todos, por lo que deciden hacer las cosas lo mejor posible, intentando que sean en beneficio de todos. Incluso pueden tener que beneficiarse ellos mismos a corto plazo, para que haya en el futuro, un mejor futuro para todos. Puede no ser egoísmo, dedicar mucho esfuerzo y horario al trabajo, si con ello se supone que está sembrando, para que todos disfruten de la cosecha.

Ser padres para enseñar las virtudes y valores humanos y practicarlos, dando así ejemplo, es mucho más complicado, que aplicar cuatro teorías psicopedagógicas y esperar el milagroso resultado. Ser padres supone formarse profesional y familiarmente, querer, proteger, mimar, poner límites, educar, acompañar, servir de sparring, aconsejar, ordenar, crear un ámbito cálido de convivencia, sugerir, castigar, orientar, animar, empujar, consolar, servir de modelo, cuestionar, asentir, disentir, comprender, perdonar, resistir, etc.

El egoísta siempre está aislado en su soledad, solamente se cuida de él mismo. Su egoísmo va creciendo continuamente, hasta quedarse solo y volverse un traidor para la familia, los amigos y la sociedad. El que se aísla en su egoísmo, acaba perdiéndose en su auto exclusión, directamente con su comportamiento, despide a los de su alrededor, incluso a los que le quieren.

El egoísmo de conciencia, impide tener un sentido comunitario, que debería llevar a la práctica de las relaciones con el prójimo, empezando por los más cercanos. El egoísta nunca da, siempre dice: “A cuanto toca, sin poner nada”. Siempre termina mal, los demás se dan cuenta y le aíslan.

20 Situaciones donde más se practica el egoísmo:

1.     Cuando en las familias, aunque sobren o falten las cosas, se ignora y desprecia las necesidades de los más próximos: Padres, hermanos y familiares.

2.     Cuando hay injusticias en los repartos de herencias, beneficios familiares, trabajos, ayudas o gastos a realizar.

3.     Cuando todos en la familia quieren tener la razón y se producen graves discusiones, enfados y riñas.

4.     Cuando en los negocios se practica la política del “todo vale”, para obtener el máximo beneficio posible, caiga el que caiga.

5.     Cuando se va contra el Décimo Mandamiento de Ley de Dios, encadenado a otros, como: La codicia, la usura, la ambición desmedida, la lujuria, la gula, la deslealtad, el soborno, la traición, la estafa, el robo, la violencia, el engaño, la simonía, la corrupción, la tacañería, el egoísmo, la mezquindad, la avidez, etc.

6.     Cuando predomina el egoísmo y falta el amor humano y religioso entre la familia, los amigos y la sociedad.

7.     Cuando los cónyuges desprovistos de amor, basan su vida en el egoísmo personal, sin adaptarse al cónyuge y esperando siempre obtener ganancias.

8.     Cuando cada uno, creyéndose el centro del universo, quiere las cosas para sí mismo, anteponiendo sus caprichos, a las necesidades de su propia familia.

9.     Cuando alguno de los cónyuges, goza de una buena posición económica y social, disfrutándola egoístamente, sin compartir los beneficios con la familia.

10. Cuando pudiendo ayudar con tiempo, dinero o conocimiento, a quienes menos tienen, no hacen absolutamente nada por su prójimo, Estando en una situación, en que debería hacerse.

11. Cuando solamente se piensa en acumular, para sentirse seguro o poderoso,  quedándose con todo, sin darse cuenta de que ayudar o compartir, brinda un beneficio espiritual, social y económico mucho más profundo que lo imaginado.

12. Cuando en el matrimonio, no hay entrega ni adaptación completa del uno al otro, pensando solamente en el beneficio propio, sin dar nada a cambio.

13. Cuando en la familia, no hay solidaridad con todos los componentes y solamente, hay indiferencias hacia los demás.

14. Cuando las acciones están llenas de arrogancia, desentendiéndose de los problemas e inquietudes de los demás, mirando para otro lado, para no verlos.

15. Cuanto no se dan cuenta que dando más, a cambio, se recibe más.

16. Cuando los hijos se olvidan de todo lo que los padres les dieron y estos necesitan ayuda material, emocional o económica.

17. Cuando los hijos una vez conseguidos los bienes de los padres, que podrían dejarles en herencia, se deshacen de ellos y los mandan a un asilo o los abandonan solos en sus casas.

18. Cuando se es impuntual, por el hecho de ser egoísta con los propios gustos, tiempos, caprichos o conveniencias.

19. Cuando el egoísmo se utiliza, como músculo destructivo o limitante del matrimonio, hasta conseguir anular la vida del otro cónyuge.

20. Cuando los padres, para ganarse la incondicional sumisión de los hijos, les ofrecen injustificados o excesivos premios.

Los padres tiene que enseñar a sus hijos, primero con el ejemplo y después con instrucciones claras y concretas, sobre la relación que tiene el egoísmo, con el resto de los pecados capitales. El egoísta es posesivo, egocéntrico, narcisista, presumido, ególatra, inhibicioncita, tacaño, etc.

El egoísmo híbrido, lo manifiestan en el consumo y en otros aspectos de la vida, los que no escatiman nada y derrochan, cuando se trata de satisfacer sus caprichos o necesidades, pero contrarrestan ese egoísmo personal, cuando tienen que decidir sobre cosas sin importancia o baratas. Entonces quieren demostrar que son esplendidos. Suelen ser muy elocuentes cuando gastan para ellos y muy parcos, cuando lo hacen para otros. Compra las cosas buenas y caras para él, pero compra lo más barato y peor para su familia, siempre con interés emocional, personal o social.

Este ejemplo se refleja en los cónyuges, que retienen para sí la parte más importante de los ingresos familiares, y el resto lo entregan a la familia, para que se arreglen como puedan, sin importarles las necesidades familiares.

Los egoístas no se sacrifican por los demás, Primero yo, después yo y siempre yo. Piensan que cuando les toque la hora de los sufrimientos, alguien les ayudará, pues para eso están los familiares, amigos o la sociedad. Se suelen olvidar de los sacrificios que otros hicieron por ellos, y que lógicamente, si no fueran tan egoístas, ahora tendrían ellos que corresponder. ¡Que me den y que me den! ¡A cuanto tocamos sin poner nada!

Cuántas personas están pidiendo a gritos, aunque muchas veces silenciosamente, que alguien les quiera, que alguien les diga una palabra amable, que alguien se sienta satisfecho por ellos. Pero el egoísmo impide ver lo que sucede alrededor, pues solamente quieren escapar emocionalmente, para satisfacer su egoísmo. Buscan ser felices, sin saber muy bien ni dónde, ni cómo, ni con quién. En esa desesperada huida, para satisfacer su egoísmo, se van a lo aparentemente más fácil, buscando compensaciones, huidas y placeres.

Se lucha contra el egoísmo impulsando, arrastrando o volcándose con el prójimo que nos necesita. Ya que tirando de los demás, consciente o inconscientemente, se mejora uno mismo y se produce y consolida la amistad y el amor a los demás, aunque la compensación no sea inmediata, pero sí real y eficaz. Cuando se busca el bien del prójimo, con cariño y naturalidad y servirle sin contraprestaciones, los hijos lo ven y aprenden a tener, menos problemas personales o a solucionárselos. Dándose a los demás, no necesitan de falsas evasiones y escapismos, para sentirse satisfechos.

Yo, y primero yo, es el principal fruto del egoísmo, que suele producir la búsqueda peligrosa y desordenada de placer y la necesidad imperiosa, de evasión física y mental. Algunos tratan de conseguirla, dañándose cada vez más, ignorando inconscientemente su debilidad o anemia emocional y, las formas de salir de ella.

La familia tiene un papel  fundamental, en la lucha contra el egoísmo. El amor al prójimo, enseñado en la  familia, es la mejor medicina preventiva, el ámbito natural, en el que los hijos deben aprender a amar. El mayor regalo que pueden hacer los padres, es dando su propio testimonio de amar bien al prójimo, empezando por los hermanos, familiares y amigos. Los padres tienen que ser un modelo auténtico de amor, y enseñar a los hijos desde pequeños, que el horizonte o punto de mira, no son ellos mismos, sino los otros.

El egoísta es la antítesis del filantrópico, pues este da todo lo que puede, basado siempre en las 3 T’s (Tiempo. Talento y Tesoro). Con generosidad, pone su experiencia, conocimiento y pasión, al servicio de los demás. El egoísmo también se refleja en las personas, empresas o asociaciones. Los padres tienen que enseñar a sus hijos, a dar generosamente, no solamente cuando es fruto de un impulso, emoción o simpatía. Tienen que aprender a adquirir el conocimiento, para hacerlo dentro de una estrategia de su plan de vida. La idea de dar, debe ir más allá de un regalo o donativo, pues debe hacerse, intentando que las personas y el mundo sean mejores.

Los que quieran eliminar o disminuir su egoísmo, deben saber que, uniéndose a otras personas o grupos altruistas, encontrarán muchas razones, para poder mejorar su forma de convivencia con la sociedad. La unión hace la fuerza, incluso para cambian los defectos propios. Consúltelo como hacerlo con un experto sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que practique y él le ayudará. Pasar de egoísta a dadivoso no es tan difícil.

El egoísmo en algunas personas no tiene límites, lo quieren todo para sí y nada para los demás, la avaricia les puede. No se quieren da cuenta, de las necesidades que hay delante de sus ojos y siguen queriendo más cosas para ellos, aunque ya lo tengan casi todo, incluyendo lo que no necesitan y lo que les estorba. No se enteran, de que son unos privilegiados y siguen queriendo más y más, incluso aunque no hayan hecho ningún mérito, ni esfuerzo, para conseguir las cosas que tienen.

Hay una emergencia educativa, contra el egoísmo en las sociedades plagadas de consumismo, sin límites, y del culto al Yo y la práctica del Ego. Se necesita que los padres, primeros y principales educadores, con sus derechos y obligaciones, se den cuenta del problema de su difícil y hermosa responsabilidad, de educar a los hijos. También deben aunar sus esfuerzos, compartir experiencias y coordinar los objetivos y acciones, entre los diversos ámbitos: familia, escuela y sociedad. En orden a la transmisión de las virtudes y valores humanos, que son los únicos conceptos, que pueden contrarrestar la plaga del egoísmo actual.

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Aquí encontrará respuestas a sus preguntas. Lea este articulo titulado: ESCUELA PARA PADRES. Qué es, para qué sirve y cómo funciona de forma virtual.

Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

No dudeis en comunicaros conmigo para cualquier comentario. Un saludo, Francisco francisco@micumbre.com

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