Los estudios de antropología y etnografía para tener éxito, prevenir y evitar el fracaso y la deserción escolar


ESCUELA PARA PADRES

Los estudios de antropología y etnografía para tener éxito, prevenir y evitar el fracaso y la deserción escolar.

  • Las 21 preguntas imprescindibles relacionadas con los hijos y la escuela.
  • Las 24 causas principales por las que algunos alumnos dicen, que ir a la escuela y estudiar, no sirve para nada y la abandonan.
  • Las 5 causas principales por las que algunas familias o individuos, no quieren integrarse en determinadas culturas.
  • Las 12 causas principales por las que el nuevo, distinto y estimulante entorno escolar y social, me anima a ir a la escuela.

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Este artículo no está dirigido expresamente a ningún grupo étnico, religioso, político, ni social. Tampoco a inmigrantes en ninguna ciudad, región o país, ni de ninguna circunstancia especial, pues hay más de 200 millones de emigrantes en el mundo. Unos emigran para mejorar, otros huyen de sus malas situaciones y otros salen perdiendo con la emigración. Por eso en casi todos los países del mundo, diariamente, hay alumnos nuevos que llegan a las escuelas, unos a mejorar y otros a empeorar.

La antropología educativa o pedagógica, social o cultural, estudia el conocimiento del ser humano de una forma integral, dentro de la sociedad y cultura a las que pertenece, a través del tiempo y el espacio. Por medio de sus costumbres, comportamientos sociales, relaciones parentales, estructuras escolares, políticas y económicas, urbanismo, lenguas, medios de alimentación, salubridad, mitos, creencias y las relaciones de los grupos humanos en el ecosistema. También está relacionada, con la aceptación o rechazo de los emigrantes con las nuevas escuelas, la desigualdad ante el éxito escolar, las edades para la socialización, las virtudes y valores humanos que aportan, etc.

Se aplica principalmente, para estimular las actitudes de los padres y maestros y para evitar la confusión, y propiciar la adaptación de las características culturales y lingüísticas de los alumnos, con incapacidades de aprendizaje, que se puedan dar en los cambios a las nuevas culturas y sistemas escolares. Se lleva a la práctica, en el concepto de estudiar las características de las personas, que tienen que enfrentarse a cambiar de ambiente y de sus condicionantes. Realiza el estudio del ser humano, que por su naturaleza, es educable a la vez que educador.

La etnografía  es un método de investigación, que consiste en observar las prácticas culturales de los grupos humanos. Es una de las ramas de la antropología social o cultural. Los datos obtenidos, también son una descripción densa y detallada de sus culturas, costumbres, creencias, mitos, genealogías, historia, lenguaje, época, lugar, etc.

La grafología realiza estudios proporcionados, por los exámenes de la escritura de los alumnos, que ayudan a conocerlos, poniendo énfasis en los conceptos a los que tendrán que enfrentarse, en las nuevas situaciones escolares y en su caso, ayudará a corregirlos.

Unas veces por la emigración obligatoria de la familia y otras por su desplazamiento profesional, provisional o definitivo, los hijos se tienen que enfrentar a asistir a un nuevo sistema educativo, en principio desconociendo si van a poder acoplarse, teniendo en cuenta, las características de ellos y de los sistemas escolares.

Los hijos que no han sido analizados y comparados en sus diferencias antropológicas y etnográficas con la sociedad dominante, y en función de los resultados, no les han entrenados para su nuevo modelo de vida, tienden a fracasar escolarmente y a desertar de la escuela, por lo que se deben buscar las raíces y causas, que provocan su situación. Sólo trabajando sobre las causas, se pueden cambiar los efectos.

Algunos de estos conceptos, son aplicables también a situaciones de inmigración o emigración de los adultos, aplicables en la mayoría de los países, principalmente los que tienen grandes flujos externos e internos, de personas que se tienen que enfrentar a nuevos sistemas escolares o a diferentes formas de vida.

El idioma igual o diferente al del país emigrado, no siempre es el principal problema, pues en las edades tempranas, muy pronto llegan a aprenderlo. Lo más importante es lo que tienen de sus ancestros, las costumbres, los hábitos y la educación recibida, pues son muy difícil de modificar, si no se pone en manos de los padres y de los especialistas. Hay muchos ejemplos de no adaptación en alumnos e inmigrantes que hablan el mismo idioma, pero tienen diferentes actitudes ancestrales.

Los efectos del conocimiento de las características antropológicas y etnográficas de los alumnos, se dan en dos direcciones:

  • Primera, los que pueden salir ganado, pues sus niveles académicos de educación y capacidades, son más bajos que los del sistema donde llegan.
  • Segunda, los que pueden salir perdiendo, pues sus niveles académicos, de educación y capacidades, son más altos que los del sistema donde llegan.

En el segundo de los casos puede ser la mala experiencia, de que vayan a escuelas de menor nivel que el que ellos tienen. Entonces suele ser, como un peligroso paseo divertido, donde aceptar las costumbres, tipos de educación y sistema de enseñanza les hacen peligrar su futuro, al quedarse anulado, el concepto de esfuerzo y continuo aprendizaje. En algunas naciones, donde la escolaridad estatal es obligatoria, este grupo de alumnos sale perdiendo irreversiblemente para su futuro. En el primero de los casos, los alumnos salen ganado.

Algunas veces no se educa suficientemente a los ciudadanos y mucho menos a los alumnos jóvenes, debido a que hay un gran miedo a su posible libertad. Todas las culturas y civilizaciones han educado a sus ciudadanos, porque si no hay educación, no hay humanidad. Estamos ante una emergencia educativa, donde hay que emplear todos los medios posibles que estén a nuestro alcance. Los estudios de antropología y etnografía son estupendas herramientas, para saber cómo es cada una de las personas, que debe ser educada.

Conocernos a nosotros mismos es muy difícil, y mucho más complicado es conocer a los hijos. Pero es imprescindible conocer sus fortalezas y debilidades,  enfocadas en las obligaciones escolares y en su participación. Se supone que todos los padres y maestros,  quieren lo mejor para los hijos y alumnos, pero para evitar errores irreversibles,  deben estudiar profundamente que es lo que quieren y lo que pueden hacer. Para ello necesitarán los servicios de un equipo profesional, interdisciplinario, con conocimientos internacionales, que construya y analice las redes familiares, culturales y sociopolíticas de los posibles alumnos y con los resultados, pueda recomendar lo mejor para cada alumno.

¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Qué voy a dejar en ellos? Estas son las preguntas que deben hacerse los padres y los maestros, sobre los hijos o alumnos. Son preguntas de siempre, pero con una actualidad que nunca termina. Sólo con respuestas concretas, los padres y los maestros, pueden dar sentido a la educación de los hijos, para no repetir esquemas y normas, que muchas veces son fracasos, que podrían evitarse si se analizara los puntos débiles y los fuertes de cada hijo, que tenga que acoplarse a los sistemas rígidos de la enseñanza escolar.

Es muy normal analizar la historia y los antecedentes de las personas, naciones y empresas, en varios conceptos de su vida pasada, para conocer en profundidad cuáles fueron las raíces, que formaron su personalidad y el modo presente de actuar. Cuánto más, debemos hacerlo con nosotros mismos y con nuestros hijos, para dirigirlos hacia las mejores situaciones en su futuro acomodamiento en la sociedad. Nadie debería considerar, que estudiar el pasado de las personas para establecer sus posibles capacidades y prever su futuro,  es una acción propia de racismo, discriminación, segregación, fanatismo o exclusivismo.

Los estudios antropológicos y etnográficos, deberían hacerse de los alumnos, de sus familias, de sus culturas, de su idioma, etc. En síntesis, de todo lo relacionado con él y con su pasado, para encontrar y estudiar sus fortalezas y debilidades, respetando su diversidad con mucha profesionalidad, aceptación y tolerancia.

La Antropología social o cultural y la Etnografía, estudian el conocimiento del ser humano de una forma integral, en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenecen, a través del tiempo y el espacio. Por medio de sus costumbres, comportamientos sociales, relaciones parentales, estructuras escolares, políticas y económicas, urbanismo, lenguas, medios de alimentación, salubridad, mitos, creencias y las relaciones de los grupos humanos en el ecosistema. 

La antropología y la etnografía están engarzadas en el fracaso, éxito y deserción escolar. También en la aceptación o rechazo de algunos emigrantes, con su nueva vida escolar, profesional, familiar y social. La igualdad ante el éxito escolar, las edades para la socialización, las virtudes y valores humanos, etc. son los principales objetivos a alcanzar con esos estudios.

¡Qué extrañeza, mi hijo ha desertado de la escuela! No me había enterado que no estaba preparado, para poder seguir el curso normal de los estudios. Ahora me doy cuenta, que estaba enviando continuamente muchas señales de advertencia y no hice nada para educarlo, ni para prepararlo hacia su nueva etapa escolar. Le dejé sólo, a que se enfrentara con un mundo totalmente desconocido para él y opuesto a la educación que le había dado. En este caso es mía la culpa de su deserción.

Las 21 preguntas imprescindibles relacionadas con los hijos y la escuela: 

1.      ¿Cómo es el nuevo multiculturalismo con sus diferencias educacionales, lingüísticas y socio-culturales, al que se tienen que enfrentar los hijos?

2.      ¿Cómo se pueden adaptar los nuevos alumnos, ante la transmisión de la cultura dominante, que está diseñada para enseñar los conocimientos, habilidades, destrezas, y comportamientos para vivir personalmente, en familia y en la sociedad, pero que no coincide con lo que ellos conocen y practican?

3.      ¿Cuáles son, en términos individuales, familiares y sociales, las características socioculturales y sus idearios, creencias, pautas culturales, interpretaciones del mundo, posiciones de clase, etc. de los nuevos alumnos?

4.      ¿Cuáles son las causas, que determinan los resultados de la desigualdad ante el rendimiento, el éxito, el fracaso y la deserción escolar?

5.      ¿Cuáles son las edades normales para los estudios, trabajos, noviazgos y socialización entre los nuevos y los antiguos alumnos?

6.      ¿Cuáles son los factores, que hacen posible la aceptación o rechazo de los nuevos alumnos, con las escuelas?

7.      ¿Dónde puedo consultar, para conocer las características de los hijos, y las soluciones a los posibles problemas de adaptación que presenten?

8.      ¿Es conveniente analizar, cuáles son las virtudes y valores humanos predominantes en cada una de las dos culturas?

9.      ¿Es predecible la deserción escolar, en función de las características antropológicas y etnográficas de algunos alumnos?

10.   ¿Pueden ser las condiciones antropológicas y etnográficas de los alumnos, la excusa para aplicarles la “eutanasia escolar”, que pretende impedir o recomendar, que los que no cumplan con determinadas características, no vayan a la escuela o ponerles en guetos escolares?

11.   ¿Pueden ser válidos, unos análisis psico grafológicos en esas ciencias, para determinar las capacidades y limitaciones de los alumnos?

12.   ¿Qué deben hacer los padres, si los sistemas escolares no ofrecen análisis gratuitos, que determinen las características de adaptación de los alumnos?

13.   ¿Qué tipo de profesional puede examinar a los padres y a los hijos, sus características antropológicas y etnográficas relacionadas con su posible éxito o fracaso escolar?

14.   ¿Qué, cómo, por qué y cuándo, ocurren las diferencias antropológicas y etnográficas?

15.   ¿Se puede y se debe examinar y aplicar, los conceptos antropológicos  y etnográficos de los hijos, con el fin de prepararlos para que tengan éxito en la escuela y evitar la deserción escolar?

16.   ¿Se pueden modificar las características antropológicas y etnográficas de los hijos y de los padres, que les impiden ser buenos alumnos?

17.   ¿Tendrán mis hijos la oportunidad de aprender en la escuela, para poder pasar a la universidad, o solamente aprenderán, para poder aprobar los cursos escolares y después dejar de estudiar?

18.   ¿Tendrán mis hijos que dejar de estudiar, por tener necesidad de ponerse a trabajar?

19.   ¿Tendrán que aceptar de la cultura dominante, si los hubiera, los estratos sociales tan marcados, las desigualdades económicas, las situaciones rechazables ideológicamente, pero claras, de partidismo, racismo o discriminación, aunque estuvieran confundidas con la realidad?

20.   ¿Tendré dinero suficiente y condiciones aceptables, para que mis hijos puedan ir a la escuela y a la universidad o tendré que pedir préstamos o becas, para que puedan ir?

21.   ¿Tiene que haber una buena conexión entre padres, alumnos y maestros, para solucionar las diferencias encontradas?

Determinados grupos sociales presentan sistemáticamente, cifras muy altas de fracasos y abandonos escolares. Algunos lo achacan a que esos alumnos, por cuestiones atávicas, no pueden estudiar, debido a que no están preparados para seguir los modelos estándar de enseñanza, que se imponen al resto de los alumnos. Hay varias soluciones que pasan, desde prepararlos especialmente para que se integren al grupo, disminuirles las exigencias de captación de conocimiento, preparar escuelas especiales para ellos, etc.

La “eutanasia escolar” no puede ser una excusa, para aplicarla a los alumnos que por sus malas condiciones antropológicas y etnográficas, no se puedan acoplar a los sistemas educativos. Seria inmoral el impedir o recomendar que no vayan a la escuela, o ponerles en guetos escolares a esos grupos, alegando que ni ellos, ni las escuelas pueden cambiar. Basar las decisiones en esta teoría de eliminar a los más débiles e indefensos, es la misma que algunos quieren hacer, con determinados ancianos y enfermos.

Educar es lo más grave, lo más humano y lo más urgente que tenemos que hacer, cada uno en su parcela de responsabilidad. Sin la educación, no podemos entendernos, ni mirar al pasado, ni al futuro. La educación es vital, es la misma vida de las personas. La renovación de la sociedad no se va a hacer, ni dando un fuerte golpe de timón, con grandes cambios en las estructuras educacionales, sólo podrá venir, a través de un cambio producido por un gran esfuerzo inteligente, incluyente y comprensivo, realizado por los padres, alumnos, maestros y sociedad.

Ahora tenemos la gran oportunidad, de poder aplicar los estudios de antropología y etnografía, para educar mucho mejor. No se puede desperdiciar el conocimiento de estas ciencias, pues utilizándolas, se puede disminuir el fracaso y la deserción escolar. Todas las culturas y civilizaciones, a lo largo de la historia, han educado a sus hijos, porque si no hay educación, no hay humanidad. Principalmente, para facilitar el acoplamiento y evitar la ruptura entre los colectivos que están, y los que llegan a integrarse en las escuelas.

Las enormes cifras absolutas y relativas de fracaso y deserción escolar, en todos los niveles escolares y universitarios, de la mayoría de los segmentos de población, son una lacra social que arruina a la generación actual y a las futuras. Los hijos hasta los 18 años, tienen que asistir obligatoriamente a la escuela, según la ley.

También hay muchos problemas de continuidad escolar, con determinados segmentos de la población que no pueden, no saben o no quieren prosperar en las escuelas y son la rémora para ellos mismos, y para otros alumnos. Los expertos tienen que aplicar los estudios convenientes, para determinar las raíces de los orígenes de eso problemas, que casi siempre están relacionados en esos grupos, con sus características antropológicas y etnográficas.

Dejando aparte al problema adicional, de las limitaciones que produce el desconocimiento de los idiomas en determinados países, algunos alumnos tienen que entrar obligatoriamente, en el sistema escolar y no están preparados, para adaptarse a la nueva sociedad y por lo tanto, no pueden seguir el ritmo exigido de los estudios.

Los expertos en las distintas disciplinas científicas, dicen que técnicamente esos alumnos, no pueden estudiar en los sistemas actuales de enseñanza, hasta que no hayan modificado los parámetros, por los que se han regido por generaciones o hayan perdido su miedo, a la nueva sociedad a la que han llegado, debido a no aprenden bien y para que no retrasen a los demás. Esto se arreglaría, si hubiera unos maestros, clases o escuelas especiales para ellos, de la misma forma que las hay para los alumnos muy bien dotados intelectualmente. El ritmo de las clases, normalmente avanza o se retrasan, en función de lo que hagan los menos dotados académicamente.

Hay culturas que por generaciones, no han cambiado y siguen viviendo como hace muchos años. Hay alumnos que históricamente, no han tenido que esforzarse, por lo que sus costumbres y hábitos no están bien desarrollados, ya que no lo han necesitado o tenido que hacer, en las cuestiones de concentración, disciplina y entendimiento. No se puede competir en una carrera, sin haberse entrenado bien previamente. Suele haber un gran salto, del tipo de vida que han llevado algunas personas, al que tienen que llevar cuando les trasplantan a otros sistemas escolares.

Los padres deberían pedir voluntariamente, a los profesionales experimentados, que analizaran los conceptos antropológicos y etnográficos de sus hijos, para que con los resultados que obtengan, poder facilitarles su adaptación más fácilmente a los nuevos sistemas escolares, comunidades, estilos de vida, amistades, etc. Principalmente cuando se producen traslados no deseados, desde los ambientes ancestrales a otros diferentes.

Los padres en vez de tener que aceptar sin lucha, que a los hijos no les gusta, no pueden, o no quieren estudiar, deben imprescindiblemente analizar muy bien, cuáles son los motivos que llevan a los hijos a esa conducta. Si no se analizan las causas, es casi imposible que se puedan corregir los efectos. Entonces los hijos seguirán estando en un círculo vicioso cultural, donde, por no haber sabido cómo solucionar sus problemas ancestrales, no puedan entrar en el nuevo ambiente, tan diferente al que tenían anteriormente.

No se puede reubicar a un hijo, que ha vivido toda su vida en un ambiente determinado, en la granja aislada de un país tercermundista, por poner un ejemplo, a un  país del primer mundo, donde todos los conceptos familiares, sociales, económicos y religiosos son diferentes y en muchos casos opuestos. Esta reubicación si no se analiza profundamente y se ponen los medios necesarios, de modificación del comportamiento, originará posiblemente un enorme rechazo a la nueva situación y producirá, casi seguro, la deserción escolar. Y lo que es peor y casi seguro, la caída en manos de las pandillas juveniles, que siempre andan buscando jóvenes desorientados, en cualquiera de los aspectos de la vida.

Las familias y los alumnos, tienen que enfrentarse a unos patrones educativos y sociales, que suponen una ruptura entre los modelos de vida, pasados, presentes y futuros, enfrentados y muchas veces fracturados prematuramente, debido a las características antropológicas y etnográficas que ellos tienen.

Hay muchas culturas o grupos sociales de diferentes procedencias, que no quieren mezclarse con otras comunidades, debido a que les tienen un gran temor o aversión. Si se juntan, es porque no les queda más remedio que adaptarse a las nuevas situaciones, aunque sea a regañadientes, intentado por todos los medios mantenerse lo más alejado posible, para no mezclarse y llegar a perder sus costumbres, virtudes y valores. Esta situación familiar o grupal, la reflejan continuamente en sus conversaciones o actitudes, lo que trasciende a los hijos, los cuales se plantean, si el asistir a la escuela, va a contradecir con los sentimientos que están escuchando en la familia.

Los comentarios negativos de los familiares hacia la cultura dominante, hace  creer a los hijos, que la educación que van a recibir es mala para su desarrollo, si en sus esquemas mentales no ha sido introducida la educación, como una herramienta para salir del heredado o impuesto circulo vicioso, de ignorancia, pobreza, retraso, analfabetismo, etc. y así vuelta a empezar.  A esto hay que añadirle que no entienden, o entienden muy poco, de lo que les dicen en la escuela, lo hace que les aumenten las ganas de abandonar la escuela.

La deserción escolar, es según la policía, la causa principal de la mayoría de los males de la sociedad. Los hijos empiezan desertando de la escuela, continúan agrupándose con sus pares, los desertores profesionales y terminan delinquiendo. En su entorno, se acumulan todas las demás malas consecuencias. Muchas veces empieza porque los padres no han sabido advertir, ni corregir, ni preparar a sus hijos, para el choque cultural con el que se van a encontrar, cuando asistan a la escuela.

En una familia desestructurada, donde hay un mal ejemplo y no hay conocimiento de lo que se hace bien, ni de lo que se hace mal, ni de lo que no se hace, empieza ese quebrado pilar social de la deserción, lo que origina una sociedad enferma, donde muy pocos prosperan y pierden los de siempre.

Las 24 causas principales por las que algunos alumnos dicen que ir a la escuela y estudiar, no sirve para nada y la abandonan:

1.      Cuando terminas de estudiar o has pasado muchos años estudiando, nadie te ofrece ningún trabajo bueno y lo único que encuentras, son trabajos de hambre.

2.      Hay que aguantar los horarios y hacer las tereas que te imponen. Siempre el mismo horario y el mismo trabajo. Total para nada. Mejor se está disfrutando de la vida con libertad.

3.      Hay varios alumnos, que continuamente sabotean las clases e impiden poder estudiar y avanzar, por lo que no se aprovecha el tiempo y los resultados escolares personales y colectivos son siempre malos.

4.      La escuela es muy sectaria y partidista e intenta enseñarnos cosas, que van en contra de mi moral, costumbre y familia.

5.      Las drogas o estimulantes medicinales que tomo, no me permiten levantarme a tiempo, ni tener las tareas terminadas.

6.      Me aburro considerablemente, pues no entiendo nada.

7.      Me gusta más el dinero que me ofrecen por trabajar, que el ir a la escuela. Con ese dinero me puedo comprar muchos de mis caprichos.

8.      Me han dicho que no sirvo para estudiar, que lo mío es trabajar en el campo o de peón, como todos mis familiares, que así también puedo salir adelante.

9.      Me rodeo de personas que no me caen bien, no pertenezco a su grupo y no admiten que me acerque.

10.   Mi novia o novio no quiere que vaya a la escuela, prefiere que estemos juntos continuamente.

11.   Mis hermanos, mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos, mis primos, mis vecinos etc., no fueron nunca a la escuela o fueron muy poco y no les paso nada.

12.   Muchos de los grandes ídolos deportistas y artistas mediáticos, se han hecho millonarios y nunca han ido a la escuela o han ido muy poco.

13.   No hay conexión entre lo que necesito para estudiar y después trabajar, y los métodos educativos que la escuela ofrece.

14.   No me gusta la disciplina diaria de ir a la escuela, la puntualidad, el orden, la obediencia y el esfuerzo que exigen.

15.   Nadie me ha enseñado a dedicar mi tiempo a estudiar y eso hasta ahora, no ha sido lo mío.

16.   No puedo seguir la vida social que hacen, pues no me gustan sus costumbres y formas de ver la vida.

17.   Nunca saco buenas ni suficientes calificaciones, aunque me esfuerce en estudiar. No doy la talla para estos estudios.

18.   Por estar embarazada.

19.   Por mi pobreza desentono en el ambiente acaudalado de la escuela y no me puedo integrar en la vida escolar.

20.   Por mis defectos o condiciones, soy el blanco de todas las burlas y me persiguen con el bullying, sexting, robos sistemáticos, etc.

21.   Por tener tantas faltas acumuladas, que es imposible acoplarse al nivel de los demás estudiantes.

22.   Se burlan de mí porque voy muy atrasado escolarmente. Incluso he repetido el curso.

23.   Tengo que ponerme a trabajar para ganar dinero. No puedo seguir viendo la miseria que hay en mi familia.

24.   Ya estudiaré cuando sea más mayor, ahora quiero vivir la vida, sin ir a la escuela.

Las 5 causas principales por las que algunas familias o individuos, no quieren integrarse en determinadas culturas.

  1. Estoy obligado a vivir en esta sociedad, pero no obligado a aceptarla, bastante tengo con soportarla.
  2. Se oponen a nuestras prácticas religiosas, políticas o sociales.
  3. Son un escándalo para la educación de nuestros hijos, seguramente destruirán sus creencias y costumbres ancestrales.
  4. Tememos que nos terminen contaminando nuestras tradiciones, principios, hábitos, virtudes y valores, pues esa sociedad va en contra de ellos.
  5. Tengo rasgos que me diferencian ostensiblemente de la cultura dominante, por lo que prefiero estar aislado de ella o entre mis pares.

Las 12 causas principales por las que el nuevo, distinto y estimulante entorno escolar y social me anima a ir a la escuela.

1.      He comprobado el éxito personal, familiar y social de los que permanecen y han permanecido estudiando en la escuela.

2.      He establecido un reto conmigo mismo, con mis padres y amistades, para mantenerme en la escuela y disfrutar de sus privilegios.

3.      Las alternativas de no disfrutar de la escuela y abandonarla son muy peligrosas, aburridas, inmorales y de desagradecidos.

4.      Me da miedo quedarme atrás en los estudios y pasar a formar el grupo de los perdedores.

5.      Mis padres, los maestros y los compañeros, me motivan y ayudan a resolver los problemas que se me presentan, en el día a día.

6.      Para formarme bien y devolver a la sociedad, parte de lo que la sociedad me ha dado, a través de los impuestos que paga mi familia y la sociedad.

7.      Porque en la escuela tengo muchas actividades lúdicas, que me llenan profundamente, además de que disfruto mucho, aprendiendo continuamente cosas nuevas.

8.      Porque me ha motivado la figura de un líder comunitario que triunfó en la vida, después de haber ido a la escuela, con alegría y no con tristeza.

9.      Quiero aprovechar las maravillosas oportunidades que me ofrece la escuela, para triunfar en el presente y en el futuro.

10.   Veo lo que sufren otras personas, que no pueden asistir a la escuela, cuando yo la tengo a mi disposición.

11.   Voy avanzando en los estudios y cada día aprendo más y con menos dificultades.

12.   Ya me quedarán años después de los estudios, para poder disfrutar del esfuerzo realizado y hacer lo que ahora me gustaría hacer, pero que no lo hago, porque tengo que ir a la escuela.

Educar es lo más grave, lo más humano y lo más urgente, que los padres tienen que hacer en la vida. Sin la educación no podemos entendernos, ni mirar al pasado, ni al futuro. La dimensión educativa en la vida del hombre, es una de las principales instituciones de la sociedad y es vital para prosperar.

El abrumador fracaso y la deserción escolar, están produciendo una emergencia educativa, previamente anunciada. Los padres tienen que localizar los motivos, para poder encontrar las soluciones y posteriormente ponerlas en marcha. La mayoría de las veces, el fracaso no es culpa de los jóvenes, sino de sus padres que no supieron, no quisieron o no pudieron analizar las causas, que indefectiblemente iban a llevarles hacia el fracaso o abandono escolar.

Los padres tienen que decir a sus hijos, que la educación presente y futura, es un bien que no nunca defrauda, que existe un destino bueno. Sin esta hipótesis de esperanza, no se puede educar, sólo enseñar cosas. La educación es responder a las grandes cuestiones del sentido. Cuando se descarta esta enseñanza, el sistema educativo familiar y escolar, se queda convertido en un manual de instrucciones y unos exámenes.

La educación no es sólo estudio, orden y algunas habilidades, para encontrar en el futuro un trabajo. Los hijos, siempre insatisfechos, sienten necesidad de más cosas, buenas y malas. En los padres está, el educarles en el bien y contra el mal. Y eso no es sólo cosa de padres y maestros, sino de la sociedad en su conjunto. No debemos olvidarnos de los medios de comunicación, con su enorme poder de educar, mal educar y deseducar.

La educación es la única manera de salir adelante en la vida familiar y social, pues abre las puertas, no solamente para conseguir un buen trabajo, sino también para crecer como ser humano. Por eso es imprescindible que los padres, hagan todos los esfuerzo y estudios posibles sobre sus hijos, para conocerles lo mejor posible, en relación con sus características y las del sistema escolar al que van a asistir.

Los resultados que obtengan los padres de esos exámenes, no tienen que asustarles, ni tampoco echar las campanas al vuelo. Los hijos son lo que son y con ellos van a tener que enfrentarse, a la realidad del sistema escolar. Ignorarlos por no querer conocerlos, es un flaco favor que se hace a los hijos. Si no se conocen los resultados, nunca podrán poner los remedios que correspondan y el fracaso puede ser irreversible.

Las enseñanzas bien aprendidas en la escuela, disminuirán el rechazo que pudieran producir y evitarán muchos conflictos. También asimilarán conceptos culturales y sociales, para que posteriormente, puedan entrar en el mundo al que han llegado, dominado por las mayorías.

Los padres no deben pedir a los sistemas escolares, que tengan una pedagogía más compasiva, que educativa y que bajen los niveles de educación, para que sus hijos se puedan adaptar al conocimiento superior de los demás alumnos, por mucho que quieran, que haya una igualdad de oportunidades y funcione la Ley de Acción Afirmativa. Esa igualdad conllevaría en los padres, el suprimir la capacidad de análisis y en los hijos la motivación para aprender, la superación personal intransferible y fomentaría la falta de rendimiento escolar.

Las grandes diferencias entre lo que son algunos alumnos y lo que la sociedad demanda de ellos, origina lo que posteriormente les lleva a tener una fuerte hostilidad a su familia y a los maestros, a practicar la cultura de las llamadas “Tribus Urbanas” y a caer en el mundo de las pandillas y las drogas. Se convierten en indisciplinados y desadaptados, en sus actividades familiares escolares y sociales, al enfrentarse sistemáticamente, con lo que ellos llaman “la cultura del poder que les oprime”.

Los colectivos de inadaptados, no aceptan ninguna autoridad moral y desarrollan fuertes y agresivos mecanismos de defensa, buscando siempre su fortaleza, en pautas de confrontación y resistencia contra la familia, los maestros y la sociedad, alegando que son víctimas de una sociedad autoritaria, coercitiva, represiva, arbitraria y discriminatoria. Cuando esto podría haber sido evitado, si se prevé a tiempo.

Los alumnos perdedores suelen practicar actos de resistencia cívica, incluso sin darse cuenta, cuando no siguen las normas de convivencia escolar y social de la sociedad dominante. Esto lo reflejan inmediatamente, ante su aparente pasividad y poca motivación por el esfuerzo, para hacer en tiempo y forma las tareas escolares. Algunas veces pretenden imitar a la sociedad dominante, respecto a conductas, virtudes, valores y actitudes. Pero en el inconsciente se resisten a ello, reflejándolo a través de sus actos de resistencia pasiva o activa.

Los padres tienen que prever, que no todas las sociedades asimilan e integran a los recién llegados. Casi nunca les están esperando con los brazos abiertos. Más bien tienen que preparar a sus hijos, para que sepan luchar contra la posible discriminación, segregación y exclusión, que siempre se refleja en los malos resultados escolares de los alumnos, culturalmente diferentes.

Los padres tienen que conocer las fortalezas y debilidades de sus hijos, frente a las nuevas situaciones escolares, sociales y económicas relacionadas con sus conocimientos escolares, hábitos, tradiciones y costumbres. Tanto si van de la zona rural a la urbana o al revés. Si se trasladan de un país atrasado, a otro próspero o al revés.

Aprender a desaprender, es el primer paso que los padres deben dar, al llegar a un nuevo país o a una situación de vida diferente. Tienen que realizar lo que sea conveniente o necesario, para poder aprender a desarrollarse con vistas al futuro, tratando de salvar las brechas culturales y sociales, que se les presenten.

Los padres deben evitar a toda costa las decisiones drásticas, cuando por su inexperiencia e inadaptación momentánea a la sociedad dominante, se sientan frustrados. Sobre todo, cuando esa sociedad no demuestre una buena experiencia, ni clima positivo, hacia la aceptación multicultural y a la igualdad sociocultural de los nuevos alumnos.

Las investigaciones antropológicas y etnográficas relacionadas con la educación y el fracaso escolar, se refieren al fracaso antropológico, al que los hijos están expuestos como consecuencia de las inmigraciones. Esto se refleja en que no terminan el ciclo escolar y no acceden a la universidad.

La mejor forma de “aprender a investigar, es investigando”, y los ineludibles responsables de hacerlo, son los padres. Tienen que hacerlo sobre  las principales características de ellos y de sus hijos. De forma muy participativa con sus mismos familiares y con los maestros designados, que quieran ayudar a reclutar, retener y hacer avanzar, de la escuela a la universidad a los alumnos.

Los padres y maestros comprometidos tienen la obligación, de enfrentarse integralmente al desafío de conocer profundamente las capacidades de sus hijos o alumnos, para conocer los motivos de su fracaso o deserción escolar, y si  es posible anticiparse. Investigando hasta donde les sea posible y sin importarles, aunque duelan, las consecuencias desagradables de lo que encuentren, para intentar solucionar sus problemas sociales, emocionales o académicos, que provienen de familias desestructuradas, violencias familiares, ansiedad, falta de control de temperamento, situación familiar, entorno, presente o pasado.

A no ser que se hayan estudiado muy profundamente los puntos débiles y fuertes que se tienen, será mucho más difícil querer, saber y poder integrarse en las comunidades dominantes, que ser aceptados en los sistemas escolares o en la sociedad. Los padres son los que tienen que ayudar a cambiar esas costumbres, convertidas generación tras generación, en malos hábitos y posteriormente en defectos, para evitar el fracaso y la deserción escolar. Además de ser un  problema el ser aceptado, hay que tener la capacidad o voluntad de querer adaptarse.

La calidad de los maestros y de los sistemas escolares, junto a las costumbres sociales, son otros conceptos que pueden agravar el problema de aceptación y asimilación. Pero eso es lo que hay, y se supone que están aprobados por las instituciones escolares. Nada o muy poco podrán hacer los maestros, si los alumnos y sus padres, no han cambiado la aguja de marear que traen.

Es predecible el continuo fracaso y deserción escolar, debido a que en algunas comunidades, lleva sucediendo generación tras generación, pues esperan que les acepten en la sociedad, sin cambiar ellos. Por eso hay que tomar medidas urgentes, cambiando los parámetros de preparación, antes de ir a la escuela. La clase dominante, puede continuar sus políticas sin modificaciones, mientras no lo exija la clase dominada.

Hay muchos estudios y muy bien hechos, sobre las características antropológicas y etnográficas de los alumnos, relacionados con sus posibilidades de integración, capacidades personales, colectivas, etc. Ahora lo que falta es actuar en las familias y en las escuelas, aplicando en la práctica los resultados obtenidos, para así conseguir la solución de los problemas encontrados.

En otro artículo escribiré sobre: Lo que tienen que hacer los padres cuando se trasladan a un país o zona, donde creen o sospechan que sus conocimientos escolares, creencias, costumbres, hábitos y virtudes se verán perjudicados.

Agradezco muy sinceramente la enorme ayuda que me han facilitado la Doctora Laura González y el Psicólogo José Luis Murillo para la realización de este artículo. Pero asumo toda la responsabilidad, que pudiera haber en su contenido.

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Aquí encontrará respuestas a sus preguntas. Lea este articulo titulado: ESCUELA PARA PADRES. Qué es, para qué sirve y cómo funciona de forma virtual.

Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

No dudeis en comunicaros conmigo para cualquier comentario. Un saludo, Francisco francisco@micumbre.com

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