ESCUELA PARA PADRES
Las virtudes y valores humanos en las crisis económicas
La crisis financiera actual, explicada a los hijos
Ver artículos anteriores:
- La responsabilidad como esposos y como padres
- 10 Cuestiones financieras que debo dialogar profundamente con mi pareja, antes del matrimonio
¿Qué virtudes y valores humanos están relacionados con esta crisis?
La principal razón por la que ha llegado esta crisis, que según los expertos estaba anunciada desde hace varios años y cuyos signos externos eran evidentes, ha sido por la paulatina descomposición de la sociedad actual, que no ha practicado, ni practica, las virtudes y valores humanos que sostienen sana a una sociedad. Estos son los principales: Abnegación, ahorro, autodisciplina, bien común, caridad, coherencia, conciencia ciudadana y familiar, disciplina, educación, familia, fidelidad, generosidad, honestidad, honradez, justicia, prudencia, respeto, responsabilidad, sinceridad, solidaridad, templanza, tolerancia, trabajo, voluntad, etc.
La sociedad hace demostraciones continuas, a todos los niveles de gobiernos nacionales, estatales, locales, empresariales y familiares, de consumismo desaforado, despilfarro, derroche, malversación, gasto excesivo, ostentación, desorden, etc.
Hasta que no cambiemos las personas y anulemos esta ausencia de virtudes y valores humanos, en una gran parte de la sociedad, será imposible que cambie la sociedad y la crisis, seguirá existiendo. Por esta razón debemos tomar medidas, para cambiar el comportamiento personal familiar y colectivo.
No podemos echar la culpa de esta crisis a nadie, somos todos los que hemos contribuido a construirla, unos más y otros menos.
¿Qué es esta crisis económica?
La crisis no es el acabose total, simplemente es un reacomodo de las personas, de las empresas y de los países. Los cambios ocurren porque la estructura de la economía, está sostenida con alfileres y llega el momento en que no puede sostenerse, y simplemente se cae y como las familias y las empresas, no tienen la educación adecuada para sobreponerse a los cambios, es por lo que vienen las grandes transformaciones, que a muchos les toma desprevenidos. A muchos millones de ciudadanos no les ha tomado desprevenidos la crisis porque nada tenían, aunque también tengan que sufrir las consecuencias.
¿Qué ha pasado?
La conversión de la deuda de los prestatarios, convertida en instrumentos financieros, que los inversionistas pudieron comprar o vender, sin ningún control, ni toma de riesgo real. Esto ha sido permitido, por la falta de regulaciones legales, las cuales no existían o eran muy laxas, debido a que los legisladores, no estaban interesados en controlar las operaciones financieras, o estaban interesados en no controlarlas, aun a sabiendas, que esa situación podría conllevar el hundimiento de la economía, a nivele nacional e internacional.
Primero se achacó la culpa a la caída del valor del mercado inmobiliario, después a las operaciones bancarias de alto riesgo, y finalmente a que los bancos no quieren dar prestamos a los otros bancos, ni a las empresas ni a los particulares.
Son disculpas muy bien montadas, más o menos reales, pero la realidad es que la economía hasta hace poco, aparentemente boyante, se ha caído estrepitosamente. La nación se ha endeudado increíblemente, el Estado ha entregado a determinadas entidades financieras, el dinero de los impuestos pagados por los contribuyentes, quitándolo de las obras sociales y de infraestructura, a las que estaba destinado. Las empresas están despidiendo a millones de trabajadores, hasta índices que nunca ha habido, e incluso muchas empresas están cerrando, porque no pueden continuar operando, ya que los consumidores no tienen ingresos suficientes para comprar.
El problema financiero a nivel mundial, que tenía su cabeza en USA ha estado tapado durante mucho tiempo. No ha sido un problema surgido de la noche a la mañana. Era el secreto mejor guardado, entre los financieros. Algún día tenía que estallar y ha sido ahora.
¿Quiénes son los principales culpables de esta crisis económica?
No voy a analizar los motivos, por los que ha llegado esta crisis financiera. Hay muchas versiones y cada una de ellas tiene uno o varios culpables, de antes de la crisis, durante ella y en las soluciones que se han tomado y se van a tomar, para intentar arreglarla.
Todos se acusan mutuamente, de que es una combinación de factores, (le llaman la tormenta perfecta) de las malas políticas económicas, la falta de regulaciones, la deficiente o nula supervisión, la codicia, la irresponsabilidad con los dineros ajenos y la impunidad que impera en algunos niveles de la toma de decisiones, ha contribuido a que prestamistas y banqueros, corrieran riesgos enormes, donde sabían que si había ganancias, se las llevarían para el disfrute de ellos y sus socios, y que si hubiera pérdidas, serían pagadas por el Gobierno a través de los impuestos de los contribuyentes de siempre. La falta de moral, de ética y la impunidad pudo más que el temor, la justicia y la razón.
Esta falta de moral en las personas, el excesivo apego al dinero y el yavalismo, en cuestiones de ética económica, suelen traer malas consecuencias a plazo corto y largo. Tarde o temprano, la sociedad colectivamente, se cobra los excesos de la humanidad. Aunque el grave problema como muchas veces ocurre, es que siempre pagan justos por pecadores.
Cuando la sociedad en conjunto, se aleja de la práctica de las virtudes y valores humanos, empieza el decaimiento de la moral colectiva. Nadie mira para atrás y todos queremos tener mucho más, al precio que sea. Nadie piensa que un día, puede quedarse sin trabajo y verse imposibilitado a pagar las deudas, contraídas alegremente en su afán de despilfarro y excesivo consumismo. Incluso las autoridades civiles, han recomendado que consuma, que consuma y que consuma de todo, aunque no lo necesiten para nada, pues eso es la salvación del país. Antiguamente cuando había una crisis financiera, las autoridades pedían austeridad en el consumo, como hacen todas las familias normales, pero ahora piden que se consuma desaforadamente.
¿Cómo y cuándo se va a terminar la crisis?
Si no se cambian los hábitos, las creencias y el estilo de vida que ha mantenido la mayoría de la población, lejos de la estabilidad económica, seguramente las ayudas del gobierno, no servirán para nada. Nosotros tenemos que cambiar, pues ni el gobierno, ni los poderes fácticos cambiarán. Incluso cada vez será peor, pues hasta ahora que ha ocurrido esta estafa colectiva que ha dañado a millones de personas, no ha pasado nada, ni se han encontrado a los culpables, ni se han tomado medidas para que no vuelvan los mismos que lo han hecho. Ahora han aprendido, les ha salido bien, han quedado impunes y volverán a hacerlo nuevamente, en cuanto puedan.
¿Cómo repercute en las familias?
Cuando hay crisis financieras, inmediatamente empiezan los despidos laborales y con ellos, las crisis familiares. Muchas familias han quedado destrozadas, por el alto índice de desempleo y tendrán que utilizar la solidaridad familiar y social, que esta situación genera, de tal manera que ninguna familia, quede sin tener algo que comer y pueda recibir algunas ayudas y apoyos, en los momentos en que las familias sufran el desempleo. Los familiares y los amigos, siempre deberían estar apoyando con algo o con algunos fondos económicos, para que puedan sobrellevar la situación, aunque sea provisionalmente, de los que sufren las consecuencias de esta crisis financiera, que ojala dure poco tiempo.
Los padres tienen que desarrollar en los hijos, el sentido de la incertidumbre económica, presente y futura, para no abandonarse en el concepto cómodo, de la abundancia interminable. No se puede pensar que la prosperidad y el consumismo, van a perdurar infinitamente. También tienen que mantener la austeridad en los gastos y en cada edad, determinar el nivel de educación económica y financiera, como inversión rentable para el futuro.
Los padres tienen que determinar, los diferentes niveles de ahorro familiar: Para imprevistos, urgentes y graves, realizables a plazo corto, medio y largo. Para objetivos determinados (jubilación, estudios universitarios de los hijos, compra de casa, poner un negocio, vacaciones, etc.) y para evitar sentirse agobiados y atrapados por las deudas, en tiempos de crisis. Cada uno de los ciudadanos, tenemos que aprender a hacer un plan, para defendernos de la cultura consumista, que domina la sociedad, juntamente con un programa que, nos permita ir a donde queremos y podemos ir. Los barcos cuando hay tempestad, bajan las velas para amainar el temporal y el capitán, que no sabe dónde va, nunca encontrará un viento favorable.
Las crisis suelen ser para algunas personas grandes calamidades, pero para otros grandes y excelentes oportunidades para prosperar. En todas las crisis, hay quienes se ponen las pilas y aprovechan las oportunidades que se generan. Aunque el mejor negocio, para ciertas personas, es no hacer negocios que no dominen totalmente.
Siempre había sido una buena norma, el tener reservas económicas suficientes, para paliar los embates de una posible crisis de trabajo, enfermedad o gastos imprevistos. Ahora la sociedad en su conjunto, está extremadamente endeudada con las tarjetas de crédito, en sus gastos corrientes, por importe de un año de sus ingresos familiares. Sin contar la deuda inmobiliaria pactada a largo plazo y la deuda en bienes duraderos, como automóviles, televisores, electrodomésticos, etc.
Experiencia
Los que han vivido muchos años, han visto o experimentado que estas graves crisis, más o menos profundas, se producen sistemáticamente cada 10 o 15 años, aproximadamente. No hay generación de ciudadanos que se escape, sin tener que sufrir y sortear una o varias crisis económicas profundas. En esas crisis, muchos ciudadanos se quedan sin sus ahorros, pierden otros tantos años de adelanto en su calidad de vida, que a duras penas habían conseguido y tienen que volver a empezar, casi desde cero. Han tendido que aprender algunos conceptos claves que la experiencia les ha demostrado su eficacia para sortear las crisis y para estar muy bien preparados incluso en los tiempos de bonanza para cuando llegue una crisis. Se afrontar mucho mejor una crisis si se ha estado bien preparado para recibirla y si además se tiene la experiencia sacada de otras épocas de crisis.
En los países donde desde hace muchas decenas de años, no ha habido ninguna crisis importante y las familias han vivido, sin preocuparse de cumplir las sabias enseñanzas de “las épocas de las vacas gordas y de las épocas de las vacas flacas”, ni de las fabulas de cigarra y de la hormiga, ahora tienen que aprender, aceleradamente, a vivir con una crisis a la que no están acostumbrados. Es muy duro para algunas familias que han vivido en el despilfarro, tener que aceptar que las estrecheces y dificultades para sobrevivir, también les ha llegado a ellos y no era solamente un problema de países lejanos. La virtud de la humildad, para reconocer esta situación y el no echar la culpa a nadie, sino echarla solamente a cada uno de nosotros es la única herramienta que permitirá a las familias salir de este atolladero.
Si se hubiera establecido, un premio a la ineptitud financiera, tendría que haber sido dado, a los que guardaron el dinero en la caja fuerte, sin ponerlo a producir. Pero estos han sido los únicos que han salvado el capital que tenían. La venta de cajas fuertes de seguridad, ha aumentado considerablemente, en esta época de crisis, por la desconfianza de las personas, en las instituciones financieras.
Si cada uno de nosotros no cambiamos nuestros valores, no esperemos que otros los cambien para que nos solucionen los problemas de la crisis financiera.
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