Archivo de 1 de septiembre de 2010

90 Virtudes y valores humanos imprescindibles, que los empresarios tienen que conocer y practicar para intentar tener éxito en los negocios. (2 de 2)

ESCUELA PARA PADRES 

90 Virtudes y valores humanos imprescindibles, que los empresarios tienen que conocer y practicar para intentar tener éxito en los negocios. (2 de 2) 

3,021 Palabras. Tiempo de lectura 11:05 minutos 

Artículo relacionado: Tengo un hijo que quiere ser empresario ¿Qué le digo? (1 de 2) 

Esta segunda parte del artículo, se centra en uno de los muchos conceptos que definen la base y el éxito de un buen empresario. Cada una de estas virtudes y valores humanos, debe aprenderlos, analizarlos en profundidad y practicarlos, para localizar cuáles son los que tiene, medio tiene, no tiene y necesita fomentar para utilizarlos. Es muy difícil sacar un negocio adelante, si no ponen en práctica estas virtudes y valores humanos, pues siempre tiene que estar preparado para cuando llegue “la tormenta perfecta” que es cuando se juntan varios problemas a la vez y con gran intensidad. 

Si los hijos quieren ser empresarios, tienen que ir aprendiendo a conocerlos y a practicarlos desde pequeños. No se puede concebir a un empresario, que no los practique continuamente. Es cierto que estas virtudes y valores humanos, tienen que convertirse primero en costumbres y después en hábitos. Cada uno debe mirarlos en función de su persona, del tipo de empresario que quiere ser y del negocio que quiera tener, para determinar cuáles son su prioridad y en que virtudes y valores humanos, tienen que poner más énfasis en conocer y en practicar. 

Con el buscador que tiene el Indice de www.micumbre.com puede encontrar artículos monográficos, sobre muchas de las virtudes y valores humanos que tienen que conocer y practicar los empresarios para triunfar. 

90 Virtudes y valores humanos imprescindibles, que los empresarios tienen que conocer y practicar, para intentar tener éxito en los negocios: 

  1. Abnegación. Se requiere hacer muchos sacrificios voluntarios o involuntarios, incluso muchas veces hacerlos por altruismo. Lo contrario es comodidad.
  2. Agradecimiento. Se debe sentir y mostrar gratitud por el trabajo que le hacen y por los beneficios que recibe. Lo contrario es egoísmo.
  3. Amabilidad. Tiene que ejercitar y comportarse siendo afable, complaciente y afectuoso. Lo contrario es descortesía.
  4. Aprender. Siempre tiene que estar dispuesto a seguir aprendiendo, en una educación continua y escuchando todas las sugerencias que le hagan. Cuanto más sepa, más prosperará. Lo contrario es mantenerse o aumentar la ignorancia.
  5. Aprovechar. Tiene que saber aprovechar muy bien las oportunidades, su tiempo y el de sus colaboradores, sacando el mejor provecho a los recursos humanos, financieros y materiales. Lo contrario es derrochar.
  6. Arrepentimiento. Tiene que saber arrepentirse, privada o públicamente de los errores cometidos, bien sean propios o motivados por él. Lo contrario es el orgullo.
  7. Autodisciplina. Junto con el autodominio, son dos de las virtudes más importantes, para saber actuar sin dejarse llevar por los vicios contrarios, como son la pereza, la holgazanería, etc. Lo contrario es el desorden.
  8. Ayudar. Debe saber hacer el esfuerzo para cooperar, auxiliar o socorrer, cuando los demás lo necesitan o incluso adelantándose. Lo contrario es negar, abandonar o estorbar.
  9. Bien común. Tiene que intentar que su empresa aporte algo positivo, para mejorar la sociedad, bien sea en productos o servicios. Lo contrario, hará que fácilmente caiga en el mal o en la indiferencia, hacia la sociedad.
  10. Carácter. Le permitirá mantener que su si, es si, y que su no, es no, lo que le distinguirá positivamente de los demás y lo transmitirá a sus productos, servicio y a los demás. Lo contrario es flaqueza e ineficacia.
  11. Coherencia.  Para mantener la buena relación de unas cosas con otras, en una actitud lógica y consecuente, sabiendo distinguir entre lo importante y lo urgente. Lo contrario es incongruencia y caos.
  12. Colaboración. Dándola y pidiéndola para formar buenos equipos, que naveguen todos y siempre en el mismo rumbo empresarial. Lo contrario es individualismo y egoísmo.
  13. Conciencia. Debe conocerse a si mismo, interna y externamente y reflexionar sobre el bien y el mal de sus actividades. Lo contrario es insensibilidad.
  14. Confianza. Teniéndola sobre si mismo y sobre lo que está haciendo, para que le de fuerza el hacer las cosas. Los negocios deben hacerse, la mayoría de las veces en función de la mutua desconfianza. Lo contrario es inseguridad.
  15. Conocimiento. Es imprescindible e indispensable, estar al día a través de la educación continua, de todo lo relacionado con el negocio. Activando el entendimiento, la inteligencia y la razón natural. Lo contrario es ignorancia.
  16. Constancia. Debe ser firme y perseverante en los objetivos, resoluciones y propósitos acordados. Lo contrario es flaqueza e inestabilidad.
  17. Control. Para los propios actos personales y los internos y externos del negocio, desarrollado en todos los niveles, para evitar que las cosas se vayan de las manos. Lo contrario es negligencia o descuido.
  18. Cooperación. Es la base para formar equipos con el personal, proveedores y clientes y conseguir los objetivos. Ofrecer antes de recibir. Lo contrario es egoísmo e inhibición. 
  19. Cortesía. Es una de las demostraciones de la buena educación, al manifestar atención, respeto o afecto hacia otras personas, máxime cuando no se lo merecen. Lo contrario es tosquedad y ordinariez.
  20. Criterio. Una de las virtudes más difíciles de demostrar diariamente y en todos los actos del negocio. Es la norma que con juicio y discernimiento, permite conocer la verdad. Lo contrario es insensatez e inmadurez.
  21. Decisión. Pero siempre acompañada del conocimiento. Acelerarse conduce a errores. Apuntar bien, pero disparar cuando haya certidumbre. Lo contrario es flaqueza y apatía.
  22. Desprendimiento. Obrar con despego, largueza y desinterés por las cosas, aunque suponga saber perder. Lo contrario es tacañería, avaricia y egoísmo.
  23. Dialogar. Hablar y escuchar alternativamente como las personas de bien, las ideas de cada uno, buscando la avenencia coherente. Lo contrario es falta de comunicación.
  24. Diligencia. Hacer las cosas bien con prontitud, cuidado y agilidad. No es conveniente hacer las cosas mal, pero deprisa. Lo contrario es pereza.
  25. Disciplina. Hacer las cosas siempre de acuerdo con el orden establecido. Es uno de los principales cimientos, donde se asientan muchas de las otras virtudes y valores. Lo contrario es desorden.
  26. Discreción. Relacionada con la sensatez, la prudencia, y la reserva para formar opiniones y tener mucho tacto al hablar u obrar. Lo contrario es imprudencia pudiendo ser temeraria.
  27. Educación.  Tanto en la formación profesional, como en la manera de de comportarse con los colaboradores, proveedores, clientes y socialmente. Lo contrario es grosería o zafiedad.
  28. Ejemplo. Para que otros se sientan inclinados a imitar lo realizado, si es bueno y honesto, o para que eviten caer en lo opuesto. Lo contrario es escándalo.
  29. Entrega.  Hay que tener pasión sana, por lo que se hace o se quiere hacer, poniendo mucha atención, interés y esfuerzo.  Lo contrario es pasar o abandonar.
  30. Entusiasmo.  Hacer las cosas que admire o cautive, con exaltación y fogosidad de ánimo, de forma fervorosa, que le mueva a favorecer los objetivos. Lo contrario es apatía y desánimo.
  31. Escuchar. Prestando atención a lo que le dicen intentando entenderlo. Escuchar bien, suele ser mas difícil que hablar. Lo contrario es ignorar.
  32. Esfuerzo. Es necesario aplicar toda la posible energía, vigor, ánimo y valor para vencer las dificultades y conseguir lo propuesto. Lo contrario es dejadez o desistir.
  33. Espíritu crítico. Las críticas principales tienen que llegar de la propia persona, las del exterior puede que no le lleguen. Es bueno cuestionarse y cuestionar, todas las acciones personales y las realizadas para el negocio. Lo contrario es pusilanimidad.
  34. Estudio. Hay que dedicar muchas horas semanales a la formación y a la educación continua, para estar al tanto de lo que hay y de lo que se avecina. Lo contrario es descuidarse o abandonarse.
  35. Examen interno. Hacerlo con un sistema, que no deje resquicios a los olvidos  o a la pereza de enfrentarse a situaciones propias, por muy desagradables que sean. Lo contrario es irreflexión o despreocupación.
  36. Ética. Las acciones, productos y servicios si son hechos bajo esta premisa moral, siempre darán buenos frutos. Donde falta la ética entran los problemas. La ética siempre paga buenos dividendos, Lo contrario es Corrupción.
  37. Familia. El principal objetivo de un negocio es la mejora de la familia, por lo que no puede ser un obstáculo, para que la familia se destruya. Hay que equilibrar muy bien el negocio con la familia. Lo contrario es abandono familiar.
  38. Fidelidad. Es muy importante ser leales con las personas e incluso con las empresas relacionadas. La fidelidad también paga buenos dividendos. Lo contrario es deslealtad o traición.
  39. Formación. Juntamente con el estudio y la educación, deben ser valores para tener muy presentes, si se pretende que la empresa funcione y prospere. Lo contrario es ignorancia.
  40. Fortaleza. Esta virtud humana sirve para que con la fuerza y vigor que produce, poder vencer el temor y saber huir de las malas tentaciones morales y profesionales. Lo contrario es debilidad o flaqueza.
  41. Generosidad. Tiene que ir con largueza delante o al lado de la caridad, nunca detrás, pues se antepone a la utilidad y al interés. Lo contrario es tacañería, mezquindad o egoísmo.
  42. Gratitud. Dicen que ser agradecidos es de bien nacidos, pero hay que demostrarlo y comunicarlo. Si es posible, devolver a otros los beneficios que gratuitamente hemos recibido. Lo contrario es deslealtad.
  43. Honestidad. La forma de hacer negocios, que estén relacionados con la honradez, el recato, la justicia, la razonabilidad, la rectitud y la decencia. Lo contrario es inmoralidad, maldad o desvergüenza.
  44. Honor. Mantenido en la palabra dada y en la reputación, para cumplir con los compromisos y deberes del prójimo y de uno mismo. Lo contrario es vileza, bajeza o indecencia.
  45. Honradez. Tanto en el trabajo realizado, en el precio y plazo acordado, en los salarios pagados y en el beneficio obtenido. Lo contrario es inmoralidad o deshonra.
  46. Humildad. Para conocer las propias limitaciones y debilidades y obrar en consecuencia, sin que sea falsamente, para no engañar a los empleados, clientes y proveedores. Lo contrario es soberbia, altanería u orgullo.
  47. Imagen. Tratar de mantenerla buena, ante la sociedad que le rodea, en el aspecto personal, familiar, social y profesional. Lo contrario es abandono o dejación.
  48. Justicia. Dando a cada uno lo que le corresponde o pertenece, en función de su derecho, la equidad o la razón. Lo contrario es parcialidad o arbitrariedad.
  49. Lealtad. Soportada en la fidelidad, en el honor, en la hombría de bien, en el amor, en la legalidad, en la verdad y en la gratitud. Lo contrario es traición, hostilidad o animosidad.
  50. Liderazgo. Demostrándolo continuamente, para dar ejemplo y arrastrar hacia otras virtudes y valores humanos a los colaboradores, clientes, proveedores y a la sociedad. Lo contrario es subordinación, sumisión o dependencia.
  51. Madurez. Demostrando continuamente la plenitud vital indispensable, sensatez, buen juicio y prudencia. Lo contrario es inexperiencia.
  52. Moderación. Haciendo que las palabras y las acciones sean con cordura, discreción y templanza. Lo contrario es desenfreno, abuso o exceso.
  53. Obediencia. Practicándola por jerarquía, cortesía o reconocimiento, sin que suponga sometimiento. Lo contrario es indisciplina.
  54. Objeción de conciencia. Derecho irrenunciable que tienen todos los empresarios, para no realizar negocios que vayan en contra de la moral, de la ética, de las leyes o de las buenas costumbre. Lo contrario es aprobación o conformidad.
  55. Objetivos determinados. A los que deben ajustarse todas sus acciones, para evitar distracciones o desviaciones no previstas. Lo contrario es irreflexión o ligereza.
  56. Optimismo. Actitud y propósito para ver y juzgar con realismo las cosas en su aspecto más agradable. Lo contrario es negativismo.
  57. Orden. Haciendo primero lo primero, y en el lugar que a cada cosa le corresponde. Pero sabiendo lo que se hace, se dicta, se obedece y se ejecuta. Lo contrario es anarquía.
  58. Paciencia. Teniendo que padecer o soportar algo sin alterarse, sabiendo esperar, aunque sea pesado o minucioso. Lo contrario es atolondramiento.
  59. Palabra de honor. Demostrando que el si es si y el no es no en las acciones, testimonios, promesas u ofertas. Lo contrario es engañar o decepcionar.
  60. Perdón. Sabiéndolo otorgar aunque duela, si previamente ha habido una razonable petición e intención de restitución. Lo contrario es castigo, venganza o represalia.
  61. Perfección. Intentando continuamente hacer lo mejor posible las cosas, con superación y eficacia. Algunas veces pudiera ser enemiga de lo mejor. Lo contrario es fealdad o “yavalismo”
  62. Perseverancia. Intentando mantenerse constante en una actitud u opinión que se ha comenzado. Lo contrario es abandono o inconstancia.
  63. Prever. Intentado ver con anticipación lo que posiblemente pueda suceder, estudiando las señales, indicios, estadísticas, etc. y poder así tomar las correspondientes medidas. Lo contrario es despreocupación o desconocimiento.
  64. Prójimo. Considerando al colaborador, cliente y proveedor con  solidaridad humana. El mercado es la suma de muchos prójimos, a los que hay que tratar como si fuera uno mismo. Lo contrario es distante o desconocido.
  65. Prudencia. Para discernir y distinguir lo que es bueno o malo, y así poder seguirlo o huirlo. Está relacionada con la templanza, la cautela y la moderación. Lo contrario es desenfreno.
  66. Puntualidad. Teniendo en cuenta que el tiempo es oro, armonía familiar y social, para uno mismo y para los demás. Nadie tiene derecho a robar impunemente el tiempo ajeno. Lo contrario es informalidad, abuso, desconsideración.
  67. Rectitud. Haciendo y diciendo las cosas con justicia, exactitud, razón, justificación y conocimiento. Lo contrario es arbitrariedad, parcialidad o desequilibrio.
  68. Reflexión. Para poder tomar más sabiamente las decisiones y para persuadir o convencer a los colaboradores, clientes y proveedores. Lo contrario es negligencia.
  69. Respeto. Haciendo todos los negocios y manteniendo las relaciones personales con miramiento, consideración y deferencia. Lo contrario es insolencia o descortesía.
  70. Responsabilidad. Asumiéndola en las duras y en la maduras, principalmente en las acciones realizadas voluntariamente, aunque hayan salido mal. Lo contrario es inmadurez, imprudencia o insensatez.
  71. Sabiduría. Intentando alcanzarla a través del estudio, que profundice en el conocimiento necesario, lo que le permitirá realizar los negocios de forma prudente. Lo contrario es ignorancia, desconocimiento o ineptitud.
  72. Sacrificio. No huir de la abnegación que pueda suponer el esfuerzo que demanda el negocio, incluso pensando en la recompensa por el trabajo bien hecho. Lo contrario es comodidad.
  73. Salud. Intentando mantenerse en perfectas condiciones físicas, mentales y espirituales, para poder realizar con plenitud todas las tareas necesarias para el negocio. Lo contrario es desarreglo, desorden o ruina.
  74. Secreto. Sabiendo conservar, reservar y ocultar, cuidadosamente y con sigilo, los conocimientos relacionados con el negocio. Lo contrario es imprudencia, descuido o  locuacidad.
  75. Sencillez. Intentar hacer los negocios de forma natural, sin ostentación, doblez, ni engaños. Evitando la ostentación y los adornos. Lo contrario es soberbia o exageración.
  76. Sensatez. Haciendo las cosas con prudencia y buen juicio, siempre de acuerdo con las normas, usos y costumbres del negocio, para no poner en riesgo el patrimonio, ni a los empleados, proveedores y clientes. Lo contrario es irreflexión, dislate o candor.
  77. Seriedad. Demostrándola de forma real y sincera, en la forma de proceder en todas las acciones del negocio, sin que haya engaños, burlas o dobleces. Lo contrario es irresponsabilidad, ligereza o frivolidad.
  78. Servicio. Entendiendo que es una de las características, que más aprecian los empleados y clientes y que puede definir el ser o no ser del negocio. Lo contrario es desamparo, desidia o indolencia.
  79. Sinceridad. Expresándose con sencillez y verdad, sin fingir en lo que se dice o se hace. La verdad hace libre al empresario, no las medio verdades o medio mentiras. Lo contrario es hipocresía, doblez o malicia.
  80. Solidaridad. Sabiendo aplicar esta variante de la caridad, en las inquietudes o problemas de los empleados, clientes y proveedores. Hoy por ti, mañana por mí. Lo contrario es egoísmo o indiferencia.
  81. Sufrimiento. Llevando con paciencia, conformidad y tolerancia, los malos momentos del negocio, pero sin desviarse por ellos de los objetivos propuestos, pues siempre habrá momentos que hay que superar. Lo contrario es insolencia o intransigencia.
  82. Templanza. Moderando los apetitos y el mal uso de los sentidos, sujetándolos a la razón con sobriedad y continencia. Lo contrario es desenfreno, exceso o abuso.
  83. Tiempo. Buscando un equilibrio entre el dedicado a la familia, al negocio, al esparcimiento y a la formación profesional y religiosa. Todos tenemos 24 horas y las podemos administrar. Lo contrario es descontrol o egoísmo.
  84. Tolerancia. Respetando y sufriendo con paciencia las ideas, creencias u opiniones de los empleados, aunque sean diferentes o contrarias a las propias. Lo contrario es tiranía, intransigencia o terquedad.
  85. Trabajo. Procurando dignificarlo religiosa y socialmente, en beneficio propio y de los empleados. Lo contrario es holgazanear o vaguear.
  86. Trato. Procurando el buen comportamiento con los empleados, clientes y proveedores, demostrando una buena educación. Lo contrario es hostilidad o brusquedad.
  87. Valor. Demostrando mucha entereza de ánimo, para cumplir los deberes con los empleados, clientes y proveedores, sin arredrarse por asumir los riesgos bien estudiados. Lo contrario es cobardía, timidez o temor.
  88. Verdad. Mantener siempre lo que se dice, siente o piensa, aunque cueste disgustos. Lo contrario es mentira, falacia o engaño.
  89. Vergüenza. Tener el pundonor de reconocer, interna o externamente por las faltas cometidas, o por acciones  deshonrosas, propias o ajenas. Lo contrario es descaro, impudor o cinismo.
  90. Voluntad. Ejercitar el libre albedrío, para decidir la propia conducta, sin dejarse presionar por las circunstancias o por terceros. Lo contrario es indiferencia, debilidad o desgana.

 

La disciplina es la virtud que elegiría sin lugar a dudas, como la más importante para el empresario. Cuando esta virtud no está fuertemente cimentada, será imposible edificar sobre ella las otras virtudes y valores humanos, imprescindibles para su éxito. Si está bien asentada, será la virtud en la que se puedan sustentar casi todas las otras, indispensables para ser un buen empresario.

Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

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Tengo un hijo que quiere ser empresario ¿Qué le digo? (1 de 2)

ESCUELA PARA PADRES 

Tengo un hijo que quiere ser empresario ¿Qué  le digo? (1 de 2) 

90 Virtudes y valores humanos imprescindibles que los empresarios tienen que conocer y practicar para intentar tener éxito en los negocios. (2 de 2) 

  • 15 Consejos de los padres a los hijos que quieran ser empresarios
  • 17 Actitudes de los buenos empresarios
  • 23 Sentencias relacionados con los empresarios 

2852 Palabras. Tiempo de lectura 10:25 minutos

 Algunos artículos relacionados: 

Los padres tienen que decir a sus hijos, que si quieren ser empresarios, tienen que aceptar, por muy duras que le parezcan, las reglas de juego que voy a ir comentando. Nunca llegarán a ser buenos empresarios, en el completo sentido de la palabra, si desconoce la práctica de estas imprescindibles reglas de preparación y realización. 

No sigan leyendo, los que prefieran ser empleados por cuenta ajena. Ser empresario conlleva grandes sacrificios y muchos riesgos, pero también tiene muchas recompensas. 

En esta época de grandes despidos en las empresas y enormes cifras de desempleados, muchos jóvenes sienten en sus propias carnes, las consecuencias que dejan estos despidos y la escasez de nuevas oportunidades. Si no es el despido de los padres, puede ser el de alguno o algunos de los familiares o amigos cercanos. Estos golpes a su estabilidad económica y emocional, les hacen pensar en estudiar alternativas, para que a ellos no les ocurra lo mismo en su vida profesional. Por eso miran hacia el lado de ser empresarios. 

La idea de ser empresario es estupenda, pero tienen que saber, que para tener su propia empresa, grande o pequeña, hacen falta muchas cosas, por ejemplo: Preparar con mucha anticipación un plan personal de formación interna y externa, que permita navegar en las procelosas aguas de los esfuerzos, riesgos y beneficios empresariales. Casi todos queremos poner nuestro talento y nuestro dinero, si lo tenemos, a trabajar para nosotros mismos y tener nuestra propia empresa y así no depender de nadie. Muchas veces no quieren pensar que el ser empresario, supone tener muchísima más responsabilidad, sacrificio, entrega y asunción de riesgos, que la de los que trabajan por cuenta ajena. 

La formación de cooperativas de trabajadores dueños, es una de las formas empresariales que más éxito está teniendo. Su participación está en la cantidad y calidad del trabajo que realizan. Hay ejemplo buenísimos de grandes grupos industriales, financieros y servicios cooperativistas donde todos los que trabajan son dueños. Estos grupos son diferentes a las cooperativas de ventas agrícolas. 

Unos dicen que para ser empresario se nace. Otros, los más acertados, dicen que el empresario se hace. Tienen que tener mucho talento, determinación y un trabajo duro para formarse, empezar, construir, expandir y mantener un negocio propio. 

Ser empresario puede provenir de heredar un negocio familiar, encontrar una idea brillante o hacer una inversión financiera, incluso quedándose al margen del manejo del negocio. El empresario es el que tiene un negocio, dentro de las leyes civiles y morales e intenta obtener un beneficio. Hay muchas variantes, Incluso puede ser un contratista independiente o los llamados autónomos. 

Es muy difícil que un hijo pase de ser NiNi (Ni trabaja Ni estudia) a ser empresario. Ser empresario es un proceso, que empieza casi siempre desde la niñez, con un gran esfuerzo en aprender, y poniendo mucha práctica de las virtudes y valores humanos. De la misma forma que se prepara desde niños a los atletas de elite, así preparan a los hijos de los empresarios, para que el día de mañana puedan sustituir a los padres, en llevar las riendas del negocio. 

Algunos pretenden insistentemente en ser empresarios y que la familia les preste el dinero, o que lo reúna para invertirlo en el negocio. Si sale mal, la familia se puede arruinar, perdiéndose el trabajo y ahorro de muchos años de los padres, que estaba destinado a ser, en caso de necesidad, el soporte para la ayuda. Si sale bien, los beneficios cree que le deben corresponder a él, pues para eso puso el negocio, pensando que los padres tienen la obligación de ayudarle, con el dinero de ellos, a poner el negocio. 

El ser empresario tiene todo un proceso de preparación, adaptación y desarrollo. Desde muy pequeños hay que enseñarles, cuáles son las características que debe tener un empresario, para que vayan haciéndose a las ventajas e inconvenientes, que esa actividad conlleva. La preparación debe empezar desde los años jóvenes, interesándose mediante libros, revistas, conferencias y conversaciones, sobre los ejemplos biográficos de los empresarios o empresas, que han tenido éxito y los motivos por los cuales triunfaron. Después ya se irá adentrando en los conocimientos y herramientas que emplearon esos empresarios, para poner en práctica sus ideas, en cada una de las circunstancias y tiempos en los que vivieron. Todo esto va tomando cuerpo, mientras el joven está estudiando o cuando está trabajando y quiere dar el salto, para poner su propia empresa. 

Una vez que ha estudiado lo que quiere y puede ser, debe pedir consejo, declarando con detenimiento y sinceridad, cuales son sus facultades y posibilidades, para ser un determinado tipo de empresario, en función de sus capacidades físicas, intelectuales, económicas, mentales, familiares, académicas, sociales y de experiencia aplicadas específicamente, a cada tipo de empresa que quiere realizar. Entonces deberá hacer un plan muy detallado, que contenga todos los pasos que sean necesarios. No se puede aventurar a empezar una empresa, porque quiere hacerlo y arrastrar los ahorros o el futuro de sus amigos, familiares o socios. 

Hay infinidad de negocios para hacer, pero hay que tener muy buena información sobre todos los aspectos de cada negocio. Mucha de esa información, se puede obtener en fuente confiables, como son las bibliotecas, Internet, asociaciones gremiales, Cámaras de Comercio, tutores, etc. Una buena recomendación es, que mientras esté formándose académicamente, empezar a trabajar como asalariado en una empresa, para aprender o practicar la profesión y posteriormente, cuando ya se cree que tiene la experiencia y los conocimientos necesarios, atreverse a dar el salto definitivo hacia ser empresario. 

Anualmente se abren cientos de miles de empresas, algunas duran seis meses, otras un año o dos. Solamente el 10% de ellas llega a los 10 años aproximadamente. Los ayuntamientos de cada ciudad, tienen las estadísticas sobre el índice de mortalidad de cada tipo de negocio, el tiempo medio que tardan en cerrar y el costo de la inversión, necesaria para abrir y los costos que conlleva, cerrar ese tipo de negocio. 

Una buena idea no tienen que ser siempre un buen negocio, algunas veces la idea se muere nada más nacer y se queda en lo escrito, en una servilleta de café y de ahí no pasa. Hoy en día, una buena idea, para que sea soporte de un negocio, tiene que ir acompañada de un plan de negocios profesional, para ponerla en marcha y así asegurarse que pueda tener muchas probabilidades de éxito. En las bibliotecas públicas hay muchos libros especializados sobre este tema, además de las numerosas organizaciones empresariales y asesores que ayudan a hacerlo, muchas veces gratuitamente, a los futuros empresarios. Este plan de negocios, como mínimo, debe contener una identificación de las oportunidades, en las que va a trabajar, un plan de marketing, un plan financiero, un plan de operaciones, un buen soporte de información externa y conocer la forma de llevar las relaciones empresariales. 

En el servicio militar, el valor se supone, pero en la vida real hay que demostrarlo. Lo mismo pasa con las virtudes y valores humanos, se supone que los empresarios los tienen, los practican y los enseñan. Pero cuando se comienza como empresario independiente, estas virtudes hay que demostrarlas personal y fehacientemente, además de tener que hacerlo en el entorno de los clientes y proveedores, de forma que los perciban, para así poder triunfar o por lo menos sobrevivir. La ética en los negocios siempre es rentable. 

Los posibles empresarios no se tienen que asustar, ni ser motivo de desánimo, la cantidad de trámites burocráticos que tendrán que solventar, para convertir en realidad una idea. Pero tienen que ser pacientes, persistentes y tenaces. También es cierto que hay cantidad de ayudas gubernamentales, para los que quieren empezar un negocio. 

El mundo empresarial es muy cruel, pues las empresas se canibalizan unas a otras. Nacen diez y se mueren nueve, ya que la mayoría de las veces son suicidios anunciados. La empresa bien planteada y organizada se come a la mala, eso es canibalismo del ecosistema empresarial. No siempre se trata del dicho “vive y deja vivir”. Con las inversiones realizadas y gastos de puesta en marcha de esas empresas que cierran,  se nutren muchas otras, y con los residuos que dejan al cerrar, se alimentan otras más. También producen pérdidas a terceros muchas veces por su mala actuación, sobre todo en las quiebras y suspensiones de pagos, sean fraudulentas o fortuitas.

Hoy en día los negocios no prosperan, si están montados sobre la base de obtener en poco tiempo, muy grandes beneficios, pues el mercado y la competencia, se les echarán encima y durarán muy poco tiempo. El beneficio tiene que ser justo, basado entre otras muchas cosas en el capital invertido, su rotación, el riesgo asumido, la expansión necesaria para sobrevivir, las tasas comparativas de interés, para otras inversiones competitivas, etc. Se han terminados aquellos años donde el beneficio era solamente del cuatro por ciento. Lo que costaba cien, se vendía a cuatrocientos. 

15 Consejos de los padres a los hijos que quieran ser empresarios:  

  1. El empresario debe ayudar a sus colaboradores, a que preparen un plan de progreso a uno, dos y cinco años (plan 125), en función de sus aspiraciones, para que prevean su futura evolución profesional, dentro o fuera de la empresa.
  2. El empresario debe compaginar una gestión financiera rigurosa, con una política social generosa.
  3. El empresario debe saber motivar a sus colaboradores, clientes y proveedores, para así poder llegar a las mejores innovaciones de la empresa y del mercado.
  4. El empresario no debe ser paternalista, tiene que ser solidario con sus colaboradores, brindándoles cierta autonomía de acción, de elección y de responsabilidad.
  5. El empresario tiene que conocer el sentido que cada trabajador. quiere dar a su propia vida y tratar de ayudarlo. siempre para que afloren sus talentos ocultos y vaya hacia delante. retándose y superándose a si mismo.
  6. El empresario tiene que crear estructuras indispensables. para escuchar los latidos de la empresa, que le permitan reflexionar y así poder debatir con sus colaboradores, la vida presente de la empresa y su estrategia futura.
  7. El empresario tiene que eliminar la posible tentación, de que haya dominantes y dominados. Su objetivo es convencer y no vencer.
  8. El empresario tiene que mantener a ultranza la congruencia, entre lo que dice y lo que hace, la imagen que tiene de sí mismo y la que proyecta.
  9. El empresario tiene que ser muy concreto, y dar mucha importancia a los hechos y no a las suposiciones o especulaciones.
  10. El empresario tiene que ser, sobre todo muy exigente, pero también muy justo. El sentimiento de injusticia es insoportable para los colaboradores. Por lo cual es preciso ser capaz de justificar honradamente, cada una de las principales decisiones.
  11. El empresario tiene que tener  muy presente, la noción de la justicia y del desarrollo personal de sus colaboradores y su integración social, sabiendo reconocer los méritos de cada uno, recompensándoles y promocionándoles con justicia.
  12. El empresario tiene que tener unas fuertes convicciones morales, cimentadas en valores espirituales, que se basan en la ética que debe crear un clima de justicia social, favorecer las relaciones humanas de calidad y asegurar el dinamismo de la empresa, en medio de un entorno competitivo, cada día más agresivo.
  13. El empresario tienen que enseñar a sus colaboradores, a reflexionar de forma participativa y creativa, promocionando la comunicación y el derecho a no tener miedo a equivocarse.
  14. El empresario tienen que ser justo y saber explicar y convencer, de cada decisión tomada o por tomar.
  15. El empresario tiene que ser muy social, participativo, humanista y promotor de negocios, pero con los pies muy bien puestos sobre la tierra, pues el ambiente humano, es uno de los principales motores de la empresa. 

17 Actitudes de los buenos empresarios: 

  1. El empresario ahorra y no derrocha cuando hay vacas gordas, para tener cuando lleguen las vacas flacas.
  2. El empresario dice: Me equivoqué, otros dicen, no fue mi culpa.
  3. El empresario escucha y respeta a los que saben más, tratando de aprender algo de ellos y no solamente para sacarles los defectos.
  4. El empresario escucha, comprende y responde, otros hablan, hablan y hablan, no entendiendo lo que no quieren oír.
  5. El empresario lucha para hacer que lo imposible, sea posible.
  6. El empresario manda, reprende, corrige y castiga, pero también aprende, enseña, premia y hace prosperar al equipo.
  7. El empresario piensa: Soy bueno, pero no tan bueno, como a mí me gustaría ser, otros piensan, no soy tan malo como los demás.
  8. El empresario prosperará, si también ayuda a hacerlo a sus colaboradores, clientes y proveedores.
  9. El empresario que se auto ensalza, será humillado por el mercado y más dura será su caída.
  10. El empresario se compromete, otros sólo hacen muchas promesas.
  11. El empresario se enfrenta a los problemas para superarlos, otros les dan vueltas y vueltas y nunca logran superarlos.
  12. El empresario se reinventa periódicamente, él y su negocio.
  13. El empresario se siente responsable de su trabajo y del de su equipo, otros siempre responsabilizan de sus propios errores a los demás.
  14. El empresario siempre busca la excelencia, en la forma de hacer las cosas, otros se conforman con seguir haciendo invariablemente lo mismo, sin intentar innovar, aunque vayan hacia el fracaso.
  15. El empresario tiene que aprender a desaprender los resabios de cuando era empleado, que vayan en contra de su nueva actividad.
  16. El empresario trabaja muy fuerte y tiene mucho tiempo para todo, otros siempre dicen que están muy ocupados.
  17. El empresario usa más y mejor un lápiz pequeño, que una memoria grande. 

23 Sentencias relacionados con los empresarios: 

  1. Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco.
  2. De las decisiones valientes, nacen las empresas con éxito.
  3. El Gobierno es el comité de administración de los negocios.
  4. El pepino en el gazpacho, y los negocios en el despacho.
  5. El que monta un negocio y no es pesetero, pronto pierde su dinero.
  6. El tiempo es la medida de los negocios, como el dinero lo es de las mercancías.
  7. El único negocio donde el cliente nunca tiene la razón, es la psiquiatría.
  8. En materia de negocios, nada hay efectivo, mientras no estén terminados.
  9. En toda negociación, el hombre honrado está destinado a llevar la peor parte, mientras que la picardía y la mala fe, se apuntan inicialmente los éxitos.
  10. Es imposible negociar si dicen: lo que es mío es mío y lo que es tuyo, es de ambos.
  11. Es muy difícil mezcla el ocio con el negocio, sin hacer el necio.
  12. Hay tres funciones básicas en los negocios, la administración, el marketing y la innovación.
  13. La amargura empresarial procede, casi siempre, de no recibir un poco más de lo que se da; del sentimiento de no efectuar un buen negocio.
  14. La economía consiste en saber gastar y el ahorro, en saber guardar y mantener.
  15. La necesidad nunca hizo buenos negocios.
  16. La última moneda que se la ganen otros.
  17. La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia, que no vaya acompañada de una pérdida.
  18. Lo que es negocio de todo el mundo, no es negocio de nadie.
  19. Negocio es la negación del ocio.
  20. Prefiero ser accionista de una buena empresa, que propietario único de una mala.
  21. Quien quiera ver prosperar sus negocios, consulte a su mujer.
  22. Quien tiene muchos ocios, le salen mal los negocios.
  23. Si el golf perjudica tus negocios, deja tus negocios.
  24. Si quieres hacer una pequeña fortuna con un restaurante, invierte en él una gran fortuna.  

La segunda parte de este artículo, titulada: 90 Virtudes y valores humanos imprescindibles que los empresarios tienen que conocer y practicar para intentar tener éxito en los negocios se centra en uno de los muchos conceptos que hacen falta aprender y practicar: Las virtudes y valores humanos que definen a un buen empresario y que son la base para su éxito. Cada una des estas virtudes y valores humanos, debemos analizarlas en profundidad, para encontrar cuáles son las que tenemos, medio tenemos, no tenemos y necesitamos fomentar. Es muy difícil sacar un negocio adelante, si no ponemos en práctica estas virtudes. 

Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com 

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