La discreción e indiscreción en la familia


ESCUELA PARA PADRES

La discreción e indiscreción en la familia.

  • 10 Cuestiones que los padres tienen que enseñar a sus hijos sobre la discreción
  • 17 Cuestiones para enfrentarse a la indiscreción y evitarla
  • 10 Acciones que demuestran la virtud de la discreción en el mundo de la medida, de la mesura y de la oportunidad
  • 20 Sentencias sobre la virtud de la discreción

3,328 Palabras. Tiempo de lectura 12:00 minutos

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La discreción es la virtud de tener y demostrar la sensatez, para formarse un buen juicio y tener el  tacto para hablar u obrar. Actualmente es el escaso don social, de expresarse con agudeza, ingenio y oportunidad, utilizando la razón, el arbitrio,  la voluntad y el buen juicio, que debe alumbrar a los adultos, sin tasa, ni limitaciones. Se relaciona casi exclusivamente con el modo de comunicación, que se puede establecer entre dos partes.

La discreción es la práctica mediante la cual, determinado tipo de información, es mantenida en secreto o transmitida de manera prudente y cautelosa, de acuerdo solamente a la información que se solicite o lo que se deba comentar. Siempre según el criterio y formación particular, que supone la no transmisión de ciertos datos, debido a razones éticas y morales. Sirve para establecer vínculos de confianza entre las personas, evitando que se generen confusiones, entredichos y discusiones.

La indiscreción vende muy bien en los medios de comunicación, aunque la quieran disfrazar para quitarle hierro, con el nombre de “chisme”. La realidad es que ese “chisme”, puede hacer mucho daño, a pesar que divierta a algunos y aumente el número de lectores, oyentes o telespectadores. El “chisme” suele ser también propiciado y fomentado por los mismos artistas o personajes, aunque luego se vean envueltos en problemas de mala imagen, imposible de modificar. Así como se juzga y se mide a otros, se es medido y juzgado, por eso lo de los “chismes” de terceros, terminan casi siempre rebotando contras los que los lanzan o pregonan.

10 Cuestiones que los padres tienen que enseñar a sus hijos, sobre la discreción:

1.      En el vestir. No solamente en la forma y calidad de las ropas, mucho más importante es la discreción, en lo que deshonestamente se deja sentir a los demás, provocándoles malos pensamientos o acciones impúdicas, obscenas, indecentes, etc. Y esto se debe empezar desde los primeros años, para que se convierta en hábito.

2.      En hacer lo que se debe hacer. En no decir lo que no conviene decir, en no hablar de lo que no hay que hablar, en no querer oír lo que no tiene que oír, en no mirar lo que no tiene que mirar, en no preguntar lo que no debe preguntar, etc.

3.      En la cantidad, calidad y tiempos de comer y beber. Para la propia salud e incluso cuando se es invitado, pues si no se hacen las cosas discretamente, se puede correr el riesgo de enfermarse, perder el control mental por excederse, o quedar como un mal educado por abusar.

4.      En la forma de expresarse, pues la discreción puede evitar que los defectos de los demás, se conviertan en dominio público. “El que es indiscreto con los secretos ajenos es un traidor, pero el que revela los suyos, es un necio”.

5.      En la forma y fondo de hacer caridades o favores, de forma que no haya ostentaciones y que nadie pueda sentirse humillado. Lo que haga la mano derecha, que no se entere la mano izquierda.

6.      En las miradas, principalmente al otro sexo, pues dependiendo la indiscreción de un miramiento descarado y sin ningún recato, puede continuar con malos pensamientos y posteriormente, con actos deshonestos, sin que quepa la disculpa de la provocación.

7.      En los comentarios sobre otras personas o casos, que involucren determinadas situación privadas o graves. Todos el mundo tienen derecho, a que se le respete la fama y que esta no quede disminuida, alterada o manchada, simplemente por la falta de discreción de otras personas.

8.      En los signos externos de vida. Las grandes acciones, soportadas con la práctica de las virtudes y valores humanos, siempre se han hecho discretamente, sin alborotos ni campanadas. El bien hay que intentar hacerlo con mucha discreción, y a poder ser, que salga directamente de nuestra conciencia.

9.      En mantener secretos o confidencias familiares, profesionales o sociales privados e incluso cuando ya son públicos y notorios, principalmente porque si se propagaran, pudieran causar daños irreversibles a ellos mismo o a otros. A nadie hay que contarle las intimidades o problemas familiares. “La ropa sucia se lava dentro de la casa”.

10.   En su conducta personal o como grupo social ante familiares, amigos, colaboradores u otros segmentos de la sociedad, que sean menos favorecidos o diferentes. Sin presumir de signos externos de riqueza, prepotencia, pedanterías o presunciones. Es difícil, pero no imposible mantenerse con discreción, en la familia y sociedad. 

La virtud de la discreción en los padres, tiene que ser definida en función de la práctica y enseñanza de las virtudes y valores humanos, para asegurar lo más posible, la educación de sus hijos y la familia. Lo que conserven y dejen a los hijos, es lo que ellos dejarán a los suyos, que son también de los abuelos. 

Los padres bien informados y formados, son buenos padres, los otros dejan mucho que desear. No pueden enseñar contradictoriamente a sus hijos, a ser discretos en unas cosas e indiscretos en otras. Esta situación antagónica, sería incompatible con las relaciones familiares y sociales. Nadie debe tener esa dualidad de comportamiento. No van a poder ni saber elegir, en qué cosas debe tener una actitud u otra.

17 Cuestiones para enfrentarse a la indiscreción y evitarla:

1.      Piense con discreción y sinceridad, para que haya un adecuado clima de confianza con los hijos y así, puedan explicar sus intenciones, ideales, preocupaciones, problemas y alegrías.

2.      Piense cuando esté indignado, aunque sea justa la indignación, que en esas ocasiones, siempre se dice mucho más de lo que se debería decir y se puede caer, muy fácilmente, en la indiscreción.

3.      Piense cuando se sienta abrumado por los problemas y humillaciones, en los que le han metido, ser más discreto en lo sucesivo, debe tomarlo como un escarmiento.

4.      Piense discretamente, en no imponerse y en no coaccionar, para ayudar a que surja la comprensión y la sinceridad, que ayudarán a observar, reconocer y solucionar mejor los problemas, que se le presenten en la familia y en la sociedad.

5.      Piense en cómo enfrentarse al vicio de la indiscreción, cuando le sugieran que cuente algo, que no deba hacer o cuando crea, que con esa indiscreción va a tener “su minuto de fama”, en contra de las horas de daño, que le supondrán a otras personas.

6.      Piense en dar consejos discretamente y en el momento oportuno, sin ironías, bromas, ni burlas, evitando los momentos de ofuscación y pérdida de nervios, buscando siempre el tiempo apropiado para dialogar con sinceridad, confianza, calma, serenidad, respeto y cariño.

7.      Piense en no tener miedo a ser discreto. Si se esfuerza en intentarlo, siempre encontrará la forma eficaz de conseguirlo.

8.      Piense en que algunas veces, tendrá que ceder y discretamente, retirar lo dicho o hecho, pues no es conveniente ganar todas las batallas de la educación, cuando el objetivo final, es ganar esa difícil guerra, que es la educación familiar, en la práctica de las virtudes y valores humanos.

9.      Piense en ser congruente y con convicciones sólidas, razonando y actuando, con todo lo que ha aprendido, sobre la discreción y la indiscreción.

10.   Piense en ser muy discreto, con sus obras buenas pero sin ocultarlas, a no ser que sean para dar ejemplo o que puedan servir como ejemplo para otros. Traten de ahogar el mal, con la abundancia del bien.

11.   Piense lo que Vd. opinaría de las indiscreciones, si alguien contara algunas cosas de su estilo de vida, actual o pasada, de su negocio, de su vida laboral o familiar, que Vd. no quiere que se conozcan. Ver la paja en ojo ajeno y no ver una viga en el propio.

12.   Piense previamente las cosas dos veces y después no las haga, cuando crea que lo que va a decir, es una indiscreción.

13.   Piense que indiscreción, es sinónimo de debilidad, torpeza, desacierto, impertinencia, irreflexión, etc.

14.   Piense que la discreción es sinónimo de prudencia, sencillez, moderación, ponderación, recato, secreto, reserva, etc.

15.   Piense que opinaría, si esa indiscreción alguien la tiene con temas de sus padres, cónyuge, hijos, organizaciones religiosas, partido político, etc.

16.   Piense que una cosa es ser discreto y otra no querer callar ni debajo del agua, aunque se ahogue.

17.   Piense si su indiscreción, pudiera hacer daño al alguien, que le pudiera llevar a los tribunales y estos le castigaran con cárcel o dinero.

Los padres deben tener en cuenta, que sus hijos y la sociedad les están mirando continuamente y con ojos muy críticos, pues esperan de ellos, lo mejor de lo mejor. Por lo tanto tienen que ser conscientes, de la responsabilidad que tienen de hacer bien las cosas, para poder ser modelo de educación, ante propios y extraños.

La discreción debe ser un punto de referencia de los padres, para la educación de las futuras generaciones, hijos y nietos. Con su testimonio coherente y generoso, al practicar y enseñar esta virtud y valor humano, comunicarán a los hijos el gusto de lo arduo, el sentido de la disciplina, el valor de la honradez y la alegría del altruismo, impulsándoles a afrontar los problemas de la vida con mucho empeño y entusiasmo. Los hijos tienen necesidad, de que sus padres sean los lideres que les guíen, para que no se dejen llevar por lo que hagan y digan, los ídolos humanos que continuamente les presentan la sociedad, a través de los medios de comunicación.

Los padres deben enseñar muy claramente, el daño que se puede hacer si no se tiene discreción, a la hora de enviar o renviar fotografías, información o noticias, a través de los medios virtuales, pues hecho con indiscreción puede hacer mucho daño, la mayoría de las veces con resultados irreparables.

Lo padres deben enseñar que no es lógico, ser un día discreto y al día siguiente ser el parlanchín representante de los indiscretos. No se puede vivir con reacciones pendulares, entre la discreción y la indiscreción, tiene que haber una fuerte y consolidada coherencia, entre lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer, lo que está bien, dónde está el bien y lo que debe hacerse bien, lo que se piensa y lo que se hace. Cuando la conciencia moral de las personas, está anestesiada por el ruido externo de la sociedad, que preconiza la inhibición frente a las situaciones familiares y sociales, se pierde el concepto de la discreción y comienza el irreparable campo de la indiscreción, que imposibilita el mejorar las relaciones entre familiares, amigos y sociedad.

Debería haber una especie de detector de mentiras, que pudiera medir, previamente a nuestras decisiones, el grado de discreción e indiscreción de los comentarios, que se fueran a hacer. Así se evitarían, situaciones irreversibles como son las indiscreciones sacadas a la luz o pública, que después es imposible volverlas a tapar.

Los padres tienen que enseñar a los hijos, a ser arquitectos de sus propias decisiones. Pero solamente podrán enseñar a construirlas bien, cuando ellos sean ejemplos vivos de la discreción. No vaya a ser que los hijos les estén sorprendiendo, continuamente, en indiscreciones imprudentes.

            Los padres deben profundizar en la educación de los hijos y enseñarles, entre otras virtudes, la de la discreción, que hoy en el ambiente actual, no es muy usual practicarla. Una de las pruebas de la discreción de los padres, es que jamás deberán contar a nadie, a no ser por motivos muy graves, las confidencias serias, que les hagan los hijos.

            La discreción en los padres se demuestra también, en el saber escuchar a los hijos con paciencia, cariño, atención y empatía. Para que los hijos puedan tener ideas inteligentes, los indecisos sepan inmediatamente decir lo que quieren, los tímidos se sientan libres, sin ataduras y valerosos, los agobiados por sus cuestiones, se sientan confiados y alegres y los infelices o tristes, descubran que son importantes para los padres.

            Ser discreto, no es ser hipócrita, farsante, ni mentiroso, al contrario, es una virtud que proviene de haber estado acostumbrado a hacerlo, hasta convertirlo en un hábito. Posteriormente se practica sin ningún esfuerzo y se hace de manera natural, como todas las virtudes, una vez que están bien consolidadas en el comportamiento, preocupándose por los demás, intentando ser agradable.

Los padres deben saber, que sus hijos tienen gérmenes y presiones familiares y sociales de buenas y malas tendencias, y que cuando sean mayores, cada cual, será responsable en la medida en que permitan a estas tendencias, adueñarse de su persona. Ser discreto no es sólo cuestión de dominio de carácter. Requiere sobre todo, deseo de aprender a serlo, deseo de enriquecerse con las aportaciones de los demás.

Los padres deben inculcar a sus hijos, que un complemento de la virtud de la discreción, está en que sean de cualidades corrientes y apariencias modestas y siempre perseverantes y leales en la amistad, que contagian a su alrededor alegría y serenidad, para que su vida parezca a los demás, como una luz, como una claridad, como un estímulo. Pero ese brillo y esa luz, solamente se consiguen después de muchos años de esfuerzo, para ser discreto. No se trata de una virtud, que viene de nacimiento, depende de la educación que se ha recibido y del esfuerzo de cada uno, pues todos somos responsables. Ahí está el modelar la tendencia de los niños a la discreción, a no llevar “cuentos” sobre cosas que otros hacen, pues eso les crea la enemistad de sus amiguitos, incluso el bullying.

Algunos hijos mientras escuchan, están pensando en las respuestas que van a dar, por lo tanto, no escuchan plenamente lo que les dicen sus padres. Pero hay otros que escuchan de verdad, con atención y con verdadero deseo de comprender y aprender, sin dejarse arrastrar por el inmoderado afán de hablar o de rebatir lo que oyen. Estos son los que saben escuchar de verdad y se hacen cada vez más valiosos, haciendo que la persona que les habla, se sienta también más valorada y querida.

10 Acciones que demuestran la virtud de la discreción en el mundo de la medida, de la mesura y de la oportunidad:

1.      Discreción es actuar noble y educadamente en el juzgar, en el obrar, en el hablar, en el mirar, en la practica de la humildad, en el saber escuchar, en mantener un carácter  simpático y agradable, etc.

2.      Discreción es hacer o no hacer lo que sea más conveniente, para el buen comportamiento familiar y social, no lo que más guste, incluyendo el decir o no decir, el callar de lo que no se debe hablar, en no enjuiciar lo que no incumbe, en escribir sobre lo que no se debe escribir, etc.

3.      Discreción es llevar un estilo de vida sobrio y moderado, evitando los excesos en todos los órdenes, incluyendo el lenguaje y los gestos peyorativos. Lo que hoy se define como “perfil bajo”.

4.      Discreción es no divulgar las intimidades, mezquindades, defectos, miserias, debilidades, vulgaridades y ordinarieces de las personas, aunque algunas se empeñen en mostrarlos, a través de los medios de comunicación.

5.      Discreción es no hacer comentarios que irriten, incomoden o violenten a otros.

6.      Discreción es no hacer preguntas inoportunas o que pudieran llevar a respuestas indiscretas, ya que las consecuencias de las indiscreciones, pueden tener resultados irreparables, tanto en personas adultas, como en niños.

7.      Discreción es no llamar la atención, en la manera de comportarse, cuidando los gestos, posturas, palabras inapropiadas, vestimentas, maquillajes, etc.

8.      Discreción es practicarla continuamente, en la forma de hablar y actuar a tiempo, y con medida del tiempo.

9.      Discreción es procurar entonar con el ambiente familiar y social, más que sobresalir en él, con afán de un protagonismo ridículo, que es la indiscreción que ridiculiza, expone y desfigura tanto a las personas.

10.   Discreción es realizar las acciones con delicadeza, fineza y prudencia.

11.   Discreción es saber proteger y no violentar, las intimidades de la vida propia o de la ajena, que pueden ser desde secretos, frustraciones, miedos, insatisfacciones, hasta deseos y ambiciones.

Padres, eviten que sus hijos se sientan traicionados, si Vds. revelan indiscretamente las confidencias secretas, que les han hecho, en base a la sinceridad y confianza filial. Algunas veces los padres por vanagloria, hipocresía, deslealtad o por no ser menos que otros, cuentan cosas familiares, que tendrían que haber quedado, dentro de las paredes del hogar.

20 Sentencias sobre la virtud de la discreción:

1.      ¿De que sirve ser indiscreto, si se llena uno de pesar y luego hay que ir a disculparse, discretamente, para quitar el remordimiento?

2.      Callando es como se aprende a oír, oyendo es como se aprende a hablar y hablando se aprende a callar.

3.      Como pretendes que otro guarde tu secreto, si tú mismo, al confiárselo, no lo has sabido guardar.

4.      Corregir con discreción, para que nadie más se entere.

5.      La discreción es no decir más, de lo que haga falta, a quien haga falta y cuando haga falta.

6.      La discreción es tener más, que lo se muestra y hablar menos, de los que se sabe.

7.      La discreción es una virtud, que en determinados grupos sociales, no tiene cabida, pues están llenos de patrañas, embustes, calumnias y chismes.

8.      La discreción es una virtud, sin la cual es imposible practicar las otras.

9.      La discreción está íntimamente relacionada, con el silencio de las personas, parcas en palabras y largas en hechos.

10.   La discreción, aunque no la comprendan, es naturalidad y delicadeza. La indiscreción esta llena de egoísmo e incomprensiones.

11.   La indiscreción consume muchas energías: En cómo hacerla, en cómo arreglar lo hecho mal y en cómo quitar. el mal sabor de boca de lo hecho.

12.   La mejor fuente de información, son las personas que han prometido no contárselo a otros.

13.   La verdadera discreción no es triste, antipática y aburrida, sino extremadamente alegre.

14.   Lo que no quieras que se sepa, no lo digas a nadie.

15.   Los charlatanes son los hombres más discretos: hablan y hablan y no dicen nada.

16.   Parecer discreto, vale tanto como entender una cosa, y es mucho más fácil.

17.   Quien no puede guardar sus pensamientos dentro de sí, no será capaz de guardar los de los demás.

18.   Se discreto contando las cosas a tu amigo, para que este, no las pueda contar a sus amigos.

19.   Si no quieres que se sepa, no lo hagas.

20.   Te arrepentirás menos veces por haber sido discreto, que por haber sido indiscreto.

La discreción debe afinarse muchísimo, cuando se trata de corregir a los hijos. Hay que poner por delante, los criterios imprescindibles de la educación familiar, como son el amor, la comprensión y la inteligencia. La corrección indiscreta, dura, implacable o drástica, pierde toda eficacia. Puede ser una falta que descalifica a los padres y pierde efectividad ante los hijos.

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