ESCUELA PARA PADRES
Tengo un hijo maravilloso. ¿Qué hago con él?
- 12 Características de los hijos maravillosos.
- 12 Acciones a realizar por y con el hijo.
- 12 Situaciones en que el hijo, maravilloso o no, percibe que los padres no le quieren.
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Quererlo mucho, pero mucho, mucho. Se lo merece aunque no fuera maravilloso, pero si lo fuera, extraordinario motivo para hacerlo. Quiéralo también aunque su hijo no sea tan maravilloso. Demostrarle mucho cariño, puede convertirle en cariñoso. Los padres siempre tienen que querer y quieren a sus hijos, hasta que les duele el alma, sean maravillosos o no, pues son sus hijos. Aunque haya algunos hijos, que hacen verdaderos esfuerzos para que sus padres no les quieran, pues se portan mal con sus padres e incluso con ellos mismos y con la sociedad.
Quererle mucho no es llenarle de besos ruidosos y abrazos interminables, casi siempre, cuando hay delante otras personas, para demostrar el cariño hacia los hijos, comprarle muchas cosas o consentirle hacer todo lo que quiera. Quererle mucho es dedicarle el tiempo de mejor calidad, en la mayor cantidad posible, es educarle con firmeza, pero también con suavidad, es brindarle apoyo en lo que necesita y dejarle volar solo, bajo la atenta vigilancia, para que si se cae, ayudarle a levantarse rápidamente. Es enseñarle a practicar las virtudes y valores humanos, en función de su edad y circunstancias, para que se vayan convirtiendo en hábitos, para cuando sea mayor.
12 Acciones a realizar por y con el hijo:
Acepta las virtudes y defectos del hijo, alégrate con el hijo, cuida al hijo como quieres que cuiden de ti, dedica tu mejor tiempo al hijo, disfruta del hijo, educa al hijo, escucha, habla y dialoga con el hijo, reza por el hijo, sacrifícate por el hijo, sufre con el hijo, trabaja por el hijo, vigila y cuida al hijo.
Tener un hijo maravilloso suele ser el fruto de haberlo criado con mucho amor, afecto, respeto y dedicación. Criarlo como se puede tener un pájaro en la mano. Si se aprieta la mano, se ahoga el pájaro y si se tiene floja, el pájaro se escapa. Ese equilibrio físico y emocional, es el que abona el campo, para que haya hijos maravillosos.
Hay miles de millones de hijos maravillosos, los cuales meten mucho menos ruido, que los pocos hijos mal educados, que ladran demasiado alto y con su ruido, quieren opacar las buenas obras y el no meter ruido de los hijos maravillosos.
Tener hijos maravillosos es un premio, que unas veces se busca y otras se encuentra. Pero normalmente suele ser el resultado de un esfuerzo conjunto de los padres, al darles ejemplo y educarles en las virtudes y valores humanos. Pero no es noticia ser hijo maravilloso, aun en el caso de que cumpla sus obligaciones con place, o asuma sus derechos sin vanaglorias. Para los medios de comunicación y algunas familias envidiosas, solamente es noticia cada una de las aberraciones que cometen los maleducados.
Hay muy pocos padres que no quieren a sus hijos, pues el amor de los padres hacia los hijos, es consustancial con la naturaleza. Los padres aman a sus hijos con pasión, hagan lo que hagan, digan lo que digan y sean como sean. Existen excepciones a ese amor, que suelen producirse por circunstancias fuera del control paternal.
Para tener hijos maravillosos, los padres tienen que hacer ver a sus hijos, que son queridos, respetados, cuidados, guiados y aprobada su presencia. Tienen que hacerlo hasta que los hijos sientan interna y externamente, la certeza de que son amados en profundidad. Así hay muchas probabilidades de que sientan la necesidad de corresponder al amor con más amor, lo que llenará a los padres de satisfacción y alegría.
La felicidad pasiva. Un hijo maravilloso no es solamente el que da placer a los padres o no les da quebraderos de cabeza. La maravilla puede ser, que el que siendo diferente o con limitaciones, lo lleve con valentía y aceptación y su sufrimiento no sea exteriorizado, para no hacer sufrir a los demás. Tiene limitaciones para hacer alguna cosa, pero saca fuerzas de donde sea, para evitar ser una carga emocional o física para otros. También eso supone un orgullo para los padres.
12 Características de los hijos maravillosos.
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- Cuando agradecen las atenciones tenidas con ellos en el pasado y en el presente, reconociendo que lo que tienen, se lo deben en parte a la educación que recibieron de sus padres.
- Cuando consideran como órdenes de obligado cumplimiento, los menores deseos expresados por los padres.
- Cuando consultan a los padres sobre sus temas personales, familiares, profesionales o sociales al considerar que son sus mejores consejeros, tutores o guías.
- Cuando forman una familia, que se mantiene llena de amor.
- Cuando saben atraer a su nueva familia, para que quieran a los padres que se quedaron solos, por ley de vida. Eso ya por si solo, es una maravilla.
- Cuando sacan a pasear a los padres, obsequiándoles con alguna cosa, por muy pequeña que sea, o les ayudan o llevan a resolver sus asuntos relacionados con el médico, impuestos, compras especiales, etc.
- Cuando salen del hogar familiar y estudian o trabajan, y se les ve crecer en edad y dignidad, siguiendo las enseñanzas, educación y ejemplo en las virtudes y valores humanos, que les dieron sus padres.
- Cuando se dan a valer y a respetar y por lo tanto son respetados.
- Cuando son jóvenes y están en el hogar familiar, cumpliendo con sus obligaciones y disfrutando de sus derechos.
- Cuando también tienen unos padres maravillosos. Detrás de cada hijo maravilloso, suele haber unos padres súper maravillosos.
- Cuando velan por la tranquilidad de los padres mayores, procurándoles protección, aunque sea a distancia. Que los padres se vean protegidos y queridos por los hijos, automáticamente, les convierte en maravillosos.
- Cuando vigilan positivamente a sus padres, aunque estén lejos, produciéndoles una maravillosa sensación de protección. Los medios de comunicación modernos, son la mejor herramienta para estar en contacto con los padres: Teléfono, Internet escrito, hablado o visual.
Algunos padres no necesitan nada material, solamente ayuda emocional, moral o sentimental. Se suelen conformar los padres, con saber que sus hijos están al tanto de sus pequeños o grandes problemas, incluso si no pueden hacer nada por resolverlos, ya es suficiente para convertirse en hijos maravillosos. Si pueden ayudar a solucionar algún problema o por lo menos lo intentan, se duplica esa maravilla.
12 Situaciones en que el hijo, maravilloso o no, percibe que los padres no le quieren.
- Cuando comprueba que los padres no le aman ni respetan, ya que nunca le dedican el mínimo tiempo compartido que necesitan, ni le dicen que le aman, ni le dan muestras de cariño, seguridad y protección, incluso con un mínimo abrazo o beso, lo que les hace crecer con la angustia de no ser querido ni comprendido. Si reclama a sus padres por el cariño no demostrado y el tiempo no dedicado, aunque le hagan caso, ya suele ser demasiado tarde, pues el daño ya está hecho.
- Cuando se ve abandonado porque los padres han antepuesto sus intereses personales y económicos, al abandonarle por su divorcio, faltando a la promesa que hicieron ante Dios y la sociedad, de formar una familia con sus hijos. Incluso cuando se ve manipulado por la situación del divorcio.
- Cuando se olvidan de él porque sus padres no quieren cambiar su comportamiento despectivo hacia el hijo maravilloso.
- Cuando los padres no saben, no quieren o no pueden explicar y demostrar a su hijo, lo mucho que le quieren.
- Cuando nota su vacío interior, porque sus padres no le llenaron de la mínima formación religiosa.
- Cuando percibe que los padres siempre sacan a relucir, ante propios y extraños, los defectos y nunca las virtudes.
- Cuando percibe un mal ejemplo de los padres, en sus actividades violentas o viciosas, como el alcohol, las drogas, el juego o la infidelidad matrimonial.
- Cuando prestan más atención y dan más muestras de cariño a los hermanos que peor se portan, haciendo caso omiso del hijo maravilloso.
- Cuando se da cuenta que no le quieren, porque no le enseñan las cosas más elementales, que los padres tienen que mostrar y educar a sus hijos, tales como el esforzarse en practicar las virtudes y valores humanos, para poderse abrir paso y circular en la vida para dirigirse hacia la libre independencia y autonomía. Sabiendo que posteriormente pedirán “peras al olmo” sobre su comportamiento, exigiéndole frutos donde no han sembrado ninguna semilla.
- Cuando se siente derrotado porque no le importa a sus padres, ya que no se preocupan de él, en los momentos que verdaderamente los necesita.
- Cuando siente que estorban a sus padres, pues estos no le hace caso, debido a que su presencia les impide desarrollarse exitosamente en su vida profesional y social, pues ponen delante sus apetencias personales, económicas y sociales a sus obligaciones paternales.
- Cuando tiene partida el alma por la soledad familiar o la descomposición familiar, pues se educa solo, física y mentalmente. Le educa la calle, la televisión y el Internet. No tiene donde recurrir para obtener una guía en su educación, teniendo que asumir sus propias responsabilidades, sin haber sido enseñado a resolverlas.
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