Obediencia. Cómo educar a la familia en la virtud y los valores humanos de la Obediencia.


ESCUELA PARA PADRES

 
Sentencias sobre la obediencia:  
  • Los hijos que no aprenden a reconocer el valor de la virtud de la obediencia, tendrán muchos problemas en descubrirla después e incluso en adquirirla como habito. La obediencia es una forma de manifestar el cariño hacia los padres.
  • No hay obediencia pequeña ni grande. O se obedece o no se obedece, no existe el medio obedecido u obedecido a trozos.

  • Las leyes demasiado benévolas, rara vez son obedecidas. Las leyes demasiado severas, rara vez son ejecutadas o aceptadas.
  • Acepta lo que te den y sigue pidiendo 
  • Para que haya una buena obediencia, debe haber una información clara, oportuna, llena de cariño y ordenada y las ordenes deben ser dichas de forma suave, firme y completas, sin poner énfasis en cosas secundarias, sin nerviosismos, amenazas, ni promesas vanas.
  • Obedecer es amar. El que ama bien, obedece más fácilmente, aunque su opinión personal, esté en contra de la obediencia. 
  • Cuando son muchos los que mandan, son pocos los que obedecen.
  • Los que mandan, casi siempre saben más que los que tienen que obedecer, pues suelen tener más conocimiento e información. Si tienen fe en los que mandan, tienen que anteponer la obediencia a la opinión personal.
  • Para saber mandar bien, hace falta saber obedecer, pues mandar es mas difícil que obedecer.

La obediencia es compatible plenamente con la disciplina, la voluntad, la docilidad, el autodominio, el respeto, la sumisión, la subordinación, la observancia, la aceptación, la admisión, el acatamiento, etc. 
La obediencia es la antitesis de la rebeldía, la soberbia, la resistencia, el rechazo, la violencia, la doblez, la omisión, etc. 

La obediencia se anula con la rutina, los mínimos injustificables, las criticas a los que mandan, las excusas imaginarias, la persuasión para evitar el cumplimiento de la obligación, el engaño en los resultados, la confrontación, los criterios aleatorios a la hora de mandar, etc.

 
La obediencia se considera virtud, cuando se reconoce la autoridad de la persona que manda está obrando con justicia. La obediencia no sacrifica la propia personalidad, si no que la refuerza, por que entendida como virtud no es la sumisión ciega ni obligatoria de un esclavo. Siempre se habla de pedir justicia, pero pocas veces de la obligación de la obediencia.
 
Padres e hijos
Desde que nacen los hijos y hasta los tres años, los padres no dejan de repetirles constantemente: No muerdas, no metas eso en la boca, no toques eso, es hora de ir a dormir, al baño, a comer, etc. Diciendo estas sencillas frases con dulzura, autoridad y sin concesiones, consiguen ir creando el habito de la obediencia que posteriormente se convertirá en virtud. En esas edades, la falta de obediencia suele estar relacionada con los peligros físicos a los que pueden estar expuestos.

Después de los tres y hasta los ocho años las órdenes irán acompañadas de comentarios que las justifiquen, debido a que los hijos ya empiezan a comprender los porqués de las cosas. A partir de los 13 años aproximadamente es cuando la desobediencia puede conllevar problemas mórales.
Es en los primeros años cuando los padres tienen que formar el desarrollo de la obediencia, para que cuando sean mayores, encuentren fácil y natural obedecer a los padres y a sus superiores legítimamente admitidos.
A medida que los hijos van creciendo, la forma de decir las cosas va cambiando pues también los hijos van madurando en su entender y en sus respuestas. Enseguida comienza la edad del «no» en los hijos, pues estos empiezan a exigir explicaciones o a negociar con los padres para poder tomar decisiones antes de obedecerles. Esta situación suele provenir por que los padres no han sabido explicarles bien o convencerles, dentro de su capacidad real de entender lo que tenían que obedecer 

Los padres tienen la autoridad y responsabilidad de la educación a los hijos, conferida por Dios y sancionada por las leyes humanas, que tienen que ejercerlas sin excusas ni pretextos. También conllevan la responsabilidad de decidir, premiar, sancionar y responder de lo realizado. 
Una de las primeras virtudes que los padres tiene que enseñar a sus hijos desde que son muy pequeños es la de la obediencia, principalmente en relación con los valores que consideren importantes en la vida. Aunque en los primeros años de su vida, los hijos no se dan cuenta de que están obedeciendo, por que todavía no saben distinguir entre lo que es obedecer y lo que es desobedecer. Pero esta virtud la van adquiriendo, junto a las otras virtudes a través del hábito de la repetición. Así esos hábitos les Irán arraigando las virtudes para que estén a acostumbrados a hacerlos cuando lleguen a la edad del desarrollo de su conocimiento. Los padres tienen que adelantarse en irles creando hábitos como el orden y la responsabilidad para que se conviertan en virtudes. A medida que los hijos van siendo mayores, puede haber una fase de explicaciones o negociaciones en las órdenes emitidas por los padres. Los padres dan a los hijos seguridad, cariño y un sentido de estar a gusto y esta acción motivadora es la que les lleva a cumplir con los deseos de los padres.
Algunos hijos desobedecen a sus padres en relación con las normas de conducta en la ropa, horarios, estudios, administración del dinero, etc., pero obedecen a los líderes pandilleros, a los ídolos mediáticos, a los entrenadores deportivos, es decir a personas que no tiene valores fuertes pero que se los han ganado. Por eso es una grave obligación de los padres ganarse a los hijos, principalmente con el ejemplo y con los buenos y adecuados consejos. 
Los padres tienen derecho a ser obedecidos, y más interés tendrán los hijos en obedecer en cuanto valoren sus esfuerzos en hacerlo. Cuando los hijos están bien educados en la virtud de la obediencia, tendrán más posibilidades de obedecer a las personas que se cuidan de ellos, desde los profesores, sacerdotes, policías, entrenadores deportivos, parientes, etc. y sobre todo les será más fácil el cumplimiento de las obligaciones con la religión.
La virtud de la obediencia debe ir creciendo paulatinamente en calidad y en importancia, de ahí que los padres deben irla fomentando en cosas importantes, no en las superfluas, pues mas vale la calidad de la obediencia que la cantidad en cosas baladíes.
 
¿Como van a enseñar los padres a obedecer a sus hijos, si ellos mismo no dan ejemplo obedeciendo las leyes civiles o familiares? Los hijos se fijan mucho en el ejemplo de los padres y si ven el menor incumplimiento de las leyes por parte de su padre, inmediatamente queda devaluada la autoridad paternal en lo referente a la obediencia. Incluso se van fijando en las cosas que parece que no tienen importancia como es la de obedecer las leyes de tráfico, la de obedecer las instrucciones recibidas por los abuelos, maestros, patronos, las leyes civiles de, por ejemplo, regar las plantas determinados días, etc. Los padres nunca deben mandar a sus hijos cosas que no sean buenas. 
Diferentes formas de obediencia: 
Obediencia familiar: Es la que los hijos deben cumplir cuando proviene de los padres y es ordenada en su beneficio. También es la que los padres deben cumplir entre si para la mejor marcha de la familia. Es la que se aplica en la familia, escuela y sociedad, es la denominada obediencia solidaria. 
Obediencia religiosa: Es la que los sacerdotes y otros religiosos deben cumplir lo que les mandan sus superiores, a los que voluntariamente han dado a mayor gloria de Dios, el voto solemne y perpetuo de la obediencia, cumpliendo cada disposición al momento de ser impartidas, sin demora y sin discusión con la autoridad
  • El voto de obediencia para los católicos es la promesa formal de seguir las enseñanzas de la Iglesia a través del bautismo y del catecismo, al elegir libremente, de manera pública o privada, temporal o perpetua, la vida cristiana siguiendo el ejemplo de Cristo Jesús, que fue obediente al Padre hasta la muerte al ofrecer su vida por la humanidad.
  • La obediencia de la fe, tal como lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica es el libre sometimiento a la palabra escuchada, cuya verdad está garantizada por Dios, que es la Verdad misma.
  • El que manda puede equivocarse, pero no el que obedece, siempre que el mandato sea moral y justo.
Obediencia como autodisciplina. Es la que se imponen las personas para que sin que nadie se lo exija, ir adquiriendo la virtud de la obediencia. Normalmente se aplica en el trabajo, en la salud, en las vivencias cívicas y estructuras sociales.
Obediencia voluntaria: La obediencia voluntaria se refiere a normas preestablecidas o a la formación de la conciencia de cada uno, al reconocer lo bueno de las cosas para que produzca una transformación en la persona.
Obediencia política: Es la que los regimenes políticos totalitarios obligan a cumplir a sus súbditos bajo graves penas de prisión o castigos.
Obediencia cívica: Es la que los ciudadanos deben cumplir, siempre que las leyes civiles, mercantiles o de convivencia sean justas.
  • Obedecer implica, en diverso grado, la subordinación de la voluntad a una autoridad, el acatamiento de una instrucción, el cumplimiento de una demanda o la abstención de algo que prohíbe.
  • La figura de la autoridad que merece obediencia puede ser, ante todo, una persona o una comunidad, pero también una idea convincente, una doctrina o una ideología y, en grado sumo, la propia conciencia y para los creyentes, Dios. 
  • La obediencia solidaria se refiere a la obediencia de las personas individuales o como grupo, incluso si tener la plena convicción de las ideas fundamentales o de las acciones realizadas de dicho grupo.
  • Es la obediencia que debe aplicarse en las escuelas y en las relaciones dentro de la sociedad.
  • Una variante de la obediencia es la que se da a las autoridades de organizaciones sociales y políticas.
Obediencia militar: Es la obediencia ciega que los soldados deben cumplir sin ninguna objeción, debido a que por una soldada se han comprometido a obedecer, incluyendo si tienen que matar, dejarse matar o dejarse herir.

Es más difícil obedecer cuando se tienen cubiertas todas las necesidades de la vida y cuando la calidad de vida va aumentando, pues se pone en duda la necesidad de la conveniencia de las relaciones con los demás, principalmente con los que legalmente tienen que mandar.

Que sentido puede tener la obediencia en las personas adultas si no busca mas orden, mas justicia y mas bondad. Si los padres no lo hacen por amor, ¿como pueden pedir que los hijos les obedezcan?

La actual sociedad permisiva preconiza que le único valor humano es el bienestar material, el placer centrado en el presente. Se despreocupa del pasado y del futuro lo que origina el rechazo a la obediencia.

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Los objetivos de esta escuela virtual son: Educar a los padres para que con su ejemplo y conocimientos de las virtudes y valores humanos puedan educar a sus hijos. Enseñar como educar a los hijos. Que los padres aprendan a vivir un armonioso, fecundo y largo matrimonio. Tender un puente entre la educación familiar y la Fe.

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