Los 10 principales enemigos de los hijos
¿Se dan cuenta los padres lo cerca que tienen a los enemigos de sus hijos?
¿Han planteado la guerra a los enemigos de sus hijos?
La mayoría de las veces, los principales enemigos de los hijos, están demasiado cerca, como para que se puedan ver. Los árboles no dejan ver el bosque. Tienen que ser muy agudos, escrupulosos, incisivos, formados y dedicados, para detectar a los enemigos, visibles, invisibles o disfrazados que acechan a sus hijos, para atraérselos. Los enemigos pueden estar dentro o fuera de la casa. Lo primero es analizar, si todas las personas y cosas que están dentro de la casa, son amigables o enemigas con los hijos. Después hacerlo en los entornos más cercanos, e ir extendiendo el radio de acción, hasta llegar a descubrir a los verdaderos enemigos de los hijos. A la vista de estos enemigos, los padres deberán identificar también, cuales son los amigos de los hijos para intentar acercarlos, fomentarlos y fortalecer las relaciones, actitudes y lazos, que ayuden a mejorar a sus hijos.
1. Los padres. Algunos padres, aunque dicen que quieren mucho a sus hijos, no se dan cuenta de que inconscientemente, pueden convertirse en los peores enemigos de sus hijos, debido a que los hijos admiten la autoridad paternal y no suelen cuestionar muchas de las cosas que provienen de sus padres. Incluso los hijos aceptan como buenas las malas enseñanzas, admiten el mal ejemplo, pretenden imitarles, y les hacen caso, aunque sus consejos no sean los más adecuados.
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La aceptación de la adversidad, como grupo social o étnico. Cuando los padres insisten en decirles a los hijos, que son unos desgraciados y unos desarraigados socialmente y cuando transmiten negativismo, sobre las experiencias sufridas anteriormente, relacionadas con que toda nuestra propia familia, nuestros padres y abuelos, fueron pobres endémicos, tuvieron poca o ninguna educación, vivieron por generaciones en esta zona de la de la ciudad, donde todos somos pobres y mal instruidos, pertenecemos a una minoría social, donde la pobreza y marginación es común a todos, la religión, los políticos y la sociedad en general, nos aplastó y nos discriminó. Explican que contra las adversidades colectivas, no se puede luchar, que por eso nunca podrán ser nada en la sociedad. Que no tienen oportunidades para triunfar, y tener éxito en la vida y que será imposible, que sobrepasen las situaciones de riesgo demostrado, que conllevan cárcel, retraso personal, decadencia familiar y social, enfermedades como grupo social, etc. Cuando no les animan, a que se superen para salir adelante, en lugar de aceptar lo que llaman su infortunio social. La falta de enseñarles a practicar la resiliencia, que es la capacidad de resistir a las adversidades, a través de la virtud de la fortaleza.
- La falta de conocimiento de los padres, bien sea por la despreocupación, indiferencia, negligencia o apatía, sobre su rol en la educación y formación de sus hijos, de lo que tienen que hacer y no hacer, para facilitar su aprendizaje.
- El mal ejemplo de los padres, motivado por su desordenado comportamiento, en los aspectos familiares, religiosos y sociales, donde está presente el consumo de drogas, alcohol, malos tratos, engaños, mentiras y divorcios.
- La falta de enseñanza de los padres que no quieren, no saben o no pueden dar a los hijos, la educación en las virtudes y valores humanos, para que puedan fortalecer su carácter y actuaciones en la vida. Virtudes y valores ya descritos en otros artículos. Cuando no enseñan a los hijos, a ser capaces de sobrevivir en el ambiente que les rodea, a superar las adversidades de la vida, e incluso a salir fortalecidos de ellas, para que tengan éxito personal y colectivo.
- Las malas formas que emplean para educar. Cuando son agresivos en sus expresiones o acciones, cuando son autoritarios sin razonar ni convencer, cuando abusan de su fuerza o posición, cuando humillan, etc. Con estas malas formas de educar, van creando una conciencia de violencia en los hijos, la que posteriormente ellos, la aceptarán como normal y la repetirán, en todas las acciones familiares y sociales, presentes y futuras, creando también, un rechazo hacia la autoridad familiar. La violencia familiar se hereda y transmite, pues queda grabada en la mente de los hijos.
- La omisión de las obligaciones familiares. Incluso cuando están supuestamente justificadas, por otras actividades que satisfacen a los padres, pero que sustituyen a las obligaciones ineludibles de atención a los hijos. Esas actividades de los padres, se transforman en enemigos de los hijos, que las encuentran como competidoras de las que por derecho natural y por ley, les corresponden a los hijos.
2. Las malas escuelas, que les marcarán para siempre, por no haber conseguido transmitir los conocimientos escolares, ni los valores humanos imprescindibles y necesarios, para convivir en la sociedad, ni para poder incorporarse a las universidades o al mercado laboral, por lo que tendrán que aceptar los peores empleos y soportar las consecuencias, de una mala formación familiar y social
3. Los malos amigos. Los que les resultan más fáciles de encontrar, convivir y fomentar, porque viven al margen de la ley y no hacen ningún esfuerzo de superación. Son los perdedores oficiales, de la escuela y de la sociedad. Su mal ejemplo contamina todo lo que les rodea.
4. El consumismo que modifica sus prioridades, haya escasez o abundancia de dinero. Incluso cuando este consumismo manipula y frustra la mente de los hijos, hasta convertirse en una obsesión, que les traumatiza, llevándoles incluso a cometer actos ilícitos, para poder satisfacer las apetencias desmedidas de consumo.
5. La ociosidad La excesiva dedicación del tiempo a cosas sedentarias: Televisión, Internet, películas, juegos electrónicos, chats, llamadas telefónicas interminables. Escuchar música permanentemente, etc. Haciendo mal uso de las posibilidades de los adelantos de la sociedad, de los tiempos libres para leer y para formarse y avanzar culturalmente.
6. La obesidad, no la enfermiza o heredada, si la voluntaria, derivada de la mala alimentación, la falta de ejercicio y el exceso de sedentarismo. Cuyas consecuencias enfermizas, muy costosas de curar, que incluso, dificulta el desarrollo normal de la vida y la aceptación en determinadas actividades.
7. Las enfermedades contagiosas como el SIDA, adquirido principalmente, por las relaciones sexuales precoces, realizadas fuera del matrimonio. Los jóvenes que no tienen bien desarrolladas las virtudes de la pureza, la modestia, la continencia, etc. para evitar las tentaciones sexuales, están muy propensos a contraer esta enfermedad y otras venéreas de difícil o imposible curación. Los noviazgos prematuros, son situaciones que conllevan estos y otros riesgos. Estas enfermedades, les arruinarán la vida, por no haber sabido o podido formase religiosa y moralmente. Cuando los padres no enseñan a los jóvenes, a saberse contener y respetar al otro.
8. La adicción a las drogas. Bien sean las denominadas suaves, como el tabaco y el alcohol o fuertes, como la marihuana, la salvia y los estupefacientes, además de otras.
9. La falta de religiosidad y de principios morales. La falta de compromiso con la familia, la religión y la sociedad. El alejamiento de las prácticas religiosas, sociales y políticas. El hacer caso a los falsos profetas económicos, religiosos o políticos. La pasividad por no querer solucionar sus problemas y los de sus semejantes.
10. El abandono prematuro de la escuela. Lo que origina que esa falta de estudios y su correspondiente certificación, impida a los hijos aprovechar las oportunidades de superación, que tienen a su disposición y el tenerse que enfrentar a competir, con otras personas con los estudios terminados, por los mismos puestos de trabajo, con la consiguiente desventaja, para obtener buenos resultados.
Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com
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