Estimados amigos:
Les he copiado los comentarios que he recibido hasta hoy. He quietado el nombre de los remitentes para mantener el anonimato.
Pido disculpas a todos los que les ha llegado un correo con direcciones de otras personas. Nunca se deben enviar de forma visible las listas de los destinatarios de los correos, para éso está el Bcc.Con los que me escriben, siempre he sido un «predicador» de esa etiqueta de comportamiento, pero me ha fallado el japonés que tienen todas las computadoras en el interior. Haré todo lo posible para que no vuelva a ocurrir.
Les envío un cariñoso saludo y para cualquier sugerencia no dejen de escribirme a francisco@micumbre.com
1
Hola Francisco: he aquí una carta que le escribió el General Álvaro Obregón a su hijo Humberto cuando este último cumplió 21 años, días antes que el Gral. Obregón fuera asesinado en el restaurant La Bombilla. Creo que ésto, escrito en 1928, cobra una enorme actualidad en nuestros días.
Por cuanto a estos padres, si el descontrol del adolescente ha llegado al grado donde la convivencia entre los padres y el hijo es imposible, éstos deberían acudir a ALANON o a AA y aprender sobre la co-dependencia. Es obvio que su conducta solamente empodera al hijo y ellos son co-dependientes. Mandarlo a boot camp no es mala idea (por cierto, mientras sea menor de edad, lo pueden mandar al boot camp sin su consentimiento porque legalmente no se requiere), y si no desean o no pueden hacerlo, que lo echen de su casa, para siempre. Tan tan. Si el hijo desea destruir su vida, esa es su decisión, pero él no tiene derecho a destruir la vida de los padres, no importan las circunstancias que lo hayan llevado a esos extremos de conducta delictiva. Nada de lo que hacen o dicen los papás puede cambiar las decisiones del hijo. Tienen que aprender que su hijo ya tiene edad suficiente para discernir, y si sus decisiones lo llevan al abismo de la drogadicción y la muerte, así sea. El hijo es el ÚNICO responsable de su propia vida. Ellos han de asumir su responsabilidad sobre sus actos como padres (no la culpa).
Lo digo con conocimiento de causa porque nosotros también hemos tenido nuestros retos con el vástago pródigo.
2
Estimado Maese Gras:
¿Qué hacer en el caso del muchacho descarriado que arrima tantos problemas a sus padres?
Difícil de responder. Lo único que se me ocurre es pensar en el caso de un individuo que se enfrentó en los EE. UU., al problema de que su hijo fue prácticamente raptado por una de aquellas nuevas sectas que se pusieron en boga en los años 70’s. Tal vez tú habrás conocido el caso, pero de todos modos te lo voy a decir de la manera como lo recuerdo.
Sucedió que el muchacho se fue con los Hara Krishna (o como se escriba) y repudió el hogar de sus padres. El padre trató de convencerlo de que regresara, pero siempre se encontró ante un imposible. Si no recuerdo mal, él era unigénito, de manera que cuando el joven ya no visitó el hogar, el padre dejó su trabajo y se dedicó de tiempo completo, y en cuerpo y alma, al rescate del hijo.
Ubicó el lugar donde vivían, implementó un dispositivo de espionaje y estudió detalladamente la manera como los Hara Krishna les «lavaban» el cerebro a los jóvenes que reclutaban, haciéndolos beber enormes cantidades de agua y dormir muy poco tiempo, despertándolos a las tres de la mañana y obligándolos a repetir letaníacamente: hara krishna – hara Krishna – hara krishna, en voz alta y golpeando rítmicamente un tambor, hasta eso de las nueve o diez de la mañana, sin permitirles orinar, porque el contenido amoniacal de los orines se incorporaba al flujo sanquíneo y circulando por el cerebro les ayudaba a poner su mente en blanco.
Luego los sometían a prolongadas sesiones de oración basadas en sus creencias, para llenar con sus fanatismos doctrinarios el vacío mental obtenido.
Llegado el momento, este señor secuestró a su propio hijo y lo encerró en su casa, lo sometió al mismo método de lavado cerebral que había observado de los Hara Krishna, con el fin de «deprogramarlo» y volverlo a «programar», de acuerdo con los valores familiares y sociales que le habían hecho repundiar los falsos profetas.
Fue tan exitoso en su cometido que, después de «reprogramar» al hijo, hizo públicos los resultados obtenidos para, por una parte, denunciar a la secta y, por otra, ofrecer a las familias que sufrían el mismo problema, la esperanza de recuperar a sus hijos.
Muchas familias acudieron a él para que los ayudara, y finalmente se dedicó a secuestrar, «deprogramar» y «reprogramar» muchachos dañados y, ¡no tuvo remedio!, fue tanta la demanda de sus servicios que hizo mucho dinero con su nueva actividad.
La pregunta es: ¿funcionaría un procedimiento como este en casos como el del joven-problema que nos presentas?
Un abrazo afectuoso.
3
Gracias por la infomacion. Me parece que usted puede ser un buen consejero matrimonial. Estoy de acuerdo con usted, es muy importante incluir en el proceso de restauracion familiar la ayuda de Dios, sin un apoyo espiritual mucha de la labor podria ser en vano.
Saludos,
4
Mi punto de vista, es que a veces los padres sienten orgullo negativo al ver que su hijo esta en problemas. Si no puede sentirse orgulloso de presumir con sus familiares de que su hijo tiene excelentes calificaciones o que destaca en su educación, deporte etc. el andar dejándole saber a la gente que su hijo esta en la cárcel, hace drogas, etc. también le llena de satisfacción ya que de alguna manera tiene algo que decir referente a su hijo.
Que piensa usted?
5
Francisco:
Aunque resulta muy aventurado hacer recomendaciones a ciegas, sin tener idea de la naturaleza del conflicto, sí puedo decirte que muchas familias mexicanas optan por mandar internos a los hijos rebeldes, rijosos e indomables a una academia militarizada, pues no sólo los sacan del hogar, no sólo van a seguir recibiendo educación, sino que además se van a topar con la horma de su zapato y aunque griten que «¡te odio!» a sus padres, al final van a conocer a dios padre y la disciplina los va a hacer extrañar la atmósfera relajada de su hogar.
Bueno, pero eso siempre y cuando puedan pagar la colegiatura……
Saludes
6
saquen a ese chaval de la casa.
aunque solo tiene 16, estamos ya en tiempos de que los 16 muy bien pueden ser considerados como los 18 de hace una decada… por lo que se lee, se ha llegado a un punto en el que el chaval no desea cooperar y esta explotando la situacion del hogar. esta generalizando su danio al hogar y afectando a terceros.
Si vale la pena entrar en la causas de esta siuacion, que ultimadamente recaen en los padres y que encuentran su origen 10 o 12 anios atras. tl vez esto genera un sentimiento de culpabilidad en los padres. Pero, a estas alturas, el chaval ya sabe lo que hace y no desea cooperar.. ahora esta afectando a muchas mas personas que solo a si mismo y entonces lo mejor resulta aislarlo… quiza si los padres son de medios le soventen algun apartamento (pre-pagado, nunca darle efectivo al chaval) y acceso a viveres, pero hasta ahi…. tambien notificar a la policia sobre los problemas que han tenido con el y la direccion en la que ahora vive…
No creo que, despues de todo lo que se lee que han intentado, sean moralmente culpables si el chico se pega un tiro o sobre droga. Si lo serian, considero, si permiten que el danio que este chaval causa se acrecente y afecte a mas personas dentro del seno familiar.
7
Hola
Yo conocí un caso así, claro eran otras épocas, hace 40 anos. Los padres desesperados e incapaces de controlar al hijo quien llego a la violencia con su padrastro.
Un miembro de la familia, hombre de muy recio carácter intervino, primero le dio dos tres estate quieto y luego se lo llevo a trabajar con el ,casi a nivel esclavo, no podía salir ni a tomar agua. Fue aflojando en la medida en la que el chamaco se doblego. Ya mas dócil lo forzó a regresar a la escuela, a casarse (tenia dos hijos con una muchacha). Historia final el joven se convirtió en un profesionista exitoso, excelente padre y marido, súper abuelo (sin ofender) y vive agradecido al máximo con aquel que lo maltrato por su bien cuando fue necesario.
Tal vez ya no es el tiempo ni el país, pero yo estoy convencido que esos muchachos lo que en el fondo quieren es alguien que se interese en ellos a fondo. La condición humana es la misma, a grandes problemas grandes soluciones. Existen riesgos pero por lo escrito considero que no hay mucho que perder y si mucho que ganar.