Tengo un hijo adicto al Internet y a las pantallas electrónicas


ESCUELA PARA PADRES 

Tengo un hijo adicto al Internet y a las pantallas electrónicas 

  • 10 Cosas que los padres tienen obligación de conocer sobre el uso del Internet, teléfono y otras pantallas electrónicas de sus hijos
  • 15 Prohibiciones no negociables, que los padres deben imponer sobre el uso del Internet, el teléfono y otras pantallas electrónicas
  • 10 Reglas mínimas y elementales para que los hijos manejen el Internet, teléfono y otras pantallas electrónicas

3,132 Palabras. Tiempo de lectura 11:25 minutos 

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Cuando un hijo tiene esta adicción, es que carece de la educación y práctica de las virtudes y valores humanos, que sus padres tenían que haberle inculcado desde pequeño. Esta adicción suele ser producida, entre otras cosas, por la costumbre que ha crecido poco a poco y se ha convertido en una disculpa, que emplean para aislarse de la convivencia familiar, de sus obligaciones escolares y familiares que les corresponden y para encubrir sus problemas de comunicación y timidez. Creen que ejerciendo esa adicción, van a encontrar el necesario apoyo familiar fuera de la casa, en la calle, con amigos o desconocidos, pero eso es un grave error, pues no existe el apoyo familiar fuera de la familia, salvo desgraciadas excepciones. Sustituyen su tiempo y objetivos, de primera calidad, dedicándolo a esa adicción. Su tiempo disponible está limitado por sus obligaciones ineludibles, relacionadas con los estudios, la familia, el trabajo, la formación y práctica religiosa, los amigos físicos, etc. y no para dedicarlo a estas adicciones. Jamás los hijos encontrarán a su verdadera familia, en estas adicciones, ni en las redes sociales. 

Algunos hijos, abusando de una mal entendida y consentida privacidad de sus habitaciones, se absorben durante largas horas, incluso nocturnas, en la utilización de las pantallas electrónicas. Esas adicciones les suponen, entre otras cosas, una disminución del descanso necesario y una acumulación sistemática de escasez, de las horas de dormir mínimas, requeridas. Lo que conlleva que a la mañana siguiente, no puedan estar en condiciones de rendir adecuadamente con sus obligaciones escolares, ni familiares. Al tener rendimientos bajos, por su acumulación de sueño y cansancio, baja su rendimiento escolar con las consiguientes malas calificaciones. Y sin llegar a malas notas, si menores de las que están capacitados. Con las malas calificaciones, aumentan las ganas de abstraerse e inhibirse de ese problema y se entregan con más énfasis, en la adicción de las pantallas electrónicas. Así empiezan un círculo vicioso, que nunca terminará de forma positiva. 

Nunca es demasiado tarde. Cuando los padres o los hijos, tienen partida el alma por la soledad o por la descomposición familiar, tienden a recibir la información y las pautas de comportamiento, a través del Internet, de los teléfonos y de las pantallas electrónicas. Normalmente no quieren saber, dónde recurrir para obtener una guía en su educación, teniendo que asumir sus propias responsabilidades, sin haber sido enseñado a resolverlas. Tienen que informarse bien, para aprovechar las ventajas y prevenir los posibles peligros de esas herramientas virtuales. Para eso están los sacerdotes, pastores, rabinos, imanes, maestros y organizaciones, que tienen experiencia en resolver estos casos de adicciones. Es cuestión de que los padres, asuman esa situación de error de los hijos y busquen las herramientas y consejos necesarios, para convencerle de las maldades de esa adicción. 

Están aquí y han llegado para quedarse e ir creciendo. El Internet con su información y las posibilidades de chatear y mantener conversaciones, los teléfonos celulares con el envío y recepción de textos y fotografías, los juegos electrónicos y toda la gama de adelantos electrónicos. Ellos nos facilitarán o nos complicarán la vida, pues su utilización puede ser muy buena o muy mala, según el uso que los hijos hagan de ella, de lo que vean hacer a sus padres, y del caso que hagan a las normas y consejos, que sus padres y la sociedad les den. 

El uso del Internet y de las pantallas electrónicas, debe realizarse dentro de un orden, con corrección, con método, con normas, con obediencia, con educación, con buena conducta personal y social, etc. Para su diario uso y no abuso, también aplica la práctica de las virtudes y valores humanos. 

Los padres tienen la obligación y el derecho indiscutible e irrenunciable, de poner normas sobre el comportamiento que los hijos tienen que tener, en la vida familiar, tanto dentro como fuera de la casa. En estas normas están incluidas, las relacionadas con la utilización del Internet y con las pantallas electrónicas. Se supone que estas normas, son para los hijos menores de edad, que vivan en el domicilio paterno. Si son mayores de edad, algunas condiciones podrían variar. 

10 Cosas que los padres tienen obligación de conocer, sobre el uso del Internet, teléfono y otras pantallas electrónicas de sus hijos:  

  1. Todas las páginas de Internet visitadas por los hijos, los horarios y duración. Separando los que sean de estudios, con los de diversiones.
  2. Cuáles son las redes sociales, donde están inscritos.
  3. Con quiénes han mantenido chats, en qué horarios y su duración.
  4. Cuáles son los costos de la utilización del Internet, aunque no los paguen los padres.
  5. Cuáles son los números, tiempos utilizados y costos, donde los hijos han enviado o recibido conversaciones, textos o imágenes. A través de las facturas de los teléfonos, en la mayoría de los casos, se pueden conocer perfectamente.
  6. Si se han cumplido las normas de conducta, establecidas por los padres.
  7. Si practican el cyberbullying, sexting o grooming contra sus compañeros, o si los hijos son las victimas.
  8. Si  los hijos están usando razonablemente estas herramientas electrónicas, o están abusando de ellas, o se han hecho adictos a su utilización.
  9. Si los aparatos que utilizan son propios, prestados o de dudosa procedencia.
  10. Si el estilo de interacción en el Internet y teléfono, está de acuerdo con las reglas de la buena educación y profesionalidad habitual en la sociedad. 

Para que conozcan perfectamente lo que los hijos han hecho en el Internet, recomiendo a los padres que en cada computadora de sus hijos, instalen y utilicen el programa que ofrece gratuitamente y en español http://www.pc-guardian.org/   

15 Prohibiciones no negociables, que los padres deben imponer sobre el uso del Internet, el teléfono y otras pantallas electrónicas. Estas prohibiciones deben estar sustentadas en unas reglas escritas, perfectamente claras. Si les parecen muchas prohibiciones y no quieren imponerlas, siempre pueden bajar el nivel de exigencia, en la educación de los hijos o negociar con ellos, cuáles son los limites que los padres están dispuestos a admitir. Los padres no tendrían que implantar la mayoría de estas prohibiciones, si los hijos estuvieran bien formados en las virtudes y valores humanos. 

  1. Prohibir que los hijos faciliten datos personales y familiares por el Internet, para evitar los daños que esas decisiones puedan causarles a ellos y a la familia.
  2. Prohibir las citas en el mundo real, con personas extrañas, que se han conocido en el mundo virtual, para evitarles situaciones peligrosas, con los depredadores sexuales.
  3. Prohibir poner, recibir y mantener fotografías en el Internet, que puedan suponer pornografía infantil o que ataquen a la intimidad o privacidad personal.
  4. Prohibir los videojuegos, que contengan o inciten a la violencia o pornografía.
  5. Prohibir la entrada en las páginas de Internet, que les induzcan o exhorten a la anorexia y bolumia.
  6. Prohibir el sembrar mentiras, rumores, bulos; chismorreos, etc.
  7. Prohibir el envío de amenazas verbales o por escrito, a través del Internet o del teléfono.
  8. Prohibir el envío de mensajes desagradables, fotos, correos electrónicos acosadores, etc., que pudieran producir cyberbullying, sexting o grooming.
  9. Prohibir grabar en los teléfonos móviles, acciones violentas con sus compañeros y difundirlas por el Internet.
  10. Prohibir que escriban los textos, con un lenguaje inapropiado o lleno de abreviaturas, que estropearan irremisiblemente su lenguaje, para cuando pretendan escribir formal o profesionalmente.
  11. Prohibir la utilización de estos aparatos electrónicos, si no se ajustan a las normas establecidas de cuándo, cuánto, con quién y para qué, pueden o no pueden utilizar. Tiene que haber tiempos de estudios, de diversión, de familia y de socialización con sus amistades.
  12. Prohibir la utilización de estos aparatos electrónicos, si no se ajustan a los códigos de cortesía y educación, que son admitidos en cada país y universalmente.
  13. Prohibir que las pantallas electrónicas, estén situadas en lugares aislados del hogar, para que los hijos cuando las utilicen, sepan que están vigilados continuamente. No es conveniente ponerlos en las habitaciones de los hijos y mucho menos que tengan las puertas cerradas.
  14. Prohibir los contratos donde los pagos de esos servicios, estén fuera del nivel de la economía de la casa, contratos que siempre deben estar bajo el control de los padres, y en su caso, negociando la cantidad y forma de pago, de acuerdo con un presupuesto establecido. Si los hijos tienen que contribuir a su pago, aprenderán a seleccionar el consumo y los tiempos de utilización.
  15. Prohibir el nivel acústico peligroso, de los aparatos reproductores de música, como son los MP3, etc. para evitar la disminución en el rendimiento escolar y que los oídos se puedan dañar, puesto que actualmente la sordera se ha convertido en una nueva enfermedad entre los jóvenes. 

Los padres deben estar muy alertas, con la forma en que sus hijos interactúan en el Internet, en las pantallas electrónicas y en las redes sociales, pues muchos jóvenes han tenido algunas malas experiencias, de muy difícil arreglo. Es muy triste comprobar como estos jóvenes, se siente arrepentidos,  avergonzados, culpables, estafados, asustados, violados moralmente, enfadados, contrariados, molestos, indignados y estúpidos, por las acciones que ha cometido de forma activa o pasiva, en el Internet y las pantallas electrónicas.

Los padres tienen que sensibilizarse y sensibilizar a sus hijos, sobre las imprescindibles herramientas de control parental, que tienen que usar para supervisar los contenidos a los que acceden los hijos. Hay numerosas páginas de Internet en español, donde facilitan programas gratuitos, con fórmulas y herramientas de protección de las computadoras, así como de control de acceso a sus contenidos. Cuando los hijos son bilingües, es muy necesario extremar las precauciones, pues los filtros que impiden que pasen determinados contenidos, tienen palabras en un solo idioma. Es posible que los padres tengan que poner filtros diferentes, uno para cada idioma, y adaptarlos continuamente a las nuevas palabras, que aparecen en las pantallas electrónicas.

Los padres tienen que tener, las ideas muy claras, sobre lo que son las normas de actuación en el Internet y los controles correspondientes. No se pueden quedar, en no hacer nada, hacer un poco o hacer solamente la parte que les convenga, pues por cualquier sitio, puede entrar el problema. Esos controles tienen que ser totales, pues los riesgos existen y hay que conocerlos para poderlos combatir. Si los padres pagan tanto dinero mensualmente, por instalar en la computadora un antivirus informático para protegerla de los ataques externos, cómo no van a hacer un esfuerzo muchísimo mayor, para prevenir los peligrosos virus morales y sociales, que con toda seguridad atacarán a sus hijos, si no tienen bien emplazados las blindajes. Además de los ataques que los hijos puedan hacer a otros o a si mismos, voluntaria o involuntariamente. 

El bisturí es una herramienta para curar, también puede ser para mutilar o matar. El Internet es una herramienta para comunicar, informar, educar, etc. Antes de instalar en el hogar el Internet, o si ya está instalado, los padres deben educar a los hijos en su manejo social, enseñando la normas básicas de convivencia. 

10 Reglas mínimas y elementales, para que los hijos manejen el Internet, teléfono y otras pantallas electrónicas.

  1. No enviarán las direcciones a la vista de todos, deben ponerlas en Bcc de forma que queden ocultas, así evitarán que otras personas se las apropien, las vendan o se dirijan a ellos sin su permiso.
  2. No harán comentarios de otras personas a través del Internet, porque pueden retransmitirlos hasta el infinito por la red y crear una mala imagen, imposible de arreglar. Como el lanzar al aire las plumas de una almohada, nunca podrán recogerse todas.
  3. No escribirán los textos en mayúsculas o en color rojo, pues dan la sensación de agresividad.
  4. Darán las gracias, a los que se han acordado de ellos y se han tomado la molestia de escribirles.
  5. No abusarán de la amistad o parentesco, inundándoles de correos basura.
  6. No dejarán la computadora en la habitación privada de los hijos, hasta que sean mayores de edad. Siempre deberá estar al alcance de la vista, en la habitación donde se haga la vida familiar, para poder tener control de su utilización.
  7. Examinarán los sitos, dónde han estado visitando los hijos y las páginas que han visto o a dónde han escrito, para saber lo que han hecho y a quién, y así poder aconsejarles.
  8. Les darán normas claras de lo que deben hacer y de lo que no deben hacer, así como el horario de trabajo, diversión y la cantidad de tiempo a emplear en cada cosa, bien expresado en horarios máximos de permanencia y alternancia, con la convivencia familiar.
  9. Investigarán en el Internet y en el teléfono, las páginas y personas que visitan, o con las que mantienen relaciones.
  10. No permitirán que los hijos utilicen el Internet, en sitios donde no tengas control de lo que han estado haciendo, como casas de amigos o bibliotecas públicas, sin control parental, Cibercafés, etc.

En la época actual, los padres tienen que estar muy bien informados, sobre todos los aspectos relacionados con las pantallas electrónicas, teniendo que añadirse un coeficiente multiplicador del mil por uno, puesto que los hijos, están sometidos a una constante presión por sus amigos y por la sociedad en general, que se refleja en los medios de comunicación. Para ello disponen de muchísimos libros, conferencias, páginas de Internet especializadas, bibliotecas públicas etc., donde encontrarán, amplios conocimientos familiares, criterios de orientación,  consejos, estrategias y técnicas educativas, adaptables en las diferentes edades y a cada circunstancia familiar. Pero sobre todo, deben informarse bien de los sacerdotes, pastores, rabinos, imanes, médicos, pedagogos, psicólogos, trabajadores sociales y personas bien formadas, que sean expertos en enseñar este tema. Todos los padres han sido cocineros antes que frailes, y saben cuales fueron sus puntos fuertes y sus puntos débiles, sus éxitos y sus fracasos.

Los padres son soberanos con sus determinaciones, pero también son únicos responsables de lo que hagan o no hagan, en contra o a favor, de la educación de sus hijos, ya que algunas decisiones, pudieran ser irreversibles. Para ello cuentan con los inmejorables consejos, que ofrecen los expertos en familia. Los padres tienen que ser flexibles, en los límites que se pongan a los hijos, evitando que hagan lo que quieran hacer, aunque no les convenga.

Los padres deben explicar muy claramente a sus hijos, que una de las primeras cosas que les van a preguntar en las selecciones para un trabajo, entrada en la universidad, noviazgos, etc. es, en qué han empleado su tiempo libre. Si la respuesta es que su tiempo libre, lo han dedicado a estar delante de las pantallas electrónicas, como televisión, Internet, video juegos, chats, etc. tendrán muy pocas posibilidades de ser aceptados.

Las fotos, videos o mensajes que se ponen a circular por el teléfono o el Internet, aunque sean anónimas o privadas, se convierten en públicas y pueden caer en manos de profesores, empresarios, novios, familiares, amigos, pederastas, depredadores sexuales, etc. haciendo un mal irreparable, en la fama de las personas, lo que se denomina: Cyberbullying, grooming, sexting, etc. Es una vergüenza observar, cómo se insultan los adolescentes y preadolescentes, en las páginas de las redes sociales y a través del envío de mensajes telefónicos, cuando se enfadan por cualquier cosa, que a los adultos nos parece sin importancia. Son difamaciones insultos, mentiras y comentarios graves y dañinos, que algunas veces quitan la fama de los hijos para siempre.

Responsabilidad de los padres. La responsabilidad sobre los hijos es indelegable, como lo hemos comentados en algunos de los artículos relacionados, por lo que deben estar muy atentos, para tener control sobre las actividades de los hijos, vigilando el contenido de sus teléfono, Internet y pantallas electrónicas, etc. En resumen, conocer la cibercomunicación: A quién llaman, quién les llama, a quién escriben, quién les escribe, qué páginas visitan, quiénes son sus amigos en sus redes sociales, etc. Hay muchos sistemas, para que los padres estén bien informados, de lo que hacen sus hijos y cada padre, deberá elegir cual es el mejor, preguntando a los expertos en cibercomunicación la forma de hacerlo, para en su caso, poner remedio inmediatamente, antes de que sea tarde.

Los padres tienen que estar muy alertas, para ayudar a que los hijos no sean contagiados por los intereses de algunos medios de comunicación; periódicos, revistas, TV, radio e Internet,  pues algunos ponen mucho énfasis, en proclamar contravalores humanos, los cuales están íntimamente asociados con las actitudes de los hijos vagos: La descompensada exaltación del ocio frente al trabajo, la desvalorización del esfuerzo, la obtención del éxito fácil y a cualquier precio, la dispersión en los objetivos a alcanzar, la intolerancia y frustración hacia las cosas que suceden, la incitación al consumo junto al quererlo todo aquí, ahora y primero yo, más un largo etcétera. Se puede y debe tener confianza en las cualidades morales de los hijos, pero nunca tenerlas del mundo cruel que les rodea.

El compartir los momentos familiares, con juegos de video ó viendo juntos películas adecuadas, son muy buenas referencias educacionales, de cómo se puede dar una interacción positiva en la familia. Un buen ejemplo es el sistema Wii para jugar participativamente con la familia, hacer ejercicio y ver películas, porque ayuda en la unión familiar. Cuando los miembros de la familia descubren nuevas formas de socializar entre si, se dan cuenta que aumenta su nivel de comunicación y confianza mutua. 

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