Hay muchas personas en Latinoamérica, cuna del maíz y por la tanto de las tres T T T, tortillas, tacos y tamales, que están muy preocupados por el carácter que está tomando el maíz en sus dos problemas mas inmediatos: Su utilización para hacer etanol como sustituto de la gasolina y la proliferación en la siembra de maíces transgénicos. La combinación de estos dos conceptos pudiera ser terrible para la humanidad.
No pretendo ser catastrófico, pero si quiero comentarles algo de lo que he visto, leído, oído y hablado sobre el maíz.
Hace poco publiqué un articulo en el Blog «10 mitos sobre el supuesto ahorro de energía utilizando etanol» y me han llovido críticas increíbles, pero todo el mundo tiene derecho a expresar sus opiniones. Desde compararme a Fidel Castro y Hugo Chávez, hasta llamarme antiamericano por que comentaba la posible producción de maíz para hacer combustibles mas baratos, lo que pone en grave riesgo la alimentación de millones de personas en el mundo entero.
Pero son gajes del oficio que voluntariamente he elegido al escribir este Blog. Todo no van a ser alabanzas, plácemes y palmaditas en la espalda.
Aunque me digan que no hay más necio que el que habla de lo que no conoce, puedo asegurarles que he estado informándome sobre esta situación. Previamente a escribir ésto lo he enviado para sus posibles correcciones a técnicos que saben mucho de maíz y todo lo relacionado con el cereal.
Resulta que el maíz transgénico que exportan principalmente a Latinoamérica, produce una polinización que al unirse a los maíces autóctonos, ya sembrados, los poliniza incrustándoles sus características y los deja híbridos, es decir como si los castrara para que no puedan volver a ser sembrados. Esa polinización se extiende hasta muchos kilómetros a la redonda del sitio donde han sembrado el maíz transgénico, de forma que los maíces normales que están sembrados se quedan estériles para las siguientes cosechas, no todos pero si una buena parte. También influye la polinización en la mayoría de las plantas.
Ahí empieza el negocio de las grandísimas multinacionales, haciendo que sus semillas sean imprescindibles para los agricultores en todo el mundo. Cuando los agricultores ven que sus cosechas de maíz normal no dan los resultados esperados tienen que analizar los motivos y ya es tarde, pues el ciclo de vida de siempre, que tenían para su maíz autóctono, recogida, selección de los mejores granos y vuelta a sembrar, ya no se producirá en las cantidades y calidades acostumbradas, por lo que tienen que ir a comprar nuevas semillas transgénicas.
Dicen que los agricultores suelen sembrar en cada cosecha mezclando varias clases de simientes del mismo maíz. Una clase por si llega la temporada con mucho agua y otra clase por si llega con mucha sequía. Así se cubren las cosechas de una u otra calamidad.
Esta polinización se traspasa a otros productos sembrados que también se quedan estériles. El grave problema se presenta cuando los agricultores tengan que comprar siempre las semillas, siempre de un solo uso, a las mismas compañías que tienen el monopolio mundial. Incluso tendrán que comprar a las mismas compañías los abonos e insecticidas especiales e indispensables para esos productos a los precios que las empresas quieran.
Cuando oiga o lea sobre productos trasngenicos o híbridos, intente conseguir toda la información que pueda y difúndala, pues la vida de muchos agricultores dependerá del uso de éllos.
Desconozco las implicaciones fisiológicas y sanitarias que estos productos tendrán para la humanidad, aunque hay muchas opiniones que no van a ser muy buenas, espero que otras personas me puedan informar.
Me gustaría recibir sus opiniones, por lo que pueden dirigirse a francisco@micumbre.com