Familias con padrastros, madrastras, hijastros, hermanastros y adoptados


ESCUELA PARA PADRES

Familias con padrastros, madrastras, hijastros, hermanastros y adoptados.

  • 21 Conceptos a tener en cuenta previos a la toma de la decisión de reconstituir una nueva familia
  • 10 Conceptos a tener en cuenta cuando ya esté reconstituida la nueva familia
  • 13 Frases muy comunes que los nuevos cónyuges deben intentar que los hijos o los hijastros no las digan
  • 10 Situaciones que pueden perturbar la mente de los hijos en las familias reconstituidas
  • 10 Acciones que deben tomar cada uno de los miembros de las familias reconstituidas

3,737 Palabras. Tiempo de lectura 14:00 minutos

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Actualmente más del 50% de los matrimonios realizados, terminan en separaciones, abandonos o divorcios. Las cifras varían en función de los países y sus segmentos de población. Son situaciones que originan deconstrucciones y reconstrucciones familiares, que salpican a todos los componentes involucrados.

Motivado por lo anterior, se producen muchos tipos de familia, además de la tradicional. Los divorcios, las uniones civiles, registradas o no, las familias monoparentales, las uniones entre los LGBT, los “homomonios”, etc. originan una serie de circunstancias especiales de convivencia y educación entre los cónyuges, padrastros, madrastras, hijastros, hermanastros y adoptados. Incluso relacionadas con parentescos biológicos, civiles, asimilados, etc. Además de esas figuras, aparecen también los “esposastros”, las “esposastras”, los “abuelastros” y las “abuelastras”, que todos unidos en los sucesivos y cambiantes inventarios, de nuevos parentescos reales o de convivencia, hacen difícil, pero no imposible la convivencia, si previamente hay una adecuada enseñanza y un buen aprendizaje para comprenderse y comunicarse.

En estas deconstrucciones y reconstituciones, donde al final casi siempre suele faltar el soporte físico y afectivo de los padres, biológicos o no, debido a que casi nunca están interesados en los conceptos de convivencia, nacen los principales problemas que hoy afectan a la sociedad: Ausencia de formación religiosa y de la práctica de las virtudes y valores humanos, la violencia, las drogas, el sexo fuera del matrimonio, las adicciones, etc.

En estas familias se pueden tener varios padrastros y madrastras, “esposastros” y “esposastras”, que algunas veces, representan el fariseísmo de la oficialidad de la poligamia, revestida de alternancia temporal, por periodos más o menos largos. Estas situaciones, producen un espectáculo vodevilesco en los actos sociales o en las reuniones de las familias extendidas.

Estas situaciones conllevan un gran reto para racionalizar y convivir, con  una mezcla de apellidos, autoridades familiares, aceptación o rechazo de obligaciones y derechos transferidos, instrucciones dadas y aceptadas, disciplinas diferentes, desiguales educaciones, alimentaciones heterogéneas, variadas relaciones con la enseñanza y práctica escolar, religiosa y social, cumplimiento de contratos prematrimoniales, herencias recibidas y por recibir, enseñanza y práctica de las virtudes y valores humanos, administraciones económicas y de patrimonios, gastos extraordinarios, etc. No deje de consultar con un abogado o experto en temas familiares sobre los temas jurídicos que se le puedan presentar relacionados con los conceptos anteriores.

Antes de pensar en formar una familia reconstituida, deben enterarse y analizar muy bien, la necesidad de regularizar su presente y futura situación religiosa, civil y social, sin dejarse llevar únicamente, por las apetencias personales, ya que ambas partes asumen una gran responsabilidad y compromiso colectivo. La obligación de la educación y formación de sus componentes familiares, dependerá en gran parte del ejemplo que vea en sus padres o padrastros, lo que les servirá como guía para el día de mañana, de todos los integrantes de esa nueva familia. El ejemplo educa o destruye. Sugiero que lean con mucho detenimiento el siguiente artículo: 190 Preguntas prematrimoniales para formar una familia fuerte.

Las familias reconstituidas, ensambladas o combinadas, natural o artificialmente, afrontan mayores retos y dificultades, que las familias tradicionales. Tienen unas relaciones internas y externas más complicadas, intrincadas, antinaturales y difíciles, que las familias tradicionales. A los problemas que puedan tener todas las familias, se les añaden los que originan las costumbres, educaciones especiales, sentimientos contradictorios y adicciones, muchas veces incontroladas o inesperadas, que aportan los nuevos cónyuges o parejas.

Estos conjuntos familiares, tienen mucho mas desgaste emocional y de energías, pues tienen que enfrentarse y solucionar problemas, que no ocurren en las familias tradicionales. Al incorporarse y tener que convivir personas adultas, jóvenes y niños, con parentescos o no entre si, y antecedentes, costumbres, educaciones iguales, diferentes u opuestas.

Solamente podrán supervivir este tipo de familias, si hacen un gran esfuerzo de prestar mucha atención a las cosas, estar muy bien informado de la forma de llevar la familia, dejarse aconsejar por amistades o grupos de ayuda, personas con mucha experiencia, pero sobre todo, dedicar mucho amor a sus seres querido, practicando y enseñando las virtudes y valores humanos.

Todos los componentes nuevos o asimilados, del conjunto familiar, tienen que dominar mucho su carácter, para superar las frustraciones al tener que convivir hijos biológicos, con hijos de otros padres, más los hijos biológicos de ambos. Incluso pueden ser hijos, ninguno biológico de la pareja, pues los aportan de otras relaciones. Pueden ser infinitas las combinaciones entre hijos biológicos o no, hijastros y hermanastros de los padrastros y madrastas, que viven en la nueva familias. Pero en todo caso, son nuevas familias que requieren un cuidado muy especial, para que puedan salir adelante. Mucha más demostración de educación por parte de todos, más tolerancia, más comprensión, más caridad, más dialogo, etc.

            Los padrastros y madrastras, tienen una doble tarea: Por una parte, intentar con un esfuerzo extraordinario, evitar o enmendar los errores cometidos en sus familias anteriores, para poder encontrar el amor y la seguridad que tanto anhelan. Por otra parte, aprender preguntando a los expertos, como se puede conducir esa familia especial que ha formado y dar a cada uno de los componentes el sitio que les corresponde, donde esté incluida una buena educación religiosa, familiar y social.

Especialmente las familias reconstituidas, tienen que tratar de comunicarse mucho y bien, además de intentar estar juntos el máximo tiempo posible, para conocerse mejor, ir limando las posibles asperezas que pudiera haber y solucionar los retos que se vayan presentando. Deben participar colectivamente en salidas al campo, a la iglesia, a la biblioteca, a los museos, espectáculos, etc.  Manteniendo también reuniones periódicas, programadas o no, con toda la familia, para conocer, principalmente, las opiniones de todos sobre las cosas que pasan en la nueva familia, sus preocupaciones y la forma de mejorarlas y así, poder vivir todos más felices y contentos.

21 Conceptos a tener en cuenta previos a la toma de la decisión de reconstituir una nueva familia:

1.      Analicen profundamente, si tienen la capacidad Vd. y su futuro cónyuge, de sobrellevar y solucionar los problemas de convivencia, educación y formación, que con seguridad, se le van a presentar, entre Vds. Y con sus respectivos hijos.

2.      Anote muy claramente, todos los retos a los que se van a enfrentar y coméntelos con su futuro cónyuge. No oculte ni minusvalore, ninguno de los problemas, por cumplir unos objetivos personales, muchas veces egoístas, para los padres o sus hijos.

3.      Comenten como manejarán el dinero y el patrimonio que aportarán a la nueva familia, así cómo administrarán los ingresos y gastos posteriores.

4.      Cuando haya que disciplinar a los hijos, pónganse de acuerdo los cónyuges, sin distinguir si los hijos son biológicos o no.

5.      Dialoguen con el futuro cónyuge y en su caso con los hijos propios y ajenos, dependiendo de su edad física y mental, todo lo relacionado con el posible cambio o continuidad, de los apellidos de origen, de cada uno de los componentes de la nueva familia.

6.      Dialoguen y negocien con las ideas y sentimientos de cada uno de los componentes de la nueva familia, cercanos y lejanos, como quieren llamar y ser llamados, principalmente en el caso de los nuevos padres y de los biológicos. Por los nombres propios o con los nombres coloquiales de papá o mamá, para evitar los nombres tan intensos y distanciadores de padrastro, madrastra, hijastro, hermanastro, adoptado, etc.

7.      Distribuyan entre todos los hijos, las tareas del hogar, proporcionalmente a sus edades y capacidades, y asignen a cada uno, su espacio dentro de la casa, sin excluir ninguna edad ni condición.

8.      Escriban todo lo relacionado con las posibles herencias, pendientes de recibir, los testamentos civiles y vitales, las obligaciones de pago pendientes, etc. Así como el otorgamiento de nuevos testamentos civiles y la participación de cada uno en ellos, incluyendo la adopción o reconocimiento de los hijos ajenos, pero que vivan en la nueva familia.

9.      Impidan que la disciplina y el orden disminuya, en función del parentesco, porque va en contra de los principios de la educación, evitando pensar, si el cónyuge es demasiado blando o duro, con los hijos biológicos o los otros. A todos tienen que enseñarles a pensar, la forma en que deben controlar su conducta.

10.   Intente conocer los sentimientos, de todos los que van a reconstituir esa posible nueva familia, tratando de ponerse en su lugar, sin erigirse en juez.

11.   Intente localizar una nueva vivienda, para evitar problemas con los conceptos de antigüedad y pertenencia.

12.   Negocien y establezcan, nuevas normas familiares y hagan cumplir las que ya existen. Estas nuevas normas, no pueden introducirse bruscamente. Deben ir implantándose poco a poco, siempre respetando el derecho a la privacidad de los demás, siguiendo un código común de comportamiento, vestimenta, horarios, obligaciones y derechos, etc.

13.   No se dejen llevar por su egoísmo, ni por el primer impulso de querer convivir con su posible cónyuge. Previamente a dar los pasos definitivos, consulte e infórmese bien, sobre lo que va a hacer, hágalo con algún experto sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que profesen. Búsquese aliados familiares, amigos o consejeros, que les ayuden a tener éxito. Vds. solos tienen muchas probabilidades de equivocarse nuevamente. No lo dejen al azar. Un asunto tan importante, necesita analizarse desde muchos ángulos y puntos de vista. Hágalo por interés propio o por el compromiso de la familia que va a formar.

14.   Permitan que los hijos se incorporen a la nueva familia, sin tener que renunciar a la anterior, la cual sigue siendo su familia y seguramente, tendrán muchos nexos de unión que nunca deben romperse.

15.   Ponga mucho énfasis en mejorar la forma de comunicarse, tanto con su futuro cónyuge, como con los hijos que ambos aporten a la nueva familia, tratando de ver las situaciones presentes y futuras, desde distintos ángulos de vista, de forma que todos puedan entenderse.

16.   Previamente a formar esas familias, los futuros cónyuges deben dar la oportunidad a los hijos, dependiendo sus edades físicas y mentales, de conocer y sopesar las ventajas e inconvenientes, a plazo corto y largo, del nuevo estilo de vida que les proponen, con la nueva familia. Háganlo por el bien físico y mental de sus hijos, no lo base sobre el egoísmo, comodidad o apetencia de los padres.

17.   Respeten en lo más posible, las anteriores relaciones familiares suyas y de sus hijos. El hecho de reconstituir una nueva familia, no significa que tienen que abandonar las relaciones con los abuelos, hermanos, que no se incorporan a esa nueva familia, primos, cuñados, etc. No tienen que echar por la borda, los años de buenas relaciones que hayan podido tener, ni castigar a esos parientes, con la ausencia o ruptura de los lazos o sentimientos familiares cultivados.

18.   Tengan en cuenta a todos los componentes familiares, presentes y futuros, que normalmente estos tipos de familias reconstituidas, tardan varios años en estabilizarse, entre otras cosas, debido a que los temas financieros, ligados a los matrimonios anteriores, son muy complicados. Pero son muy fáciles de deconstruirse, es decir deshacer analíticamente, los pocos y sencillos elementos, que constituyen su estructura conceptual.

19.   Transmita sus sentimientos e ilusiones realistas, a todos los que vayan a participar en ese nuevo proyecto familiar, haciéndoles ver, que el éxito o fracaso de la misma, va a depender del esfuerzo, la voluntad y la inteligencia que demuestren solidaria y mancomunadamente.

20.   Traten de minimizar y perdonar, en el caso de que haya habido algún problema, con las antiguas familias, es muy posible que sean cosas de los adultos y no de los hijos. Ellos no son responsables y no tienen que sufrir esas separaciones, que algunas veces los adultos realizan exclusivamente por odio, venganza o represalia.

21.   Traten en privado los desacuerdos de Vds. y los relacionados sobre el comportamiento de los hijos, centrándose en el comportamiento específico actual, y no en supuestas faltas, de su educación anterior.

10 Conceptos a tener en cuenta, cuando ya esté reconstituida la nueva familia:

1.      Analice bien si los hijos que antes se llevaban bien con sus padres, cambian de comportamiento o de carácter en su nueva familia. Vigilando muy de cerca, los resultados de sus estudios, prácticas religiosas, amistades, vestimentas, altercados, discusiones, comportamientos en el hogar y fuera de él, etc.

2.      Esté o no esté de acuerdo, demuestre con gran respeto, atención y paciencia a las opiniones sentimientos y preocupaciones de todos y cada uno de la nueva familia, Es el principio de una nueva forma de vida y todos tienen que tener los sentidos muy dispuestos a escuchar y tratar de entender a los demás, para intentar encontrar las mejores soluciones.

3.      Incremente el amor hacia su nuevo cónyuge. Eso le ayudará a solucionar, múltiples situaciones, que sin un profundo amor, será muy difícil de afrontar. Si consiguen tener una familia fuerte, tiene andado la mitad del camino hacia el éxito.

4.      Los cónyuges deben preguntar, indagar y tratar de entender, como ve cada uno de sus componentes, la situación de la nueva familia, sus alegrías y sus tristezas, lo que les suma y lo que les resta. Así cuando surjan diferencias o problemas, les permitirá actuar con rapidez, eficacia y serenidad para solucionarlas.

5.      No tomen ninguna acción que pudiera originar envidias, celos, rivalidades o rencores, en los componentes de la nueva familia, ya que suelen estar mucho más susceptibles, ante cualquier diferencia. El dinero dado a cada hijo o hijastro, para sus gastos particulares, debe ser conocido por todos y hecho con justicia y proporcionalidad.

6.      Pasen el mayor tiempo posible con su nuevo cónyuge, estudiando bien todas las posibles situaciones que pudieran ocurrir y las soluciones correspondientes. Después será muy tarde y ya no valdrá decir: ¡Si lo hubiéramos sabido!

7.      Pidan ayuda a los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que cada uno profese, para compatibilizar la formación y prácticas religiosas de cada miembro de la familia, evitando que haya abandonos, enfriamientos, incompatibilidades o choques.

8.      Primero cada cónyuge por separado y después juntos, expliquen a cada hijo, cual va a ser la posición que cada uno va a ocupar, en la nueva familia y sus derecho y obligaciones.

9.      Procuren tener momentos privados, para estar a solas con cada uno de sus hijos e hijastros, cimentando la nueva relación y haciéndoles saber, lo importante que son para ustedes y el cariño que han depositado en ellos.

10.   Trabaje mucho sobre la integración familiar, intentando que no se formen bandos en la familia y que no haya o desaparezca los conceptos de intrusos, extraños,  antiguos y nuevos. Todos para uno y uno para todos.

13 Frases muy comunes, que los nuevos cónyuges deben intentar que los hijos o los hijastros no las digan. Y si las llegaran a decir, tener bien estudiadas las respuestas:

1.      ¿Por qué a tu hijo, mi hermanastro, le envías a un colegio privado y a mí a una escuela pública, le compras cosas especiales y a mi no, además que tiene privilegios especiales que yo no tengo?

2.      ¿Por qué me haces que viva con estos hermanastros, si es imposible que nos llevemos bien? Tenemos culturas, educaciones y actuaciones totalmente distintas y en muchos casos opuestas.

3.      A mis hermanastros, nunca les mandáis hacer eso, les consentís todo.

4.      Antes de unirnos a esta familia mi papá o mi mamá, me hacían mucho caso y estaban continuamente conmigo, pero ahora, están ellos todo el tiempo juntos o con mis hermanastros y a mi, me hacen muy poco caso.

5.      Extraño a mi papá o a mi mamá, pues me daban muchas cosas y me querían mucho, demostrándomelo continuamente. Ahora nadie me quiere ni me dan nada.

6.      La unión de sentimientos y amistad que tenía con mi papá y con mi mamá ha desaparecido, ahora les parezco un extraño.

7.      Mi madrastra o mi padrastro me tratan muy mal y me discriminan con sus verdaderos hijos.

8.      Mi padrastro o madrastra siempre les dan la razón a los mismos, cuando hacen de árbitros entre nosotros.

9.      Mi papá o mi mamá, nunca me obligarían a hacer esto.

10.   Mis hermanastros y mi papá o mi mamá, me tratan como si fuera un advenedizo, un intruso, un extraño o un raro en esta familia. Me siento excluido de todo.

11.   No me riñas, no eres mi papá o mi mamá.

12.   Por un capricho tuyo, has arruinado mi vida.

13.   Quiero que nos marchemos tu y yo muy pronto de aquí, antes los dos solos, vivíamos mucho mejor.

10 Situaciones que pueden perturbar la mente de los hijos en las familias reconstituidas:

1.      Empezar a tener nuevas amistades y compañeros de estudios en un ambiente que no le gusta y que es muy diferente al que se había acostumbrado.

2.      Encontrarse de repente fuera de lugar al tener que convivir en una familia donde hay niños de muy diversas edades, desde recién nacidos hasta jóvenes adultos, todos extraños.

3.      No tener con quien compartir con plena confianza los sentimientos, miedos y frustraciones de la nueva situación familiar.

4.      Por disciplina, obediencia u obligación, tener que obedecer y dar explicaciones íntimas a madrastras o padrastros con los que no se tiene ninguna confianza ni interés en llevarse bien.

5.      Sentir la angustia de la inseguridad presente y futura de la nueva familia. 

6.      Sentirse separado también de los hermanos biológicos, según el reparto que otros decidieron.

7.      Tener que aceptar y sufrir, aunque choque frontalmente con la educación hasta ahora recibida, los fuertes cambios en su situación y educación familiar, religiosa, escolar, económica, social, geográfica, de salud, etc.

8.      Tener que comprobar con horror como han sido sustituidos el padre o la madre por otras personas, según la decisión que ellos o el juez hayan determinado, pasando de tener padres a tener padrastros, de ser de hijos a ser hijastros, de tener hermanos a tener hermanastros, etc. 

9.      Tener que dar explicaciones a otros familiares, amigos, profesores, etc. de una desagradable situación en la que no han tenido “arte ni parte”.

10.   Tener que renunciar involuntariamente a todas las expectativas y promesas recibidas sobre su futuro escolar y social. Ahora son otros los que decidirán sobre lo que le habían prometido.

10 Acciones que deben tomar cada uno de los miembros de las familias reconstituidas:

1.      Aprender a explicar los sentimientos y puntos de vista con calma, respeto y racionalmente, utilizando todas las posibilidades sociales de comunicación.

2.      Aprender a negociar las cosas que se quieran cambiar, que vayan ocurriendo o que se espera que ocurran, proponiendo opciones que sean del agrado o llevaderas para todos los de la nueva familia y no de algunos solamente.

3.      Aprovechar la nueva situación para estar abierto a todo tipo de posibilidades de aprender los unos de los otros, ya que cada uno de los nuevos componentes aporta muchas cosas o habilidades que pueden ser buenas para los demás. Todos los cambios importantes, voluntarios o impuestos suelen ser difíciles pero también se puede aprender muchas cosas de ellos.

4.      Intentar conocerse profundamente lo más posible, analizando los puntos fuertes y los débiles para procurar mejorar las relaciones individuales y colectivas, sin olvidar que todos pueden estar muy nerviosos y confundidos en el periodo de adaptación, pues ignoran muchas de las soluciones que tienen que dar a las situaciones que se presentan.

5.      Intentar no perder el contacto físico o telefónico con los hijos o hermanos biológicos y otros familiares y amigos, aunque las distancias que los separen sean grandes o las situaciones sean difíciles.

6.      Leer e informarse bien de las posibles situaciones, soluciones y alternativas relacionadas con casos similares ocurridos en nuevas familias reconstituidas.

7.      Llevar un diario con las cosas que pasan para poderlas contar a algún experto consejero o grupo de apoyo, en la búsqueda de soluciones o consuelo ante las situaciones reales o los propios sentimientos de tristeza o angustia.

8.      No escatimar el tiempo, ni la buena disposición dedicada a los otros componentes de la nueva familia, pues todos se necesitan mutuamente para adaptarse y sobrevivir familiarmente en paz y con armonía.

9.      Tratar de convencer con hechos y palabras a los demás nuevos familiares, de la buena disposición a ser un componente más de la nueva familia, intentándoles aceptar y ser aceptado en una plena integración.   

10.   Tratar de encontrar una persona de plena confianza, externa al núcleo familiar, para contarle y pedirle orientación en las situaciones difíciles que se vayan presentado. Esta persona puede ser algún experto sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que profese.

El hecho de querer deconstruir una familia y reconstituir otra, fuera de los conceptos de la ley natural y de las prácticas religiosas y civiles, con los antiguos y nuevos componentes, puede suponer un pésimo ejemplo familiar, que les lleve a todos al abandono de las creencias y prácticas religiosas. Estas situaciones, suelen crear una relación causa-efecto, entre los diversos modelos que las nuevas y antiguas familias hayan asimilado, con las decisiones tomadas. Los cónyuges y especialmente los hijos, necesitan enormemente los soportes emocionales, que toda familia debe tener, para crecer en edad, dignidad y gobierno.

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