ESCUELA PARA PADRES
Carta de los abuelos a su nieta, al recibir el Sacramento de la Confirmación.
Queridísima nieta:
Dentro de unos pocos días recibirás el Sacramento de la Confirmación, al que con tanto interés te has estado preparado desde hace casi tres años, dedicando en la Parroquia unas cuantas horas durante muchos domingos. Va a ser un día lleno de felicidad y por lo tanto de alegría.
¡Que mayor te has hecho! Has llegado a la etapa de pensar por ti misma y aceptar voluntariamente tu FE católica, para recibir y que te acompañe siempre el Espíritu Santo, igual que lo recibieron los Apóstoles en “lenguas de fuego”. Ese día será tu “Pentecostés personal” y te ayudará a defender tus firmes creencias ante todos, pensando y amando siempre al prójimo, sin juzgarle, porque todos tenemos defectos, que algunas veces vemos en los demás, sin mirar los nuestros. Por algo Dios nos dijo “amarlos como a nosotros mismos”.
Por nuestras vivencias te aseguramos, que en muchos momentos hemos pedido ayuda especial al Espíritu Santo y nos la ha dado, sobre todo cuando hemos tenido que dar testimonio de nuestra FE y no sabíamos cómo, el Espíritu Santo nos ha inspirado y guiado. Ahora mismo se lo pedimos, para que esta carta, te ayude a reflexionar en tu futuro.
Estamos muy felices de que seas nuestra nieta y muy orgullosos de tu carácter y comportamiento.
Siempre eres muy muy cariñosa.
Siempre eres responsable con tus estudios.
Siempre eres muy educada y delicada en tu trato.
Siempre sonríes, aunque el de enfrente esté serio y así le consigues su sonrisa.
Siempre has sido muy obediente, incluso desde bien pequeña, a lo que tus padres te pedían y enseñaban, incluído lo que tus abuelos decíamos y escuchabas nuestra forma de reflexionar sobre ello.
Siempre has sido recatada en el vestir, pues tu mamá te lo ha enseñado muy bien y espero que sigas así. Eso, además de feminidad y elegancia, es no llamar la atención de forma negativa a los demás.
Siempre te hemos visto relacionarte bien con los demás. Esperamos que sigas así, sin discriminar a nadie por su lugar de nacimiento, conocimientos o categoría social. Tú tienes la gran suerte de que Dios te ha regalado el nacer en un buen lugar y una buena familia, con buen ambiente, donde no falta nada, incluso sobra, gracias al esfuerzo de tus papás.
Siempre has sido una niña cariñosa, responsable, delicada, alegre aunque alguna cosa no esté a tu gusto, porque tu alegría lo puede cambiar. Siempre con la sonrisa, para que seas un espejo y los demás sonrían, incluso cuando no tengas ganas. Y sobre todo pensando en los que te rodean para hacerles felices, que eso te dará a ti, la felicidad. Mucho más que las cosas materiales.
Si sigues siendo tan responsable, como ya lo eres, llegarás con tu esfuerzo a las metas que te propongas, ya que tus papás, te han ido formando desde la cuna en los valores y las virtudes humanas, que es el mejor regalo que han podido hacerte.
Debes saber que para los padres, tu educación es un gran esfuerzo, porque es más fácil decir a los hijos que «si» que decirles que «no». Pero ese «no» es el que va formando para toda la vida. Y cuando se hacen los hijos mayores lo agradecen y tú ya estás llegando a ello y valorando el gran amor que te tienen y lo dedicados que están, siempre hacia ti, 24/7.
Damos gracias a Dios todos los días, porque nos regaló el nacer en un buen lugar y una extraordinaria familia, que nos dio cariño, educación en la FE y en la vida y eso nos preparó para que lo pudiésemos trasmitir a nuestros hijos y ellos a nuestros nietos, donde estás incluida.
No olvides incluir en tus oraciones de agradecimiento, que Dios nos ha regalado lo mejor. Y pedirle que no le olvides nunca, porque EL, nunca te olvida.
Recuerda que tú, ni tu catecismo, ni tus prácticas religiosas han terminado. Aunque no asistas al catecismo de la Parroquia, debes seguir aprendiendo sobre tu religión católica, porque ello te dará más fuerza y así ayudarás más a otros y tu vida será más feliz. Esa es nuestra obligación, como una pequeña correspondencia a todo lo que Cristo se sacrificó por nosotros, que hasta nos dio su Vida.
La Confesión nos da una gran fortaleza en ese hablar con Dios, una gracia especial y nos ayuda por medio del sacerdote, a dirigir nuestro camino. ¡Recuerda que Dios te ama y te perdona siempre!
Y la Comunión es ALIMENTO DEL ALMA. Así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir, para no estar débil sino fuerte, para no estar enfermo sino sano, así nuestra alma necesita COMULGAR para estar sana y fuerte. Y EL nos lo dejó, para darnos fuerza.
Tienes que estar siempre muy orgullosa de ser Católica y demostrarlo a los demás con tus actitudes externas. Sabiendo que voluntariamente asumes el compromiso de serlo a través del Sacramento de la Confirmación.
Sabes que te queremos mucho, mucho y damos gracias a Dios por tenerte como nieta y por lo feliz que nos haces. Desde que naciste y nos echabas tus bracitos en cuanto nos veías. Reza mucho por nosotros.
Un gran abrazo duradero y muchos besos. Sabes que siempre estaremos contigo, desde aquí o desde Allí.
Tus abuelitos.
Si tienen algún comentario, por favor escriban a francisco@micumbre.com