Archivo de 30 de agosto de 2011

Pedir perdón a los hijos por haberlos educado mal

ESCUELA PARA PADRES

Pedir perdón a los hijos por haberlos educado mal.

  • 101 Ocasiones en las que hay que decir: Hijo, te pido perdón porque te he permitido hacer lo que querías.  

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Cuando los padres piden perdón a los hijos, reciban o no el perdón de ellos, se les abre un mundo mucho mejor y se liberan de las ataduras, que por sus posibles acciones u omisiones, les impiden vivir felices. 

Pedir perdón a los hijos no se hace solamente con palabras, previamente tiene que haber el pleno conocimiento de lo que se ha realizado mal, un fuerte arrepentimiento, un firme propósito de la enmienda y la certeza de poner los medios necesarios, presentes y futuros, para que no vuelva a ocurrir, además de resarcir los posibles daños producidos a los hijos. Qué difícil es pedir perdón a los que hemos ofendido, no importa habernos dado cuenta tarde. 

¡Hijo! Te pedimos que nos perdones porque no supimos educarte bien y a su debido tiempo y ahora estás condenado en la cárcel o en una gravísima situación irreversible. Nos convino creer que tenía que dejarte tomar tus propias decisiones según tu libre albedrío, aunque no te habíamos enseñado a usarlo. 

También debemos pedir perdón a algunos segmentos de la sociedad que por nuestra culpa u omisión, se han desviado del buen camino moral y social y han caído en el infierno en vida de la delincuencia criminal

Si los padres no piden perdón a los hijos, tengan la edad que tengan, sean los que sean los motivos de los problemas o distanciamientos, antiguos o actuales, claros u obscuros, convierte a los padres en víctimas de sus propios actos y les impide cualquier posibilidad de cambio. Es injusto y pernicioso para padres e hijos, utilizar la tendencia de culpar a otros y hacerles responsables por las propias acciones, omisiones, fracasos y frustraciones. 

¡Padres, no tengan miedo, sean valientes! Tengan el orgullo de saber pedir perdón, no duden a enfrentarse y a pedirlo con sinceridad, reconociendo lo verdaderamente mal hecho y evitando caer en ese mecanismo habitual de defenderse, para no aceptar las propias fallas, limitaciones, debilidades y capacidades. 

Qué difícil es querer darse cuenta de haber educado mal o hecho mal a los hijos. Para ello hay que temer una conciencia muy sutil, afinada y comprometida con la verdadera educación familiar. Muchos padres prefieren no escarbar, en la forma como ha educado a sus hijos. Si no averiguan y ahondan en los hechos, creen que serán más felices, pues así no tendrán remordimientos de conciencia. Algunos padres dicen: Allá ellos, los hijos, que se las arreglen como yo me las he arreglado, con las educación que me dieron. 

Pedir perdón a los hijos, no socava la autoridad de los padres, ni significa perder el respeto del hijo. Al contrario, enaltece a los padres y les hace mucho más importantes a la vista de los hijos. Es un ejemplo de humildad, que los hijos pueden aprender para su futuro. Hay que aprender a pedir perdón a los hijos, por mucho que los padres estén acostumbrados a que se lo pidan, incluso cuando son los generadores del problema. Esta demostración de humildad, además tiene que ser incluso interna. Pedirnos perdón a nosotros mismos también, porque no hicimos lo que teníamos que haber hecho, consciente o inconscientemente, ya que de esa decisión salieron o pudieran salir perjudicados los hijos. 

Cuantas veces se les olvida a los padres o no quieren reconocer, que sus malas actuaciones, por activa o por pasiva, son los responsable de la desgraciadas situaciones, por las que tienen que atravesar sus hijos o de las malas y únicas alternativas, que la sociedad les ofrece. 

Los padres no se pueden quejar si los hijos les salen criminales, revoltosos o sinvergüenzas. Es muy posible que estén recogiendo lo que los padres han sembrado, sobre todo, si no les han educado bien. O cuando los hijos se ven obligados, a elegir circular por malos caminos, como única alternativa para salir del infierno de su casa. Los padres muchas veces, no quieren pedir perdón a los hijos, a pesar de haberlos conducido a que tomen desgraciadas soluciones, al haberlos criado en una familia, carente de los principios básicos que deben regirla. 

Es muy fácil echar la culpa a otros, de los males que nos suceden y muy difícil aceptar que esos males, han sido debido a nuestras acciones u omisiones. Desgraciadamente, las consecuencias hay que pagarlas, por no haber obrado diligentemente, como buenos padres de familia o como miembros de la sociedad. 

101 Ocasiones en las que hay que decir: Hijo, te pido perdón porque te he permitido hacer lo que querías:  

A cada una de las siguientes frases deben añadirle: pero no te decía nada, al ver que eras joven y que todos a esa edad habíamos hecho lo mismo o parecido. Pensaba que tenías que aprender a vivir” 

  1. Cuando adquiriste deudas o responsabilidades que pensabas poder pagarlas, aun a sabiendas que era casi imposible que lo hicieras, y yo acudí a pagarlas o solucionarlas en tu nombre, pero…
  2. Cuando ante la familia o los amigos, no cumplías ni con las mínimas normas de la buena educación o buenas maneras sociales, pero…
  3. Cuando aparecían en tu habitación, en tu mochila o en tus bolsillos, cosas que no te pertenecían, o no correspondían a tu edad, pero…
  4. Cuando aun siendo muy joven, me enteré que mantenías un noviazgo con actitudes externas muy deshonestas, pero…
  5. Cuando circulabas a alta velocidad con mi automóvil o con la motocicleta que te había comprado, incluso sin mi permiso, ni el de conducir, pero…
  6. Cuando con mi sobreprotección, excesiva vigilancia y coacción, te sofocaba y coartaba las alas de tu libertad, frenando tu crecimiento, pero…
  7. Cuando con rabietas rompías tus cosas, sabiendo que después te compraríamos otras nuevas, pero…
  8. Cuando contestabas desagradablemente a tus padres y familiares mayores, con insultos, sarcasmos, ironías o empleando malas palabras, pero…
  9. Cuando decías malas palabras que se habían incrustado en tu vocabulario y no te decía nada, pero…
  10. Cuando dejábamos que te alimentaras solamente con lo que tu querías, hasta que llegaste a enfermar de desnutrición, pero…
  11. Cuando el maestro te reñía o ponía malas notas y le amenazabas con decírselos a tus amigos de las pandillas, para que le rompieran el automóvil o pincharan las ruedas, pero…
  12. Cuando en tu presencia, peleaba o discutía con mi cónyuge, pero…
  13. Cuando estabas parte de la noche enganchado en las redes sociales y a la mañana, era muy difícil que coordinaras tus estudios por la falta de descanso nocturno, pero…….
  14. Cuando exclusivamente para que lo vieran los demás, aparentaba amarte y te protegía excesivamente, sofocándote y frenando tu crecimiento y desarrollo, pero…
  15. Cuando faltabas a la escuela y no te reñía o castigaba, pensando que eras joven y que todos a esa edad habíamos hecho lo mismo o parecido. Tenias que aprender a vivir, pero…….
  16. Cuando golpeabas adrede a tus hermanos, a otros niños o jóvenes, incluso a familiares mayores, pero…
  17. Cuando hacías pequeños negocios sucios o medio ilegales y te felicitaba, pues me enorgullecía que tuvieras madera de empresario, pero…
  18. Cuando he usado el pedirte perdón para manipularte o chantajearte, sobre hacer lo que yo quiero, pero…
  19. Cuando imitabas los gestos y lenguajes obscenos de algunos artistas de moda, además de poner sus fotografías en tu habitación, pero…….
  20. Cuando llegabas a casa observamos tus primeras adicciones, debido a que olías a alcohol, tabaco, marihuana u otros signos externos, malos o impropios de tu edad, pero…
  21. Cuando llegabas tarde a casa no te reñía, ni castigaba, pero…….
  22. Cuando llorabas continuamente hasta que conseguías lo que querías, te conviniera o no, pero…
  23. Cuando maltratabas a los animales por sadismo, sin preocuparte por su sufrimiento, pero… 
  24. Cuando manejabas más dinero del que te habíamos dado, pero…….
  25. Cuando mentíamos hasta en tu presencia, dándote mal ejemplo, pero…
  26. Cuando mentías en cosas importantes, como con los objetos y dinero que tenías, donde habías estado, quienes eran tus amigos, etc., pero…….
  27. Cuando mentías sistemáticamente, para obtener lo que querías, para evadirte de tus responsabilidades o para echar la culpa a otros, pero…
  28. Cuando no aprobabas las asignaturas, debido a que no querías estudiar ni aceptar que te ayudaran, pero…….
  29. Cuando no estuve a tu lado, a pesar de que entonces me necesitabas, pero…….
  30. Cuando no evité que te metieras en situaciones extremas, para llamar la atención y por esa falta de límites, tuviste esas consecuencias tan graves para toda la vida, pero…….
  31. Cuando no hacías las tareas de la escuela y te daba una tarjeta, diciendo que habíamos ido al medico, aun siendo mentira, pero…
  32. Cuando no me interesaba por los contactos que tenias en las redes sociales, aun a sabiendas, que posteriormente hacías citas con extraños, pero…
  33. Cuando no nos importaba el no inculcarte, las virtudes y valores humanos necesarios, para tu formación humana, religiosa, familiar y social, pero…….
  34. Cuando no nos querías decir quienes eran tus amigos, para que no pudiéramos hablar con sus padres, pues teníais una doble vida, pero…….
  35. Cuando no permitías que nadie entrara en tu habitación, aunque sospecháramos que allí escondías cosas peligrosas, para tu salud y vida moral y social, pero…….
  36. Cuando no querías escuchar a tus padres y no éramos capaces de convencerte, ni persuadirte para que lo hicieras, pero…….
  37. Cuando no querías escuchar a tus padres, si te recriminaban o aconsejaban, pero…….
  38. Cuando no querías ir a la escuela y permitíamos que te quedaras en casa o que fueras a casa de otro amigo, que tampoco iba a la escuela, pero…….
  39. Cuando no querías ir a la iglesia, ni a formarte religiosamente y lo consentíamos, dejándote hacer todo lo que quisieras, pero…….
  40. Cuando no supimos enseñarte a que distinguieras entre el bien y el mal, quizás porque nadie nos había dicho como hacerlo, y no intentamos aprenderlo, pero
  41. Cuando no supimos, no quisimos o no pudimos comprender, los cambios propios de tu edad y seguíamos tratándote como si no hubieras crecido, pero…….
  42. Cuando no te decíamos nada, al darte arrebatos de cólera y destrozabas todo lo que tenias a mano, pero…
  43. Cuando no te educábamos, pensando que lo malo que hacías era por nuestra culpa, eras incorregible u ocurría por circunstancias inevitables, pero…
  44. Cuando no te llamábamos la atención, permitiéndote hacer lo que quisieras en la casa o sitios públicos, aduciendo que los niños y los jóvenes son así y que hay que dejarles que tengan su espacio de libertad, aunque molesten a los demás, pero…
  45. Cuando no te llevamos a la tienda a devolver o pagar con tus ahorros, los dulces, juguetes u objetos que habías robado, pero…….
  46. Cuando no te poníamos límites a tus malas acciones y te dejábamos hacer lo que te diera la gana, pero…
  47. Cuando no te poníamos límites, de acuerdo con los valores religiosos, morales ni sociales, a tu mal comportamiento, pero…….
  48. Cuando no te visitamos en el hospital, porque habías tenido un accidente al conducir borracho, sin pensar que la culpa había sido nuestra, por consentirte hacerlo, pero…
  49. Cuando no te visitamos en la cárcel porque habías robado, sin pensar que la culpa había sido nuestra, por haberlo pasado por alto la primera vez, pero…
  50. Cuando no tuvimos la paciencia, comprensión, humildad y grandeza de espíritu, para saber que no siempre teníamos razón y no atendíamos a tus razones, olvidándonos, de lo importante que es el dialogo entre padres e hijos y el saberles escuchar, pero…….
  51. Cuando nos enteramos que hacías sexting en el Internet y en las redes sociales, con fotografías tuyas y de tus amigos, pero…….
  52. Cuando nos refugiábamos innecesariamente, en nuestros trabajos o actividades sociales, para aislarnos de nuestra primera obligación, irrenunciable e intransferible de educar a los hijos, dedicándoles el tiempo necesario en las comidas, en las ayudas de las tareas escolares y en los ratos de vivencia familiar, pero…
  53. Cuando ocultaba a mi cónyuge, lo que había observado sobre tu peligroso comportamiento, pero…
  54. Cuando para quitarte de encima y que no nos molestaras, te dábamos para que gastases todo el dinero que querías, acostumbrándote al consumismo, al despilfarro y a no valorar nada, pero…
  55. Cuando para quitarte de encima y sin que lo necesitaras, te comprábamos los últimos juguetes, aparatos electrónicos y ropa, para que presumieras ante tus amigos y otros familiares, pero…
  56. Cuando pedías permiso para ir a dormir a casa de algún amigo, y no nos preocupaba saber dónde, con quién y por qué estabas allí, pero…….
  57. Cuando pedimos perdón a un determinado hijo, pero no lo hacíamos con los otros, ni con mi cónyuge o familiares, pero…
  58. Cuando pegabas, maltratabas, insultabas o hacías bullying a otros compañeros, pero…….
  59. Cuando permitíamos que comieras lo que quisieras, cuando quisieras y donde quisieras, por eso ahora tienes tanto sobrepeso y sus derivados problemas de salud, pero…
  60. Cuando permitíamos que no tomaras las medicinas o hicieras lo que el medico te había ordenado, debido a que no querías hacerlo, pero…
  61. Cuando permitíamos que realizaras ejercicios, actividades o deportes impropios de tu edad o condiciones físicas y mentales, pero…
  62. Cuando permitíamos que te encerraras en tu habitación, ignorando lo que hacías y nunca estuvieras conversando o comiendo con el resto de la familia, pero…
  63. Cuando permitíamos que tus ropas fueran como la de los pandilleros y llevaras sus signos externos, marcando esa imagen en la escuela, en la familia y con los amigos, pero…
  64. Cuando quisimos educarte de la misma forma, que nos educaron a nosotros, sin tener en cuenta los muchos cambios que ha habido en la sociedad y que deberíamos habernos actualizado, sin perder los principios básicos de la práctica de las virtudes y valores humanos, pero…….
  65. Cuando sabiendo que no estabas bien educado, preferimos mirar para otro lado y no tuve inconveniente, incluso por satisfacción propia, a que te marcharas de la casa familiar a estudiar o a trabajar, aun a sabiendas que fracasarías, pues no estabas enseñado a luchar, ya que te había criado entre algodones o consintiendo que hicieras lo que querías, pero…
  66. Cuando salías con aquellos amigos que llevaban una mala vida, dando mal ejemplo a tus hermanos y quitando la buena imagen de tu familia, pero…
  67. Cuando salías de casa con grandes escotes, pequeñas minifaldas y vestidos deshonestos, y no te decía nada, porque pensaba que eras joven y que todas a esa edad hacían lo mismo y no queríamos que desentonaras, pero…
  68. Cuando sistemáticamente desobedecías y en todo hacías lo contrario de lo que te decíamos, pero…
  69. Cuando te burlabas de otras personas, niños o adultos, porque tenían defectos o eran más débiles que tu, pero
  70. Cuando te castigamos sin tener razón, ya que no habíamos  comprendido bien los motivos de tu falta, ni escuchado atentamente lo que nos decías. Nos habíamos dejado llevar por la indignación y no por la inteligencia, ni la justicia, pero…
  71. Cuando te comportabas de forma agresiva, impulsiva y violenta con tus hermanos, familiares y amigos, pero…
  72. Cuando te consentíamos que hicieras exhibiciones o actividades de alto riesgo, ante tus amigos o familiares, para contrarrestar tu complejo de inferioridad, pero
  73. Cuando te consentíamos que trataras mal a tus abuelos y a otros familiares o amigos mayores, a los que debías respeto, pero…
  74. Cuando te convertiste en vigoréxico por tu mala alimentación, excesivo tiempo en el gimnasio y abandono de tus obligaciones escolares, pero…
  75. Cuando te dábamos demasiada libertad, sin ningún control y que siempre terminaba en libertinaje, pero…
  76. Cuando te dábamos mal ejemplo con nuestro fatal comportamiento en casa y fuera de ella, pero…
  77. Cuando te educamos en un total analfabetismo religioso, similar o rayando en que fueras ateo o agnóstico, pretendiendo que tuvieras una conciencia infantil y sin madurar en las prácticas religiosas, familiares y sociales, pero…
  78. Cuando te encerrabas en tu habitación, con aquellos amigos o amigas raras y no nos preocupábamos de saber lo que hacíais, pero…
  79. Cuando te encontrábamos cosas peligrosas en tu habitación, y decías que se las estabas guardando a un amigo, pero…
  80. Cuando te escatimábamos los más indispensables gastos, para tus materiales escolares y formación, alegando que no teníamos dinero, mientras lo derrochábamos con amigos, en comidas, bebidas, espectáculos y otras adicciones, pero…
  81. Cuando te facilitamos las recompensas, sin que hubieras hecho ningún esfuerzo, pero…
  82. Cuando te he hablado con excesiva dureza, imponiendo mi autoridad, por encima de todo, sin mirar si yo tenia o no la razón, pero…
  83. Cuando te hiciste tatuajes, piercing y otras marcas en tu cuerpo, pero…
  84. Cuando te levantábamos el castigo impuesto o no te ponía ninguno, porque eso alteraría nuestros horarios personales o sociales, pero…
  85. Cuando te llenaste de deudas y tuvimos que declararnos en quiebra, porque no te habíamos enseñado los básicos principios de los ingresos, gastos y ahorros, pero…
  86. Cuando te llevábamos a sitios de personas mayores, para iniciarte en acciones inmorales, pero…
  87. Cuando te llevé a una escuela de alumnos perdedores, que tenía fatales referencias académicas, morales y sociales. Pero era más cómodo para nosotros, no cambiarnos de casa y tener otra escuela mejor, pero…
  88. Cuando te mentíamos para tenerte engañado o para que no te enfadaras, pero
  89. Cuando te metiste en problemas con la policía y te solucionamos la situación, evitándote que sufrieras las consecuencia de tus actos voluntarios, en vez de apoyarte y ayudarte a reconocer y resolver tus errores, pero…
  90. Cuando te mostrabas continuamente de forma maleducada, delante de la familia, amistades y en sociedad, justificándote y no reprendiéndote, pero…
  91. Cuando te peleabas con tus hermanos, abusando de tu edad y fortaleza y no te decíamos nada, pero…….
  92. Cuando te permitíamos tener en tu habitación, la televisión, el Internet y el teléfono, sin querer tener ningún conocimiento de lo que estabas viendo o hablando, pero…
  93. Cuando te pusiste obeso porque no tomabas un desayuno, ni almuerzo balanceado con fruta, cereales, leche, proteínas, vegetales y carbohidratos de calidad  y solamente tomabas, pastelería industrial, pizza, salchichas, patatas fritas, refrescos edulcorados y con cafeína, etc., pero…
  94. Cuando te reprendía o castigaba el maestro y nosotros íbamos a enfrentarnos con él y a reclamarle, por haberte reñido, poniéndonos siempre de tu parte, y a ti no te reprochábamos nada, pero…
  95. Cuando te sobreprotegíamos para que no tuvieras problemas, haciendo nosotros las cosas que tu deberías haber hecho, para que hubieras aprendido a ser un adulto, pero…
  96. Cuando te sobreprotegíamos y no te poníamos límites ni normas, para nada relacionado con tu educación, ni la convivencia en la familia, ni en la sociedad, pero…
  97. Cuando te tratábamos con violencia física o verbal, lo que hizo cambiar tu carácter y volverte más agresivo y desconfiado, pero…
  98. Cuando tenias un empleo y aunque lo necesitáramos, no aportabas nada de tus ingresos, para sufragar parte de los gastos de la casa, pero…
  99. Cuando tirabas la basura por la calle, sin ninguna conciencia ciudadana, ni de educación medioambiental, porque hacías lo mismo que nosotros, pero…
  100. Cuando veías, leías o escuchabas músicas, inapropiadas y peligrosas para tu edad, pero…
  101. Cuando vivías envilecidamente, sin moral ni principios y sin cumplir con los 10 Mandamientos de la Ley de Dios, en un puro autoengaño, pero… 

¡Padres! El análisis de estas 101 situaciones, les puede ayudar a comprobar lo que están haciendo bien, lo que están haciendo mal, lo que no están haciendo y lo que deberían mejorar, en relación con la educación de sus hijos. Así podrán tomar la decisión, de continuar haciendo lo que están haciendo o de enmendarlo, para conseguir una mejor educación de sus hijos y cumplir con la responsabilidad de Vds. y de sus hijos. Si lo hacen, al final ambos saldrán ganando y mucho más unidos. 

¡Padres! Aprendan a educarse Vds. los primeros. Tienen que ser muy buenos alumnos de la educación para poderla enseñar posteriormente a sus hijos. Nadie nace sabiendo, y mucho menos las asignaturas imprescindibles para dar una buena educación a los hijos, como son las virtudes y valores humanos. Pedir perdón, solamente es el primer paso de enmendar los errores cometidos.

Los padres que no piden perdón a los hijos, cuando deberían hacerlo, se suelen encontrar con una gran angustia, motivada por lo que han hecho o por lo que deberían haber hecho y no lo hicieron. El no pedir perdón, suele producir a las personas, enfermedades mentales y emocionales, hasta deprimirlas y volverlas neuróticas, sicóticas, sicópatas, etc. Máxime si esa dejadez, es el origen de problemas graves, en los que estén metidos los hijos. 

Los padres no deben buscar, fuera de sus propias actitudes personales, la explicación a los problemas, fracasos, frustraciones y circunstancias adversas de los hijos. No pueden alegar que ellos educan, como lo hace la sociedad actual o como les educaron a ellos. Eso es buscar chivos expiatorios o factores externos a los que culpar, por las propias acciones. No deben argumentar, que como ellos han sufrido una mala educación, que la sufran otros también, y que como nadie nos ha pedido perdón, por habernos educado mal, nosotros tampoco pedimos perdón a nadie y menos a nuestros hijos. Esto es ser vengativos, egoístas y fracasados, al devolver ojo por ojo, incluso a las personas que más deberíamos querer. 

Los padres que tienen la actitud, de negar su propia responsabilidad educativa, viven encerrados egoístamente, en la propia autosatisfacción del beneficio y gratificación personal, sin tener en cuenta, que se dañan a sí mismo con heridas morales y emocionales, todavía más dolorosas que las físicas. Heridas que van empeorando con el tiempo, especialmente cuando las atesoran, las esconden y no las curan con arrepentimiento, el cual debe estar complementado, con el propósito de la enmienda y la decisión de pedir perdón y perdonar. 

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Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

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