Acabo de recibir este artículo editado en Vida Sana en Familia. Un Blog de Las Obras – Sirviendo y Reforzando la Iglesia Doméstica – que dirige María del Carmen Uceda. Me ha parecido muy interesante y en la línea de los artículos sobre la educación de los padres y de los hijos. A continuación se lo transcribo, se lo recomiendo y espero que les guste.
“La educación de los hijos empieza una generación anterior, con los abuelos”. Este es un viejo dicho que conviene recordar sobre todo en un día como ayer, San Joaquín y Santa Ana, el día de los abuelos. Los abuelos de Jesús inculcaron en María, su madre, las enseñanzas necesarias para que éste creciese en un ambiente lleno de amor y fiel a las tradiciones de su época. Gracias a éllos, María aprendió las oraciones judías, las revelaciones del Antiguo Testamento, y sobre todo la dulzura, templanza y otras muchas virtudes que harían del hogar de Jesús un hogar de amor donde formarse para su labor adulta. Y lo mismo se podría decir de San José que a pesar de no conozcamos a sus padres, por la forma en que acogió a la Virgen y enseñó a Jesús su labor profesional, se ve que recibió una gran formación de éllos.
Estas cosas las tenemos que tener en cuenta los que somos, o van a ser, padres. Cómo eduquemos y formemos hoy a nuestros hijos e hijas, marcará a su vez el tipo de hogar que ellos formarán para los suyos, nuestros nietos. ¿Podrán ellos formar un hogar lleno de cariño como el que le dio María a Jesús?. Cuando pensemos en nuestros hijos y su papel como discípulos de Cristo, no debemos pararnos ahí. También debemos de tener en cuenta su vocación como futuros padres y el papel como discípulos de Cristo de nuestros futuros y posibles nietos. Aún si la vocación de nuestros hijos no es la de ser padres, éllos tendrán de una forma u otra, si hemos hecho bien nuestro trabajo, una gran influencia sobre la siguiente generación.
Así que pensemos que tipo de hogar estamos creando. Qué enseñanzas estamos dando a nuestros hijos. Este es el tipo de hogar y las enseñanzas que éllos propagarán a su vez. Los que han crecido en un hogar falto de amor y que no seguía las enseñanzas de Cristo, notarán que se les hace difícil no seguir ese mismo camino con sus hijos. Si las peleas o el egoísmo eran la norma en el hogar cuando era hijo, muchas veces este tipo de comportamiento se repite en la siguiente generación. Y lo mismo, los que han tenido la dicha de crecer en un hogar lleno de amor y fiel a Cristo, verán que les es más fácil formar a sus hijos de este forma.
Este es el momento de romper con las conductas nocivas que nos enseñaron, si ese es el caso, y de empezar una nueva tradición de enseñanza en el hogar. No solo por nosotros, ni solo por nuestros hijos, sino incluso por nuestros nietos. Las nuevas formas de conducta que les enseñemos perdurarán generación tras generación. Como lo han hecho hasta ahora en muchos hogares. Romper esos ciclos viciosos, o mantener los ciclos virtuosos, dependerá de nosotros. Debemos de preguntarnos qué tipo de padres, y ciudadanos, queremos que sean nuestros hijos, para con los suyos.
Si queremos que se preocupen de la educación de nuestros nietos, tendremos que atender nosotros ahora las reuniones de padres de las escuelas. Si queremos que den un buen gobierno para nuestros nietos, tendremos que ir a votar nosotros. Si queremos que recen a las noches con nuestros nietos, lo tendremos que hacer también. Cómo van a ir a Misa los domingos con éllos, si no lo hacemos nosotros. Cómo van nuestros nietos a tratar bien a sus abuelos o padres si no tratamos nosotros bien a los nuestros, o a nuestros padres. Como van nuestros hijos a ahorrar dinero para la educación de nuestros nietos, si nosotros lo malgastamos. Como van nuestros nietos a amar al prójimo si no mostramos ese amor a nuestros hijos.
La Iglesia no ha elegido a San Joaquín y Santa Ana al azar como modelo de los abuelos, como modelo de un hogar cristiano, Aprendamos de éllos. Y sobre todo aprendamos que la labor de formación religiosa, intelectual, social y afectiva de nuestros nietos depende de nosotros, hoy y ahora.
1 Respuesta to “Los abuelos son responsables de la educación de los nietos”