Muchos estudios, han seleccionado las principales causas que impiden a los padres educar bien a sus hijos. El orden de mayor a menor difiere en algunos estudios, pero todos coinciden en las mismas causas. Es cierto que hay muchas organizaciones religiosas, civiles y de salud, que se encargan de ayudar a solucionar los problemas y a enseñar, a que los padres inculquen en los hijos, los valores humanos y las virtudes, pero muchas veces, la falta de información o de la cultura de cuándo, cómo y dónde se puede consultar los problemas, hacen que la prevención y la solución, lleguen demasiado tarde. Por éso instamos a los que nos leen o nos oyen, que tengan muy en cuenta el pedir cuanto antes asesoramiento de los problemas, para que las soluciones lleguen a tiempo.
Cuando aparecen algunas de las causas indicadas a continuación, se vuelve muy difícil que los padres se centren en su principal obligación, que es la educación de sus hijos.
Estas son las principales causas:
- Violencia doméstica. En otro articulo titulado «10 Acciones que deben hacer las mujeres para prevenir, evitar y solucionar la violencia doméstica», explicaba el flagelo que supone este crimen para las victimas. Cuando una victima está violentada, pierde la consciencia de su prioridad, que es la educación de sus hijos. Se trastorna mentalmente y queda incapacitada para dedicarse a otra cosa, que no sea su supervivencia y la de sus hijos. La educación de sus hijos queda postergada a la solución de su supervivencia. No se puede centrar en hablar con los maestros, ni en seguir los resultados de los estudios de sus hijos.
- Adicción a las drogas, alcohol, juego, etc. Estas adicciones van apareciendo poco a poco, a no ser que las aporten antes del matrimonio. Según van apareciendo, hay que poner remedio inmediatamente, pues cada día que pasa, el problema es mas grande. Además del malévolo ejemplo que dan a los hijos, pueden irlos contagiando poco a poco, en esos mismos vicios. Cuando esos vicios entran en la casa, es casi imposible que los padres puedan dedicar el tiempo necesario, a la educación de los hijos. Estos se criarán sin el tiempo imprescindible y la atención necesaria, para ayudarles en su formación familiar y escolar.
- Divorcios. Otro de los graves problemas que tienen los padres, es cuando aparece el divorcio. Como normalmente tienen un tiempo de maduración y otro de realización, en ambas situaciones, toda la energía de los padres se centra en solucionar las consecuencias del divorcio. Cuando llega y se hacen los repartos de los hijos, de la vivienda, de las propiedades económicas y de los futuros ingresos, llega otra etapa muy complicada. Todos tienen que acoplarse a la nueva situación y también es muy difícil centrarse en la educación de los hijos. Esta la prioridad de la nueva supervivencia, antes que la educación. Todo dependerá del tiempo y energías que se tengan que emplear, para estabilizar la situación. La separación de los hermanos es un gravísimo problema, para éllos y para los padres, aunque algunas veces ocurre, conlleva muchos problemas adicionales.
- Relaciones extramaritales. No se puede educar a los hijos, cuando se les esta dando este terrible mal ejemplo, sea conocido o esté oculta la infidelidad. Al perderse la confianza entre los padres y tener que estar pendientes de tomar una grave decisión, para resolver la situación de la infidelidad que tanto afecta a los hijos, les es imposible a los padres, estar serenamente dedicados a la educación de los hijos. Dado el ejemplo que dan, tampoco les pueden exigir un buen comportamiento escolar, religioso y familiar, se les está engañando pública o secretamente. Los hijos se enteraran tarde o temprano, del daño que están haciendo al otro cónyuge en particular y a la familia en general. Toda la autoridad, confianza y respeto, desde y hacia los hijos queda anulada. Es un fraude a la familia, que no tiene ningún paliativo. Debería estar castigado civilmente para los causantes. En algunos países, ya han implantado leyes que castigan a las personas, que son infieles en el matrimonio.
- Dinero. Su derroche, mala administración y deudas innecesarias, son una lacra que azota esta sociedad permisiva, que quiere la satisfacción inmediata, sea al precio que sea. Es imposible tener la serenidad que exige una buena educación de los hijos, cuando hay una excesiva presión económica. Cuando esta presión llega, por circunstancias ajenas a la familia, puede haber la alternativa serena de realizar algunos planes o sacrificios, que puedan solucionar o atenuar la situación de la falta de dinero. Si el problema llega por el derroche, la mala administración o las deudas innecesarias, la familia no puede centrarse en cumplir con su máxima obligación, que es la educación de los hijos, ya que entonces tendrá puestas todas sus miras, en seguir gastando y tapando los agujeros de las deudas, que cada vez se van agrandando más.
- Trabajo. Algunas veces el excesivo trabajo, por verdadera necesidad, limita el tiempo que se puede dedicar a educar a los hijos. Pero nunca limita la intensidad de la dedicación. Las personas que trabajan mucho y fuerte, porque tienen que cubrir las necesidades familiares, suelen ser las que con más intensidad y amor se dedican a sus hijos. Aunque estén cansados, o sea a horas difíciles, siempre tienen tiempo para estar con sus hijos. Si han tomado la decisión de trabajar fuerte para la familia, también la suelen tomar para dedicar el tiempo que puedan, a que su familia se eduque y prospere. La falta de tiempo, no puede ser óbice para disminuir la calidad de la educación familiar. El que quiere saca tiempo de donde sea, suele ser un concepto de definir las prioridades. El problema surge cuando los padres se escudan, por decisión propia, en quedarse muchas horas en el trabajo o con los amigos del trabajo y así se evitan el dedicar su tiempo a la educación familiar.
- Amistades. Los padres deben elegir con mucho cuidado sus amistades, pues habrá algunas que debido a que tienen otro tipo de vida familiar, situación económica o un concepto más permisivo de las diversiones, les arrastraran o éllos se dejan arrastrar, para que mantengan un modelo de vida que les impida dedicarse a la atención y educación de su familia. Si exigen a los hijos que tengan mucho cuidado en la elección de sus amistades, mucho mas tienen que tener los padres, pues el tipo de amistades que tengan influirá en éllos mismos y en la educación de sus hijos.
- Egoísmo. Educar es la conjunción del conocimiento, entrega y amor. El egoísmo es la antitesis de la entrega y del amor, por lo tanto los padres, tiene que desprenderse totalmente de cualquier atisbo de egoísmo, que pudiera haber en su forma de vida. Los hijos siempre perciben el grado de entrega y amor que les ofrecen los padres, y se dan cuenta cuando les hablan, si el mensaje no conlleva estos conceptos y por lo tanto no le prestan la suficiente atención.
- Ignorancia. Si los padres no están bien formados en cómo educar a sus hijos, será casi imposible que lo hagan bien. Para éso es necesario que lean, lo que los expertos han escrito sobre estos temas y asistan a las conferencias, cursos o reuniones donde aprenderán las técnicas y consejos, ya probados por otros y con buenos resultados, para educar bien a los hijos. No tengan miedo a preguntar sobre cómo educar. No dejen de pedir información a los maestros, sacerdotes, líderes religiosos o civiles, profesionales y familiares de buen criterio. Nadie ha nacido sabiendo y menos en un tema que cambia tanto en las naciones, comunidades y fechas. Lo que aprendieron y cómo lo aprendieron de sus padres, es muy posible que hoy ya no este actualizado, e incluso sea contradictorio. Aunque los valores humanos y las virtudes no han cambiado, si lo han hecho las formas de ponerlos en la práctica.
- Enfermedades, inmigración, etc. Hay varias situaciones ajenas a la mejor voluntad de los padres, que no pueden ser controladas totalmente por éllos y que ofrecen un añadido de dificultades, a las muchas que la vida va presentando diariamente. Pero si los padres ponen mucho amor, dedicación, esfuerzo, paciencia y conocimientos, podrán solucionar todos los problemas que se les presenten. La educación de los hijos, es lo principal en la vida familiar y ninguna complicación debe ser un obstáculo, para conseguir los objetivos que nos haya propuesto ofrecer a los hijos.
Cuando los hijos sea mayores, pedirán cuentas a los padres de cuantas dificultades supieron sortear, para ofrecerles la mejor educación posible y cuales fueron las dificultades, que les salieron al paso, pero que no supieron o no quisieron solucionar, para que la educación recibida, hubiese sido mejor. La responsabilidad de la educación de los hijos, no exime de hacer hasta el máximo esfuerzo posible, en sortear los problemas que se vayan planteando.
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