ESCUELA PARA PADRES
La política explicada a los hijos. (Votar o no votar)
- 15 Disculpas para no ir a votar
- 14 Características positivas que tiene que tener la actividad política
- 13 Derechos y principios universales, fundamentales e innegociables, que tienen que asumir los políticos
- 4 Virtudes y valores humanos que deben tener los políticos reflejados en sus decisiones
- El gran poder de los ignorantes
- Los analfabetos en política
- Los tontos útiles
- La dictadura de las minorías
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Los padres tienen que estar muy bien informados, sobre los temas políticos. Si no tienen una información lo más completa posible, proveniente de fuentes veraces e inteligentes, como van a poder educar a sus hijos en temas políticos. Y si no hablan de política a sus hijos, otros les hablarán y al encontrarles analfabetos en política, les convencerán de posiciones equivocadas.
En algunas sociedades dicen, que entre amigos o en las reuniones sociales, es de muy mal gusto hablar de política, religión o familia. Para esas personas, estas son asignaturas pendientes de aprobar. Para tener un amigo con el que, siempre con respeto, incluso con ideas opuestas o divergentes, no se pueda hablar de política, ni de religión, ni de familia, que son los tres temas más importantes del ser humano y solamente, se pudiera hablar del tiempo, deportes y artistas, es preferible cambiar de amigo.
Padres, no eduquen a sus hijos para que sean analfabetos políticos, ni analfabetos religiosos. Son los dos principales campos, donde las personas tienen que ser especialistas. Además, ambas cuestiones están, tan íntimamente relacionadas, que es imposible ignorarlas o separarlas. En esas materias no vale ser ignorantes, inocentes o culpables, pues se paga un precio muy alto, en el curso de la vida. Pero tengan mucho tiento, para saber lo que tienen que decirles, según sean sus edades físicas y mentales.
Los analfabetos funcionales, política y religiosamente, son los que la mayoría de los políticos, quieren tener a su alrededor, porque así los pueden manejar mejor y engañarles fácilmente. Esos ignorantes, no se enteran de las decisiones que toman por ellos los políticos, hasta que es, demasiado tarde. Cuándo podrían haber cambiado el curso de las leyes, si hubieran puesto un poco de interés en la política, en las asociaciones que las respaldan, y en las posibilidades de ejercer su voto, cuando los políticos, lo piden sin condiciones.
Los ignorantes políticos tienen el gran poder de, que sin querer o queriendo, se convierten en la mano cruel, que ejecuta las sentencia de los políticos y amordazan a los hombres con sus gritos. Muchas veces son “los tontos útiles”, utilizados para que propaguen una serie de cosas sin sentido, que si no cayeran en las mentes de éstos, no habría manera de convencer a nadie. para que las propagaran. Llegan a convertirse en la “dictadura de las minorías”, al convertir a las mayorías, en los esclavos de sus decisiones, encerrándoles en el laberinto de sus acciones y opiniones, carentes de sentido colectivo. “Los tontos útiles” son los que han sido tratados como esclavos, en el mecanismo que convierte a la voluntad mayoritaria, en instancia suprema, encerrando a la humanidad en el laberinto de sus propios errores.
15 Disculpas para no ir a votar:
1. No voy a perder mi tiempo haciendo largas filas para votar, aunque digan que se puede votar anticipadamente, en los 10 días previos sin hacer esperas, incluso votar por correo.
2. No voy a votar aunque el tren de la oportunidad del cambio, pase solamente una vez y pierda la ocasión de cogerlo.
3. No voy a votar porque el voto no sirve para nada. Vote lo que vote, siempre salen los mismos.
4. No voy a votar porque esto actual, no es votar en democracia, pues los votos se consiguen con dinero y publicidad induciendo a los votantes.
5. No voy a votar porque las cosas no van a cambiar, aunque vote. Es el fatalismo de que “La suerte ya está echada”
6. No voy a votar porque los políticos, ya han dicho las cosas que para ellos no son negociables, y las que son negociables, no son importantes.
7. No voy a votar porque nadie me va a dar nada por votar, ni nadie me va reclamar, ni nadie se va a enterar si no voto.
8. No voy a votar porque ninguno de los candidatos, ni sus partidos políticos, tiene un programa o ideario que se ajuste a mis intereses.
9. No voy a votar porque no me he informado bien, de las características de cada candidato y no se cual es el mejor, ni el peor, ni cual me va a dar y cual me va a quitar, de lo que tengo.
10. No voy a votar porque no se a quien votar, pues no conozco sus historiales, ni sus propuestas.
11. No voy a votar porque no votar, no me impide el que pueda criticar lo votado y obrar en su contra, con los medios legales.
12. No voy a votar porque nunca han votado, ni mis padres, ni mi cónyuge, ni mis hijos, ni mis familiares.
13. No voy a votar porque pierdo mi tiempo y mi dinero, en el desplazamiento.
14. No voy a votar porque prometen muchas cosas, pero luego no cumplen ninguna y no se puede reclamar.
15. No voy a votar porque todos los políticos son iguales, enseguida se olvidan de los que les han votado, y de las promesas hechas.
Ninguna de estas disculpas aguanta una discusión de 10 minutos. El que no emite su voto, está dejando su voluntad política en manos de sus competidores. El voto tiene que emitirse, bien sea como “voto afirmativo”, “voto de castigo” o “voto de protesta”, incluso aunque no haya un candidato ideal.
Los padres deben enseñar a sus hijos, los principios básicos de la política, llevándoles a que vean como sus padres votan y explicándoles, en un lenguaje entendible, las principales características de cada uno de los candidatos y las razones, por las que los padres ejercen sus votos.
Los padres deben enseñar a sus hijos que las decisiones que tome cada uno con su voto, van a tener consecuencias personales y colectivas, por la que tienen que votar bajo el concepto de la moral. La decisión no puede ser pasional o generalizada, ni de forma positiva ni negativa. Tienen que estar convenientemente pensada y razonada en conciencia, además de sujeta a los intereses del bien común y no a los beneficios o conveniencias personales, familiares o de grupos exclusivos.
Es cierto que la mayoría de las democracias actuales, no son perfectas, pero hoy por hoy, es lo mejor que los ciudadanos pueden conseguir y los padres, tienen que luchar para que por el bien de las presentes y futuras generaciones, no se pierda nada de lo conseguido. Las democracias nada más se pueden mantener, si los ciudadanos participan en la política. Esa participación tienen que ir enseñando los padres a los hijos, desde que son pequeños. Democracia significa libertad y posibilidades de vivir y seguir viviendo, en armonía y respeto.
Los padres deben animar a sus hijos, según sus edades físicas y mentales, para que se inicien en la actividad política y que se mantengan el mayor tiempo posible, ya que es una tarea comprometedora, importante y fascinante para la sociedad.
14 Características positivas que tiene que tener la actividad política. Tiene que ser:
1. Confiable y beneficiosa para la sociedad, si se hace honrada y responsablemente.
2. Conglomerante de las personas que quieren luchar para mejorar la sociedad.
3. Educar a no dejarse manchar, por las posibles corrupciones o dineros ilegales o fáciles de obtener.
4. Enseña a no abusar del poder, que los ciudadanos han depositado en los políticos.
5. Facilita la posibilidad de servir a muchas más personas, a través de la ayuda a muchas organizaciones humanitarias, que haciéndolo una a una.
6. Legitima la lucha honrada, para conseguir el poder político, cuando es con el objetivo de servir mejor, a las necesidades de la sociedad.
7. Permite demostrar que los vicios son evitables: La corrupción, el egoísmo, la inmunidad, la impunidad, etc.
8. Pone a prueba de los participantes, sus conocimientos y prácticas de las virtudes y valores humanos, además de las convicciones.
9. Pone la magnanimidad y la prudencia, al servicio de la construcción de la sociedad.
10. Servir a los demás y no para servirse de ella uno mismo, como si fuera un negocio.
11. Supone desprenderse de uno mismo, para darse a los demás, trabajar más para dar, que para recibir.
12. Tener en cuenta el respeto a las personas, especialmente a las más débiles y necesitadas.
13. Trabajar para que lo que une a las personas, sea más fuerte que lo que les separe, teniendo en cuenta los intereses, las opiniones y las convicciones de todos, sin excepción y empleando el bien común.
14. Una escuela de aprendizaje para ejercer la tolerancia y los conocimientos, al tener que enfrentarse con ideas opuestas y divergentes.
Después de la religión, la política es lo más importante, pues es un cauce privilegiado para el ejercicio de la caridad y para la santificación personal, en el servicio al bien de los otros. Existe un modo cristiano de comprometerse en la política y de apegarse, apasionarse y sufrir por ella, en función de las convicciones y valores.
Vale la pena ejercer la política, aunque eso esté reñido, con las personas que no tengan una conciencia bien formada, en las virtudes y valores humanos. Con las que sean irresponsables, superficiales, tibias, indiferentes o que estén preocupadas excesivamente, por el éxito y la popularidad y que no trabajen, de modo comprometido y competente, en favor de los intereses y necesidades de sus prójimos, aunque les suponga riesgos y sacrificios.
El gran poder de los ignorantes políticos, suele producir unas consecuencias irreparables, porque permite que se ejecuten las sentencias emanadas de las perversas o crueles legislaciones, que algunos políticos promueven. Además escapan a toda posibilidad de rectificación, al estar respaldadas por las mayorías numéricas, que ejercieron sus votos. Al final, los ciudadanos se encuentran obligados a cumplir esas leyes injustas, quedando prácticamente amordazados, mediante el rodillo del poder político, económico y mediático. Solamente unos ciudadanos bien formados, política y socialmente, pueden evitar que el triunfo de las decisiones, quede en manos de una gran mayoría denominada “ignorantes políticos”.
Los padres deben enseñar a sus hijos, a que nunca se dejen engañar políticamente y mucho menos en tiempo de elecciones, ya que algunos políticos, intentarán sofisticadamente, manipularles la voluntad, para controlarles psicológicamente, alagándoles las pasiones hasta obnubilarles el criterio. Así les hacen legitimar las leyes inmorales, con el resultado de sus propios y desprevenidos votos, convirtiéndoles por su ingenuidad, en “responsables ignorantes”.
La cultura de lo políticamente correcto, suele tener una gran disonancia, entre la ética religiosa y la cultura de la política dominante, que pocas veces está basada en la ética, la razón y el estudio. No se puede apoyar una idea política, por muy dominante que sea, ni porque el rechazarla, vaya en contra de la moda, de lo políticamente correcto. La formación política, cada vez es mas importante inculcarla a los hijos, desde que son pequeños, para que posteriormente, no haya errores de discernimiento y apreciación.
La Revolución Francesa, con todos sus graves errores y algunos aciertos, fue la que afirmo los claros conceptos políticos de igualdad, libertad y fraternidad, la división y separación de los tres poderes: Legislativo, judicial y ejecutivo. También la preponderancia de la asamblea popular o el congreso, sobre los otros poderes, lo que es en realidad, un manual sobre la naturaleza humana y de como se organiza la sociedad.
Los políticos tienen que luchar con sus programas, para defender los derechos sociales inalienables de las personas, que son una parte muy importante, de los derechos humanos, vinculados a la dignidad de las personas, como:
12 Derechos y principios universales, fundamentales, irrenunciables e innegociables, que tienen que asumir los políticos, en sus decisiones para con los ciudadanos y como filosofía de su vida personal.
1. El derecho al respeto y a la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural.
2. El derecho a la familia, fundada en el matrimonio entre hombre y mujer.
3. El derecho a la promoción del bien común, en todas sus formas.
4. El derecho de los padres a la educación de sus hijos.
5. El derecho a cuidar la salud, de todos los ciudadanos.
6. El derecho a tener una digna pensión económica, para poder sobrellevar la vejez.
7. El derecho a tener prestaciones sociales, adecuadas a cada situación personal y familiar.
8. El derecho a tener ayudas suficientes, en caso de desempleo.
9. El derecho a tener unas condiciones dignas del trabajo, encuadradas en las leyes laborales.
10. El derecho a tener una vivienda digna.
11. El derecho a tener una buena alimentación y a no pasar hambre.
12. El derecho a tener plena libertad religiosa, no solamente libertad de culto.
13. El derecho a tener bien administrados y con honradez los bienes públicos.
A todo derecho corresponde una obligación. Establecer y mantener estos derechos y principios innegociables, cuesta dinero, este debe proveerlo el Estado, a través de una política fiscal adecuada, a las características de la población. Si no puede ser a través de impuestos equitativos, deberá ser con préstamos fiscales o trabajos sociales, pero todos los ciudadanos, deben contribuir a que estos derechos, sean una realidad. No es una verdadera nación, la que tiene ciudadanos de segunda categoría, que no puedan disfrutar de estos derechos, otros que se inhiban de sus correspondientes obligaciones, ni otros que abusen con trampas legales, de los beneficios sociales, que el Estado les da gratuitamente.
Estos principios no son negociables, a la hora de ir a votar. Los políticos y los legisladores, conscientes de su grave responsabilidad religiosa, política y social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar, leyes inspiradas en los valores fundados, en la naturaleza humana. Tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre estos principios.
Los padres deben inculcar a sus hijos, el compromiso de luchar, con todos los medios legales permitidos, para elegir a los políticos, que se comprometan a combatir las injusticias sociales, que son las causas principal del odio y violencia, que padecen todas las sociedades. La “obediencia política” es la que los regímenes políticos totalitarios obligan a cumplir a sus súbditos, bajo graves penas de prisión o castigos. El primer objetivo político, es salvaguardar y valorar al hombre, la persona en su integridad, pues el hombre es el autor, el centro y el fin, de toda la vida política, económica y social.
4 Virtudes y valores humanos que deben tener los políticos reflejados en sus decisiones:
1. Fortaleza, para evitar o frenar el efecto desmoralizador de la incomprensión, de la ingratitud, de la traición, de la inmunidad, de la impunidad, de la extorsión, etc.
2. Justicia, para evitar o frenar la tentación de inclinarse por lo útil, beneficioso o conveniente, sacrificando la obligación de darse a uno mismo y a cada uno. lo suyo.
3. Prudencia, para evitar o frenar el desbocamiento intemperante, que lo mismo precipita a la acción, que la anquilosa, por abulia o cobardía. Es la virtud que regula el uso de las demás virtudes.
4. Templanza, para evitar o frenar el orgullo y el engreimiento, que puede deparar el éxito, y la desesperación, que puede producir el fracaso.
Los padres, a determinados políticos, deberían hacerles una evaluación continua y acumulativa, de lo que hacen y dicen, manteniéndola expuesta públicamente, con el fin de que sus barbaridades y defectos valorables, no se vayan olvidando poco a poco y los hijos, sepan lo que tienen que hacer, para no dejarse convencer, solamente por las campañas mediáticas. Evaluarles según estos principios básicos, más otros motivos, que puedan aplicar a cada caso. Evaluar las repercusiones de los votos emitidos, durante sus legislaciones, sus prácticas religiosas, sus comentarios, su vida personal, sus capacidades de todo tipo, etc.
Los padres deben involucrarse, en los procesos políticos de su sociedad, para que los hijos sigan el ejemplo. Algunas veces, tendrán que pagar el precio del seguimiento político, porque serán catalogados públicamente, según los principios que preconicen.
La religión y la política, son los principales cimientos y columnas que sostienen a la sociedad. A mayor fortaleza, unión y entendimiento entre esos dos pilares, esta mucho mejor se desarrollará. No se pueden separar estas actividades, por mucho que algunos gobernantes pretendan disuadirles a los ciudadanos, de que deben estar separadas. Separadas todo lo que quieran, pero siempre serán complementarias.
Tiene que haber más sociedad en la política y más política en la sociedad. El gobierno debe ser del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, para que las cosas vayan bien y para que mejoren. No es lo que los políticos puedan hacer por el pueblo, es el pueblo el que tiene que ayudar a los políticos, para que gobiernen bien, en beneficio de todos.
Los padres deben enseñar a sus hijos, a que analicen con toda meticulosidad, los antecedentes religiosos, sociales y políticos de los candidatos políticos, pidiendo consejo a los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que procesen. La conducta de los políticos, privada y pública, marcará sus futuras decisiones políticas, que influirán enormemente, en la vida de los ciudadanos. Por lo tanto, si los políticos llevan o han llevado una vida llena de errores morales y sociales, es seguro que el mandato que reciban democráticamente con los votos, servirá para que sigan haciendo el modelo de vida, que siempre han llevado y sus errores impregnarán todas las medidas políticas que tomen.
Ya no es la época de las grandes o pequeñas marchas, con pancartas o manifestaciones públicas, huelgas, plantones, etc. Ahora es la época del activismo político inteligente, formando grupos de presión política, principalmente utilizando el gran poder de las redes sociales y las páginas en Internet para animar a votar, crear opinión política, la transmisión masiva de noticias, rompiendo mitos, contestando falacias, etc.
La religión rellena los huecos que la política no puede, no sabe o no quiere llenar. La religión, es la que mejor juzga el comportamiento de los políticos, ante la insatisfacción de los principios más elementales en los ciudadanos, pues vive los problemas de los más desfavorecidos. Algunos políticos dan soluciones a las apetencias de los ciudadanos más favorecidos, para que les mantengan en el poder con sus votos.
Los políticos no se olvidan del poder de la religión, pues saben y así la adulan, que en un solo Domingo o «fin de semana» la religión reúne mas personas, que todos los políticos en un año, y hacen llegar mejor sus mensajes. Por eso tienen mucho interés de comunicar continuamente, la separación de la religión y el estado, pero en épocas de votaciones, andan siempre corriendo de Iglesia en Iglesia, para conseguir los votos de los feligreses, sean de la religión que sean.
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